LAS COLUMNAS DE HERCULES, de Paul Theroux
A mediados de los 90, este conocido periodista y escritor (mucho más entonces que ahora) salió de su norteamerica natal y recaló en Gibraltar, al lado de una de las columnas de Hercules. Su objetivo era contar en este libro su viaje, hecho en dos momentos, en torno al mar Mediterraneo. En cada región que atraviesa, en cada isla de las que visita, corteja el paisaje, respira el ambiente de los conglomerados urbanos que recorre en tren, ferry o autobús Sus reflexiones sobre nuestro país en pleno auge del ladrillo costero y cierto encuentro con la Guardia Civil son algo tópicas, pero creo que ciertas. En los países por los que transita, siempre fuera de temporada turística, parece que no todo lo que ve y escucha le invita a explayarse por igual. En cualquier caso merecen la pena sus referencias a lugares como Albania (una vida postcomunista que atrasó a toda una sociedad a niveles miserables), a Sicilia y la suciedad de las playas, la gente tan especial que encuentra en el Chipre dividido. Por otros lugares pasa sin pena ni gloria, amen de que no visita Libia ni Argel porque no se atreve como norteamericano a entrar en contacto con regímenes políticos difíciles en 1994.
En Egipto visita a Naguib Mahfuz, y en Tanger a Paul Bowles. Decir con esto que, además de alentarle lo cultural del viaje, se aprecia en Theroux un intento por ser el turista que no va a lugares típicos en la típica época del año con el aire de no enterarse de nada. Pero como pasa muchas veces, tamaño viaje supone tiempo para profundizar. Y eso el autor no lo hace.
Su mirada es la del turista observador que apenas se detiene, lo cual le hace ser inevitablemente parcial, sensación atenuada la ironía leve pero continua. Por otro lado, las cosas han cambiado tanto para la mayoría de esas sociedades (crisis griega, primavera árabe crisis española, crisis, crisis, crisis) que volver a pasar por los mismos sitios puede no ser lo mismo tras casi 20 años. Lo leí en 2011, después de conocer algunos de los lugares que describe, y algunos me parecieron comentarios flojos. El busca ser otro de los escritores, los cita, que a lo largo de los años sucumbieron al poder del Mediterráneo. Busca esa mirada.
El libro acaba junto a la otra columna de Hércules, en Tanger.
No es el mejor libro de Theroux en absoluto, pero parece sincero con lo que ve. El resto es inventar.
Las columnas de Hércules, de Paul Theroux, Ed. Punto de Lectura, 2010. 740 pags.
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