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martes, 31 de octubre de 2023

ELEGIA PARA UN AMERICANO, de Siri Hustvedt

ELEGÍA PARA UN AMERICANO, de Siri Hustvedt


El americano es Lars Davidsen, noruego de segunda generación. Acaba de morir y sus hijos Erik (el narrador) e Inga repasan sus papeles y tiran del hilo de una carta para rellenar lagunas del pasado del padre. Entran en escena Sonia, hija de Inge, y Miranda con su hija Eggy, unidad familiar que alquila una parte de la casa de Erik. Inga es viuda y escritora, Erik es psiquiatra. Entran otros actores en el cuadro, pero estos pueden ser los más importantes. En realidad, la novela es como un tapiz en el que cada hilo con su propio color es un personaje, y se va enhebrando con los otros hilos, unas veces saliendo a la superficie, y otras quedando por debajo de la urdimbre que vemos. Unas veces les vemos hacer las cosas que hacen habitualmente en New York, y otras veces recuerdan detalles pasados con inusitada intensidad, o reciben fuertes impresiones de una foto o un cuadro y lo desarrollan. A veces ocurre que soñaron algo que se apodera posteriormente de sus pensamientos, o imaginan algo que pudo pasar. Todo ello conforma sobre el tapiz un colorido dibujo en el que la llave para descifrarlo es la psiquiatría. Aquí hay mucho de esta ciencia para ir desgranando la vida interior de los personajes. Hay mucha reflexión del pasado de los inmigrantes y su problemático arraigo en América: el amor, las difíciles relaciones matrimoniales incluso cuando ha muerto el cónyuge, la muerte de los progenitores, y visto todo como un trauma, de secretos sacados a la luz. Parece ser que la autora, Siri Hustvedt, que publicó el libro en 2008,se conoce el tema médico.

Un libro en el que todos aportan recuerdos, a veces sueños inexplicables del todo, incluso disfrazados de argumento de película. A veces, como en el caso de Jeff, se recuerda a un hombre que recuerda. Erik nos habla de las confesiones de algunos pacientes, muchos de los recuerdos que les surgen son vividos con auténtica zozobra, lo cual a veces resulta inquietante: analiza también sueños, dibujos, posturas corporales, fotografías... en un lenguaje médico y con una intención incisiva, casi abrasiva, de las que te desnudan sin contemplaciones.

El ambiente de esta novela es el de gente culta, por trabajo y por fascinación. Con Inga se habla mucho del oficio de escritor en cuanto a hábitos y sensaciones que produce.

Algo que me resulta nuevo como lector es el uso de imágenes oníricas, cada vez más abundantes conforme avanza el relato. Uno debe abstraerse a dos niveles cuando llega a estas situaciones, un nivel literal, de representación en la imaginación ya que puede ser una realidad distorsionada, y un nivel de significación que no siempre es evidente, sino que aporta un sentido nuevo, unas ideas que me pillaron por sorpresa, como si estuviéramos mirando a través del marco pequeño de una ventana desde la que estás descubriendo un paisaje más grande. Es algo que no recuerdo que me pasara antes con otra novela: "en nuestros sueños vivimos una «existencia paralela». No había nada raro en su comentario, y sin embargo, durante el viaje a Minnesota, vivía continuamente atormentado por la sensación de que aquello era un sueño en el que avanzaba muy despacio a través de una atmósfera viciada y de un paisaje distorsionado." Entrar en los fantasmas del pasado de estos personajes me ha gustado, tampoco es que sea un tema original confrontarlo con un presente que nos resulte más conocido y actual. La quietud contra la acción, más o menos. Lo original para mi ha sido el planteamiento desde el psicoanálisis para gestionar los recuerdos, los traumas y las dudas actuales, y eso me ha descolocado como lector. ¿Personajes y tramas adaptados al psicoanálisis? ¿O es el psicoanálisis la llave para entender lo que les pasa? He aquí la duda, pero si vives inmerso en ese mundo, esa es la respuesta, como hay otros metidos en otras cosas (o en nada), y esa es su respuesta. Esa es la riqueza que da la literatura. De todo se aprende, y eso está bien.

Por otro lado, en una novela de escasa acción, los relatos escritos del padre dan un poco de movimiento y la tensión que proporciona la incertidumbre durante sus experiencias de combate en el Pacífico de la II Guerra Mundial. Algo parecido se puede decir de las fotos abandonadas en el portal. O el desenlace del espionaje de Burton en el hotel. Son los anclajes con la realidad en medio de tanta introspección.

La clave de muchos recuerdos la da en una cita al final: "Hans Loewald escribió: «El psicoanálisis puede transformar los fantasmas en antepasados.»". Aparte, la autora confiesa que ha tomado de su padre y otros de su familia ciertas historias que configuran esta obra. La más importante los diarios de Lars.

lunes, 30 de octubre de 2023

ISABEL LA CATÓLICA, de Tarsicio de Azcona

ISABEL LA CATÓLICA, VIDA Y REINADO,  de Tarsicio de Azcona 

El libro comienza con una primera y completa impresión sobre Isabel, la deja como la conocemos comúnmente: lista, emprendedora, devota. Parece que el autor ha escrito un publireportaje: tal es la admiración que le suscita.  Tarsicio de Azcona es un sacerdote navarro que murió hace pocos años, y pasa por ser una autoridad sobre la figura de Isabel y la historia esa época.

Pero después viene, hasta alcanzar las 750 páginas de lectura, la vida pormenorizada de la mujer, y las cosas con Isabel ya no son tan claras. De hecho, desde su nacimiento, el ambiente palaciego de la época se parece a un Juego de Tronos sin mitologías ni aspavientos, o mejor a un House of Cards por lo miserables de los actores, por lo litigante y sucio de las conductas. De vez en cuando el autor nos hace ver que, en los documentos y en los hechos, él ha leído entrelíneas cosas que otros pasaron por alto. Isabel,  siendo niña/adolescente (1465), pasa de la nada, en cuanto a importancia política, a ser moneda de cambio entre facciones. Le aprecio mejor cuando valora situaciones difíciles como el poder real de un monarca en su reino original y en su papel consorte en el reino vecino, ya sea Isabel o Fernando. De manera que la unión personal de ambos reyes, su voluntad de unión, prevaleció en el resto de negocios políticos para conseguir una estabilidad que Castilla había perdido hacía mucho tiempo. Ese fue el objetivo tras la coronación de 1474, la legitimidad y la estabilidad bajo estas condiciones. Todavía no puede hablarse de centralismo frente a nobles y ciudades, pero el gobierno se encamina a esa forma de gobierno, el absolutismo.

Como no podía ser de otro modo, el relato pone las cartas boca arriba de los principales actores del siglo XV en Castilla, donde los nobles inician una revuelta contra Enrique IV, hermanastro de Isabel y padre de Juana la Beltraneja, un mote que ya es posiblemente una falsedad y, por tanto, un insulto. 
Una de los asuntos en los que da su parecer es sobre la supuesta idoneidad de La Beltraneja para la sucesión. Cree que si era la heredera legítima y aporta las razones de peso. De hecho, aunque la propaganda lo evite, es más evidente esto que la legalidad del matrimonio entre Isabel y Fernando, que no tuvo consentimiento papal por un asunto de consanguinidad hasta dos años después de consumado. 

Otra cosa que resume su lectura es el legado de banderías que recibieron Isabel y Fernando, de grupos de intereses entre los nobles por acumular poder a costa de unos de otros e implicando Enrique IV de una forma que lo debilitaba cada vez más. Un juego peligroso, unas veces al borde del golpe de mano para un secuestro de Isabel siendo niña, para la ocupación de una rica villa o directamente la guerra civil. A todo eso hubieron de sobrevivir ambos, con sus consejeros, sin descanso. Enrique IV murió en 1474, y ese era el ambiente que Isabel heredó.

De los muchos aspectos de la política isabelina, llaman la atención la profunda remoción de la administración, la sabia elección de funcionarios doctos y no de alcurnia, la ordenación de la hacienda. En cuanto a la consideración la Inquisición, me ha dejado asombrado por lo conciso y claro, sus páginas valen más que algunos libros específicos sobre el tema. Aquí se puede decir que la reina hizo bastante daño a miles de personas, injustamente, de forma directa e indirecta, y no solo con la valoración actual del tema, sino por las quejas emitidas por entonces y que hoy entendemos perfectamente, y contando con las varias revocaciones de permisos papales en otros temas porque algunas actuaciones de Isabel eran no sólo inmorales sino también ilegales. En cuanto a Tarsicio, agradezco que no lo oculte aunque es obvio que mantiene su simpatía por Isabel.

Hay unos cuantos capitulo dedicados a la reforma de la hacienda, a la reforma de la provisión de cargos eclesiásticos y del clero, así como de la religiosidad del pueblo llano. Es tema de leer más arduo que el resto, pero es la diferencia entre saber o no saber de la época con conocimiento de causa. Es ella la que modernizó la administración del reino y sus cuentas, y de eso se valieron hasta muchas generaciones después como para mantener colonias y provincias con muy poca gente de la península, para hacer que muchos criollos se sintieran españoles y mantener una Marina bastante aceptable en todo momento para unir las piezas.

Algunas otras notas que me han llamado la atención de la Reina Isabel:
1.- Muy religiosa pero capaz de extorsionar a cualquiera con tal de salirse con la suya, aunque fuera ante el Papa. El nepotismo y el cesaropapismo (condenado por la Iglesia en el I Concilio de Lyon, siglo XIII) están a la orden del dia.
2.- Como dijo algún extranjero de visita en aquellos años, Castilla se convirtió en un monasterio extenso por la imposición de usos y costumbres austeros a todos sus súbditos. Si alguno desea saber el carácter histórico del ideario nacionalcatólico del franquismo, puede empezar por aquí: esa idea de cómo debe ser el súbdito español (católico, austero, patriota, etc).
3.- La rebelión de los Comuneros, que sucedió con Carlos I, tenía precedentes en cuanto que las ciudades tenían ya experiencia anterior, en el siglo XV, en hacerse oír y no plegarse fácilmente a los intereses monárquicos.
4.- La quema de libros árabes, las conversiones por extorsión y la expulsión de los moriscos fue ilegal según el tratado que se firmó con Boabdil para rendir Granada. La guerra de las Alpujarras se encendió por reconvertir a la fuerza a cristianos convertidos a musulmanes durante la existencia del reino nazarí. 
5.- La expulsión de los hebreos como medio de homogeneizar ideológicamente todos los reinos peninsulares a su cargo. Como ahora, es más fácil gobernar a los convencidos, aunque sea a la fuerza, que a los críticos o disconformes. Luego es mejor que estos últimos no existan.
6.- La sucesión llegó a Carlos I de rebote, como cuarta opción tras tres predecesores que de una u otra forma murieron. Así se entiende lo mal preparado y lo rodeado de gente poco recomendable que estaba el chico para gobernar.

Si tuviera que señalar algo que me ha dejado pasmado es esto: a veces el autor es increíblemente propenso a ciertas justificaciones, como que los judíos se resistían a pagar contribuciones municipales: no conozco mucha gente que la pague de buen grado. Hace un año me subió a mi el 100%, a gusto me hubiera resistido a pagar. Por cosas así veo en el autor que, a pesar de todo, hay bastante parcialidad en sus apreciaciones. Lo que no quita que lo haga en base a datos válidos. Podría haber dicho, por ejemplo, que esa corriente de animadversión de cristianos contra judíos en el siglo XV tenía un mínimo de hipócrita. Se aducen crímenes previos de unos pocos judíos, pero no se tiene en cuenta la presión social tan importante a la que estaban sometidos desde generaciones. El tono del libro es así, lo cuenta todo, pero las valoraciones son siempre a favor de la reina, a veces lo deja en tablas. Pero no en contra. Y llama la atención en lo mucho que se preocupó Isabel por la salud espiritual de sus súbditos, expulsando a los judíos como elementos corrompedores de los judíos conversos, pero no vio a los cristianos que se aprovecharon de ellos hasta las fronteras de la expulsión como un mal que tenía el precio de un castigo. En todo caso, el cinismo del autor al final de la página 555 es sonrojante: cristianos y hebreos eran un matrimonio mal avenido que acabó en divorcio porque eran incapaces de convivir. Mi opinión es otra: hubo un caso claro de abuso por parte de un maltratador, el que tiene todo el poder para serlo. No es una historia de buenos y malos, como en cualquier relación, sino de un abuso desmedido y continuado por una de las partes contra otra que no tiene muchas herramientas con las que defenderse.

La parte dedicada al descubrimiento de América es de las que más me ha gustado, bien ponderada en sus partes, y sin olvidar el punto negro de la esclavitud,  no la que hubo de los nativos americanos, sino la de los negros africanos, esos de los que ni los nativos de entonces, ni los de ahora (los pocos que quedan), ni los descendientes de españoles y europeos ni los peninsulares actuales se acuerda ni en 1992 ni ahora.

Reseña muy bien que todo ese dominio posterior de los Austrias poniendo sus manazas sobre Europa fue una política que no iniciaron ellos, sino los Reyes Católicos. Y asume que ese título de Católicos concedido por el Papa es polémico, porque canoniza en términos generales una política que dudosamente podía serlo, según los principios católicos incluso de entonces, cuando no en contra. Pero el poder tiene razones para ser inmoral que no se le permite al pueblo, es ley de vida de entonces y de ahora. 

El autor en todas estas cosas no sólo pierde su sentido crítico, incluso viene siendo laudatorio desde hace cientos de páginas. El autor es honesto en ese aspecto, no se oculta, tiene una visión benévola de la reina. Al final del libro, concede que es un problema sin dilucidar la yuxtaposición entre las preocupaciones éticas de Isabel y su práctica política. Ella y Fernando son los iniciadores de la modernización del Estado, los que imponen la razón de Estado en sus decisiones y los que dirigen hacia el absolutismo la forma de gobierno. Tanto personalismo en última estancia no puede más que chocar contra la libertad de conciencia de sus súbditos y con los remordimientos al final de la vida de la reina: ¿que otra cosa son sino las disposiciones finales del testamento, sino dejar que otros resuelvan los problemas de conciencia, bien contabilizados en las diversas disposiciones que dejó reflejadas negro sobre blanco? Seamos sinceros, si eres una persona decente, ¿que gobernante no siente el conflicto entre el fin y los medios? ¿acaso cualquiera no deja solucionadas las cosas, los líos que ha creado, al final de su vida? Al menos lo intentó, no todos pueden decir lo mismo. Por ahí pueden comenzar las simpatías por Isabel, desde el reconocimiento.

¿De qué sirve leer un libro como este? Tenía muchas ganas de entrarle a Isabel la Católica por varias cosas. Se le da la pericia en muchas de sus decisiones, y siempre la rectitud o su posibilidad. Yo no sé la concedo siempre. Estaba el hecho de una posible canonización, algo  que promovió un leonés afincado en México. Estaba también el brutal uso que el franquismo hizo de su figura para apuntalar su ideología de nacionalcatolicismo (algo que el libro no toca obviamente,  pero se puede hacer uno idea con un pequeño estudio de 18 paginas en este enlace de descarga directa de aquí). El sentir de la historia se arrastra en nuestras costumbres y educación, y uno adquiere elementos de juicio con independencia de interesadas corrientes políticas poco comprometidas con la verdad. Y, por supuesto, cuando uno lee novelas históricas, sabe previamente cuando se la están dando con queso y cuando no. Y luego, está lo mejor de todo: la curiosidad.



miércoles, 18 de octubre de 2023

TREBLINKA, de Jean François Steiner

TREBLINKA, de Jean François Steiner

Asistimos a los prolegómenos de la idea de Treblinka, la cual se encuentra en Vilna, en la creación de su ghetto. De aquella isla de hacinamiento humano para tenerlos controlados surgieron varias ideas para reducirlos a una miseria material y espiritual, hacer de ellos lo que se quisiera y lograrlo con el mínimo esfuerzo para los nazis. Un esfuerzo englobado en la decisión de Wannsee de liquidarlos, y de la operación Reinhard para construir campos de exclusivo exterminio a escala industrial. En general, se tiene como una historia real contada a modo de novela. El mayor obstáculo de lectura seguramente es el tema del exterminio, muy crudo, horroroso, y eso que me da que no apura el tema hasta las heces. Tengo un montón de libros de memorias de supervivientes leídos, y es la sensación que me da. En comparación, la cantidad de novelas ambientadas en Auschwitz están enlatadas en almíbar: el entretenimiento manda. Con Treblinka se te encoge el corazón, se nota que las brasas de lo que pasó, mientras Steiner escribía, estaban aún calientes. Además, como algo especial que aquí sí tuvo lugar, el final de Treblinka es épico, abrupto y trágico. Los datos que da Steiner en los años 60 han variado con los que se aporta en la actualidad, por ejemplo el numero de escapados y el de supervivientes finales. Pero no cambia para nada lo que ocurrió, es importante pero no decisivo saber si fueron 60, 80 o 200. Aunque parezca mentira, no es tan fácil saberlo. 

El libro demuestra las ventajas del enclave de Treblinka, como nació como campo de trabajo, como tuvo una segunda fase de desarrollo en el que se convirtió, además de en un lugar de hacinamiento, en una fábrica de tortura y muerte de personas judías. 

Una vez estamos dentro de las alambradas, sabemos como se afinó el método de destrucción humana. Al principio hay un acto de resistencia hebrea, por parte de un tal Berliner: mató durante un recuento en el patio al mandamás nazi del campo, un tal Bielas. En su lugar colocaron a otro SS, alguien cuyo mote era Lalka, "muñeca". Un antiguo camarero. Un sádico. Es de los personajes más presentes y que mejor se le ha dado al autor. Una especie de Amon Goetz antes de La lista de Schindler.

El libro novela como fue el desarrollo de esta paulatina sumisión de los judíos a su destino, qué métodos empleaban para conseguir que perdieran toda esperanza de escapar y se avinieran como ganado a trabajar y ser asesinados cuando les llegara el momento, sin ofrecer resistencia. La pretensión era que, después de tanto horror, se sintieran liberados por el hecho de morir. 

Por contra, están los esfuerzos de los judíos más contumaces por oponerse a ese destino. Eso también ofrece un desarrollo al lector, desde los primeros tiempos de horror ante lo que ven al bajar de los trenes de la estación, luego una fase de evitar suicidios dentro de los barracones, luego otro de esconder dinero y joyas para lograr fugas y llegar a sobrevivir fuera. Finalmente se llega a un estadio en el que el individualismo cede a la creación de una organización clandestina de fugas. En todo este proceso aparecen los obstáculos a salvar, como los guardias ucranianos, las sacas periódicas de gente para ser eliminadas, o la red de delatores creada por los mismos nazis entre la población reclusa. De todos estos esfuerzos por matar o sobrevivir, ha quedado la memoria de los supervivientes y los nombres de los asesinos con su lista de crímenes. Pero también los nombres de judíos que por algún motivo quedaron grabados en la memoria de los supervivientes: por ejemplo, Langner, un hombre que sufrió una tortura extrema a la vista de todos, pero cuya resistencia espiritual no fue rota del todo. 

El libro está lleno de hechos concretos, a veces anecdóticos, otras ejemplos de lo que pasaba: está Choken, que se escapó y regresó, está la pareja de judíos libres que va a las puertas de Treblinka para que los maten, o la peste que diezmó a la población reclusa. Se cuenta cómo se organizó la rebelión final, el personaje del maestro de la mierda, la orquesta de Gold. La historia y el sacrificio de dos jóvenes judíos, Adolfo y Djielo, en el campo I y luego en campo II para lograr que escaparan el mayor número de gente... muchas historias recogidas por el autor a través de entrevistas y relatos de los supervivientes
 
En la época que llegó Himmler de visita, Treblinka I se transformó en una pequeña ciudad con jardines, tiendas, un pequeño zoológico... todo para aquellos judíos, gente con fecha de caducidad cercana. Ellos trataban de hacer ver a los alemanes que se lo creian, que creían en un futuro allí, mientras los alemanes creían que los engañaban de verdad. Se permitieron algunas bodas, y cierta confraternización entre opresores y oprimidos.

Hay muchas historias personales en estos 13 meses de gueto. En general es un libro que se lee muy bien y no deja, aparentemente, resquicios sin contar. La descripción de lo que pasa en el campo II deja al infierno de Dante en un juego de niños.
El final del libro muestra las fuentes de documentación: investigaciones de instituciones judías, memorias publicadas y entrevistas a los supervivientes que lograron localizar. 

Sin embargo, no a todos los judíos se sintieron comprendidos al acabar su lectura (se publicó en 1966), por la excesiva novelización de algo tan indescriptible. Muchos en Francia le pidieron que admitiese que era una ficción lo que había escrito. Por otro lado, Simone de Beauvoir alabó el libro, y lleva su prólogo. Se nota que estaban los ánimos muy caldeados sobre el tema. En cambio, ahora podemos encontrarnos muchas novelas sobre el tema con una simple búsqueda de Google. En el documental Shoah, de Lanzmann, hay una entrevista a uno de los guardianes de Treblinka, el sargento segundo de la SS Franz Suchomel y, si no recuerdo mal, imagenes del lugar, un lugar desierto, pero distinto a la conversión en museo al aire libre actual del recinto que visité este verano. De Treblinka, como espacio físico, ya solo queda un solar de tierra rodeado de pinares, la vía de tren, la antigua estación desmantelada que vuelve a funcionar con otra apariencia (la historia de la estación es digna de leerse), y las excavaciones para sacar los cimientos de los antiguos edificios nazis, recuperar pequeños objetos y el museo explicativo de todo aquello. Por lo que pude ver, las excavaciones arqueológicas intentan descifrar este espacio: donde estaban las fosas de enterramientos y las de quemar cadáveres, los hornos, las cámaras de gas, las distintas dependencias... Los nazis trataron de borrar cualquier huella del crimen cuando oyeron acercarse los disparos de las baterias soviéticas, y los recuerdos de los supervivientes son los de gente mentalmente destrozada, algunos como sonámbulos. Pero la vida les dio una segunda oportunidad.

sábado, 14 de octubre de 2023

EL DIRECTOR, de David Jimenez

EL DIRECTOR, de David Jiménez


El anterior libro que había leído de David Jiménez estaba basado en los niños perdidos en la miseria de algunas ciudades asiáticas donde él mismo había sido corresponsal durante unos años, era Hijos del monzón (2007). Un tiempo en el que se sintió realizado y cómodo, como viene a decir en el presente libro. Me gustó, y cuando fue nombrado director de El Mundo fue una sorpresa, porque no me imaginaba a ningún director de un periódico de tal importancia con tal sensibilidad social. Como que sonaba raro.
Y raro fue que aguantara, pero no por lo que me podía imaginar. De hecho, hay que leer este libro como una denuncia real y concreta sobre lo que pasa en el periodismo español, en este caso ejemplificado en El Mundo, periódico donde empezó a los 23 años de becario. Si uno lee el curriculum de Jiménez hasta su defenestración, después de acabar este libro, te das cuenta que le gusta su profesión. Es una buena hoja de servicios, incluido un paquete bomba que le enviaron al periódico. Podría haber tocado el tema de la corrupción ética en otro rotativo, podría haber contado historias miserables de otra gente que no fuera la del PP de entonces (años 2015-2016), pero él habla de lo que conoce: presiones de políticos del PP y de empresarios para favorecerlos en las informaciones o, al menos, que no les perjudicara. Que no salieran a la luz noticias contrarias a sus intereses pero si de interés nacional. Parece que la gota que colmó el vaso de ese combo político/empresarial fue la noticia que obligó a dimitir al ministro Soria durante el des-gobierno del PP de Rajoy (mientras escribo esto, encausan también al Fernández Díaz, ministro de interior. Como si fuera de lo más natural...). Acabó buscando en Milán a los dueños del periódico para encontrar, al menos en ellos, un respaldo, pero hay en toda esta historia el nombre de un tipo que lo mismo que lo encumbró lo echó. Y que lo enjuició para que no escribiera este libro, pero por suerte para nosotros, que lo tenemos en las librerías, perdió. Un libro que deberíamos leer o saber concretamente de qué va: nos guste o no, a nadie le gusta que le mientan o le traten de estúpido como viene siendo habitual en periódicos, tertulias, telediarios... 

El libro está escrito como un thriller de suspicacias, mentiras ocultas, falsedades de la gente, de los que ya tiraron la toalla hace tiempo por distintos motivos, y varios ERES (despidos) con los que es imposible sacar adelante un periódico con un mínimo de calidad. Creo que Jiménez traslada al lector un montón de momentos tensos a la hora de actuar frente a las presiones dentro y fuera del periódico. Cómo equilibrar el buen nombre del periódico con gente a la que solo le importa la cuenta de resultados a final de año, o los puestos de trabajo de profesionales frente a los empresarios que hoy están y mañana no pero se han ido con un buen fajo de billetes en el bolsillo, mientras dejan a un montón de gente en la cuneta... Cómo equilibrar todo eso de una forma ética y poder seguir llamándose cada mañana periodista. El tenía una visión clara de cómo monetizar la información: digitalizar el periódico. No pudo. Pone el ejemplo de una periodista extranjera que vino a trabajar, y cuando aportó ideas para mejorar, acabó fuera también. No se lo podía creer. Casos dentro y fuera de la redacción.

Cierras el libro y ya sabes por qué, en España, no existe la democracia. Falta una pieza fundamental, o peor: nos la roban todos los días a cambio de material podrido. No es que no se pueda conocer la verdad, no es que sea relativa, o no objetiva, todo eso son excusas porque la realidad es que hay gente que se encarga de escamotearla y de que perdamos la esperanza de conocerla. Hay gente que solo trabaja para eso, y esta colocada muy arriba. El problema tiene nombre y apellidos, aunque en este libro muchos tengan solo apodos por motivos evidentes. Ese es un problema de la democracia española. No tenemos una democracia real que no sea la de echar pestes en la barra del bar a la hora del telediario, porque es algo más profundo y sistémico. Me da que Jiménez se jugó el futuro profesional y su reputación (no es tan fácil ir contra el sistema como estar solo ante el peligro, no todos somos un remedo de Gary Cooper). Y para nada dice que esto sea solo y exclusivamente un problema del PP/El Mundo, pero es lo que le tocó vivir.
Un libro importante, insoslayable aunque nos rompa la burbuja del aparente bienestar. Dada la posibilidad de más tribulaciones en los juzgados, muchos nombres de la profesión aparecen con motes, pero solo me queda la duda de saber si la persona a la que acudía a ver en Milán era Berlusconi, porque eso lo explicaría todo en El Mundo y en el mamoneo entre políticos y empresarios por extorsionar a los periodistas, gente con el estómago bien agradecido. Aunque tampoco es que sea necesario saberlo, tal y como funciona el mundo...

jueves, 12 de octubre de 2023

TREBLINKA, de Chil Rajchman

TREBLINKA, de Chil Rajchman

El suplicio de todo el que llegaba a Treblinka empezaba mucho antes, desde el ghetto, pero es llegando a su estación de tren, un simulacro de estación intermedia hacia otras ciudades del este, cuando empieza realmente su relato, el calvario. El de un hombre tratado como no se trata ni a los animales, azotado, desnudado y haciéndole correr con cargas de ropa clasificada. Preguntándose, aturdido, a qué se debía semejante trato y organización. En definitiva, por qué le trataban así, como si fuera una prueba letal de supervivencia. Así nos describe el primer día, el día de llegada, al campo de exterminio de Treblinka. Los engaños para traerlos hasta aquí pacíficamente se van desmontando uno tras otro. No hay mas viaje.

Había dos campos, Treblinka I dedicado a la extracción de grava de una cantera y la tala de árboles. Pero los judíos como Rajchman tenían otro cometido en Treblinka II, el campo anexo dedicado a matar judíos y gitanos exclusivamente. En el caso de nuestro autor, su trabajo fue diverso en el campo, es decir, salvó el pellejo al principio al presentarse como peluquero, y después pasó a seleccionar ropa, fue camillero de cadáveres para las fosas... Cuando lo meten a sacar dientes de oro y prótesis dentales, el relato se vuelve horroroso. Ahí describe como sacan a los gaseados y los entierran. Describe durante su estancia algunos episodios de patética resistencia judía, y el cambio del enterramiento a la incineración. 

Algo en lo que todos todos los supervivientes coinciden es en las vejaciones habituales ejemplarizadas en hombres concretos, pero también en mujeres, a veces con ejemplos particulares anecdóticos, pero muchas veces dejadas a la intemperie todas ellas, desnudas y en una noche de 25° bajo cero .

También explica el cambio de enterramientos a incineraciones por lo ocurrido en Katyn ,donde los nazis descubrieron una fosa con 10000 oficiales polacos asesinados por los soviéticos. 

Una de las diferencias con el relato de Steiner, que se hizo famoso en su día allá por 1966, es que aquí se describen igualmente abusos, asesinatos y torturas, por ejemplo las de los guardias ucranianos, pero no hay ni un ápice de epopeya, de heroica resistencia a nada. El vacío en la vida de estos hombres parece más palpable en Rajchman que en Steiner, que suena a epopeya. En nuestro libro no hay nada sublime, ninguna intención positiva en soportar tanto sufrimiento. Supongo que eso perdió un poco a Steiner.

Finalmente, después de muchos preparativos, llegó el día de la rebelión y evasión, el 2 de agosto. Tras varias escaramuzas y la sorpresa de los asesinos, 20 de los presos cruzan la valla y se juntan en un bosque a 4 km del campo. Los nazis los persiguen, matan a la mitad y el resto de judíos se separa. Con mucho peligro, Rajchman se ocultó en Varsovia hasta su liberación en enero de 1945.

Hay algunas impresiones continuas durante la lectura: la lluvia constante de golpes durante las horas de trabajo, que ocupa 12 horas; y el continuo ajetreo a toda velocidad sea trabajando o desplazándose. Todo es es asumido por el miedo a una muerte inmediata a manos de un SS o un guarda ucraniano. Gran parte de lo que cuenta trata de donde estuvo, el campo II, el lugar de la muerte, y la propia antesala a ella para los 200 judíos que allí trabajaban. Allí conoció a Adolf y a Djielo (o Zelo), gente que murió en Treblinka pero que dejó en los supervivientes un recuerdo imborrable. Toda esta parte final parece haber sido extraída de aquí por el propio Steiner para su libro, hay párrafos casi iguales. 

lunes, 9 de octubre de 2023

COMUNEROS. LA REVOLUCIÓN DE CASTILLA, de Engel de la Cruz

COMUNEROS. LA REVOLUCIÓN DE CASTILLA, de Engel de la Cruz


¿Hay líderes en la historia de España como Padilla, Bravo, Maldonado y Pacheco? De esas características, de esos que se celebran 500 años después como se hace en Villalar, yo no los recuerdo. Entonces recuerdo que algo tendrá el vino cuando se lo bendice. Este libro destila, en la actitud de su autora, mucho amor por su recuerdo. Es la principal característica. 

La historia de los comuneros es de esas que, desde los escritores que fueron contemporáneos hasta hoy, ha sido manipulada y tergiversada como agua arrimada a tu propio molino. Se han retorcido aquellos años de rebeldía contra un rey extraño por parte de los más monárquicos que tenían una idealización del poder absoluto, como pasaba con los palmeros de Carlos I, tanto como por gente autonómica o rebotada con la autoridad. Se ha vuelto de moda ser comunero, he conocido gente que se sentía así. La exposición de este libro intenta no dejarse nada en el tintero, pero con evidente simpatía por los que perdieron la partida contra el poder impuesto y gran parte de la nobleza, sobre todo la más alta. Por otra parte, creo que a mucha gente le supone un obstáculo acercarse a la historia por culpa de los intereses políticos con que nos esta siendo transmitida desde siempre: una cosa es la imagen de la historia de España que nos han inculcado desde críos en la escuela, y otra la de gente que se ha quedado las pestañas manejando las fuentes primarias sin excepción (al menos las que hubiera en su época) y sacándole lentamente conclusiones después de darle muchas vueltas. Historiadores poniendo en duda los tópicos de siempre y las lecturas interesadas. Cualquiera se puede equivocar,  pero a todos se les exige honestidad. Sus obras no van a estar entre los bestsellers de un escaparate, pero están. Como dicen por ahí, el hecho de no conocer la ley no te exime de cumplirla, y el hecho de que no nos lleven a casa o a las pantallas las obras de los historiadores de verdad no nos exime de saber que podemos buscarlos nosotros mismos. El presente libro es divulgativo, de los que pueden ser atractivos para llegar al escaparate sin dejar de ser un intento de llegar a la verdad de lo que pasó en la medida de lo posible. Tiene voluntad de contarnos la historia a través de los mejores historiadores reconocidos, como Joseph Pérez, y de lo que supuso para España esa pérdida de libertades que fue el fracaso de la revuelta. La parte final del libro nos habla del eco que tuvo esta pequeña guerra civil en los siglos venideros a través de la política (cortes de Cádiz, en EEUU, en el Regeneracionismo, en la República, en el franquismo, etc), en la literatura, el resto de artes, el cine y la televisión.

 El libro se abre en los antecedentes castellanos, y como la monarca Isabel puso orden en el tinglado del siglo XV en su reino. Con su buen recuerdo, la llegada de reyes extranjeros como Felipe el Hermoso y su hijo Carlos I fue evaluada por lo que eran: unos arribistas bastante chulos que utilizaron, y sólo utilizaron, esta tierra y a sus gentes para sus proyectos políticos en sus alejados de Castilla o Aragón. Contra esta humillación se levantaron muchos, no solo los comuneros. Pero parece que sobre ellos cayó principalmente el peso de la represión y de la propaganda del rey y de cualquier otro gobierno hasta el siglo XIX. También me echa un poco por los suelos esa imagen impecable del emperador, al menos en sus años iniciales, que más se semejante a un patán, a un niñato, o a una marioneta en manos de sus ayudantes flamencos. Todo ello sin menoscabo de lo bueno que hiciera bastantes años más tarde, cuando realmente hubiera completado su formación basada en darse de bruces contra realidad (esto último son conclusiones mías)

El libro desmenuza bien porque los comuneros tuvieron tantos apoyos iniciales, de la misma manera que los fueron perdiendo. El papel de Padilla, Bravo, Maldonado y otros. Después el protagonismo de María Pacheco, viuda de Padilla. Las escasas victorias comuneros, el papel esencial de Juana la Loca, del loco obispo Acuña, los muchos obstáculos que encontró el monarca para aplastar la revuelta, y su profunda soberbia y el rencor que les guardo toda la vida. Es un relato no sólo de batallas, es muy de historia social y política, un último grito alzado contra el absolutismo que vino de la mano de una población hispana que, me parece, es la última vez que actúa unida transversalmente entre diferentes estratos sociales: no solo fueron nobleza media y baja, o solo burgueses: el pueblo llano fue protagonista. No recuerdo algo así hasta la guerra de la Independencia, aunque puede que me equivoque.

Finalmente sigue el rastro de los perdedores, y su huella en la historia, por ejemplo en las cortes de Cádiz. La inmediata destrucción de documentos de los comuneros por parte de los funcionarios de Carlos, la culpa o no de los judíos en esta revuelta. 

domingo, 8 de octubre de 2023

DIARIO DE UN MAL AÑO, de J. M. Coetzee

DIARIO DE UN MAL AÑO, de J. M. Coetzee

Libro raro, no fácil de leer. Cierto que los personajes de Coetzee no suelen tampoco ser gente fácil, ni la alegría de la huerta. Sus libros tienen muchas capas de sentido. Pero aquí todo parece provocar al lector: la estructura es una sucesión de capítulos en los que primero habla quien parece ser el mismo Coetzee (C. o JC), y luego leemos un montón de opiniones fuertes sobre políticas y sociales. Son temas  provocadores a veces, como la pederastia. Coetzee es de esos autores que asumen riesgos en la forma de contar: otro maestro de maestros. Aquí parece que el narrador y el autor son identificables, pero es más bien un juego de posibilidades. Y aparece una chica filipina en su bloque de pisos por la que babea considerablemente y sin tapujos para describirlo.  Su voz, en primera persona, cuenta cómo ve ella al escritor profesional y su texto. No le merecen una buena opinión ni el autor ni sus opiniones. Asi que tenemos tres lineas narrativas paralelas: el escritor C, la chica Anya y el manuscrito del libro, escrito por el primero y mecanografiado por ella.

Esta parte dura dos tercios del libro, en los que Coetzee, lo reconozco, pone a prueba la paciencia del lector, o su curiosidad por saber en qué acabará está historia. Adoro a este escritor, pero reconozco que uno tarda en saber a dónde va todo esto...

Pasada la mitad del libro se mete también Alan, el novio de ella, en la ecuación, sirve para ponerla en entredicho por su actitud condescendiente (en su opinion) con C. y criticar al escritor sin ningún pudor.

Resumiendo: podemos ver que, llegados a la parte central del libro, tiene varias voces narrativas. La primera, las opiniones de JC, a veces C solamente, sobre un montón de temas controvertidos, que suponemos deben coincidir con el manuscrito. La segunda voz es la propia de JC (que suponemos el autor), luego está la de la chica Anya y luego entra el novio de ella, Alan, un tipo oscuro, el típico chanchullero con el dinero de los demás, una vocación más en la vida de gestor de inversiones/estafador sin escrúpulos y lleno de prejuicios y resentimientos hacia el prójimo. Cada uno de los 3 expresa su opinión sobre los otros en un soliloquio íntimo. Cada uno habla del otro refiriéndose a distintos momentos, pero todos estos discursos guardan una relación entre sí, a veces veladamente y otras de forma muy estrecha. Y ahí surge la chispa del libro, esa coralidad de voces independientes pero cuyo sentido depende del otro totalmente. Esa relación del individuo con su vecindad. En realidad, lo lleva haciendo desde el principio con los párrafos del manuscrito de opiniones, también relacionadas con los discursos de los protagonistas de una forma tan vaga que te lo preguntas constantemente: ¿es así o me lo estoy imaginando? De manera que ahora respondes claramente: es así!!!!!

La segunda parte del libro, que corresponde al último tercio en páginas, gira en torno a una cena de los tres donde Alan saca a relucir su mala baba. Aquí parece que el lector acaba su travesía por el desierto y Anya empieza a empatizar con JC. La cena romperá el clima seco y poco convincente de la historia que Coetzee venía contando: la cena, después de celebrada, dará que hablar a Anya con JC, y también con Alan. Para lograrlo Coetzee sigue utilizando esa técnica del collage que es partir en trozos una escena larga, hacerlo con otras escenas también e ir colocando todo ese conjunto de trozos mezclados pero agrupándolos por capítulos de manera intencionada. Siguen, eso si, un orden cronologico, de manera que tampoco te pierdes. Quien haya leído La verdad sobre el caso Savolta sabrá a qué me refiero. De esta manera, el autor nos obliga a estar atentos. Lo único atemporal son los discursos, las opiniones de C. para el libro, que ejerce también un fuerte contraste con el resto. Tal vez sean una especie de muleta que ayuda a hablar a los protagonistas de ciertos temas. Aquí es donde digo que Coetzee toma mucho riesgo narrativo, por decirlo de alguna manera. Toda esta dislocación en la imagen que tenemos de cada uno de los tres protagonistas sirven para añadir intriga pero para figurar un nivel fragmentario del conocimiento de la realidad y, aún más, de las personas. Fragmentos luminosos, y otros oscuros, fragmentos que se explican por sí mismos, pero hay otros que se entienden por contraste. Todo un juego de habilidad narrativa, para acabar descubriendo que un viejo aún puede recibir cariño pese a sus rarezas de viejo.

En realidad, el libro tiene varios asideros para entenderlo. Por ejemplo, las relaciones de poder dentro de la pareja. Lo que más me desconcierta es el tono autobiográfico cuando habla JC, por ejemplo de hacerse mayor o sobre la creación literaria, o las relaciones de vecindad (lo que dice de Tolstoi parece decírselo a sí mismo), y el tono casi siempre despiadado cuando son los demás quienes hablan de él. Original y desconcertante. 

A veces, en este triángulo de amor/odio, se lanzan pequeñas frases en las que no sabemos a ciencia cierta quién de los dos se dirige a Anya, de manera que según elijamos a autor de las palabras el sentido ellas varían y el resultado es, por contraste, sombrío pero asombroso. Son detalles que me han explotado en la cabeza (por ejemplo, final del capítulo 16, libro II)

Coetzee es un enamorado de Tolstoi y de Dostoievski. Empezó su carrera como matemático y programador de ordenadores, un conocimiento que parece haber desempolvar en algunos capítulos en cuanto a lógica y números 

Un libro escrito a base de aspectos autobiográficos, opiniones sobre todo un poco, confesiones de los personajes, mala baba de uno en concreto, amargura frente a la vejez y un deseo de amor simbólico que redima a C. Me podría pasar horas hablando de un libro tan original ,con destellos brillantes todavía de su autor, su respeto hacia otras formas de pensar y escribir que no son la suya, y su gran amor a los dos grandes de la literatura rusa.