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lunes, 18 de marzo de 2024

LOS VIKINGOS, de Neil Price

LOS VIKINGOS, de Neil Price

Realmente es, como dice el subtítulo, la obra definitiva (hasta ahora) sobre la cultura vikinga. O hasta ayer, porque si algo demuestra este tipo de libros, escritos por auténticos académicos, arqueólogos y notables profesores de universidad, es que los divulgadores de la historia, en general, se quedan obsoletos muy pronto, pero son a los que más se escucha. Dentro de unos años tal vez sea necesario otro libro definitivo como este, tal vez lo anule o tal construya sobre él. Los vikingos incorpora descubrimientos arqueológicos, relecturas de fuentes literarias, una crítica a formas anteriores de interpretar la historia que proporciona, en conjunto, una visión diferente en muchos aspectos, coherente y unitaria del fenómeno de los vikingos hasta donde se puede saber actualmente. Uno se queda con la sensación de que el tema aún nos puede sorprender, de que muchos libros y revistas merecen ser despojadas de docenas de páginas anticuadas. Que queda mucho por disfrutar a los amantes de ese espíritu nórdico.

Los méritos de este libro pueden llegar más lejos aún: aporta el valor de la perspectiva de género en la evolución histórica de los vikingos: los nórdicos ya no son comparsas del tío del hacha, ni desencadenan los hechos de una historia de hombres. Son parte fundamental del desarrollo de la cultura escandinava y de las invasiones vikingas del territorio europeo. Vamos, que eran tan mala hierba ellas como ellos. Otro atractivo del libro es, por tanto, enterrar tópicos: por mucha literatura y cine amable con ellos, los vikingos eran gente que no hacía ninguna gracia. Su llegada, hacha en mano y no para comerciar, era una desgracia, y se aportan muchos datos. Se remonta a los orígenes muy anteriores a Lindisfarne (8 de junio de 793), como es el Periodo de las Migraciones y las profundas motivaciones previas para acabar haciendo lo todos sabemos, y aquí también hay sorpresas. Se estructura en bloques de capítulos, el primero establece una identidad dee los pueblos noruegos, suecos o daneses previa a las invasiones, muestra su cultura material e inmaterial, religión, pensamiento, forma de vida, contacto con Roma, con Asia, con el Occidente después de Roma. Luego llega el bloque de las invasiones, en el que me ha sorprendido la economía que sustentaba el hecho de poner a 30 tíos con ganas de romper cabezas en un barco. Es impresionante el esfuerzo que se mantenía en casa para poder enviar a esta gente a comerciar o a saquear. El libro explica muy bien algo que muy pocos te explican: el ganado ovino tan grande que se empleaba para obtener velas de barcos y vestimenta, y la gestión de los bosques para sacar tanto barco y edificios. Ello se basó en otro aspecto de la economía, también fundamental: la esclavitud, preferentemente femenina, en unas condiciones espantosas. Cuando he viajado por ámbitos de cultura escandinava, no leí el paisaje bajo estos tres conceptos. Después de la lectura de este libro, mi viaje hubiera sido distinto porque mi mirada ha cambiado con lo que ahora sé. De esto no hay serie o película que te hable, lo queda que pensar. Deja muy obsoletos estos productos así como muchos libros. Pero seguirán teniendo éxito en la medida en que el público no adquiera más cultura sobre lo que le gusta para volverse, inevitablemente, más crítico con lo que ve. El urbanismo vikingo también tiene sus peculiaridades, y me ha explicado también el paisaje general de las tierras habitadas de Noruega actualmente. Es muy interesante poder viajar con un libro así bajo el brazo. El tema de películas y series de vikingos es un poco como la botella medio llena/medio vacía, también se reconoce el esfuerzo que con los años hacen los guionistas por incluir en la pantalla detalles basados en estudios históricos. Supongo que hacen lo que pueden, pero después tampoco da mucho mas que para una conversación de barra de bar. Lo bueno de este libro es que si se aprende y si es ameno. Con verdadera intención del autor.

Otro detalle estupendo del libro es que intenta ir más allá de una descripción de la vida nórdica en la época de las invasiones vikingas. Además de hacerlo comprensible, explicar lo que se halla en los yacimientos arqueológicos, te explica cual es el origen de algo importante que se encontró, cómo se usaba, y cómo lo podríamos percibir a través de nuestros sentidos si estuviéramos en aquella situación,  es decir, si nos trasladáramos a aquellos siglos. Es un ejercicio de empatía con los vikingos no para dejarlos bien parados a ellos, como hace en una producción cinematográfica, sino para comprender otro universo del que nos separan siglos de cultura material y de pensamiento. Es algo que agradezco mucho a este libro.

La síntesis de sus invasiones por el lado atlántico de Europa están muy bien contada. Así como los establecimientos de lazos comerciales con Bizancio, Bagdad y el resto de Asia. El caso de los rus, los varengos, las cruzadas, etc. Mención aparte están las diásporas de Islandia, Groenlandia y la costa nororiental de Canadá. Queda todo muy explícito con las evidencias arqueológicas y lo que se puede inferir de ello. 

 Finalmente queda por ver como pasaron de multitud de reinos a la unificación en entidades más próximas a las que conocemos actualmente, la instauración de monarquías, la pérdida de poder de las asambleas de jefes, y la inclusión del cristianismo como argamasa de ese poder real mientras se diluye el de los jefes de cada región.

Un libro muy completo y coherente sobre un tema que, pese a ser muy conocido, todavía depara muchas sorpresa y nos empuja a despojarnos de viejos tópicos incluso de los viejos historiadores. 

SOBRE LOS HUESOS DE LOS MUERTOS, de Olga Tokarczuk

SOBRE LOS HUESOS DE LOS MUERTOS, de Olga Tokarczuk 



Desde la primera página la narradora, Janina Duszejko, se descubre como una persona mayor un tanto especial. Resulta agradable descubrir cómo la autora elige las mínimas pinceladas para lograrlo al principio, y no sólo cuando busca explicaciones astrológicas al carácter de las personas: hace alusiones a ángeles, habla con animales, se entiende mejor con los inadaptados, vive casi encerrada, etc. Es decir, es una mujer poco convencional. En realidad, es de esas personas de las que más de uno calificarla de chifladas. No hay más que leer las dos cartas a la policía, pero son todo ejemplos muy interesantes del desarrollo de sus pensamientos. Porque esa es la forma de narrar que ha elegido Olga Tokarczuk en este caso: seguir sus pensamientos. Es como cotillear dentro de un cerebro excéntrico, cada vez lo flipas más; pero sin sentirse culpable porque es un personaje ficticio. 

Solo al final veremos que esa mujer es de la estirpe de don Quijote en cuanto a chifladuras. ¿Que es verosímil y qué no lo es en la interpretación de los crímenes? A mitad de libro hace una revelación nada inocente: es ingeniera, levanta puentes. En latín, pontífice. Está claro que estudia a la gente, pero bajo los parámetros de los planetas. Y esta narradora lo cuenta con humor y con cartas astrales que fallan menos que la policía. En el pueblo, la vida es dura en invierno, hay poca gente y los tres que no se van a la ciudad en esos meses tampoco se juntan. Esta es la situación inicial, pero cambiará. 

Poderosa imaginación para recurrir a ciertos detalles de las escenas para hacerlas avanzar con vigor, y dentro de una coherencia entre los detalles y el hilo de la historia. Me ha resultado muy fácil de seguir en todo momento porque además los personajes resultan tan vivos y posibles que me recuerdan a personajes de las grandes novelas del siglo XIX. Pero solo hasta ahí, porque aquí no hay melodramas decimonónicos. Además, aunque tarde, uno se acaba dando cuenta que la autora te ha estado ocultando cosas a la vista. Vamos, que ha jugado un poco contigo.

Sigue teniendo detalles, aunque menos que en Los errantes, en el que la autora vuelve a mostrar su gusto por la casquería. Y la influencia de William Blake está en todos los capítulos, a veces en sólo los títulos, a veces también en citas.

En general, se entiende bastante bien el motivo por qué está mujer ha decidido vivir apartada de la sociedad polaca. Para empezar, hay un hilo de unión entre la humanidad, la naturaleza y los astros que la primera parte de esta ecuación parece querer destruir a tiros. Es fácil ver el embrutecimiento de mucha gente, principalmente policías, pero también muchos otros colectivos como el de los cazadores. Mentes obtusas desde su perspectiva animalista. Pero la percepción de los otros también es más realista: ahí está la conversación con el guarda forestal. Aunque también funciona como una metáfora del capitalismo más salvaje. La protagonista, Janina, siempre encuentra una réplica a sus discursos emocionales, desde la brutalidad (policía, cazadores) o desde la racionalidad (sus amigos). En todo caso, Janina es una mujer aislada por los demás, pero no hasta el punto de no observarlos. Los describe con fina ironía, sobre todo a los elementos más respetables de una sociedad rural, burócratas, fuerzas del estado y el sacerdote del pueblo. En el triplete de humanidad, naturaleza y sentido de la vida (ciencia astral), no parece que los primeros estén en la cúspide de nada. la autora baja continuamente a la humanidad del pedestal al que se subió hace siglos.

Ya cuando llego al tercer muerto en cuestión de meses de la novela empiezo a plantearme que de verdad son asesinatos. Aunque no me creo aquello con lo que se despacha la protagonista: cada uno ha caído a manos de la fauna y de la naturaleza en general empujados por animales concretos a causa de sus crímenes contra ellos. Eran un furtivo, un empresario con una granja de zorros y un policía corrupto. 

Con el cuarto fallecido hay una inesperada elipsis, con el quinto, ya hemos alcanzado el paroxismo de la novela negra que no había al principio, porque todo lo demás hasta entonces, la vida cotidiana de esta mujer mayor, sus recuerdos, sus observaciones de la naturaleza y las personas, todo queda borrado ante la pregunta de qué está pasando, y qué eslabón une a nuestra protagonista con los crímenes. Ella tiene su propia justificación, las cartas astrales. 

En cuanto a locuras, el párroco se despacha desde el púlpito con una defensa de la caza que da asco. Pensé que era ficción, pero no: al final del libro Olga Tokarczuk avisa que es una recopilación de sermones reales que se encuentran en Internet. Por cierto, el año pasado viaje por esa zona del sur de Polonia pegado a Chequia y es muy verde y bonita.

Leo en otros lugares que esta novela se vende como novela negra. En mi opinión, siendo esta la tercera novela que leo de Tokarczuk, entiendo que vuelve a remitirse a la vida humana para copiarla: es una mezcla de géneros. Hay epístolas, hay autobiografía, hay realismo y también esoterismo... podria seguir asi porque ¿que no hay en las novelas de Olga Tokarczuk como pasa en la vida? Seguramente seguridades. Se vende como un thriller, pero es mucho mas, es contemplar a un elefante vestido dentro de la cacharrería.

Es una de esas premios nobel de las que unos dudan en cuanto a su valía, mientras otros no comprendemos cómo no oímos nada de ella hasta que se le concedió el premio. No hay vida suficiente para descubrir tanta cosa buena.

lunes, 11 de marzo de 2024

DESENCAJADA, de Margarita Yakovenko

DESENCAJADA, de Margarita Yakovenko

El relato empieza en 2019, cuando firma la nacionalidad española perdiendo la ucraniana ante la ley española. Para entonces lleva 20 años en España, habiendo nacido en 1992 en la tristemente ya conocida Mariupol. Se fue de Ucrania a los 7 años, con el visado español de su madre, que entonces tenía 27 años y abandonando su profesión de enfermera. El padre había ido a España un año antes y los estaba esperando en Barajas. 
A partir de aquí, se inicia un duelo contado en primera persona por varias pérdidas: la perdida del resto de la familia, de los orígenes, del idioma,  incluso de unos padres a los que cuesta tener en casa porque se tienen que ganar la vida como pueden. Si a eso se suma el grave conflicto interior de  sentirse impostora ante sus compañeros de clase y sus novios aun siendo académicamente brillante, y el sentimiento de culpa por abandonar Ucrania, tenemos un cuadro bastante aproximado del drama. Volver a Ucrania cada verano no lo hacía más fácil. 

Es, entonces una historia personal, una autoficción del desarraigo imposible de evitar. Cómo convivir con ese sentimiento de no pertenencia, y de pertenencia perdida. De estar donde la llevaron casi  a la fuerza, a un lugar que se antoja aleatorio. Pero, en todo caso, vivir con el sentimiento de fondo de no estar nunca donde debiera. En la medida que la vida de los padres se desarma, como una vuelta al km 0 fuera de tiempo y lugar, la vida familiar se desestructura. Un nuevo peso frente a la promesa de una vida normal con la que vino a este mundo. Recuerda el sentimiento de soledad ya a los 8 años. El libro es en este aspecto un ajuste de cuentas más consigo misma que con el entorno. Una mirada que juzga, como si fuera una necesidad urgente. Un ponerse en el lugar de la madre para ser capaz de aceptarse a sí misma y su dolor, en el dolor de aquella.

Cómo compaginar lo que eres con lo que quieres ser. ¿Ser ucraniana y querer ser española? No, seguir siendo ucraniana para unas cosas y ser española para acceder a mejores oportunidades en la vida sin que te regalen nada. De ahí el síndrome del impostor, por parecer que quitas algo a los españoles aunque te hayas llevado el premio al mejor expediente académico de su promoción. Por este tamiz pasan las vidas de sus padres, la relación con su novio... y ella, que no se cree con derecho a ser feliz, una especie de autosabotaje con exceso de dramatismo para tener 27 años. 

Todo está escrito como con un estado de ansiedad crónico. Un estado que deja huellas somáticas en el cuerpo y la depresión a ratos. 

Todo se cuenta desde el momento actual, con saltos al pasado. Hay una historia de desamor en esos momentos, de ruptura con alguien, que da un contrapunto con la ruptura de su identidad pasada y la búsqueda de una nueva. Es el paradigma de muchos inmigrantes. 

Al final vuelve a Mariupol, intentando deshacer el camino de la emigración para salvar, al menos, sus raíces y reconstruir de nuevo una identidad. Pero sólo obtiene un nuevo sentimiento de culpa al no lograrlo. Con todo, ella misma acaba reconociendo, que su melodrama debe acabar, asumir el pasado y mirar adelante. No hay otra posibilidad de mejora. Conocí a Yakovenko siguiendo la guerra de Ucrania, y con el tiempo ha caído este libro en mis manos. De manera que me parece una buena periodista que trae un tema muy actual como es el de la inmigración, y el de los desplazados por la guerra. Espero que la vida ya le este recompensando como creo que merece.

LOS ERRANTES, de Olga Tokarczuk

LOS ERRANTES, de Olga Tokarczuk



"Mi peregrinación es siempre en pos de otro peregrino"

Los errantes es un libro extraño, muy peculiar. El típico libro para preguntarse: ¿qué está queriendo decir? No es una novela, pero hay varios relatos separados en capítulos e insertados en medio de otros muchos que son consideraciones en torno a temas como la muerte, los cadáveres, el paso del tiempo y los viajes fundamentalmente. Pero este no es un libro de viajes, aunque muchos de las historias contadas pasen en un hotel, en un aeropuerto o en un destino vacacional.

Lo veo más como una mezcla de géneros acerca de la necesidad física y mental de moverse. Ella, la narradora, pertenece esa tribu de errantes por el mundo, cuyo lenguaje es universal porque lo necesario no es recorrer distancias sino sentirse entre dos puntos, el de conocido origen y otro de destino incierto, de modo que está en un sentimiento continuo de duda y observación del entorno. Como si renunciara a esos puntos de referencia que nos facilitan el traslado por la vida: tengo esto, quiero esto otro, origen y destino. Se siente extraña, busca lo diferente y poco común, como los cuerpos o partes de seres atrofiados en museos, por ejemplo. Como el tema de la plastinación: entramos en historias excéntricas que nos sacan de nuestras sensaciones habituales para colarnos en otras que cada uno entenderá a su manera. En mi opinión, hablamos del paso del tiempo, y en cómo nos afecta.  

Es fácil entender a la narradora como a Tokarczuk. Viajar ocupa una parte importante del libro: trenes nocturnos, esperas en aeropuertos, un polaco que pierde a su familia misteriosamente en una isla del adriático, consideraciones a las guías de viaje, y otras muchas historias peculiares. Algunos de los capítulos, como los dedicados al doctor Blau, parecen ser cuentos insertos con la excusa temática de guardar trozos humanos en tarros, etc, algo que se irá repitiendo a lo largo del libro. Me doy cuenta que gran parte del mensaje del libro es su propia estructura, fragmentada, un caleidoscopio de imágenes. ¿Es acaso otra cosa la realidad de nuestras vidas sobresaturadas de información muy diversa? Es un libro en contra de las certezas aceptadas, muy en contra de como hemos leido la vida en el sentido mas practico y convencional de la vida con personajes claros, tramas de inicio, nudo y desenlace, o de persecuciones de alguna verdad mayor o menor

Hay varias páginas dedicadas a cadáveres plastinados que se acompañan de un personaje de mente calenturienta. Es otro personaje entre el pasaje de un avión de los muchos que pululan por estas páginas. Algunos capítulos me han hecho perder el interés por este libro, en general eran cortos y me preguntó si hubiera perdido algo importante el conjunto de ellos en caso de no estar, pero si por sí solos, no cuentan mucho, parecen necesarios en el conjunto. Esa es una de las claves de la sensación que deja el libro al final. Los hay muy desiguales de forma y de fondo. Pero tiene otros que son todo lo contrario: con el tiempo, según avanzaba mi lectura, comprendí que eran auténticas paradojas. Tiene toques de humor, como ese pendiente perdido en el camarote de un crucero, que te meten muchísimo en la narración por lo bien traído que está, por la sorpresa que produce ese cambio de perspectiva puntual que te abre una dimensión de veracidad más al relato. Pero al menos hay una cosa clara: no hay personajes a quienes seguir a lo largo del libro. Los que hay tienen poco recorrido. No hay trama que descubrir, en eso es errático de principio a fin. Es sumamente reflexivo. Lo que tiene continuidad es el tema tratado, las sensaciones que te deja. Así que depende de lo que uno busque, este libro puede decepcionar. O no.

Conforme avanza la lectura, se desprenden algunas preguntas inquietantes: por ejemplo, si algo nos duele, o sentimos vivamente, algo que no vemos, ¿es acaso una confirmación de su existencia? ¿Que significa este desorden de los efímeros argumentos? Sin duda, un libro exigente para inconformistas, para aquellos que no temen verse decepcionados porque siempre sacan algo bueno, a veces tan bueno que no se ven decepcionados al cerrar este libro de 400 páginas. No hay dos lectores iguales, por suerte.

El tema de fondo, tal como yo lo veo, es el tiempo, su paso o su instante, y el deceso que provoca en la vida humana. La congelación del tiempo en los cuerpos u órganos conservados en formol, y esa variedad de cuentos que ilustran cómo nos maltrata de principio a fin en sucesivas visiones que la autora nos describe. O cómo somos capaces de detener el tiempo, el propio o la estimación del ajeno, con la muerte. Hay mucha contemplación de la muerte en forma cadavérica (Chopin, por ejemplo) , pero también algo parecido pasa en los tiempos muertos de los aeropuertos. 

Por debajo del original planteamiento de la autora sobre el tiempo y la muerte, uno se encuentra motivaciones propias para cada cuento, al menos de los largos.

De los cuentos cortos, me gustó El estado de la red, El siguiente, Esvásticas, Es una pequeña broma.

Una entrevista con la autora y la traductora al inglés de este libro, aqui


lunes, 26 de febrero de 2024

LEJOS DE EGIPTO, de Andre Aciman

LEJOS DE EGIPTO, de  Andre Aciman



Una curiosa y humorística historia de tres generaciones de judíos egipcios de origen sefardí contada un miembro joven, nacido en 1951, que lo ha visto y oido todo de ellos. No era difícil por cuanto les encantaban las reuniones familiares y rajar unos de otros sin pensárselo dos veces. Esencialmente, es eso. Pero como la gracia está en los detalles, vamos con ello: la historia de la familia paterna, que es la más extensa en todos los aspectos, va desde 1905 con Isaac, que llegó a Alejandría, hasta otoño de 1964 en que el gobierno confiscó los negocios del padre. El año 1965 marcharon los últimos que quedaban en aquella ciudad (con el sabor de las playas mediterráneas en todo momento) hasta Roma y, André Aciman con posterioridad, a EEUU. Una familia llegada desde Turquía en la que los 9 varones pierden 9 fortunas por un motivo u otro, siendo las que más recuerda el chico las nacionalizaciones de Nasser. Hay algunos saltos temporales en los que André visita a sus tías en París, ya muy ancianas, como un ejemplo de la diáspora de gente "bien" venida a menos.

El ladino era la forma de identificación familiar y de origen social. Hablarlo era como un rito. La gente de esta familia guardaba una estratificada jerarquía entre generaciones y entre sexos, lo cual no quita que cada uno sea recordado con una personalidad muy propia, incluso los criados árabes o nubios que trabajaban para ellos. Y es en esas relaciones entre ellos donde saltaban muchas sonrisas como lector de ellas, porque hay muchas peleas entre ellos, pero siempre son familia, los trapos sucios se quedaban entre cuatro paredes. Los hay más listos, como el tío Villy, que es todo un personaje, y otros que pierden la compostura muy pronto como le pasa a la madre de André frente a la familia de su padre; hay mucha ternura en esos recuerdos. Son una gente que se sentía especial y mejor que sus conciudadanos, lo que da ocasión a muchas frustraciones y situaciones equivocas. Por supuesto, Aciman las recuerda con la distancia que dan los años, y el cariño hacia unas personas a las que, ya muertas, se les puede perdonar. Es una mirada de adulto con las impresiones de un niño que por fin lo ha comprendido todo: a la abuela que se hartó del abuelo, del tío que se apuntó a defender a los aliados y al fascismo a la vez para ver de dónde sacaba tajada, de la familia amiga que cambia de religión para no cambiar de vida, de los amigos del colegio que le hacen la vida imposible por ser judío... 

Es una elegía de un tiempo que desapareció, el familiar y el de Alejandría, porque esa sociedad ya no existe. Tal vez otros lectores también resalten el doble hecho de que son familias judías de tradición muy cosmopolita por guardar la memoria de sus antepasados que han ido de aquí para allá en busca de una mejor vida (y no solo porque los echaran), pero solo un miembro, que recuerde del libro, quería ser enterrado en Israel. Y pese al hecho de que el nacionalismo árabe los miraba mal por ser judíos de los que esperaban un alineamiento con Israel, ellos para nada soñaban con el estado sionista. Es una familia que va allí donde se los acepta, simplemente, lo cual no implica una confianza ciega en la raza o la religión, más bien todo lo contrario como se leerá. El segundo hecho es que no aparecen extremismos musulmanes, ni islamistas fanáticos que les compliquen la vida. Los Hermanos Musulmanes no aparecen por ningún lado. Con la llegada de Nasser y las guerras con el recién constituido estado de Israel la xenofobia tiene tintes anticolonialistas: se pone en la diana a ingleses y franceses por la guerra del Canal de Suez. Y la guerra contra el sionismo es otro tanto. Pero estas son las reflexiones que me hago para comprender, simplemente, que el mundo de entonces y el de ahora se parecen muy poco pese a que les separan un escaso margen de tiempo en términos históricos. Cabe preguntarse con qué tiempo nos quedaríamos a vivir, si con el de Andre Aciman en Egipto o con el de ahora. Que cada uno elija.

sábado, 17 de febrero de 2024

LA LIBRERA DE EL CAIRO, de Nadia Wassef

LA LIBRERA DE EL CAIRO, de Nadia Wassef



Es la historia de la librería Diwan, emblemática de la capital egipcia, abierta en 2001, y contada por una de sus 3 fundadoras. Lo cuenta en primera persona en torno a unas coordenadas: lo primero es levantar un negocio desde la nada, cuando no existía un modelo de librería moderno en todo El Cairo. Segundo, el propio empoderamiento de estas mujeres frente a las negativas de la costumbre patriarcal, los malos presagios y el papel subordinado de la mujer en la sociedad. Tercero, las anécdotas con los clientes, historias en el llamado tercer espacio, la cafetería, o en la función de los servicios para mujeres

Entra en algunas discusiones actuales, como la herencia del colonialismo en Egipto: los tesoros arqueológicos (pongamos el busto de Nefertiti) han pasado a ser emblemas de la historia colonizadora en los museos de los países, no de su lugar de origen. En realidad, en vez de dejar que estas antiguas colonias aprendan directamente de su pasado, tienen que aprenderlo de sus antiguos colonizadores porque ellos se dedicaron a estudiarlo antes. Eso significa que el modelo de historia tiene una referencia exterior.

Habla de como compuso una sección de su librería, los Esenciales de Egipto: los grandes autores del país, los egiptólogos extranjeros, y el nacionalismo a la hora de valorar los libros de las diferentes tradiciones culturales del país (coptos, judíos y árabes). Si esta variedad de libros supuso una imagen personal de Egipto, el segundo capítulo, en torno a libros de cocina, también dibujar una imagen de las relaciones familiares. Dentro de la educación tradicional femenina en la sociedad egipcia, la autora experimentó la dificultad de sacar un negocio adelante con sus socias, las trabas administrativas, la corrupción institucional, el salafismo subyacente en tiempos de Mubarak, el trato entre una mujer de clase media y culta con sus empleados de las librerías. Todo esto se describe con fuertes contrastes. En general, utiliza el recurso del tipo de libros del que equipa su negocio para hacer un planteamiento personal sobre el tema y hacerlo autobiográfico: plantear un problema de su vida, buscar respuestas en manuales prácticos de empresa o psicología de los que surte la librería. Pero no le sirven y es una experiencia humana, o algo que leyó en una novela, la que le ayuda. Por ejemplo, le pasa con el tema de la maternidad, de la que se siente culpable o mala madre por sentirse mejor siendo empresaria que cambiando pañales, aún más cuando es esa la educación tradicional recibida. Lo mismo en cuanto a matrimonios, donde el divorcio se considera un fracaso a evitar, y no el evidente fracaso de aguantar sin divorciarse. 

Otro tema es el de la censura gubernamental y social, ejemplificado por Las mil y una noches, o la censura de los islámicas al contacto físico con mujeres como ella aún cuando las buscan para hacer negocios. La sexualidad se lee ahora con más carnalidad que hace 150 años. La pornografia está en los ojos actuales, sobretodo en los islamistas. Ellos sabrán qué hacen en sus ratos libres. Hay incluso alguna lista de buenos escritores árabes en lo que llevamos de siglo. 

Por tanto, la historia de Diwan funciona también como historia sentimental de su vida adulta, una historia social de las clases más desfavorecidas de El Cairo, y sobre los cambios que la globalización trajo a los barrios, logrando que sus habitantes perdieran paulatinamente el sentido de comunidad. La cadena de librerías que es Diwan es tratado como un hijo al que dedicarse completamente. Pero aún así, la autora confiesa al final lo mucho que le costaba mantener los números en negro y no en rojo, las aperturas y cierres de tiendas, el cansancio o paulatina desilusión porque no era lo que había soñado aunque tampoco estaba mal. A este cansancio le llegó la puntilla de la primavera árabe del 2011. En principio, Diwan había sido creado para fomentar las ideas dentro de una sociedad con graves lagunas culturales, una sociedad altamente corrupta. Pero la primavera se torció con la llegada democrática de los Hermanos Musulmanes al poder al año de caer Mubarak. Año y medio después otra revuelta, apoyada por militares, los expulsó. Y el paradigma de ventas cambió: empezaron a venderse libros espirituales, trascendentes.

Por el desgaste personal, la autora, una de las tres fundadoras del Diwan en 2001 abandonó en 2017

viernes, 9 de febrero de 2024

UN DETALLE MENOR, de Adania Shibli

UN DETALLE MENOR, de Adania Shibli


Sin duda otra novela de las que te dejan el alma perturbada, porque la vida a veces tiene eso. Y en algunos lugares del mundo, como en los territorios ocupados por Israel, hay que andarse con ojo para que no sea uno el protagonista de una novela como esta. Aunque en realidad, el libro esta compuesto de dos partes que son dos historias separadas por décadas aunque relacionadas entre sí por un crimen. La primera parte lo cuenta sin atisbo de emoción. También los ladridos de perros asustados como espíritus de la tierra que no dejan de inquietar, lo unen a la segunda parte donde una joven quiere saber por su cuenta como pudo pasar aquel crimen. Esa chica cumple años el mismo día que sucedió: nació exactamente 25 años después. Es la que nos servirá de guía para entender lo ocurrido en el desierto del Neguev en agosto de 1948, lo que es contado en la primera parte.

Un detalle menor es un título que hace referencia a algo que se hace evidente desde los primeros párrafos del libro. El crimen pasó (porque pasó) como un hecho menor, uno más. La autora incide en los detalles de una patrulla militar que llega para la vigilancia de la frontera con Egipto. Desde que el oficial al mando baja del jeep y ordena instalarse a todo el mundo, no hay elementos que nos permitan seguir su pensamiento excepto por los detalles de todo lo que hace, a quien se dirige, el dolor de una picadura en la pierna. Su mirada carece de emoción, es la de un dominador del terreno. El único momento en que eso se rompe es para soltar una arenga a sus soldados en plan "estamos autorizados a hacer cualquier cosa para defendernos". Y lo hicieron, no digo más, pero es muy bruto. La autora se basa en un hecho real.

La siguiente parte es la de una chica a la que si seguimos en sus pensamientos en sus traslados a su nuevo trabajo. También aquí la autora aplica la lupa de nuestra atención para observar muchos detalles menores, sobre todo de sus pensamientos, en la forma en que se desenvuelve su vida en cuestión de horas hasta que el relato acaba abruptamente, más o menos como suele acabar una chica palestina en el lugar equivocado. Porque siguiendo el rastro de lo que pasó 25 años antes, ella también acaba de una forma parecida. Curiosamente, ella busca datos en archivos y museos, pero encuentra muy poco. Lo que encuentra es la experiencia de lo que pasó entonces. De manera que la autora te viene a decir algo así: esto hay que verlo para creerlo. Ya estamos hartos de ocupar titulares de medios informativos. Estamos muriendo como cualquier persona normal. Todo el deambular de esta mujer joven va a desembocar en esto. Por ejemplo, se aprecia como las actitudes de la chica son condicionadas por la presencia militar, tanto la visible con soldados como por sus instalaciones. 

Los recorridos por carreteras de Ramala son como el del ratón buscando la salida de un laberinto porque se cuida mucho de intentar lo imposible, que es en este caso, salirse de la carretera, acortar por posibles caminos, detenerse a husmear en algunos sitios: los militares acechan. El miedo está presente por cuanto viaja sin los papeles adecuados; salir de su zona es siempre complicado. En realidad, viajando con los papeles de otra ha decidido perder su personalidad jurídica, se ha sometido.

El resultado es una sensación constante de estar atrapada, de claustrofobia, de miedo a romper los límites con los que choca a cada paso, tanto de su viaje en coche como de su capacidad de razonar. La idea de libertad está en el miedo que sufre en cuanto sale de casa. Es una de las cosas que más intenta explicar al lector de su situación vital en Palestina. El ambiente caluroso, el sudor, el silencio y ecos lejanos de bombardeos no contribuye a tranquilizarla, lo mismo que cuando ocurrió el crimen en aquel mismo enclave al que ha viajado, Ramala. El relato avanza con los cinco sentidos. El suyo termina siendo un vagabundeo por la geografía de pueblos palestinos fantasmas: o se han barrido de la geografía o su existencia física no aparece en los mapas israelíes. La atmósfera que sufre la chica cada vez se parece a la del oficial herido de la primera parte del libro por cuanto apenas llega a comunicarse: el ambiente es opresivo, aunque por razones muy distintas... La simbología de la picadura en la pierna del oficial es genial: no sabe como ha sido, ni qué le pico, pero está enfermo por descuidarse, por llegar a un territorio que le es inhóspito. Como en una segunda oportunidad desperdiciada, la protagonista no vuelve a casa sino al lugar del crimen del 48. Son dos relatos el de entonces y el de ahora, que van convergiendo en un mismo final. El primero lo hace desde el punto de vista del oficial en tercera persona, en el segundo desde los sentimientos de la chica en primera persona. Apenas se desvía del argumento principal, es un relato directo y claro. Una forma actual de meternos en la piel del dolor que produjo la Nakba.

domingo, 4 de febrero de 2024

LA PRISION DE LA LIBERTAD, de Michael Ende

 LA PRISIÓN DE LA LIBERTAD, de Michael Ende

Reunidos en 1992 por el autor alemán del que guardo muy buenos recuerdos de Momo y La historia interminable, tenemos estos ocho cuentos llenos de imaginación y planteamientos filosóficos. Ende confesó que estaban muy influenciados por los libros de Borges en lo literario, y por los grabados de Escher y Piranesi. Yo diría que tampoco faltó el influjo de un padre artista (la portada utiliza un cuadro de Edgar Ende) y, en menor medida, una infancia durante el régimen nazi. Si los traemos a nuestra memoria, veremos que la fantasía del autor le ha servido para explorar edificios imposible de llevar a la realidad, de percepciones oníricas de lo que ven o sienten los personajes en determinado momento, de puertas de entradas casi secretas. Una vez traspasadas empieza un juego de luces, de perspectivas, de engañosas impresiones que nos hacen dudar de la realidad entre cuatro paredes. Un universo dentro del nuestro en el que se juega con otras reglas, esas que el protagonista debe explorar mientras pone en duda las normas con  las que ingresó en el edificio desde el exterior (aquí entran las arquitecturas imposibles de Escher). A veces el llegar a ese edificio ha sido tan arduo que pocos tienen fuerza para ingresar en una construcción que ya desde lejos se percibe como un enigma. Pero hay más enigmas: un cuadro, un pequeño vehículo, unas catacumbas, una ciudad resplandeciente y perdida en medio del desierto capaz de abducir a los sorprendidos viajeros, ambientes palaciegos orientales... El primer cuento podría ser una metáfora también de cómo es capaz la pintura (y no solo la arquitectura) de conmover incluso al más estúpido, o en el cuento de las catacumbas como el arte más simple puede conmover al ser más banal y embrutecido. Los últimos cuentos me han parecido muy enfocados en graves dilemas filosóficos en torno a elegir libertad o la seguridad del rebaño (la caverna de Platón). O enfocados a lo que es la libertad, y lo que es un engaño o una falsa apariencia de ella. ¿Existe la libertad de elección? Hay sutiles diferencias en los temas tratados. El último cuento es, dentro de la arquitectura tan racional de los ocho cuentos, el que más me ha conmovido dado el destino final del protagonista, tan agridulce según se interprete. Es también el que transmite un sentimiento de bondad, más que unas ideas.

En la idea que me ha quedado tras la lectura podría utilizar la imagen de un laberinto. Ende me ha llevado desde el exterior (la prisión), por donde deambulamos todos, a través de una invitación en la puerta (una evocación muy personal), a otro punto en el que he sido liberado tras haber caminado por pasillos llenos de curvas, de espejismos, de contradicciones que me han hecho dudar de lo que veía a cada paso. Ende nos hace transitar por imágenes que desafían el sentido común hasta llevarme al corazón del laberinto, que es una idea concreta, generalmente un dilema en sí mismo. Pero una vez que he visto el mensaje, el laberinto desaparece y tu estas fuera, otra vez con los demás, tal vez distinto, o más libre. Llevando el laberinto dentro, por supuesto.

Es la marca de la casa de Ende, los cuentos para pensar. No son cuentos que solo te den ideas, ni son morales en absoluto, son cuentos que te hacen jugar con las que uno tiene ya en su cabeza. No hay miedo a reflexionar en estas páginas, ni un eje argumental que te lleve a una conclusión obvia. En 2024, una rareza que me apresure a comprar en cuanto la vi. Viene con un pequeño estudio preliminar que viene bien.

TRABAJOS FORZADOS, de Daria Galateria

TRABAJOS FORZADOS, de Daria Galateria


Este libro es una sencilla obra en torno a los trabajos que muchos escritores han tenido a lo largo de sus vidas antes de dedicarse a escribir o simultaneado con el oficio de escribir. Sirve un poco para hacernos una idea de cómo eran sus personalidades, y la simbiosis que se suele establecer entre la vida de un escritor y su obra. Al menos su vida laboral aparte de la literaria. Son 24 ejemplos. En mi opinión creo que el libro funciona como una recopilación de curiosidades y que se queda muy por debajo de lo que podría haber sido. Aunque entonces no tendría 200 páginas, por supuesto. 

De los ejemplos que conozco, algunos creo que no los ha profundizado, aunque se da a entender en líneas generales como era Saint-Exupery. Otros, como la vida de Gorki o Dashiell Hammett, si explican su obra. El caso de Colette, solo me ha transmitido un ansia bárbara de explotar el mercado con el empleo de su nombre. Son todos asi, un poco desiguales en cuanto a la iluminación de sus obras. Supongo que de aquí habría que saltar a la biografía específica del escritor que nos pueda atraer.





martes, 30 de enero de 2024

LA FRONTERA INTERIOR, de Manuel Moyano

LA FRONTERA INTERIOR, de Manuel Moyano

La sensación de este viaje de ocho días recorriendo Sierra Morena de este a oeste, es como si le hubiera ocupado al autor muchos más días. Tal es la sensación al final del libro de tiempo intenso y bien aprovechado, cuando se despide de esa semana larga. Hay muchos episodios por la geografía física de esta línea montañosa, una frontera algo más que física en España entre lo que hay al norte y lo que hay al sur. Al ser también una línea histórica, parece como si la peculiaridad de sus habitantes merecieran ser vistos de otra manera: una región con personalidad propia. El caso es que historia y carácter no le falta, y es a eso a lo que se ha dedicado el autor en tan pocos días, seguramente con la logística preparada. Hay muchas historias humanas, que son las mejores, personajes improbables, y lo mejor de todo, todavía sorprendentes. Lugares extraños, personas que cuentan su propia historia. Es mejor leerlo.

Supongo que todo ello también se debe a la mirada del autor: en los viajes, no hay dos personas que lo vivan de igual forma. En este caso no me ha sido una mirada invasiva, es decir, si algo agradezco de la literatura de viajes es que el viajero no sea el protagonista. Prefiero que se deje sorprender y que me sorprenda a mi. Suele ser más intenso y rico en matices una mirada al otro que un viajero ensimismado con lo que siente, que el viajero que lo mide todo por su criterio de me gusta o no, me parece bueno o no, o qué miedo o satisfacción he tenido. Si el viaje está en gran parte en los ojos de quien mira lo que ve, me alegro de que el autor haya cedido el protagonismo a lo que ve. Creo que un relato, incluso de viajes, es tan atractivo como atractiva es la personalidad del narrador. A una persona en seguida le pillamos la gracia, y eso no va a durar todo el libro. Pero si a traves de el se nos muestra la gracia de otros, en este caso el paisanaje de Sierra Morena, ahi la cosa cambia, adquiere colores fantasticos y te puedes perder en multitud de matices. Puedes decir una cosa y la contraria, puedes cabalgar caballos alados. A partir de ahí los viajes se despojan de muchas cargas y prejuicios, se consigue un viaje liberador y se vuelve a casa con la sensación de haber aprendido algo de los demás. Y lo que ve Moyano merece ser contado, es un buen viaje y una buena lectura. Se ha dejado enseñar y sorprender, y nosotros también con el.