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viernes, 21 de diciembre de 2018

DESPUES DE LA GUERRA. LA GUERRA NO TIENE ROSTRO DE MUJER, de Svetlana Alexievich

»¿Sabe lo que pensábamos todos durante la guerra? Imaginábamos: “¡Qué feliz será la gente después de la guerra! Qué vida más bella y feliz comenzará. La gente ha pasado por tanto sufrimiento que todos serán buenos, los unos con los otros. Habrá mucho amor. Las personas serán distintas”. No lo dudábamos. Ni por un instante.

»Querida mía… Todo es igual que antes, las personas se odian entre ellas. Otra vez se matan unos a otros. Es lo que no acabo de entender… ¿Y quiénes son? Somos nosotros… Nosotros…

miércoles, 19 de diciembre de 2018

DIARIOS, 22 DE JUNIO DE 1851, de H: D. Thoreau

DIARIOS, 22 DE JUNIO DE 1851, de H: D. Thoreau

   "Mi pulso debe latir con la naturaleza. Tras una ardua jornada de trabajo sin un solo pensamiento, lo que convierte mi cerebro en una simple herramienta, sólo en la quietud de la noche recobro mis sentidos y soy capaz de oir al grillo, que, en realidad, lleva cantando todo el día. En mis mejores momentos, soy consciente de la afluencia de una sabiduría serena e incuestionable que me incapacita en parte y que, de rendirme a ella de forma más notable, me incapacitaría por completo para lo que se conoce como los asuntos activos de la vida, pues no aporta nada sobre lo que pueda posarse la mirada de la razón."


REBELIÓN, de Josefina Aldecoa

REBELIÓN, de Josefina Aldecoa 

    "...Y yo siempre sola y él, Maximino, se me iba a la taberna porque decía que se le caía la casa encima, ya ve usted. Se le caía a él, que toda la semana está fuera. Pues fíjese a mí, que no sé salir más que a la compra… Y lo que yo le dije, no veo que sea un crimen que yo vaya a asistir por las mañanas, que así me gano un sueldo y me distraigo. Y oiga usted, él que no, que siempre hemos vivido con lo suyo, que a qué viene el querer ganar yo ahora. Y lo que yo le dije: Maximino, son dos caras de la misma cuestión: una cara, el dinero que nos vendrá muy bien, que a los hijos siempre hay que darles. Da igual que se casen que no y que se casen bien o mal. Siempre piden y si no piden se lo damos nosotros, los padres, que es como una costumbre y no sabemos ya vivir sin dar. El caso es que ésa es la cara económica, como yo digo, de la moneda. Y luego está la otra, señora, la mía, más de dentro, que yo quiero salir de aquella casa y hablar con alguien y ver otras ventanas y otras puertas."

miércoles, 5 de diciembre de 2018

UN HUMANISTA EN LA POLÍTICA. HAVEL, de Michael Zantovsky

UN HUMANISTA EN LA POLÍTICA. HAVEL, de Michael Zantovsky

    "... indudablemente Havel empatizaba con la enorme liberación de energía juvenil que represento el año 1968, puede que admirara el 'carácter intrínseco -fuerte, pero en ningún caso fanático-, de las manifestaciones contra la guerra, y regreso de Occidente con una permanente fascinación por el rock and roll y los músicos de rock. Sin embargo, no hay pruebas de que defendiera, ni entonces ni después, el acceso a la libertad a través de la violencia, de las visiones alucinatorias o del sexo libre, que llevaron a todo tipo de extremismos a tantos jóvenes estadounidenses y europeos. Apoyaba  su derecho a manifestarse y a protestar, de la misma forma que le desagradaba su violencia sin sentido, su destrucción gratuita y sus cerebros embotados. También lo asombraba que la gente pudiera soñar con introducir voluntariamente el mismo tipo de sistema doctrinario y tiránico que él y sus compatriotas se afanaban por desmantelar justo en aquellos momentos.

    De hecho Havel era un candidato a revolucionario que dejaba mucho que desear, lo que puede que tuviera cierta influencia en el carácter aterciopelado de la única revolución en la que llego a involucrarse directa y memorablemente. Lo único que tenía en común con los revolucionarios era el impulso interior que le confiere a un hombre la energía para hacer cosas extraordinarias. Sin embargo, al mismo tiempo su fuerte sentido del orden y la armonía era totalmente incompatible con la tendencia revolucionaria a desbaratarlo todo, su elevado umbral de tolerancia hacía de él un recluta poco idóneo para formar parte de una falange sedienta de sangre, y sus extraordinaria amabilidad y cortesía lo descalificaban a la hora de mostrar a sus enemigos el rostro vengativo de la revolución. Soy demasiado educado para ser un buen disidente, admitía unos años después. Su sentido de la introspección y de la reflexión sobre la vida, también muy acusado, hacía que siempre dudara de sí mismo y de sus propios móviles, y lo mantenía a salvo de adquirir la dureza requerida para llevar a cabo una revolución violenta. Por debajo de todo, había una carencia aún más profunda para un revolucionario. Havel no tenía, ni jamás desarrollo siquiera, un concepto del Enemigo. A lo largo de las décadas de su crítica contra el régimen comunista, Havel siempre se esforzó por plantearla en forma de diálogo, en el que se tomaba muchas molestias para intentar comprender, en vez de demonizar, los móviles de sus interlocutores y, a ser posible, siempre intentaba concederles el beneficio de la duda. Más tarde ese enfoque llego a ser un tanto polémico, cuando tuvo que vérselas primero en calidad de líder de la Revolución de Terciopelo y después como presidente de su país, con la naturaleza asimétrica de las relaciones políticas. El hecho de que él no reconociera enemigos no significaba que él y la revolución no los tuvieran. Su postura dio lugar a que lo acusaran de ser muy blando con los exponentes del régimen anterior, o incluso de que podría existir alguna connivencia secreta con ellos. Por otra parte, su falta de ardor por la justicia revolucionaria indudablemente contribuyó a que los checos y los eslovacos evitarán el derramamiento de sangre, las humillaciones públicas y los demenciales juicios populares, como el que condenó al matrimonio Ceausescu a morir ante un pelotón de fusilamiento en Rumanía"

ESCRIBIR SOBRE MONTAÑA. CARTAS A UN BUSCADOR DE SI MISMO, de H. D. Thoreau

ESCRIBIR SOBRE MONTAÑA. CARTAS A UN BUSCADOR DE SI MISMO, de H. D. Thoreau

    "Déjeme que le recomiende algo: escriba con precisión lo que ha supuesto para usted ese paseo por las montañas, y vuelva a dicho ensayo una y otra vez hasta que esté convencido de que contiene todo lo importante de su experiencia. Dese a sí mismo un motivo tan importante para justificar su viaje a las montañas, pues la humanidad está siempre caminando por una montaña. No crea que puede expresarlo con claridad las 10 primeras veces que lo haga, pero intentelo de nuevo, sobre todo cuando, tras una pausa necesaria, intuya que está tocando el corazón o la cumbre de la materia, siga insistiendo y rindase cuentas a usted mismo sobre aquella montaña. No es que el relato haya de ser largo, pero le llevará mucho acostarlo. No me llevo mucho llegar a la montaña, pensó. Pero, ¿realmente la corono? Sí ha estado en la cima del Monte Washington, dejeme que le pregunté que encontro allí.  Es así como se prueba a los testigos, ya sabe. Ir allí y exponerse al viento no significa nada. No estábamos mucho cuando vamos, si no se nos tomamos el almuerzo, etc, como si estuviéramos en casa. Es cuando volvemos a casa cuando realmente podemos coronar la montaña:  ¿que nos dijo la montaña? ¿que hizo la montaña?"

EL GOLPE DE ESTADO DEL GENERAL PRIMO DE RIVERA. JUAN MARCH, de Mercedes Cabrera

EL GOLPE DE ESTADO DEL GENERAL PRIMO DE RIVERA. JUAN MARCH, de Mercedes Cabrera

    "El golpe de Estado de septiembre de 1923 no fue una nueva edición de los pronunciamientos militares del siglo XIX. Aunque la intervención se diseñó para dar paso a un Gobierno de civiles, ese propósito quedó desbaratado. El rey recibió la noticia del golpe mientras se encontraba de veraneo en San Sebastián. Habló con el Gobierno, pero también le llamó Primo de Rivera. Alfonso XIII se tomó su tiempo antes de volver a Madrid. Mientras tanto, el gabinete se había reunido con urgencia. Cuando el presidente, el liberal Manuel García Prieto, acudió a la estación para recibir al rey, le comunicó que habían decidido detener a los militares implicados en la intentona y reunir en una semana a las Cortes. Alfonso XIII dijo que tenía que pensarlo. Entendiendo que había perdido la confianza de la Corona, elemento imprescindible para el Gobierno en aquel régimen, García Prieto presentó su dimisión. El rey le dijo que pensaba llamar a Primo de Rivera y ofrecerle la presidencia de un Gobierno de políticos, técnicos, militares y marinos, que disolvería las Cortes y convocaría nuevas elecciones en plazo. Pero el Directorio estuvo integrado exclusivamente por militares, que procedieron a ocupar todos los escalones del poder Apenas hubo protestas. La mayoría del país, incluidos importantes sectores de la oposición y muchos intelectuales, se alegró de ver desaparecer un sistema que aborrecían y por cuya continuidad no estaban dispuestos a hacer nada. El general Primo de Rivera había afirmado que sólo estaría en el poder el tiempo necesario para pacificar la situación en Marruecos, afirmar el orden interno y enderezar la economía. Dijo que venía a intervenir quirúrgicamente el cuerpo enfermo de la nación y a barrer a los políticos «profesionales» y a sus comparsas oligarcas, culpables de todos los males de la patria
(...)
    El juez Serra tenía fama no sólo de competente, sino de actuar con una moralidad intachable. Había dejado temporalmente el Juzgado de Ayora al haber sido llamado a Valencia para hacerse cargo de diversos casos, entre los que se incluyó el sumario sobre Juan March. En las semanas siguientes, Serra fue testigo privilegiado de cómo cambió la apreciación del caso March en las altas instancias del nuevo régimen. Recibió la visita «secreta» del banquero catalán Manuel Girona. Venía con la pretensión de que la orden de prisión contra March, a quien dijo que conocía bien, se sustituyera por la de libertad provisional con fianza, y mostró al juez un salvoconducto firmado por el general Primo de Rivera. El juez, indignado, le despidió sin dejarle continuar."

jueves, 29 de noviembre de 2018

DESESPERACION. LA GUERRA NO TIENE ROSTRO DE MUJER, de Svetlana Alexievich

DESESPERACION. LA GUERRA NO TIENE ROSTRO DE MUJER, de Svetlana Alexievich

   «Una mañana los soldados del destacamento punitivo prendieron fuego a nuestra aldea… Solo se salvaron los que escaparon al bosque. Huyeron sin nada, con las manos vacías, no cogieron ni un trozo de pan. Ni huevos, ni manteca. De noche, la tía Nastia, nuestra vecina, azotaba a su hija porque la niña no paraba de llorar. La tía Nastia se escapó con sus cinco hijos. Yulia, mi amiguita, era muy débil. Siempre estaba malita… Los otros cuatro niños, todos pequeños, pedían comida. Y la tía Nastia se volvió loca, aullaba: “Uh-uh-uh-uh… Uh-uh-uh-uh…”. Una noche oí que Yulia sollozaba: “Mamá, no me ahogues. No lo haré… No te diré más que tengo hambre. No lo diré…”.

    »Al día siguiente ya nadie vio a Yulia… Nunca más…»

   La tía Nastia… Volvimos a la aldea hecha cenizas… Todo estaba quemado. Al poco tiempo, la tía Nastia se ahorcó en el manzano negro de su jardín. Colgaba muy, muy bajo. Los niños la rodearon y pedían comida…»

miércoles, 28 de noviembre de 2018

FRANCO CONTRA PRIMO DE RIVERA. FRANCO, EL ASCENSO AL PODER DE UN DICTADOR, de Andrés Rueda

FRANCO CONTRA PRIMO DE RIVERA. FRANCO, EL ASCENSO AL PODER DE UN DICTADOR, de Andrés Rueda 

   "Ramón Serrano Súñer entrega una carta de Franco a Gil Robles, donde solicita su inclusión, como independiente, en la candidatura derechista para la repetición de las elecciones en Cuenca, ya que fueron anuladas las del 16 de febrero. El comité electoral de la CEDA acepta la petición de Franco y el cuñado, Serrano Súñer, vuelve a Santa Cruz de Tenerife para comunicarle la vía libre a su deseo. Los diarios de derechas dan la noticia el día 23, pero José Antonio Primo de Rivera, que está en la cárcel, se opone a dicha candidatura, que incluye a Franco, porque él también estaba incluido en la misma candidatura por Cuenca. El jefe de la Falange no quiere ver su nombre junto a Franco en unas elecciones. Por fin, Serrano Súñer vuelve de nuevo a Tenerife y convence a Franco de que José Antonio no quiere ser incluido con él. «No me parece viable una candidatura en que figuremos él y yo», dijo José Antonio, según transcribe Gil Robles.
   Este hecho preelectoral dejará amargo recuerdo en Franco, que no olvidará jamás. Su nombre ha sido rechazado, con exigencia, por José Antonio, el fundador de la Falange e hijo del dictador Primo de Rivera. Franco se ve despreciado en su alta estima, en su honor y en su orgullo; en el subconsciente guardará mal recuerdo de José Antonio. Cuando en el otoño de 1936, en los primeros meses de la Guerra Civil se realizan gestiones para salvar a José Antonio, que está en la cárcel de Alicante, para canjearlo por el hijo de Largo Caballero, a propuesta de Indalecio Prieto, Franco no accede a ello. Y deja a José Antonio a su suerte, abandonado y sin esperanza. La frustración de Franco por la candidatura de Cuenca con José Antonio, dará después sus frutos de rencor y venganza. Cuando un hombre inseguro y rencoroso se venga, calmará su conciencia, justificando una mitología de José Antonio e iniciando un culto a su recuerdo, para acallar su culpabilidad."

¿QUÉ ES VIAJAR? EL TURISTA DESNUDO. de Lawrence Osborne

¿HACER TURISMO O VIAJAR? EL TURISTA DESNUDO. de Lawrence Osborne 

     "...el viaje es un concepto obsoleto, pues ya nadie viaja en el sentido de trasladarse a culturas desconocidas. El viaje se ha visto reemplazado de forma apabullante por el turismo. Pero el turismo en sí es algo tan improbable, tan fantástico, que se trata de un proceso casi imposible de aprehender, a menos que dediquemos un rato a estudiar brevemente su historia. Porque, como ya he sugerido, el turista moderno es el descendiente no sólo del peregrino, sino también del grand tourist y de los viajeros organizados de la era imperial. ¿Cómo se produjo esta evolución? El término «Grand Tour» aparece por primera vez en 1670, en la obra de Richard Lassels The Voyage of Italy. Describe un viaje informal al continente concebido para jóvenes aristócratas británicos, habitualmente acompañados de un preceptor llamado bear leader («guía de osos»), en el transcurso del cual visitaban un abanico de atracciones culturales en Francia, Suiza e Italia. El «Tour», como acabó llamándose, surgió como consecuencia de la nueva riqueza de los ingleses —que los convirtió en los turistas más prósperos de Europa—, pero también expresaba un incómodo complejo de inferioridad cultural, una necesidad de europeizar los modales de su tosca progenie, esos «muchachos tan verdes», en palabras de Tobias Smollett. El viaje duraba meses y su objetivo era inculcar el buen gusto y mejorar los «modales mundanos». En 1749, el culto anticuario Thomas Nugent escribió una popular guía llamada The Grand Tour en que exponía sus principios: «Enriquecer la mente con conocimiento, rectificar el criterio, eliminar los prejuicios de la educación, adquirir modales, en definitiva, formar al auténtico caballero». El objetivo era crear «conocedores» que apreciasen la belleza (el término «connoisseur» entraría en esta época en la lengua inglesa), pero también inculcar sofisticación, urbanidad…, es decir, crear lo que posteriormente se llamaría «cosmopolitas». Una nación encaminada a alcanzar la supremacía imperial también daría alas a un paralelo complejo de superioridad. Los británicos fueron los norteamericanos zafios de principios del siglo XVIII . El historiador británico Ian Littlewood comenta: «El Tour proporciona el modelo de lo que se ha convertido en la forma estandarizada de turismo cultural. Las guías actuales, con sus listas de monumentos y sus consejos para adquirir productos locales, son descendientes directas de la de Nugent»."
Edimburgo

martes, 27 de noviembre de 2018

A LA DERIVA, de Penelope Fitzgerald

A LA DERIVA, de Penelope Fitzgerald 

      "No me rendiré sin luchar, se dijo Nenna. Me casé con Edward porque deseaba vivir con él y aún lo deseo. Mientras planchaba la acartonada ropa interior de Willis, que aunque se aireaba a diario no terminaba de secarse nunca, las acusaciones contra ella, no en el interior de su mente, sino en algún lugar ajeno a ésta, prosiguieron sin pausa. Resultaban tanto más tediosas cuanto que todas ellas quedaban reducidas, a efectos prácticos, a una única pregunta: ¿por qué, después de todo lo que se ha dicho en este tribunal, no ha hecho usted aún el menor intento de visitar el número 42 b de Milvain Street? Nenna deseaba replicar que no era por lo que cabía imaginar: por orgullo, por resentimiento, ni siquiera por el peculiar carácter que acababan teniendo las gentes del río y que les hace sentirse perdidos en las calles de Londres. No; es porque ése es mi último recurso. Mientras no lo pierda puedo aferrarme a él cuando lo desee, y ahora aún lo conservo. Si lo pierdo no me quedará nada."

lunes, 26 de noviembre de 2018

LAS CARTAS DEL ENEMIGO. UN RUMOR DE GUERRA, de Philip Caputo

LAS CARTAS DEL ENEMIGO. UN RUMOR DE GUERRA, de Philip Caputo 

"Seguimos avanzando, sin dejar de comprobar, nerviosos, si había trampas de alambre y explosivas. El campamento sólo podía haber albergado a pocos hombres y contenía camas de juncos entretejidos bien tensos, una sobre otra, apiladas como literas. El mosquitero estaba retorcido y desgarrado. Sentí admiración por los vietcongs: exigía mucho entusiasmo vivir en un lugar semejante, donde apenas se veía el sol, el aire era tan espeso que se podía cortar y los mosquitos se elevaban en nubes desde las charcas de agua estancada.
Alrededor del campamento encontramos fragmentos de equipos y muchos documentos. Parecía que el guerrillero —en el supuesto de que hubiera pasado por allí— había buscado apresuradamente algo. Por otro lado, era posible que lo hubiera esparcido todo con el fin de desviar nuestra atención de su búsqueda. Si éste era su propósito, lo había logrado. La jungla parecía aún más espesa adelante y el barranco era oscuro como una cueva. Se evaporó mi espíritu agresivo. No seguiría adelante. Charlie viviría para luchar otro día o, si estaba gravemente herido, se arrastraría a un matorral para morir en él.
Comenzamos a examinar los documentos, entre los que había un gran número de libretas donde habían escrito apretados párrafos y numerados. Parecían órdenes de operaciones, lo que me llevó a preguntarme si no habríamos tropezado con el cuartel general de una pequeña unidad. Estaba a punto de felicitarme a mí mismo por tan valioso e inteligente descubrimiento cuando uno de mis marines exclamó:
—Eh, teniente, mire esto.
Me entregó un pequeño paquete de cartas y fotografías. Una de las fotografías mostraba a los vietcongs con sus uniformes multicolores, en poses heroicas; otra correspondía a uno de los guerrilleros con su familia. También había varios retratos de tamaño cartera que correspondían a amigas o esposas de los vietcongs. Las notas escritas en las esquinas de estas últimas fotografías, probablemente, expresiones de amor y fidelidad; me pregunté si los del otro lado tenían un sistema, como nosotros, para notificar las bajas a los familiares. Abrigué la esperanza de que así fuera. No me gustaba pensar en esas mujeres que soñaban con retornos que nunca se producirían, que aguardaban cartas que nunca llegarían y se preguntarían a qué se debía la falta de noticias, imaginando una docena de razones justificadoras, todas salvo la que más temían, y su temor creciente a medida que cada largo día sin noticias se oscurecía en una noche más larga aún.
Un pequeño grupo de marines se reunió y contempló las cartas y las fotografías. No sé qué sintieron ellos, pero yo estaba embargado de emociones encontradas. Lo que habíamos encontrado otorgaba al enemigo la humanidad que yo deseaba negarle. Resultaba reconfortante comprender que los vietcongs estaban hechos de carne y hueso y que no eran los misteriosos fantasmas que yo había pensado, pero esta misma idea me produjo una perdurable sensación de remordimiento. Aquéllos eran hombres a los que habíamos contribuido a matar, hombres cuyas muertes afligirían a otras personas con sus pérdidas irrevocables. Nadie dijo nada, pero más tarde, de vuelta en el campamento base, el soldado de primera Lockhart expresó lo que seguramente era una emoción colectiva:
—Son jóvenes —me comentó—. Son como nosotros, teniente. Siempre son los jóvenes quienes mueren.
Permanecimos allí unos minutos, tratando de encontrar algún sentido a todo aquello. La compañía sólo había hecho lo que se esperaba que hiciera y lo que le habían enseñado a hacer: había matado al enemigo. Todo lo que habíamos aprendido en el Cuerpo de Infantes de Marina nos indicaba que debíamos sentirnos orgullosos y así nos sentíamos casi todos, pero no comprendíamos por qué se mezclaban con nuestro orgullo sentimientos de piedad y culpa. La respuesta era sencilla, aunque en aquel momento no resultaba evidente para nosotros: pese a su intensidad, nuestro entrenamiento en el Cuerpo de Infantes de Marina no había borrado por entero los años que habíamos pasado en el hogar, en la escuela, en la iglesia, aprendiendo que la vida humana era preciosa y que tomarla estaba mal. Los campos de ejercicios y nuestros dos primeros meses en Vietnam habían embotado, pero no anulado, nuestra sensibilidad. Manteníamos la capacidad de remordimiento y todavía no habíamos alcanzado la etapa de insensibilidad moral y emocional.
O al menos así le ocurría a la mayoría de nosotros. Había excepciones. Como mínimo un marine de la compañía ya había superado la callosidad y pasado al salvajismo..."

EL DIOS DEL BOSQUE. LOS SENDEROS DEL MAR, de María Belmonte

EL DIOS DEL BOSQUE. LOS SENDEROS DEL MAR, de María Belmonte

  "Otra de las emociones que pueden asaltar al viajero cuando se interna en lugares agrestes y solitarios es lo que es los antiguos griegos conocían como terror pánico. Pan era el dios que encarnaba las fuerzas primitivas de la naturaleza,  lo salvaje y lo indómito, lo no sometido a la civilización humana. Se rumoreaba que, aparte de perseguir, ninfas uno de sus entretenimientos favoritos era infundir miedo en los caminantes que transitaban por los espesos e interminables bosques que hace muchos siglos cubrían Europa. Al dios Pan le divertía inquietar a los viajeros produciendo ruidos y rumores en el bosque o mostrando fugazmente su sombra escondido entre los árboles. El caminante comenzaba a sentirse como si fuera perseguido por un animal, se volvía y no eran más que el vaivén del agua en la cantimplora. Oía ruidos de pasos detrás de él y al volverse se daba cuenta de que era el eco de sus propias pisadas. A medida que el miedo crecía en intensidad se convertía en lo que hemos dado en llamar pánico y no remitía hasta que hallaba refugio entre sus congéneres"

domingo, 25 de noviembre de 2018

¿PUEDE JUSTIFICARSE UN ASESINATO?- UN ESPIA ENTRE AMIGOS, de Ben Macintyre

¿PUEDE JUSTIFICARSE UN ASESINATO?- UN ESPIA ENTRE AMIGOS, de Ben Macintyre

"Elliot presencio los festejos con una mezcla de sobrecogimiento y horror desde un apartamento en una sexta planta en Charlottenburger Chausse que pertenecía al general Noel Mason McFarlane, el agregado militar británico en Berlín. El condecorado Mason Mac era un viejo caballero de batalla, un veterano de las trincheras y del Mandato Británico de Mesopotamia. Al general le resultaba imposible ocultar su repugnancia. Desde el balcón del piso se veía claramente el estrado dónde se encontraba Hitler. Susurrando, Mason McFarlane le comento a Elliot que el Fuhrer se encontraba a tiro: "me siento tentado de aprovechar la ocasión", farfullo y agregó que "despachar al desgraciado ese desde aquí sería pan comido". Elliot 'lo animo a que lo intentará'. Mason McFarlane rechazo la idea, aunque más adelante solicito permiso formalmente para asesinar a Hitler desde su balcón. Por desgracia para la humanidad, se lo denegaron"


sábado, 24 de noviembre de 2018

VIDA DE RESISTENTES FRANCESES TRAS LA LIBERACIÓN. COMBATIENTES EN LA SOMBRA, de Robert Gildea

VIDA DE RESISTENTES FRANCESES TRAS LA LIBERACIÓN. COMBATIENTES EN LA SOMBRA, de Robert Gildea

    "La depresión a la que se enfrentaron muchos exmiembros de la Resistencia supuso que las relaciones se forjaban a menudo en hospitales para enfermos mentales en los que pasaron tiempo recuperándose física y psíquicamente tras la guerra. Denise Domenach, que padecía agotamiento físico y mental tras su conmovedora experiencia con el MLN en París, fue enviada a casa, pero sus hermanos se habían marchado: Jean-Marie se había casado y René se había alistado. Fue incapaz de concentrarse en sus estudios. Su médico la envió a Combloux, un sanatorio en los Alpes, donde conoció a un joven yugoslavo, Bernard Lallich, que había participado en una red de inteligencia francesa, había sido torturado por la Gestapo y escapó del convoy de deportados que partió el 15 de agosto de 1944. Los jóvenes que regresaban de los campos de concentración le parecían como «zombis». No lo entendía y durante mucho tiempo no quiso saber. Prefería cantar en el coro organizado por Lallich. «Decidimos afrontar nuestro futuro juntos y volvimos para reanudar nuestros estudios —escribió ella—. Juntos decidimos vivir»."
Denise Domenach

viernes, 23 de noviembre de 2018

LO QUE MUCHOS SE NIEGAN A RECONOCER´LOS ASESINOS ENTRE NOSOTROS, de Simon Wiesenthal

LO QUE MUCHOS SE NIEGAN A RECONOCER. LOS ASESINOS ENTRE NOSOTROS, de Simon Wiesenthal

    "Los códigos criminales de todas las naciones civilizadas conocen la definición de «asesinato». Los juristas que redactaron las leyes tenían en el pensamiento el asesinato de una persona, de dos, de cincuenta o quizá de mil personas. Pero el exterminio sistemático de seis millones de personas rebasa los cálculos de toda ley. Como ocurre con la fuerza explosiva de la bomba H, hay personas que no quieren ni pensar en ella. Eichmann lo comprendía muy bien cuando, en 1944, dijo en Budapest a unos amigos: «Un centenar de muertos es una catástrofe. Cinco millones de muertos es estadística».
Dachau

EL TURISTA DESNUDO, de Lawrence Osborne

    EL TURISTA DESNUDO, de Lawrence Osborne

    "...el problema del viajero actual es que no le quedan destinos. El mundo entero es una instalación turística y el desagradable sabor a simulacro se eterniza en la boca. Busqué por todas partes, pero ningún lugar satisfacía mi necesidad de salir del mundo. Me planteé fugazmente registrarme en un hotel de Hawái y pasarme dos semanas sentado delante del televisor. Quizá un sitio como el Hilton Waikoloa, donde pudiese holgazanear en una playa artificial y desplazarme a la discoteca del hotel en monorraíl. Eso sería más interesante que dedicarme al senderismo en grupos reducidos por la Patagonia, o sobrevolar en funicular la selva tropical de Costa Rica. También podía quedarme en Nueva York y desplazarme en metro hasta la abandonada casa de Edgar Allan Poe en el Bronx. Nadie va allí. Eran posibilidades exóticas, pero no eran muy exóticas… Y yo quería algo exótico de verdad."


jueves, 22 de noviembre de 2018

ALEMANES CULPABLES.. LOS ASESINOS ENTRE NOSOTROS, de Simon WIesenthal

ALEMANES CULPABLES.. LOS ASESINOS ENTRE NOSOTROS, de Simon WIesenthal

    "Wiesenthal recuerda muchas veces su primer paseo como hombre libre después de vivir cuatro años entre alambradas. Era un cálido día de primavera del mes de mayo de 1945, a los diez días de haber sido liberado del campo de concentración de Mauthausen, Alta Austria. Débil todavía y un poco aturdido por el desacostumbrado esfuerzo, se llegó hasta el pueblo vecino andando. Los labradores trabajaban el campo, jugaban los niños, los pájaros cantaban. A menos de un kilómetro y medio de los horrores de la cámara de gas, el campo parecía un idilio de paz bucólica. Nadie demostraba ni curiosidad ni simpatía. Sintiéndose Wiesenthal muy fatigado, entró en una casa de campo y pidió un vaso de agua. Una robusta y bien alimentada campesina le trajo un vaso de zumo de naranja.
  —¿Se pasó mal allí dentro? —le preguntó, señalando vagamente en dirección de las bajas edificaciones grises que se veían más allá de los bancales.
    —Dese por satisfecha de no haber tenido que ver nunca ese campo de concentración por dentro.
    —¿Y por qué iba yo a tener que verlo? —contestó la mujer—. Yo no soy judía.
    Wiesenthal pensó en el incidente aquél mucho tiempo. Años de adoctrinación habían convencido a la mujer de que en la tierra había dos clases de personas: Las que como ella estaban para vivir y las razas «inferiores» destinadas a la muerte. Wiesenthal no tardó en descubrir que muchas personas bondadosas habían sufrido la infección de teorías nazis. Cuando alguien, sin ser preguntado, le decía que «no sabía nada de todo aquello» o por propia iniciativa declaraba que «había salvado a judíos», Wiesenthal se ponía furioso.
    —Si hubieran sido efectivamente salvados todos los judíos que me dijeron haber salvado hubiera habido más judíos al final de la guerra que cuando ésta empezó. Tampoco podía creer a aquellos que trataban de convencerme de que no se habían enterado absolutamente de nada. Quizá no supieran toda la verdad de lo que ocurría en los campos de concentración. Pero casi todo el mundo había notado algo después de que Hitler invadiera Austria el 11 de marzo de 1938. Nadie podía dejar de ver cómo los SS de negro uniforme se llevaban a los vecinos que resultaban ser judíos. Los niños volvían de la escuela diciendo que a sus compañeros de clase judíos los habían expulsado. Nadie podía dejar de ver las esvásticas en los escaparates rotos de las tiendas judías saqueadas. Nadie, tampoco, podía ignorar los escombros de las sinagogas que fueron quemadas la noche del 9 de noviembre de 1938[4]. La gente sabía lo que ocurría, aunque a muchos les diera vergüenza enterarse y prefirieran mirar a otra parte para no ver demasiado. Soldados y oficiales con permiso, procedentes del frente del Este, hablaban muchas veces de las matanzas de judíos que habían tenido lugar allí. La gente sabía mucho más de lo que admitía saber y es por esa razón que tantas personas acusan hoy ese sentimiento de culpabilidad."
La campiña junto a Mauthausen

miércoles, 21 de noviembre de 2018

19 DE AGOSTO DE 1944, DACHAU. GOETHE EN DACHAU, de Nico Rost

19 DE AGOSTO DE 1944, DACHAU. GOETHE EN DACHAU, de Nico Rost

    "Grillparzer me ha dado estas últimas semanas infinitamente mucho más, sobre todo aquí, en la situación presente, de lo que puedo expresar. De nuevo, con esta reflexión que sigue.
'Me es necesario mantenerme siempre ocupado con algún objeto del aprendizaje. Mediante esta artimaña gozo sin cesar en la vida adulta del regusto de la infancia, y debería, espero, mantenerme joven incluso a 2 horas de mi muerte'.
Esta necesidad de aprender de la que habla, esa compulsión de leer siempre más, de aprender más y de estudiar más nunca la había sentido con tanta fuerza como aquí; empleo con alegría cada minuto libre que tengo en ello. Así me siento más joven que nunca a pesar de toda la miseria"
Dachau

LEER EN LA SELVA. EL TURISTA DESNUDO, de Lawrence Osborne

LEER EN LA SELVA. EL TURISTA DESNUDO, de Lawrence Osborne

    "Durante el largo trayecto de Dubái hasta los kombai, terminé enamorándome de esa joven Margaret Mead de la década de 1930. Quizá fuese el efecto de contar con su constante compañía a la luz de las velas y también ahora, cuando leía solo en mi tienda, acostado en el pedazo de corteza de árbol que hacía las veces de colchón, estropeado e inservible. Leía alumbrado por una linterna frontal, entre siluetas de arañas recortadas en sus telas circulares, y la soledad era mucho mayor de lo que es posible concebir en el siglo de la omnipresente electricidad, porque la selva es tan oscura que ninguna luz puede atravesarla, y hasta la hoguera de los kombai, a unos cien metros de distancia, no era más que un apagado reflejo naranja proyectado en sus rostros. Un libro, el murmullo de la misma escritura, tenía aquí una intimidad romántica; era un objeto acarreado hasta un lugar que le resultaba del todo ajeno. (Los libros eran desconcertantes para los kombai. ¿Serían hojas de tabaco para fumar?). Pero un libro escrito por una mujer no es lo mismo que un libro escrito por un hombre, y me pregunté si podía «enamorarme» de una escritora. Se me antojaba bastante imposible; nunca me había pasado antes, salvo con la neozelandesa Keri Hulme, una escritora a la que adoro y a quien mis colegas suelen despreciar. Es inevitable: pocos escritores tienen una voz auténtica, y cuando alguno lo consigue, el efecto es de lo más seductor. No es tanto que admire a las escritoras como grupo ni que sienta la necesidad de solidarizarme con ellas; esos soporíferos tópicos son irrelevantes. Es sencillamente que Mead tiene una voz propia sobre el acto de viajar."


martes, 20 de noviembre de 2018

FINAL. UN PASEO POR EL BOSQUE, de Bill Bryson

FINAL. UN PASEO POR EL BOSQUE, de Bill Bryson

    "-¿Te sientes mal por haber abandonado el sendero?- pregunto Katz, después de un rato.
Dubitativo, me lo pensé un momento. Me había dado cuenta de que no tenía un solo sentimiento hacia el sendero de los Apalaches que no fuera totalmente contradictorio. Estaba cansado de él, pero a la vez me fascinaba; el esfuerzo interminable me parecía cada vez más agotador, pero me daba más y más fuerzas; me había hartado de esos árboles infinitos, pero admiraba su infinitud. Sentía todo esto al mismo tiempo, a cada momento, estuviera o no en el sendero.
    -No lo sé -respondí- Sí y no, supongo. ¿ Y tú? 
    -Sí y no -asintió.
    (...) Había recorrido 1400 km. Considerablemente menos de la mitad,  una distancia no mucho mayor de un tercio. Tanto esfuerzo, sudor y suciedad, tantos días interminables arrastrándonos, tantas noches durmiendo sobre lechos duros... todo eso suma solo un renting 39,5 % del sendero. No quiero saber cómo puede alguien llegar a recorrerlo entero. Admira profundamente a quienes lo consiguen.  Y además, perdonar pero 1400 siguen siendo muchos kilómetros.
    (...) No voy a decir que la experiencia cambió nuestras vidas, y no puedo hablar por Katz, pero yo, desde luego, les tengo mucho mayor aprecio y respeto a los bosques y la naturaleza, y el colosal tamaño de EEUU. Perdí mucho peso y durante un tiempo estuve en una forma envidiable. 
    Y lo mejor de todo: ahora, cuando veo una montaña, la observo lenta, pausadamente, con ojos entrecerrados y tallados en puro granito."

lunes, 19 de noviembre de 2018

DIARIOS, 21 DE ENERO DE 1838, de H. D. Thoreau

DIARIOS, 21 DE ENERO DE 1838, de H. D. Thoreau

    "El hombre es el artífice de su propia felicidad"

LA FUNDACIÓN DE LA RDA. EL HOMBRE SIN ROSTRO, de Markus Wolf

LA FUNDACIÓN DE LA RDA. EL HOMBRE SIN ROSTRO, de Markus Wolf 

    "Al mismo tiempo, necesitábamos comprometer nuestros grandiosos ideales con algunas prácticas turbias, porque Estados Unidos y sus aliados europeos trataban de frustrar nuestros intentos de llevar el socialismo al suelo alemán. Y así se desarrollaba la lista de las excusas, hasta que en 1989 despertamos del sueño. Aún me niego a aceptar el juicio crítico de los que afirman que nuestro sistema fue construido exclusivamente sobre la mentira; pero debo reconocer que en gran parte fue erigido sobre el cimiento de las excusas."

domingo, 18 de noviembre de 2018

LA SONRISA. LA GUERRA NO TIENE ROSTRO DE MUJER, de Svetlana Alexievich

«Lo veía… a diario… Pero no podía resignarme. Morían hombres jóvenes, guapos… Yo deseaba llegar a tiempo para… Bueno… para darles un beso. Si no era capaz de ayudarles como médico, por lo menos hacer lo que hace una mujer. Regalar una sonrisa. Acariciar. Coger de la mano…

  »Muchos años después de la guerra, un hombre me confesó que recordaba mi joven sonrisa. Para mí era un herido cualquiera, ni lo recordaba. Pero él decía que aquella sonrisa le había devuelto a la vida desde el otro mundo, como quien dice… La sonrisa de una mujer…».

jueves, 15 de noviembre de 2018

TRIBUS DE PAPUA NUEVA GUINEA. EL TURISTA DESNUDO, de Lawrence Osborne

TRIBUS DE PAPUA NUEVA GUINEA. EL TURISTA DESNUDO, de Lawrence Osborne

    "Un autor irlandés, Redmond O’Hanlon, había escrito sobre Irian Jaya. Y en la década de 1950 el escritor estadounidense Tobias Schneebaum había vivido con los asmat de la costa meridional, una experiencia que había documentado en Hombre salvaje y Where the Spirits Dwell. Schneebaum, un controvertido homosexual de la era Eisenhower y amigo de Norman Mailer, se había aventurado en el interior desde el territorio asmat en la década de 1970 y había encontrado un remoto poblado kombai en las profundidades de la selva, en una época en que los kombai eran prácticamente desconocidos; el primer contacto oficial con ellos no tendría lugar hasta 1979. En 1998 los cineastas neoyorquinos Laurie y David Shapiro le propusieron regresar con los asmat para rodar el documental Keep the River on Your Right, durante el cual se había reencontrado con un antiguo amante papú. 
—Pero ésa no era la Papúa que conozco yo —dijo Woolford—. Los asmat son un pueblo fantástico, los mejores talladores de los mares del Sur, pero ahora ya son territorio turístico. Yo nunca te llevaría allí. 
En el documental vemos a Schneebaum trabajando en un barco turístico que cubre la ruta entre Bali y Papúa, dando conferencias sobre los asmat a una horda que no para de soltar risitas mientras chapotea en la piscina de cubierta. «No me gusta el turismo, pero es una forma de ganarse la vida —dice Schneebaum en un determinado momento—. Nunca he tenido dinero y ya me va bien así». De manera que, en cierto modo, era como Woolford. 
El último cliente que Woolford había llevado a Papúa era un banquero de inversiones británico que al final del viaje le había agradecido que le hubiese cambiado la vida. Habían viajado solos a territorio kombai y el banquero, un hombre cansado de todos los destinos turísticos, había redescubierto el placer de vivir. Los tipos forrados suelen ser así.
 —Porque ahora todos los sitios son iguales. Un aburrimiento. 
—¿De modo que quieren una transformación? 
—¿Acaso no es lo que queremos todos? Bueno, al menos los que somos unos románticos. Me gusta esa idea de redescubrir el placer de vivir. 
Se lió pacientemente un cigarrillo. Era fácil deducir la reflexión que vendría a continuación: 
—Nos hemos cargado el mundo de arriba abajo. Ahora hay muy pocos sitios que no sean una mierda."

miércoles, 14 de noviembre de 2018

CARTAS A UN BUSCADOR DE SI MISMO, de H. D. Thoreau

CARTAS A UN BUSCADOR DE SI MISMO, de H. D. Thoreau

    "Los pensamientos marcan las épocas de nuestras vidas: todo lo demás es el diario de los vientos que soplaban mientras estábamos aquí"

LA RESISTENCIA FRANCESA 1940-1945. COMBATIENTES EN LA SOMBRA, de Robert Gildea.

LA RESISTENCIA FRANCESA 1940-1945. COMBATIENTES EN LA SOMBRA, de Robert Gildea.

    "...el impacto producido por la derrota de Francia y el armisticio de 1940. Mientras que la mayoría del pueblo francés vivió el fin de la guerra como un alivio, confió en que el mariscal Pétain defendería sus intereses y convivió más o menos pacíficamente con las fuerzas de ocupación alemanas, unos pocos se negaron a hacerlo. Procedían de todos los sectores sociales, desde la extrema izquierda a la extrema derecha, cultos e incultos, soldados franceses que abandonaron la Francia derrotada y se marcharon a Inglaterra o que seguían invictos en las colonias. ¿Eran seres raros, excéntricos o idealistas que habían recibido un aprendizaje político y que se movían por principios? ¿Estaban de alguna manera condicionados por sus familias y entornos, o tuvieron algo que ver la contingencia y el azar?
(...)
    ....el fracaso de los varones a la hora de defender su país en 1940 y el hecho de que un millón y medio de ellos pasaran a ser prisioneros de guerra hizo que recayera sobre ellas bastante responsabilidad. Las mujeres se movían entre el cumplimiento de las expectativas establecidas por sus roles de género y las posibilidades que se abrían para la realización de extraordinarias hazañas (...)
    Tras la derrota de la República española en 1939, muchos de ellos se marcharon a continuar la lucha en suelo francés. Esta guerra también se libró en los Países Bajos, en Europa central, en los Balcanes y en la retaguardia alemana del frente oriental. Hombres y mujeres de origen judío desempeñaron un papel importante en la Resistencia francesa, luchando contra Alemania, pero también librando otra «guerra dentro de la guerra» contra los alemanes y contra Vichy para evitar su exterminio. A menudo eran jóvenes judíos que habían perdido a sus padres y a otros familiares en los confinamientos y deportaciones, y que se habían unido a los grupos de la Resistencia como la única manera de sobrevivir. Había judíos franceses cuyo objetivo principal era conseguir una Francia libre y tolerante, pero había también judíos polacos y rumanos que soñaban con establecer repúblicas socialistas en los países de los que se habían exiliado o, incluso, que deseaban abandonar la vieja Europa y fundar un nuevo hogar en Palestina, en aquel entonces bajo mandato británico."

martes, 13 de noviembre de 2018

ALEMANES ATRAPADOS. LOS ASESINOS ENTRE NOSOTROS, de Simon Wiesenthal

ALEMANES ATRAPADOS. LOS ASESINOS ENTRE NOSOTROS, de Simon Wiesenthal

    "Después de la guerra, cuando Wiesenthal trabajaba para varias agencias americanas, acompañaba a oficiales americanos en sus recorridos y en diversas ocasiones tuvo que arrestar personalmente a SS acusados de crímenes. Veía en sus ojos la misma expresión que tantas veces había visto en los ojos de los judíos arrestados por la SS. Pero Wiesenthal percibió una notable diferencia: Algunos de los superhombres de la Gestapo y la SS, se ponían de rodillas y pedían clemencia, cosa que los judíos nunca hicieron. Wiesenthal había visto ir a la muerte a muchos judíos. En su mayoría tenían miedo, en algunos hacía presa el terror de modo que los demás tenían que sostenerles. Unos rezaban y otros lloraban. Pero nunca suplicaron por sus vidas."
Mauthausen

ATARDECERES. EL CÓNSUL HONORARIO, de Graham Greene

ATARDECERES. EL CÓNSUL HONORARIO, de Graham Greene

    "Era uno de esos atardeceres que, por una misteriosa combinación de la luz moribunda y el aroma de alguna planta desconocida, provocan en ciertos hombres la sensación de la niñez y la expectativa, y en otros la impresión de algo perdido y ya casi olvidado"



lunes, 12 de noviembre de 2018

VACLAV HAVEL

VACLAV HAVEL

    "La esperanza no es la convicción de que algo saldrá bien, sino la certeza de que algo tiene significado independientemente de cómo salga"

Praga

LAS HUMILLACIONES EN EL CUARTEL MILITAR. Y ENTONCES NACÍ YO, de Miguel Gila

LAS HUMILLACIONES EN EL CUARTEL MILITAR. Y ENTONCES NACÍ YO, de Miguel Gila

    "Apenas llegamos al cuartel y una vez que nos habían afeitado la cabeza y nos habían puesto aquel uniforme ridículo, nos formaron en el patio; un sargento, acompañado del cabo primero, decía:
    —Los que sepan conducir que den un paso al frente.
    Y unos cuantos daban ese paso al frente. El sargento seguía:
   —Los que manejen la pluma, un paso al frente.
   Y otros cuantos que daban ese paso al frente.
    —Muy bien, los que saben conducir a este lado y los que manejan bien la pluma a este otro lado.        Los demás rompan filas.
    Rompíamos filas. A los que sabían conducir les daban una carretilla y una pala para que cargaran tierra o los excrementos de los caballos que había en el suelo de las cuadras. A los que manejaban bien la pluma, una escoba para limpiar los retretes; pero antes de darles la carretilla o la escoba, para que la broma fuese más graciosa, les daban una pinza de tender la ropa y les decían:
    —Esto para que lo uséis mientras estáis conduciendo o mientras escribís.
   La humillación en el ejército siempre está latente. La humillación en el ejército nace de algunos mandos, generalmente de los de menor graduación, y se transmite a los soldados veteranos, que la ejercen con los reclutas que cada año se van incorporando a cumplir con sus servicios a la patria. La maldad, al igual que la viruela y el sarampión, es contagiosa. En los cuarteles son muchos los que se contagian de esa maldad. O tal vez la llevan dentro y se les despierta para practicarla con los más débiles o los más ignorantes; se llaman novatadas a un sinfín de crueldades."


ALBERT CAMUS

ALBERT CAMUS

    "Quien se desespera por los acontecimientos es un cobarde, pero el que tiene esperanza en la condición humana es un loco."

domingo, 11 de noviembre de 2018

LA PERSONALIDAD DE VACLAV HAVEL. HAVEL, de Michael Zantovsky

LA PERSONALIDAD DE VACLAV HAVEL. HAVEL, de Michael Zantovsky

    "Havel, como dijo de él el filosofo Ladislav Hejdanek, era el carbono, un elemento químico capaz de combinarse con muchos otros para crear un compuesto de una fuerza irresistible, lleno de contradicciones, y al mismo tiempo lo suficientemente estable como para poner en marcha la importantisima transformación que los checoslovacos tenían por delante"

sábado, 10 de noviembre de 2018

ORIGEN DEL FASCISMO. 50 VIÑETAS QUE CAMBIARON EL MUNDO, de Roberto Fandiño Pérez

ORIGEN DEL FASCISMO. 50 VIÑETAS QUE CAMBIARON EL MUNDO, de Roberto Fandiño Pérez

    "El ascenso del fascismo no puede ser explicado tan solo atendiendo a la economía, pero la crisis económica desatada en 1929 contribuyó de manera decisiva a que su semilla pudiera germinar en el desánimo, la desesperación y el rencor de miles de personas sometidas a la pobreza, el paro y la profunda percepción de haber sido abandonados a su suerte por un sistema ajeno a sus males y preocupaciones."

SANEAMIENTO, de Vaclav Havel

SANEAMIENTO, de Vaclav Havel

"Hay una meta pero no hay un camino. Lo que llamamos camino es solo titubeo"


viernes, 9 de noviembre de 2018

LA SUPERVIVENCIA. UN RUMOR DE GUERRA, de Philip Caputo

LA SUPERVIVENCIA. UN RUMOR DE GUERRA, de Philip Caputo 

    "La autoconservación —el más básico y tiránico de los instintos— puede convertir a un hombre en un cobarde o, como ocurría con más frecuencia en Vietnam, en un ser que destruye sin vacilación ni remordimientos todo lo que suponga una potencial amenaza a su vida. Un sargento de mi sección, normalmente un joven agradable, me dijo una vez: «Mi teniente, en mi tierra tengo mujer y dos hijos y volveré a verlos, no me importa a quién ni a cuántos tenga que matar para hacerlo»."

DIARIOS, 12 DE ENERO DE 1852, de H. D. Thoreau

DIARIOS, 12 DE ENERO DE 1852, de H. D. Thoreau

    "Vivir en relaciones de verdad y sinceridad con los hombres es habitar un pais fronterizo"

jueves, 8 de noviembre de 2018

DONDE SEA, FUERA DEL MUNDO, de Charles Baudelaire

DONDE SEA, FUERA DEL  MUNDO, de Charles Baudelaire 

    "La vida es un hospital donde cada enfermo está poseído por el deseo de cambiar de cama; éste querría sufrir delante de la estufa y el otro cree que sanará junto a la ventana. Siempre me ha parecido que estaría bien donde no estoy, y de esta cuestión del desarraigo hablo sin cesar con mi alma."

THOMAS COOK. EL TURISTA DESNUDO, de Lawrence Osborne

THOMAS COOK. EL TURISTA DESNUDO, de Lawrence Osborne

    "Thomas Cook (1808-1892), el fundador del turismo moderno, convirtió Egipto en un popular destino invernal para la burguesía británica durante las décadas de 1870 y 1880. Ya había convertido el negocio familiar en la mayor agencia de viajes del mundo cuando en 1870 el virrey otomano de Egipto, el jedive Ismail, lo nombró agente oficial de la navegación por el Nilo. Sin embargo, fue su hijo John Mason Cook, director de la sede londinense desde 1865, quien abriría oficinas en todo el imperio y en Estados Unidos, globalizando así sus operaciones, y quien haría de Egipto su principal destino. La conversión de Egipto en un protectorado británico en 1882 —conocido como el Protectorado Encubierto— significó un paraíso turístico para los Cook. Casi de inmediato se aseguraron el monopolio de los cruceros de lujo por el Nilo, que habían inventado, de modo que el río pasó a conocerse como el canal de los Cook. La compañía ofrecía una tarifa desde Londres hasta la Primera Catarata por ciento diecinueve libras, todo incluido. No obstante, era un capricho para ricos; en 1880, el salario anual de un obrero británico era de sesenta libras y para la clase media alta éste oscilaba en torno a las ochocientas libras. El viaje duraba seis días. Los Cook abrieron hoteles en Asuán y Luxor, algunos de ellos dotados de atención médica para atraer a las masas que buscaban las bondades terapéuticas del sol invernal. Su monopolio era extraordinario; el ejército que navegó Nilo abajo para rescatar al general Gordon en 1884 utilizó barcos de vapor Cook. Muy pronto, las autoridades imperiales concedieron a Cook el monopolio del correo y de los viajes oficiales, un ejemplo perfecto de simbiosis entre imperio y turismo. Asuán se convirtió en el «Cannes egipcio», un escenario social británico más, y en 1891 John Cook calculó que los turistas gastaban unos cuatro millones de libras anuales en Egipto. Aparecieron hoteles de lujo por todas partes —el Mena House cerca de las pirámides, el Khedival Club y el Shepheard en El Cairo, el Turf Club, el Gezireh Palace—, que en su mayoría siguen en funcionamiento. El capital de Cook aumentó hasta alcanzar más de doscientas mil libras..."

miércoles, 7 de noviembre de 2018

DISFRUTAR DE LA NATURALEZA. DIARIOS,  de H. D Thoreau

    "Como extraer la miel de la flor del mundo. A eso me dedico todos los días. Me afano en ello como una abeja. Deambulo por los campos con esa misión y nunca me siento tan feliz como cuando me noto cargado de miel y cera. Soy como una abeja que pasa todo el santo día buscando los dulzores de la naturaleza"

LA LITERATURA SE REIVINDICA EN EL JUICIO DE SVETLANA ALEXIEVICH. LOS MUCHACHOS DE ZINC, de Svetlana Alexievich

LA LITERATURA SE REIVINDICA EN EL JUICIO DE SVETLANA ALEXIEVICH. LOS MUCHACHOS DE ZINC, de Svetlana Alexievich

    "...¿Qué tengo que revindicar? Mi derecho como escritora a ver el mundo tal como lo veo. Y a odiar la guerra. ¿O es que tengo que explicarles que existe la verdad y la verosimilitud, que un documento de una obra artística no es un certificado de la oficina de reclutamiento ni un billete de tranvía? Los libros que escribo son un documento y a la vez mi visión de los tiempos. Yo recopilo los detalles, los sentimientos, no de una vida concreta, sino del aire del tiempo en su totalidad, de su espacio, de sus voces. No invento, no fantaseo, sino que construyo los libros a partir de la realidad misma. El documento es lo que me cuentan, el documento en parte, soy yo, la artista, con mi propia visión y percepción del mundo.

   Yo escribo, anoto la historia del momento, la historia en el transcurso del tiempo. Las voces vivas, las vidas. Antes de pasar a ser historia, todavía son el dolor de alguien, el grito, el sacrificio o el crimen. Incontables veces me he hecho la pregunta: «¿Cómo pasar entre el mal sin aumentarlo, sobre todo hoy en día, cuando el mal adopta unas dimensiones cósmicas?». Antes de comenzar cada libro me lo pregunto. Esto ya es mi carga. Y mi destino.

   Escribir es un destino y una profesión, aunque en nuestro desafortunado país es más destino que profesión. ¿Con qué argumentos el jurado ha declinado en dos ocasiones la solicitud de un peritaje literario? La razón es sencilla: se vería enseguida que aquí no hay objeto de proceso. Procesan el libro, procesan la literatura, suponiendo que se puede reescribir las veces que sean necesarias para satisfacer sus necesidades inmediatas. Dios nos proteja de los contemporáneos parciales que hagan de redactores de los libros documentales. Solo nos habrían dejado ecos y prejuicios de las luchas políticas en vez de la historia viva. Fuera de las leyes de la literatura, al margen de las leyes del género, se administra la justicia política primitiva rebajada más allá del nivel cotidiano, rebajada a la altura de la pelea callejera. Escuchando a esta sala a menudo me he parado a pensar: «¿Quién se atreve a llamar a la multitud a que salga a la calle, a una multitud que ya no confía en nadie: ni en los sacerdotes, ni en los escritores, ni en los políticos? Una multitud que solo ansía sangre y masacre…». Y solo se somete al hombre armado… Un ser humano armado con una pluma, mejor dicho, con un bolígrafo, en vez de con un Kaláshnikov, le irrita. Aquí me han estado dando lecciones sobre cómo hay que escribir libros.

   Los que me han llamado a juicio abdican de lo que ellos decían hace unos años. En sus mentes ha cambiado el código, ahora leen el texto de antes de otra manera, a lo mejor incluso ni siquiera lo reconocen. ¿Por qué? Porque no necesitan la libertad… No saben qué hacer con ella…"

martes, 6 de noviembre de 2018

EL GRANJERO QUE SE FUE A LA CIUDAD. UN PIÉ EN EL PARAÍSO, de Ron Rash

EL GRANJERO QUE SE FUE A LA CIUDAD. UN PIÉ EN EL PARAÍSO, de Ron Rash

    "Billy pensaría que había llegado su oportunidad cuando la compañía eléctrica le comprara su propiedad por unos cuantos dólares más la hectárea de lo que él había pagado por ella —al menos hasta que supiera cuánto costaba una granja como la suya en otra parte del condado—. Quizá utilizaría el dinero para trasladarse a Séneca o a Anderson y comprarse una casa con aseo y electricidad, con lo que pensaría que había encontrado el paraíso. Trabajaría en una algodonera o en el aserradero y recibiría un cheque al final de cada semana y no tendría que volver a preocuparse nunca más por la sequía y el granizo, ni por que alguna peste atacara su plantación de tabaco. Se enfrentaría a otros cambios menos agradables, cosas que le harían extrañar los tiempos en que empujaba detrás del caballo y el arado. Tendría que pedir permiso para beber agua o para ir a mear. El trabajo sería el mismo día tras día, semana tras semana, y en la fábrica el calor y la humedad te asfixiarían como si la canícula durara todo el año. Respiraría sumido en una eterna nube de polvo que sus pulmones tratarían de expulsar por las noches durante interminables ataques de tos. Su trabajo no le aportaría la menor satisfacción, pero tendría una mujer y un hijo esperándoles en casa cuando el silbato de la fábrica señalara el final de la jornada y pudiera escaparse. Algunos hombres envidiarían al menos ese aspecto de su vida."

CIERTAS MUJERES DE LA STASI. EL HOMBRE SIN ROSTRO, de Markus Wolf

CIERTAS MUJERES DE LA STASI. EL HOMBRE SIN ROSTRO, de Markus Wolf 

    "...Tiedge necesitaba algún tipo de alivio, y percibimos que se manifestaba en él un intenso apetito sexual. Disponíamos dé algunas mujeres, miembros del Partido que estaban relacionadas con los servicios de seguridad en la zona de Potsdam, y a las cuales podía pedirse que alentasen a un desertor y establecieran una relación, como sucede a menudo en esos casos. Sometidos a la tensión emocional del interrogatorio, la mayoría de los hombres se muestran propensos a aceptar el consuelo femenino. Nos ocupábamos de que las mujeres utilizadas estuviesen dispuestas a comprometerse en relaciones sexuales con estos hombres. No eran prostitutas, sino mujeres comunes. Afiliadas al Partido y personas fieles a su país, que estaban dispuestas a representar su papel a cambio de alguna manifestación de lo que solíamos denominar la gratitud del Estado, que podía ser un lugar preferencial en el otorgamiento de apartamentos o un lugar más favorable en la lista de espera para un automóvil. De todos modos, nuestra primera candidata sencillamente no pudo soportar la relación con Tiedge. Encontramos otra, una maestra, que aceptó hacer lo que pedíamos, con gran alivio de nuestra parte. Tiedge era un tipo de hombre especialmente poco atractivo y recuerdo haber pensado que ella sin duda era un alma muy patriótica. Pero incluso los relatos más sórdidos pueden culminar ofreciendo resultados más gratos que lo esperado. Más tarde, los dos se casaron, y en el momento de escribir estas líneas, en 1996, todavía están unidos."

lunes, 5 de noviembre de 2018