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miércoles, 21 de noviembre de 2012


CHO OYU

¡¡¡¡¡Te vas a perder un gran libro!!!!! Es muy dificil de localizar, esperemos que alguien lo reedite: merece mucho la pena. ¿Por qué? Ya no se encuentran fácilmente  libros de montaña en los que prime el compañerismo entre los integrantes de una expedición tanto como el éxito que buscan. Ese fue el rasgo distintivo de la primera ascensión al Cho Oyu (1954), el ochomil que subieron Tichy y sus amigos un año después de la ascensión al Everest. Por eso, si tienes la oportunidad de comprarlo en algun mercadillo como hice yo hace años, en eBay o en alguna biblioteca pública, hazte con el. Un libro refrescante, sin divos de la montaña, sino el placer de asumir un reto precioso entre amigos.

    Para empezar no es una expedición con las instituciones de un pais respaldándola, ni la organización que elaboró Tichy era semi-militar, características de propias de su época. Simplemente, se apañaron. Todos ellos venían de hacer seismiles sin pisar todavia en el Himalaya. Se juntaron el autor como lider más dos austriacos, Sepp Jochler y Helmut Heuberger. Con ellos, 7 sherpas. Uno de los atractivos del libro es lo bien que cuenta las relacciones que se establecen entre todos ellos, con la peculiaridades de cada uno dentro de la expedición, desde la misma salida de Katmandu.


    Hay también un interés evidente de Tichy por descubrir el Nepal rural y profundo que atraviesa hasta internarse en el Cho Oyu (monasterio de Seta, de Ringmo, los coolies,), el de las personas antes de la invasion turística. Tichy no espera al Cho Oyu para contarnos ya las vicisitudes del viaje con humor. Lo bueno es que cuenta las que él vive, como la vez en que descubren a lo lejos la cima del Everest, o cuando pierden a un porteador u otro les roba, o la pelea a pedradas de Namche Bazar: parece que Tichy los conociera uno a uno.

    Otro de los grandes alicientes es descubrir con Tichy cómo se descubre la ruta de ascensión más fácil de esta montaña. Recordar que pisaba terreno virgen de presencia humana: las dudas frente a lo que ve son constantes, ¿cómo tomar entonces la mejor decisión?

    Al final, solo lograrán la cumbre al segundo intento, Jochler, Tichy y un sherpa, Pasang. Entre medias, un potente huracán que los bajó del campamento IV con Tichy y sus manos congeladas, justo cuando estaban en la noche previa a atacar la cumbre. Y también una expedición suiza llegada para disputarles la cima. A Tichy, con sus manos, han de atarle el calzado, muestra del compañerismo y la relativa dificultad de la ascensión. Sin duda un relato muy rico en detalles como la convivencia entre la gente de la expedición, la cultura sherpa, las anteriores expediciones por la zona, el yeti (Tichy creia en él) o las experiencias en la zona de la muerte.



    "Mi plan del Cho Oyu no surgió de un indeclinable deseo de subir un ocho mil. Durante los largos preparativos no pasó por mi mente el que la cumbre pudiera proporcionarme un placer singular. Tampoco fue vanidad lo que me trajo hasta aquí, sino toda una cadena casual de consideraciones.
    Al contemplar ahora el dilatado cielo del Tibet, convirtiose todo esto de repente en algo distinto. Deseaba meterme dentro de aquel cielo que, habiéndonos excluidos tal vez de sus intimas esencias, nos toleraba tan solo a su lado; anhelaba acercarme a él, después de tantos años de haberme atraido sin decepcionarme jamás..."

    "De pronto, nos encontramos con una visión ilimitada: hemos llegado a la cumbre.
    Pasang se acerca a nosotros. Su piolet está clavado en la nieve y en él ondean las banderas de Nepal, Austria y la India. A pesar de que soy poco amigo de banderas, los símbolos de mi patria y de los dos paises a los que tanto amo y tanto debo, hacen que se me humedezcan mis ojos. Son las tres de la tarde del 19 de octubre de 1954.
    Pasang me abraza. Por sus mejillas resbalan unas lágrimas, y el fuerte viento se las lleva al infinito, convertidas en cristalitos de hielo. La cumbre significa para él mucho más que para nosotros.
    -¡La cumbre, sahib, la cumbre!




Cho Oyu, de Herbert Tichy, Grupo Editorial Ceac, Colección Timun Mas-Caravanserai, 1997, 277 pag con fotos

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