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martes, 28 de febrero de 2023

EN EL PISO DE ABAJO, de Margaret Powell

EN EL PISO DE ABAJO, de Margaret Powell

Respondona, ingenua, trabajadora, observadora y crítica. Margaret (1907, Sussex-1984) se describe como una mujer muy llana y directa, de las que llaman al pan y al vino por su nombre, y con mucha ironía añadida con ánimo de hacer más amena su propia historia. 
Trabajó en el servicio doméstico, una vida de semiesclavitud en muchos casos, pero que empezaba a cambiar a mejores condiciones de salario y prestigio social, no por la generosidad de "ellos", los de arriba, sino porque a las mujeres se les empezaban a abrir otras posibilidades de trabajo. El mercado laboral se empezaba a abrir ligeramente para ellas, y tenían ocasión de negociar al alza sus condiciones. Pero los comienzos fueron duros, aguantando la mezquindad y la soberbia de los de arriba, porque esta es una historia de los de arriba y los de abajo. Antes de empezar a servir, describe muy coloridamente el régimen de hambre y escasez de la clase obrera inglesa, muy duro todo. Una vez sirviendo de pinche de cocina, el puesto mas bajo en todo el escalafón de la servidumbre,  lo normal era pasar de una casa a otra para obtener dos cosas: mejoras salariales y laborales, y adquirir nuevos conocimientos culinarios de cada cocinera con la que trabajaba. El resultado variaba, pero con cada cambio había que adquirir buenas referencias para la siguiente familia para la que trabajar. En sus memorias a veces clama por la igualdad en la dignidad, pero no es una lucha por la expoliación de los de arriba, sino contra la explotación de los de abajo. Hay mucha anécdota y observación en su relato, y ese es el fuerte de esta historia a mi juicio: un mundo donde los detalles han cambiado pero no las actitudes. 
Una de las cuestiones importantes de su vida, conforme pasa de los 18, es buscar marido para abandonar el servicio doméstico. Vamos, algo que la saque del hoyo. El ligue es uno de los temas finales del libro, y cuando se casó con un lechero y tuvo 3 hijos, lamentó ese síndrome del nido vacío que se decía antes. Volvió a cocinar, al servicio en casas ajenas solo por horas durante la semana, y el mundo había cambiado por completo para entonces. Esos ricos rentistas de antes, esas formas de vida placenteras, estiradas, decimonónicas, habían desaparecido por completo y tan sólo quedó la gente vieja de antes de la II Guerra Mundial que no se había adaptado. Gente de antes, de su juventud, a la que la inflación devoró su renta fija, a la que no quedó un sirviente, que tuvo que vender sus mansiones y meterse en un piso... pura historia de Gran Bretaña vivida desde el intimidad de las familias, desde la privacidad doméstica. 
Finalmente, la muy resabiada Margaret confiesa sin tapujos que lo normal no es compartir la riqueza con los de abajo. Que ella nunca lo haría. Vamos, que la vida es así, nadie lo va a cambiar y que hay que espabilar. Una conclusión decepcionante para alguien que podía haber vivido mejor sacando provecho de sus muchas cualidades si realmente le hubieran dado la oportunidad que parece ella misma negarse con sus palabras. Por suerte, otros no se conformaron y sacaron provecho. Algunos opinan que no hay resabios en sus memorias, yo no estoy de acuerdo en esto. Una cosa es que sea un relato con cierto humor, que con ello evite dar lástima, pero esa misma ironía no enmascara cierta cabreo por algunas situaciones injustas que vivió. De igual manera, reconoce quien fue honesto y noble con ella; no muchos, por cierto. 
Un libro de 212 páginas en Editorial Alba, escrito originalmente en 1968, junto a sus asistencias a la Universidad. Se hizo famosa como para sacar otros libros e inspirar la serie de televisión Los de arriba y los de abajo​ y Beryl´s Lot​ así como Abadía de Downton.

COMO GANE LA CRUZ VICTORIA, de Thomas Henry Kavanagh

COMO GANE LA CRUZ VICTORIA,  de Thomas Henry Kavanagh


Si alguna vez alguien quiere un ejemplo de cómo
 Gran Bretaña dominó el mundo en el siglo XIX, aquí lo tiene. Verá la maquinaria arrolladora de su ejército en acción, el espíritu ganador que alentaban sus miembros, con una metrópoli que consumía todo lo que la prensa le escribía desde sus gacetilleros en frente. Una vez leí de Niall Ferguson en El imperio británico que había sido el más mortífero de la historia humana. Aquí quedan retratados, aún sea por orgullo y propaganda del autor, como un rodillo de sangre, una picadora de sangre, generalmente enemiga, por supuesto. Algunas descripciones del asalto a Lucknow son muy gráficas al respecto, no se ahorra en luchas a muerte cuerpo a cuerpo, ni en ejecuciones de enemigos vencidos sobre el terreno, es decir, hay pasajes crudos. Este episodio de la historia de la India y de Gran Bretaña supuso la concesión de varias Cruces de la Victoria, la mes alta condecoración militar en acciones de guerra, y nuestro autor se llevó la primera concedida a un civil, así que el mérito demostrado debe ser grande. Esta condecoración fue introducida en 1856 y ha sido entregada 1356 veces, y el cobre con que se fabrican se extrajo del material con que estaban hechos los cañones de Sebastopol en la Guerra de Crimea (1853-1856). Se ha concedido a 5 civiles a lo largo de la historia, y se rechazan el 90% de las peticiones de ellas. Actualmente solo quedan 20 personas vivas que la porten. Según wikipedia, "Es una condecoración tan prestigiosa, que el rey Jorge V recomendó por escrito a su Gobierno, en 1920, que no pudiese ser nunca retirada fuesen cuales fuesen los actos posteriores a su concesión del premiado, y que incluso, aquellos premiados con la VC que fueran sentenciados a muerte, pudiesen tener el privilegio, dado el caso, de portarla orgullosamente hasta el patíbulo."

El testimonio de Kavanagh comienza con una justificación de ambas partes, los británicos y los hindúes, para hacer lo que hicieron, y en general parece contar con que al público, como Kavanagh lo llama, le suena de algo el asedio de Lucknow. Este enclave al norte de la India, ahora mismo, significa poco o nada para ese público, por lo que conviene recordar lo que allí pasó, que no fue poco. De hecho tuvo mucha resonancia, aunque eso no significa que sea eterna, por supuesto. Por eso adjunto este enlace, con la información histórica de aquel momento, para ponernos en contexto: Asedio de Lucknow
El libro sirve para pasar a la posteridad por los hechos en los que participo y, sobretodo, protagonizó Kavanagh. Una justificación de si mismo, de sus amigos, pero no de algunos a los que deja en entredicho. Alaba a los sijs, que eran fieles aliados, denosta a los gurkas, envilece a la mayoría de los rebeldes.
Ahora bien, siendo toda esta movida un asunto grave política y militarmente hablando, un asunto del que se salió con unas cuantas lecciones aprendidas por ambos bandos, pienso que el relato de Kavanagh es plano y falto de más emoción en muchos pasajes del libro, mientras en otros es vibrante. En general, está más preocupado en no olvidarse de nada, ni tampoco de repartir su propia valoración de los protagonistas, que aburre un poco. Pienso en el señor Kipling haciéndose cargo de este asedio e imagino mil soluciones más atrayentes para contarlo.
Pero también tiene sus virtudes, como lo es mostrarnos una variedad de combate poco frecuente en la literatura bélica: la guerra de minas y contraminas, o la guerra urbana de la época.

Kavanagh describe muchas acciones meritorias, pero la que mes se recuerda es aquella en la que, estando sitiados por el ejército rebelde, con sus fusiles Enfield y cañones, se encuentran cada vez más diezmados y con un numeroso contingente civil que proteger. Las represalias de los hindúes a veces son terribles, como lo es venganza de los británicos con los cabecillas de la rebelión cuando los ajustician, que es atarlos a la boca de un cañón y disparar... Un intento de liberarlos por una columna británica acabó tan mal que salieron huyendo. Para el segundo intento de liberación, Kavanagh y un sirviente del lugar se disfrazaron de hindues, salieron de la Residencia (lugar donde se habían fortificado en Lucknow), cruzaron las líneas enemigas y contactaron con una segunda columna británica para guiarles por la ciudad desde sus alrededores, evitar emboscadas y conseguir liberar a los encerrados en el asedio y liberar también la ciudad. A partir de esto lo que sigue es la pacificación de este antiguo reino hindú, anexionado hacía pocos años antes, durante varias décadas. 
Para acabar, comentar que esta batalla por Lucknow tuvo una gran significación durante mucho tiempo. La Residencia, lugar donde se defendían los británicos, quedó como un conjunto de ruinas que no se reconstruyó, sino que sirvió de memoria de la valentía de los defensores y escarnio de las sublevaciones. Un aviso visual para cualquier otra tentativa. Allí ondeaba la Union Jack, y lo continuó haciendo hasta que, días antes de la proclamación de la independencia de la India, los británicos se la llevaron sin decir palabra.
El libro cuenta con varias fotografías de la época, muy ilustrativas de la salvajada que fue el asedio. En una de ellas se sacaron de nuevo los esqueletos de los muertos rebeldes de sus fosas y los diseminaron por el suelo donde fue la pelea a muerte, consiguiendo un efecto visual muy tétrico.

lunes, 6 de febrero de 2023

UN RIO EN LA OSCURIDAD, de Masaji Ishikawa

UN RIO EN LA OSCURIDAD,  de Masaji Ishikawa

Hay gente que vive peor que una mascota. Demasiados desgraciadamente, pero es que hay gente que, estando en la cárcel, vive también peor que una mascota, pero mucho mejor que Masaji Ishikawa, el autor de este libro. Lo facil seria echarle la culpa a la mascota, pero va a ser que no tiene la culpa. La culpa hay que buscarla en otro lado, aunque lo habitual sea culpar a la mascota.
 Por suerte, Masaji es de las muy contadas personas que ha logrado escapar de ese infierno y nos lo ha contado. Ese infierno es Corea del Norte. El culpable.
Dice Masaji que él ha nacido 5 veces. Sin embargo, es mucho mayor el número de veces que este hombre se sintió muerto a lo largo de su vida. Ni aún para suicidarse por ahorcamiento tuvo suerte. Fallo en el intento desesperado. Por lo demás, sus primeros años hasta la adolescencia los pasó en Japón viendo las palizas de su padre coreano a su madre japonesa. En ese momento, con la guerra de Corea acabada, el gobierno norcoreano instigó la repatriacion de coreanos a ese país desde Japón, a donde habían llegado como esclavos años antes, durante el dominio japonés de esa parte de Asia. Lo que prometía el gobierno de Kim Il-Sun era y siempre fue algo peor que una mentira o un fraude: se vivía mejor en la Alemania nazi, aquello era un inmenso campo de concentración entre URSS y Corea del Sur. Cuenta con una policía que es parte de un estado criminal. Una vida al borde de la inanición, de las palizas del ejército, del insulto, tu madre que muere en la miseria, tu sobrino de tres meses de frío, hambre y enfermedad. La peor vida libre en Japón era mejor que eso, aunque ese punto escuece también al final del libro. Corea del Norte se describe como un estado que sabe sacar lo peor de cada persona, no su amabilidad, una palabra con un significado profundo en este relato. 
Muchas de las decisiones tomadas en su vida fueron por pura desesperación. Estaban en el escalafón más bajo de la sociedad por ser retornados del extranjero, pero al ir sucumbiendo el horizonte económico del país con los años, resultó que algunos podían salir a ver a la familia en Corea del Sur o en Japón, o recibir de ellos dinero y regalos, siempre y cuando quedaran familiares como rehenes. Eran los años 80 y los antiguos retornados empezaron a ser socialmente bien visto. Pero nuestro hombre no tenía a quién acudir porque la familia de su madre, japonesa, había cortado esa relación. 
Uno de los detalles llamativos es la evolución psicológica del padre del autor, un chulo pendenciero en Japón que en Corea se redime acosta de mucho sufrimiento.
En el 94 muere este hombre, llamado el Tigre, y para entonces las hambrunas en el país son un hecho silenciado en el exterior. Un desastre más, con la gente muriendo de hambre, lo que animó al autor a huir del país con una especie suerte y audacia tremenda. Cruzó el río que separa Corea del Norte de China, encontró amigos al otro lado y la embajada de Japón lo trasladó a su país natal 36 años después de salir de Japón. Era el 15 de octubre de 1996. A partir de entonces nunca más tuvo que luchar por sobrevivir, pero nunca recuperó a su mujer ni a sus hijos, que murieron de hambre y amargura. Masaji se quedó solo, sin hambre pero sin pertenecer a nada ni a nadie porque no se adaptó a la vida en Japón en el momento de escribir este libro, 2018. 
La amargura siguió ahí.

miércoles, 1 de febrero de 2023

VUELTA AL PAIS DE ELKANO, de Ander Izagirre

VUELTA AL PAIS DE ELKANO, de Ander Izaguirre


Cuando viajamos, y vamos atentos, ya sea en un vehículo o a patita, nos encontramos a nosotros mismos haciéndonos preguntas acerca de lo que nos surge a cada paso: por qué ese pueblo está en tal lugar? Por qué las rocas a este lado de la costa tienen esta forma? Porque se jactan de ser hidalgos esta gente? ¿De dónde sale tanto surfista? ¿Hubo piratas y negreros aquí también? Hay un montón de dudas al paso del viajero inquieto, y si ese viaje se hace por Euskadi, tiene a mano este libro para contestar esas dudas. Pero también encontramos respuestas a preguntas que nunca nos hicimos. Aunque nunca viajemos al País Vasco, este libro no deja de ser un manojo de historias del pasado y del presente de sus habitantes. Historias desmitificantes, con un punto de vista diferente, inclusivo y multicultural, y sobre todos, grandes historias alrededor de lugares que nos suenan de algo.
Lamentablemente, durante mucho tiempo, e injustamente, hablar de esta tierra era hacerlo de problemas luctuosos, luchas arduas y callejones sin salida. Ahora estamos invitados a una vida normal y en común. Yo, que vivo cerca, descubro muchas cosas nuevas e interesantes. Luego esta el tono de humor y un punto descarado del autor, aficionado a rebajar a los encumbrados por la fama y a dar voz a quienes no la suelen tener. Un estilo que se encuentra en sus columnas periodísticas y en sus reportajes en revistas, irónico con algunos gramos de acidez. Siempre le leo con interés no solo por eso, sino porque espero verlo progresar aún más.
La vuelta por el País Vasco resulta un ejercicio de pedaleo por muchos hitos geográficos conocidos como la metalurgia de Chillida, el restaurante Mugaritz o las Salineras de Añana. Con otras se pasa de largo, como la central nuclear de Lemoiz, pero supongo que esto se debe al deseo de mirar hacia adelante y mejorar una imagen que no responde a la historia completa del país. Luego pedalea por el norte de Navarra hasta Orbaizeta (referencia de pasada a los Zabalza, sin caer en las historias desde Madrid), cruza el hayedo de Irati y sube por el País Vasco francés hasta Baiona con historias de chocolates, vascos en las Islas de San Pedro y Miquelon, y la historia reciente de los judíos (muy conmovedora). En general, las historias mejor desarrolladas son aquellas en las que el autor ha contado con la ayuda de una guía que le introduzca físicamente en los misterios del asunto a tratar, como la entrada a la mina en el corazón de Bilbao o las minas romanas de la peña de Aia.
Más o menos, Elkano vino a nacer en algo medianamente parecido a una República marítima nacida en plena Edad Media, y los capítulos de este libro se estiran por el mapa hasta donde la influencia de ese comercio marítimo llegó, por ejemplo los robledales para construir barcos. Esta es la excusa para llevarnos de viaje en bicicleta. El gancho para seguir leyendo es que muchos de los hechos culturales vascos, esas cosas tan típicas de allí, no son de origen vasco, sino extranjero, por lo que regularmente te llevas una sorpresa en la lectura. Es una de las ideas más expuestas con distintos ejemplos, como lo es que la gente de fuera, de origen no vasco, enriquece el presente como lo viene haciendo desde cualquier pasado que uno se proponga, que de lo contrario no se entiende el país de Elkano. Como en el caso de la investigadora vasca Naima el Bani Altuna, o su padre marroquí camionero, uno vale por lo que hace y no por haber nacido aquí o allá, cosa que no tiene mérito para el nacido.

En definitiva, un libro ameno, muy entretenido, con la virtud de que el autor se hace muy presente hablando de otros pero no estorba y eso no lo consigue cualquiera. Si un viaje te cambia la visión de algunas cosas de la vida cuando lo acabas, la pretensión de cambiar nuestra mirada sobre el mundo vasco al cerrar el pedaleo de este libro de viaje es algo que, en mi opinión, Ander Izagirre ha conseguido.
El final del libro incluye las 8 etapas en bici para descargar de Wikiloc
Son 400 páginas en Libros del KO, segunda edición