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miércoles, 24 de junio de 2020

LO HUMANO. KAPUSCINSKI NON-FICTION, de Artur Domoslawski

El director navarro Raúl de la Fuente estrenará en Cannes la ...
LO HUMANO. KAPUSCINSKI NON-FICTION, de Artur Domoslawski


Oh sí 
pasó mucho tiempo 
hasta que aprendí a pensar en el hombre 
como en el hombre 
hasta que descubrí esta forma de pensar 
hasta que cogí este camino 
en esta redentora dirección 
y al hablar del hombre o pensando en él 
dejé de hacer preguntas 
de si es blanco o es negro 
anarquista o monárquico 
seguidor de la moda o de lo rancio 
si es de los nuestros o de los otros 
y empecé a preguntar 
qué hay en él de humano

lunes, 22 de junio de 2020

LOS PERROS NEGROS , de Ian McEwan

Los perros negros - McEwan, Ian - 978-84-339-1189-6 - Editorial ...
LOS PERROS NEGROS , de Ian McEwan

Cuidar de ella era bueno para mí. Me mantenía civilizado y alejado de mis propios problemas. Habrían de pasar dos décadas hasta que me sintiese tan arraigado como entonces. Disfrutaba sobre todo las tardes en que Jean y Harper salían, especialmente en verano, cuando le leía a Sally hasta que se dormía y luego hacía mis deberes en la mesa grande junto al balcón abierto al dulce olor de los alhelíes perfumados y el polvo del tráfico. Yo estaba estudiando para mis exámenes de bachillerato en The Beamish, en Elgin Crescent, una escuela preparatoria que gustaba de llamarse academia. Cuando levantaba la vista de mi trabajo y veía a Sally detrás de mí en la habitación medio a oscuras, tumbada de espaldas, las sábanas y los ositos de peluche empujados más abajo de sus rodillas, los brazos y las piernas muy abiertos, en lo que yo interpretaba como una actitud de confianza en la benevolencia de su mundo completamente equivocada, me sentía exaltado por un intenso y doloroso instinto de protección, una punzada en el corazón, y estoy seguro de que ese es el motivo de que luego haya tenido cuatro hijos. Nunca tuve dudas al respecto; en alguna medida uno es huérfano para toda la vida; cuidar niños es una forma de cuidar de uno mismo.

Imprevisiblemente, Jean irrumpía en nuestra habitación, impulsada por la culpa o por un excedente de amor después de hacer las paces con Harper, y se llevaba a Sally a su parte del piso con arrullos y abrazos y promesas sin valor. Era entonces cuando la negrura, el sentimiento de vacío y desarraigo caían sobre mí. En lugar de holgazanear por ahí o ver la tele como otros chicos, yo salía a la noche, bajaba por Ladbroke Grove y me encaminaba a la casa que en aquella temporada me resultase más acogedora...

viernes, 19 de junio de 2020

VIVIR EN LA MONTAÑA. LAS OCHO MONTAÑAS, de Paolo Cognetti

VIVIR EN LA MONTAÑA. LAS OCHO MONTAÑAS, de Paolo Cognetti

—Uno debe hacer lo que la vida le ha enseñado a hacer. Quién sabe, a lo mejor cuando eres muy joven aún puedes elegir otro camino. Pero en un momento dado tienes que parar y decir: vale, esto lo puedo hacer, esto no. Así que me he preguntado: ¿y yo? Yo puedo vivir en la montaña. Me vine aquí solo, y me las arreglo. No es poco, ¿no te parece? Pero se ve que tenía que llegar a los cuarenta años para descubrir que valía para algo.

Estaba agotado y el calor del vino me estaba sentando muy bien, y, aunque no lo habría reconocido, me gustaba oírlo hablar así. Había algo terminante, en Bruno, que siempre me había fascinado. Algo íntegro y puro que admiraba en él desde que éramos niños. Y ahora, en la casita que habíamos construido, estaba casi dispuesto a creer que tenía razón: que la manera adecuada de vivir para él era esa, solo, en pleno invierno, sin nada aparte de un poco de comida, sus manos y sus pensamientos, algo que habría sido inhumano para cualquier otro.


jueves, 18 de junio de 2020

TRABAJAR AL SERVICIO DEL SILENCIO. KAPUSCINSKI NON-FICTION, de Artur Domoslawski

Tras 50 años, hoy era el momento de la verdadera "Guerra del ...
TRABAJAR AL SERVICIO DEL SILENCIO. KAPUSCINSKI NON-FICTION, de Artur Domoslawski


Las personas que escriben libros de historia dedican demasiada atención a los llamados momentos sonados y no prestan la suficiente a los períodos de silencio. [...] El silencio es señal de una desgracia y, a menudo, de un crimen. [...] Necesitan del silencio los tiranos y los ocupantes que velan por que su actuación pase inadvertida. [...] ¡Cuánto silencio emana de los países poblados de cárceles llenas a rebosar! [...] El silencio precisa de un aparato policial gigantesco. Necesita de todo un ejército de delatores. El silencio exige que sus enemigos desaparezcan de repente y sin dejar rastro. No permite que ninguna voz, ya sea de queja, ya de protesta, ya de indignación, turbe su paz y tranquilidad. [...] La palabra «silencio» casi siempre aparece asociada con palabras como «sepulcro» (silencio sepulcral), «campo después de una batalla» (reducir al silencio al enemigo), «mazmorras» (el silencio de las mazmorras). [...] Sería muy interesante que alguien investigara en qué medida los sistemas de comunicación de masas trabajan al servicio de la información y hasta qué punto al servicio del silencio. ¿Qué abunda más, lo que se dice o lo que se calla? Se puede calcular el número de personas que trabajan en publicidad. ¿Y si se calculase el número de personas que trabajan para que las cosas se mantengan en silencio? ¿Cuál de los dos sería mayor? [...] En Guatemala, cuando sintonizo una emisora local de radio y sólo oigo canciones, anuncios de cerveza y una única noticia del mundo, que en la India han nacido hermanos siameses, sé que esa emisora trabaja al servicio del silencio.
                                          LA GUERRA DEL FUTBOL

lunes, 15 de junio de 2020

EL LEGADO DE BISMARCK. EL MURO DE BERLÍN, de Frederick Taylor

Otto von Bismarck - Wikipedia
EL LEGADO DE BISMARCK. EL MURO DE BERLÍN, de Frederick Taylor 

"...La unificación formal de Alemania se produjo 1870, después de la última de las guerras victoriosas de Bismarck, en este caso contra Francia. Guillermo I de Prusia se convirtió en el emperador Guillermo I de Alemania, y Bismarck en su canciller imperial.

En 1862, Bismarck había declarado con tono grave ante el Parlamento: «Las grandes cuestiones del momento no se solucionarán con discursos ni con decisiones adoptadas por mayoría…, sino con sangre y acero». Por desgracia, tenía razón. Y no sólo en cuanto al siglo  XIX, sino también al siglo  XX.
El escenario estaba preparado por lo que alguien definiría como una «revolución desde arriba». Bismarck sería el arquitecto de este desarrollo nuevo, fascinante y aciago...
(...)
El oficial uniformado se convirtió en una figura de gran prestigio y con grandes privilegios, no sólo en las pequeñas ciudades con guarnición militar, sino incluso en la enorme y cosmopolita ciudad de Berlín. Los oficiales ya no podían pegar a los soldados en público, como hacían en el siglo  XVIII, pero tenían asegurado el primer lugar en la cola de una tienda o una mesa en los restaurantes. Esa actitud única de arrogante invulnerabilidad era lo que más sorprendía a los extranjeros que visitaban el país.
(...)
En 1881, el canciller Von Bismarck creó el primer sistema de asistencia social del mundo controlado por el Estado, en gran medida como una manera de frenar la expansión del socialismo entre la clase trabajadora de Alemania. Convenció al emperador para que aprobase un plan de seguridad social contribuyente, a fin de proteger a los trabajadores contra las consecuencias de la pobreza derivada de la enfermedad o la vejez. De esta manera confiaba en mantener a las masas bajo el statu quo autoritario.

Sin embargo, al mismo tiempo que introducía este sistema de seguridad social, que situó Alemania con varias décadas de adelanto sobre el resto del mundo, Bismarck cometió una seria equivocación por la que el país estaría pagando no sólo durante los años en que él ocupó la cancillería, sino durante las décadas futuras. El canciller intentó no sólo ocultar la expansión del movimiento socialista, sino suprimirlo: calificaba a sus integrantes de «ratas… a las que debemos exterminar».

viernes, 12 de junio de 2020

EL VINCULO AFECTIVO ENTRE PERSONAS Y PERROS. EN LA MENTE DE UN PERRO, de Alexandra Horowitz

EL VINCULO AFECTIVO ENTRE PERSONAS Y PERROS. EN LA MENTE DE UN PERRO, de Alexandra Horowitz 

    "El contacto, la sincronía y el ceremonial de saludo con que marcamos los encuentros refuerzan nuestro vínculo con los perros. Y, a su vez, este vínculo nos fortalece. El simple acto de acariciar al perro puede sosegar en unos minutos nuestro mimético sistema nervioso cuando está demasiado activo: el corazón acelerado, una elevada presión arterial, los sudores. Cuando estamos con los perros, suben los niveles de las endorfinas (las hormonas que nos hacen sentir bien) y de la oxitocina y la prolactina (las hormonas que intervienen en las relaciones sociales). Y bajan los niveles de cortisol (la hormona del estrés). Hay buenas razones para pensar que convivir con un perro proporciona la base social que guarda relación con la reducción del riesgo de padecer diversas enfermedades, desde las cardiovasculares hasta la diabetes o la neumonía, y unos mejores índices de recuperación de las enfermedades que contraemos. En muchos casos, en el perro se produce casi el mismo efecto. La compañía humana puede bajar su nivel de cortisol y las caricias le pueden frenar su ritmo cardíaco acelerado. Tanto para las personas como para los perros, se trata de una especie de placebo, lo que no significa que no sea real, sino que se propicia en nosotros un cambio cuyo agente no se conoce. El vínculo afectivo con una mascota puede actuar como el uso prolongado de fármacos o la terapia conductual cognitiva. Naturalmente, también puede ser contraproducente: la ansiedad provocada por la separación es la consecuencia que sufre el perro que siente un apego tan fuerte que no puede aguantar un breve tiempo de alejamiento.

    ¿Cuáles son los otros efectos del vínculo afectivo? Ya hemos visto lo mucho que los perros saben de nosotros —nuestro olor, nuestro estado físico, nuestros sentimientos—, debido no sólo a su agudeza sensorial, sino también y sencillamente a su familiaridad con nosotros. Con el paso del tiempo, llegan a saber cómo actuamos y olemos y el aspecto que tenemos habitualmente, de ahí que cuando se produce alguna desviación la noten, con una exactitud de la que nosotros no somos capaces. El efecto del vínculo se produce porque los perros se comportan como mejor saben, como sujetos que interactúan de forma social extremadamente bien. Son receptivos y, lo más importante, nos prestan atención."

lunes, 8 de junio de 2020

EL DESCANSO DE LOS OFICIALES NAZIS EN ESPAÑA: EL CASO DE OTTO ERNST REMER. FRANQUISMO S.A., de Antonio Maestre

Otto Ernst Remer - Wikipedia, la enciclopedia libre
EL DESCANSO DE LOS OFICIALES NAZIS EN ESPAÑA: EL CASO DE OTTO ERNST REMER. FRANQUISMO S.A., de Antonio Maestre 

No es una broma del destino que el general nazi y jefe de seguridad de Adolf Hitler, que marcó el inicio de la lucha del fiscal Fritz Bauer por dotar de una memoria histórica incipiente a la Alemania postnazi, acabara refugiado en España. Es la lógica consecuencia de lo que ocurre cuando un país tiene una calidad democrática sana y otro ha dejado pudrirse la dignidad y hace gala del maltrato sistemático a las víctimas amparándose en el olvido y la impunidad. Otto Ernst Remer creó en los años cincuenta el Partido Socialista del Reich, ilegalizado en 1952 después de haber conseguido 16 representantes en la Baja Sajonia; tras varios años de periplo por diversos países, fue condenado en el año 1992 a 22 meses de prisión por «incitación al odio, la violencia y el racismo» por sus escritos negacionistas del Holocausto en la revista Remer Depeche. En el año 1994, en un programa de RTVE llamado Línea 900, Remer se reafirmó en las declaraciones negacionistas al sentenciar que las cámaras de gas fueron una invención sionista y que el holocausto de los judíos es un mito.
Tras la emisión del programa, el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón decretó una orden de prisión atenuad para el antiguo oficial de las SS, que fue detenido en el aeropuerto de Málaga, donde residía, antes de un viaje a Madrid. Sin embargo, el fiscal de la Audiencia Nacional pidió su puesta en libertad amparándose en que no existía el principio de «doble incriminación» ya que el delito por el que se le condenó en Alemania no existía en España. Aquí la negación del Holocausto no está tipificada. Finalmente, la Audiencia Nacional denegó la extradición amparándose en dicho precepto de doble incriminación y el criminal de guerra nazi pudo seguir viviendo en Marbella hasta su muerte, en el año 1997, acaecida en su residencia de la urbanización Elviria.

sábado, 6 de junio de 2020

RECUERDO DE LA MUERTE, de Miguel Bonasso

RECUERDO DE LA MUERTE, de Miguel Bonasso

Lamentó no tener encima la Browning. “Estos hijos de puta han dicho que no van a operar en el exterior. Pero ¿quién sabe? Las palabras se las lleva el viento. Y estos cuentan con apoyo de afuera. Afuera se las dan de democráticos. No dicen que son marxistas. Así van ganando el mundo entero. Con mentiras. Y hay imbéciles que hablan de los derechos humanos. Las guerras se ganan con balas, no con derechos humanos. Luego estos imbéciles muy democráticos, muy limpitos, lloran cuando viene el marxismo y a joderse, a ponerse todos el overol. El mundo entero está en peligro y los imbéciles siguen diciendo bonitas palabras. Y nosotros hacemos la tarea sucia. Para que sigan comiendo a la luz de la vela. Para que puedan hacer lo que se les da la gana. No sé... A veces me gustaría que ganaran los marxistas sólo por un día para que estos imbéciles vieran lo que es bueno. Iban a protestar entonces por los derechos humanos. ¡Já! Otra que derechos humanos les iban a dar. Si la tercera guerra mundial ya estalló. Lo que pasa en que es distinta que las otras...” En ese momento entró Halcón y con una rápida mirada lo ubicó entre los escasos parroquianos. Estaba agitado y tampoco tenía ganas de comer. Para contentar al maître pidió un postre y un café. 

Miguel Bonasso - Inicio | Facebook
Se disculpó por la demora: había tenido que ir a la oficina de San Silvestre para hablar a España con el Tigre. Le pasó el parte de las últimas novedades. Del Pelado ni noticias. Se había borrado como si se lo hubiera tragado la tierra. 
Manuel propuso caminar unas cuadras para bajar la comida. 

Mientras recorrían una callejuela sombría experimentó un cambio decisivo. Lentamente comenzó a apoderarse de él un odio feroz por la presa. Por ese escurridizo que ya los había burlado dos veces. Con esa cara de infeliz, de mosquita muerta, era más peligroso que otros que gritaban. "Sabe nuestros nombres”, pensó y le pareció sentir que una gigantesca amenaza se abatía sobre él, sobre sus camaradas y sobre su propia familia. Por un instante, mientras dejaba vagar la vista sobre las baldosas húmedas y Halcón marchaba a su lado silencioso, imaginó al Pelado y a otros sentados en un tribunal, juzgándolo. Concibió que esas locas de pañoleta blanca en la cabeza serían testigos de la acusación. “Acá los únicos criminales de guerra son ellos" se tranquilizó. 

—Es al pedo —murmuró—. Hay que encontrarlo y esta vez va a ser boleta. 

Halcón asintió en silencio.

viernes, 5 de junio de 2020

JUDIOS EN POLONIA. KAPUSCINSKI NON-FICTION, de Artur Domoslawski

File:Henryk Poddębski - Pińsk (131-6399).jpg - Wikimedia Commons
JUDIOS EN POLONIA. KAPUSCINSKI NON-FICTION, de Artur Domoslawski

    Nahum Boneh, testigo del lugar y del momento, y después de la guerra presidente de la Asociación de Judíos Pi ń skianos en Israel, escribirá años después: «[...] para el judío, incluso unirse a un destacamento partisano era peligroso. En aquellos años, al toparse con un judío solo, los no judíos podían matarlo o entregarlo a los alemanes. Entre los partisanos había antisemitas que aprovechaban cualquier ocasión (y eran muchas) para matar al judío, incluso a aquel que luchaba codo con codo con los partisanos». Aunque entre la documentación reunida por Boneh también hay testimonios de ayuda prestada por polacos de Pińsk a sus vecinos judíos, las conclusiones no dejan lugar a ilusiones: «Toda la población no judía de Pińsk contempló indiferente, a veces hasta con agrado, el exterminio de los judíos y la oportunidad de hacerse con sus bienes».

miércoles, 3 de junio de 2020

EL PROXENETA. PIMP, de Iceberg Slim

EL PROXENETA. PIMP, de Iceberg Slim

    "Me ardía la nariz. El pestazo de aquellas putas y el gángster que se estaban fumando eran como cuchillos invisibles rascándome hasta el cerebelo. A pesar de la pila de pasta que había en la guantera, mi talante era peligroso, estaba de muy mala hostia. 

—¡Hostia puta, zorras! ¿Es que alguna de vosotras se ha cagado encima o algo parecido? —dije desgañitándome. 


    Abrí el deflector hacia mí. 

Resultado de imagen de Iceberg Slim
    Durante un largo momento hubo silencio. Entonces Rachel, mi señora puta, dijo con voz complaciente y pelotera: 


—Papaíto, rey, no es a mierda lo que hueles. Hemos estado currando toda la noche. Los coches de esos primos donde damos el callo no tienen baño. Papaíto, fijo que hemos estado empleándonos a fondo para ti. Lo que hueles son nuestros sucios culos de puta. 


    Sonreí con ganas, por dentro por supuesto. Los mejores chulos guardan sus emociones bajo una carcasa de acero. Yo era de los más gélidos. Las putas soltaron risitas ante el burdo gracejo de Rachel. A un chulo le alegra que sus putas rían. Así sabe que aún están bajo su ala."

martes, 2 de junio de 2020

CAZA DE BRUJAS. TIEMPO DE CANALLAS, de Lilian Hellman

Lillian Hellman, “una mujer inacabada” que defendió su ...
CAZA DE BRUJAS. TIEMPO DE CANALLAS,  de Lilian Hellman

"...En aquel momento el presidente del Comité dejó caer nuevas insinuaciones, y Taylor dio una vuelta de 180 grados en sólo dos oraciones:
J. Parnell Thomas: Señor Taylor, ¿está usted en favor de que la industria cinematográfica haga películas anticomunistas, mostrando los hechos del comunismo?

Taylor: Señor congresista, cuando llegue el momento —y acaso no esté muy lejos— de que este tipo de películas sea necesario, creo que el deber de la industria cinematográfica será hacer películas anticomunistas, y que las hará sin vacilación. Desconozco cuándo llegará exactamente el momento, pero estoy seguro de que se harán, y de que deben hacerse.

Un verdadero miembro de partido se encuentra presto siempre a denunciar su propio pasado a la menor provocación; pero Taylor estableció un nuevo record en su breve comparecencia ante el Comité. Éste, por su parte, logró reducir el país a un solo partido, y el norteamericanismo a su propia «línea» ideológica. El Comité había perfeccionado ya su técnica para apropiarse de posturas ideológicas: el arte de aniquilar al enemigo a base de imitarlo.

Por supuesto, el Comité aún criticaba a los comunistas cuando éstos exigían la conformidad ideológica y las conversiones súbitas."

lunes, 1 de junio de 2020

LA VIDA COMÚN EN LA RDA. EL MURO DE BERLÍN, de Frederick Taylor

LA VIDA COMÚN EN LA RDA. EL MURO DE BERLÍN, de Frederick Taylor 

    "...Otra de mis prolongadas visitas a Alemania Oriental estuvo relacionada con la consulta de una serie distinta de pruebas. Esos documentos se hallaban almacenados en el segundo mayor archivo de la RDA, en Merseburg, en las afueras de Halle, a unos doscientos kilómetros al sur de Berlín. Había un pequeño grupo de estudiantes occidentales que aquel verano realizaban trabajos de investigación allí y, como es lógico, pasábamos mucho tiempo juntos. Tomábamos comidas sencillas en las pequeñas y sombrías fondas del pueblo —fuera del escaparate de Berlín Oriental, las cosas se deterioraban con celeridad—, abusábamos un poco de la cerveza barata y charlábamos con los habitantes de la localidad. Ahí es donde empecé a entender a la gente, y me gustó lo que descubrí. Nuestros compañeros bebedores solían ser obreros de Leuna, la enorme fábrica de productos químicos y principal fuente de trabajo de la zona. Nos hablaban sin tapujos de la espantosa contaminación ambiental, de la arrogancia de los directivos de la fábrica, de la falta de escrúpulos en la búsqueda de cuotas y de normas, un revoltijo de resultados tan competitivo como en el mundo de los negocios capitalista. Los sindicatos independientes, o el periodismo de investigación, o cualquier contrapeso de los que podemos hallar en una sociedad plural, con independencia de los errores que puedan cometer, eran, como es lógico, inexistentes en la RDA.

Cinco segundos de vida en cuarenta años de República Democrática ...
    La otra pregunta más frecuente que nos hacían, sobre todo aquellos que no habían cumplido aún los veinticinco años, era: «¿Conoces a los Rolling Stones?». Y mi respuesta: «Sí, claro. Tengo varios de sus álbumes en casa». Una pausa. Suspiro. «No, me refiero a si los conoces de verdad».

    Sin embargo, por muy deseosos que los alemanes del Este estuviesen de hablar, uno empezaba a advertir que la mayoría a menudo fruncían los ojos y observaban de reojo antes de atreverse. Miraban a su alrededor para asegurarse de que ningún desconocido les estaba escuchando, luego empezaban a hablar: por lo general se quejaban de la escasa calidad de todo lo que podían adquirir en las tiendas, ya que cualquier artículo decente se destinaba a la exportación para obtener divisas fuertes. De política «en mayúsculas» apenas se hablaba. Entonces aparecía aquella mirada de reojo, una mirada característica de una gente atrapada en un pequeño país sin salida, un país donde expresar disconformidad, o siquiera un ligero deseo de viajar, te exponía a que fueras acusado de traición.
     Por supuesto, también estaban aquellos para los que la vida en la RDA era estupenda; fantástica, de hecho. Pude comprobarlo también en mi viaje a Merseburg. Se suponía que debíamos quedarnos en el distrito para el cual nos habían concedido el visado, pero, como los insolentes mocosos capitalistas que éramos, cuando llegaba el fin de semana ignorábamos esa norma. Nos apretujamos en un tren que nos llevó en un ilícito viaje de un día a la capital cultural de Alemania, a Weimar, donde habían residido Goethe y Schiller. Tuvimos suerte. En Weimar había bastantes turistas, de modo que nuestra presencia no llamó la atención. Además, tuvimos la fortuna de que nadie comprobó nuestros visados. Aquella tarde de domingo, antes de coger el tren de regreso a Merseburg, nos acercamos al mejor hotel de la ciudad, el Zum Elefanten, y bajamos al sótano para encargar algo de cena.
Cinco segundos de vida en cuarenta años de República Democrática ...
   Allí nos encontramos con la habitual mirada apática de los camareros empleados del Estado, entrenados al parecer para no prestarte atención. Esperamos mucho para que nos sirvieran las bebidas, y todavía más para que nos trajeran el menú. Al poco rato, en una esquina, empezó a llamarnos la atención un grupo de hombres de mediana edad, no especialmente distinguidos. Un poco escandalosos, en realidad. Flojas las corbatas, las chaquetas de sus trajes baratos colgadas de los respaldos de las sillas. Sin embargo, los camareros respondían como un rayo a todas sus peticiones, al menor chasquido de sus dedos manchados de nicotina, y les sonreían por cualquier comentario banal. Con actitud servil, de hecho. ¿Cómo era eso posible? Luego, al pasar junto al grupo en dirección al guardarropa, comprendí la razón. Observé la pequeña insignia del partido primero en la solapa de una de las chaquetas, y acto seguido en otra. Aquéllos eran los jefes locales comunistas (dei SED, el Partido Socialista Unificado). Años más tarde reconocería algunas similitudes entre esa escena y la película Uno de los nuestros, de Martin Scorsese, donde un matón relacionado con la mafia se presenta en un restaurante y, al ver que le consideran uno de los suyos, él se siente como un rey…"