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viernes, 23 de noviembre de 2012


CALLE AMAZONAS

    ¿Puedes imaginarte el amazonas como una extensión de asfalto y cemento? Sin selva, con un rio sin magia, aguantando chaparrones y calor bajo un paraguas. Con españoles, chinos, gringos, portugueses, brasileños... y algun nativo de la jungla.

    Eso, a primera vista, es también Calle Amazonas: el progreso y la civilización cargándose nuestra mítica imagen de la selva virgen. Porque el autor ha planteado una visión urbana del amazonas. Una que existe y que, no cabe duda, cualquiera se va a encontrar allí dentro.

    El viaje correspondió a los 3 meses de primavera del 2008, de Manaos a Belem do Pará. Bernardo ha vivido años en Brasil. Evoca la historia de los lugares por los que pasa (Manaos en 1907 era más caro que New York), o las peliculas que la describieron (Fitzcarraldo, o Aguirre, la colera de Dios), o los libros que mejor la atraparon entre sus páginas (Macunaima, de Mario de Andrade, de 1927). Nos encontraremos en Maues, la tierra de la guaraná, con la música brega y el río Negro en gabarra. Prestará sus páginas al obispo Pedro Casaldáliga o a comunidades del rio.

    Uno de los mejores momentos es entrar en la tierra de los Sateré Mawé, y la pérdida galopante en los jóvenes de sus costumbres hasta el extremo de no sentirse indígenas. Cuando se visten de indígenes para los turistas, se disfrazan de lo que ya no son. Los líderes de la comunidad, en contraste, recelan de todo blanco. Ahí están las carreteras ilegales y legales, la curiosa historia de Fordlandia y Belterra y el magnate Ford. Y los descendientes de los esclavos, el mestizaje (el caboclo), los kilombos, e incluso un incursión del autor con la policia a un rancho para liberar a esclavos durante el viaje.


    Ya cerca del Atlántico, en el estado de Amapa, el autor constata la tirria brasileña contra la Guayana Francesa porque tienen todo lo que ellos desean. Un lugar con minas de oro ilegales, y extracción ilegal de uranio. Es una babel de culturas en la selva: alemanes, gallegos, sefardies, libaneses... Con una religión muy original, los orixas, dioses de origen africano. El autor asiste al trabajo de un medium.

    En definitiva, un viaje honesto y desmitificador si es que uno piensa revivir los mitos de Orellana o tantos otros ilustres. Esta lleno de amazonia actual, de realismo, de contradicciones. Lo más espeso del libro son las propias impresiones del autor, donde embarra el discurso en sensaciones difusas.

Calle Amazonas, de Bernardo Gutierrez, Editorial Altair, coleccion Heterodoxos, 2010, 193 páginas

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