Ver Viajes del Mundo en un mapa más grande

viernes, 23 de noviembre de 2012


ENTRE LOS CREYENTES

   Entiendo que a algunos escritores no les caiga bien Naipaul como escritor: el tío, para bien o para mal se moja, se arriesga. Es lo que hizo en los últimos 70 y primeros años 80 con este libro. Incomoda a los que piensan en un mensaje facilón e igualitario. Pero cuando una persona se va a interrogar a los protagonistas del islamismo más ferviente y conflictivo de algunos paises que, desde entonces, no cesan de salir en prensa y TV, lugares de endemicos alborotos sociales (la última, por la pelicula sobre Mahoma, pero tambien por Al Qaeda, los islamistas radicales de la Primavera Arabe, los Hermanos Musulmanes en Egipto o la fatua contra Salman Rushdie), creo que merece atención y respeto. Una lectura crítica.

    El viaje está en visitar Iran, Pakistan, Indonesia y Malasia. La aventura, hacer lo que para muchos se nos antojaria imposible: busca a ayatolas, directores de periodicos, profesores de colegios islamistas, estudiantes de universidades coránicas, gente de la calle estrechamente vinculada a posturas radicales del islam, presentandose como un no creyente que quiere conocer en que consiste su fe y como pretende vertebrar a las sociedades empobrecidas a las que pertenecen, dañadas por guerras, enfrentadas entre sus facciones religiosas y etnicas. Intentar comprender por qué es tan fuerte su rechazo a occidente y no solo a EEUU, y no haber ido solo a hacer turismo lo creo un esfuerzo digno de mencion. Aqui nos conformamos con lo que dicen las noticias.

    Llega a Iran poco después de hacerlo Jomeini. Teheran es más un tropiezo en el desierto más que un encuentro por lo incomprensible. Encuentra una fe chii llena de contradicciones en la practica. Viaja a la ciudad de Quom, epicentro de la revolucion, para entrevistarse con mullahs y ayatolas, calibrar el tipo de personas que hay tras la máscara de oficialismo religioso, pero le resulta casi imposible. Naipaul no puede penetrar en un mundo que no es el suyo, pero tampoco el de muchos iranies del momento: la revolucion impone la despersonalizacion. La rica cultura persa, preislamica, es ahogada en la calle por los Guardianes de la Revolucion fusil en mano. El antiguo Sha, su mal gobierno proocidental, lo justifica todo. En eso consiste el viaje del autor, en verlo para contarlo por cuanto real y dificilmente accesible al publico. 

    En Pakistan Naipaul comienza a estar curado de espanto: la oposicion entre fe y razón, entre religión y ciencia no le pilla de sorpresa. Es un estado fallido en su pretension inicial, cuando se independizó de la India, de ser un estado islámico modélico. Un taxista le guia por Karachi. Un funcionario le lleva al interior del país, visitando enclaves con modos de vida medievales, gobernados por profetas y teológos que viven mejor contra occidente que con él en paz. Ante la perplejidad mostrada por Naipaul solo les cabe señalar que, como no tiene fe, no puede entender los beneficios de la aplicación exacta del Coran sobre el orden social. Pero hasta el funcionario sabe que es un atraso vivir como hace cientos de años sin querer renunciar a los beneficios tecnológicos de occidente. Para ellos occidente esta enfermo, pero no dejan de mandar a sus hijos a estudiar una carrera en EEUU si pueden. Naipaul añade dos encuentros positivos: una charla con un médico de Rawalpindi y el viaje a Peshawar y valle del Kaghan, cerca del Himalaya. En el Punjab conoce a la secta de los ahmadies.

    Saltamos a Malasia, donde se emplaza con una especie de musulmán en estilo cuaquero pero viviendo en Kuala Lumpur. Le simpatizan esas contradicciones de vivir en el primer mundo intentando preservar el mundo rural y las aldeas. Para los jóvenes musulmanes malayos la occidentalización es un problema, junto a la convivencia con hindues y chinos asentados y que sienten les roban su identidad.

    El último país del periplo es Indonesia, un país con 300 años de ocupación holandesa que es una herida mal cerrada. Encuentra musulmanes que reconocen su sincretismo con el cristianismo y el hinduismo. Pero otra vez, su identidad como nación islámica se ve relegada a las zonas rurales, donde también se sienten inviables frente al futuro.

    Al final del libro Naipaul vuelve a Pakistan en plena ola represora con castigos públicos y la Embajada  de EEUU en Teheran ocupada por los estudiantes de la Revolución. ¿Habla de todo el Islam a lo largo del libro? No, solo de la parte más televisiva de él, la que sale en las páginas de Internacionales y de sucesos, pero que a veces también forma parte de la clase dirigente de un pais. De pocos paises.

ENTRE LOS CREYENTES, de V. S. Naipaul, 1981, Ed. Random House Mondadori, en la Editorial deBolsillo, 511 pag.

No hay comentarios: