miércoles, 27 de abril de 2022
LAS CHICAS DEL CAMPO, de Edna O'Brien
lunes, 18 de abril de 2022
CONFESION, de Rob Halford
CONFESION, de Rob Halford
En el año de la pandemia de la COVID-19, Rob Halford, como otros muchos trabajadores, se vio en el dique seco, apartado de sus proyectos. En el caso del cantante de Judas Priest, quedaron aparcadas las giras y las grabaciones de un nuevo disco. Así que, como suele ser habitual en muchos grandes artistas, se pregunto que podía hacer mientras tanto, y de ahi sale este libro con un titulo muy acertado siempre que no se piense en confesionarios ni culpas religiosas: Confesión, de Robert John Arthur "Rob" Halford (Birmingham, Inglaterra, 25 de agosto de 1951). Es el Dios del Metal, marca certificada por el mismo, y el segundo mejor vocalista de heavy metal de todos los tiempos, que no son muchos, según alguna lista de esas que circulan por ahí.
El libro esta escrito en el 2020, editado en el 2021. Yo les vi en Zaragoza allá por el 2009, mas o menos, y me lo pase pipa. Siempre me han parecido únicos y entregados solo a la música. De hecho, sus orígenes son los de gente común de Walsall, en el Black Country ingles, las acerías de los años 50 en torno a Birmingham, llenas de polución ambiental y ambiente obrero. De ahí sale Rob, y lo recuerda varias veces con orgullo en el libro, aunque todo aquello sea un recuerdo actualmente. El vive en Phoenix y otros lugares de USA y Reino Unido. Pero recuerda con cariño y sin amargura sus años previos al éxito con su banda, hasta cuando, a finales de los 70, despegaron en cifras de ventas en ambos paises. Básicamente las dos líneas centrales de la narración son la música y su sexualidad. Son dos cosas que no tardó en tener claras. Siendo un chaval ya sabia que le encantaba cantar y que lo hacia muy bien, y que le gustaban los chicos. No había vuelta atrás cuando no hay un "atrás", se es así aunque el ambiente no termine de aceptarlo, y a funcionar.
En cuanto al tema musical, la historia es la típica: primeros grupos, presentarse a la llamada de un grupo novato que busca cantante y a foguearse por pubs y cualquier antro. Primer disco decepcionante, el segundo ya con las ideas mas claras y tener un mejor productor les da el empujón. Ganas de triunfar si o si, de expandir el genero musical, correrse juergas, fiesta tras fiesta en Ibiza, y la consecuente degradación alcohólica y de otras adicciones. Hasta que un día decide dejar las adicciones de todo tipo y lo consigue. Habla mucho de cada nuevo álbum publicado, de la motivación con la que lo empezaban, del significado de algunas canciones míticas puesto que Rob es el letrista principal, con el diccionario de sinónimos en la mano. Cuenta también su salida de Judas Priest durante 10 años y su regreso, la salida de K. K. Downing y el empeño del que parece responsable del sonido del grupo, Glen Tipton, que dejó de tocar por culpa del Parkinson. Los Judas fueron teloneros de los Led Zeppelin, y a ellos los telonearon Bon Jovi o Iron Maiden, pero Halford a su vez, en solitario, fue telonero de los Maiden. Lo cuenta, así como sus influencias y admiraciones, sin el típico tono de divo tan habitual en otros casos. Como el famoso juicio en USA por incitación al suicidio o cuando sustituyo a Ozzy Osborne en una actuación. Lo mismo la caída de la moto en el escenario.
Entre medias muchas anécdotas del mundillo musical, pero no tantas como esperaba, y son poco escabrosas comparadas con las de Ozzy sin ir mas lejos.
El otro hilo conductor es la salida del armario: el trauma de ser gay sin que nadie se entere porque el mundillo heavy es de machotes, y el negocio se puede resentir. Cuenta muchas cosas, y casi todas muy penosas hasta que un día, sin proponérselo seriamente, se abre a un periodista y lo cuenta: "soy gay. Punto final" (1998). A partir de ese momento, el cantante se describe mas feliz, su carrera mejora e incluso el relato ya va mas deprisa casi hasta el final del libro. Con una pareja estable frente a parejas anteriores que decían ser gais y no lo eran. Aunque lo cuenta sin amargura, sus experiencias anteriores dejaban mucho que desear en cuanto a satisfacción. Lo narra abiertamente, como los cruissing, etc, pero Rob buscaba algo real y estable. Con los 70 cumplidos, como dice, su vida es mas feliz para el y aburrida para el resto. Mejor que tener una pareja que se suicide al poco rato de dejarla en casa, como le ocurrio.
A tener en cuenta el ultimo capitulo, el unico en que hace repaso y saca conclusiones e ideas conclusivas. Muy bueno.
En definitiva, un enamorado del heavy que supura entusiasmo por su trabajo en Judas Priest, con sus altibajos, pero capaz incluso de sacar al mercado dos álbumes de villancicos, uno de ellos con su familia, solo por placer. Un gay que busca el respeto y el cariño que se merece, aunque es de los que le cuesta encarar situaciones feas cuando estas llaman a su puerta. De hecho, cuenta algunas meteduras de pata como pasar por comisaria por buscar rollo a lo George Michael. Monárquico, popero, bromista, muy hablador, currante... vamos que si me ha parecido un tipo entrañable es porque su confesión me ha parecido buena y sincera.