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domingo, 8 de diciembre de 2013

VOLCANES DORMIDOS, de Rosa Regas y Pedro Molina Temboruy


los autores
chichicastenango, guatemala
   Viajar por Centroamérica puede ser una empresa estimulante por varias razones que no escaparán a ningún hispanoamericano: los paisajes son estupendos si pensamos tanto en la selva como en los volcanes o la costa. Pero hay otro tipo de paisajes que pueden seducir al viajero que busque algo más, como es el paisaje humano de la multitud de sociedades que pululan en tan angosta franja de tierra: gringos, blancos, mestizos, indios, chinos, negros, emigrantes europeos, etc. En este libro se recogen dos o tres casos puntuales de mezclas sorprendentes en cuanto a su cultura y la historia que la acompaña. Pero hay más paisajes en Centroamérica relacionados con su población, y ese es un paisaje que nuestros autores tienen muy presente: el de las revoluciones y guerras civiles sufridas en cada país y la presencia más o menos velada del vecino del norte que es como un Gran Hermano que todo lo controla para decidir si interviene o no (Canal de Panamá o la Ruta Vanderblit en Nicaragua). Cada estado de la zona tiene su propio curriculum de incidendias que Rosa y Pedro, periodistas y escritores (más conocida la primera), conocen bien porque han tenido la suerte de ir con el viaje preparado, de tener amigos en ese mundillo desde hace tiempo, e ir entrevistando a personas que han sido ministros y personas clave en algún momento de la historias de sus respectivos países (por ejemplo Aristides Royo, expresidente de Panamá o Sergio Ramirez en Nicaragua). Es el año 2003. Por añadir algunos alicientes más del periplo centroamericano, citaré la rica historia anterior a Colón que destilan, y la que vino después, un variopinto traje para naciones jóvenes que parecen no haberlo digerido del todo. Otro rastro común a todos los países es el que dejan los escritores mas significados y que Rosa y Pedro persiguen a través de sus vidas o sus libros.

leon, nicaragua
    El viaje empieza por Guatemala, y como suele ser habitual, apenas se detienen en la capital pero explican el estado de los acuerdos de Paz que van quedando en humo (asesinatos de testigos clave contra el gobierno, las recetas ultraliberales del FMI) y las conclusiones de la Comisión de Esclarecimiento (militares y paramilitares se llevan la palma en los conflictos en cuanto a la brutalidad de sus acciones contra la población y la insurgencia). Visitan la ciudad de Antigua, colonial y más turística, con su referente el volcán de Agua. Aqui enmpiezan a leer el paisaje con uno de los primeros libros de viaje escritos por esos lares: Incidentes de viaje en Centroamerica, Chiapas y Yucatan, del norteamericano JL Stephens. Pese al sometimiento de la población al 5% que detenta el poder y riqueza, Guatemala conserva todo lo que puede su cultura tradicional: 22 lenguas y dialectos de origen maya, diferentes etnias de las cuales visitan a los chiques de Totonicapan y Chichicastenango, los ixil del altiplano. Viajan con Rolando, alguien de la tierra que no lo tiene nada fácil para subsistir. Los americanos enseñaron aquí, como en la Zona del Canal de Panamá, sus tácticas antivietnamitas a los soldados de Rios Montt, para usarlas contra los rebeldes y someter a la población. Los autores tropiezan con pastores evangelistas que dominan los pueblos en los que se instalan, y continúan por la sierra de los Cuchumatanes, Tierra Caliente, Nebaj, Quetzaltenango, el lago Atitlan, Tikal, Yaxhá. Nos relatan una religión popular católica en la que subsiste el sincretismo cristiano/maya y la antigua preferencia por la izquierda de muchos curas. Se cita en ocasiones a Miguel Angel Asturias y otros libros que conocemos son el Popol Vul y el Chilam Balam ("la tristeza entró en nosotros con el cristianismo...")

Antigua, Guatemala

copan, honduras
    Cruzan la frontera salvadoreña y conocen al típico directivo español que llega, joven arrogante, a dirigir la filial de turno (Telefónica esta vez) y no deja de hablar mal del país que lo acoge (¿donde habrá quedado aquel orgullo hispano con la crisis?). No es raro, ya me los he tropezado. Tras otro repaso a la guerra civil y las brutalidades gubernamentales del país de las 14 familias dirigentes y pero también de Farabundo Martí y el arzobispo Romero, visitan ciudades coloniales como San Miguel, San Vicente o Suchitoto. Las maras, la polarización social o el caso concreto del poeta Roque Dalton o el de la comandante "Ana María" son historias que les cuentan casi de primera mano. Acaban la visita con el volcán Izalco, el suburbio de Santa Tecla y el Parque Nacional de Cerro Verde. La lectura de este capitulo también es agridulce.

lago nicaragua  o cocibolca

    En Honduras el mencionado Stephens se maravilló con Copan. A nuestro autores les entusiasma, incluida la historia de cómo un un matemático soviético empezó a comprender qué significaba lo escrito en las paredes de los monumentos, así como la historia de los garifumas de la costa o los misquitos. Aqui las playas están menos saturadas y las disfrutan. Otro recuerdo es la Guerra del Futbol, una historia contada por Kapucinski en su día y que seria de risa sino fuera por los muertos. Aquí no hubo guerrillas, sino la contra nicaragüense. 

El Volcán de Izalco es el más joven de los volcanes de El Salvador
    En Nicaragua se rodean de desencantados de la política y hacia Daniel Ortega. En este capitulo nos cuentan sus antiguos compañeros de lucha cómo ven la situación, y cuando salen de Managua comparan dos ciudades de gran belleza, Leon y Granada, y la relación con Ruben Dario. Otro lugar para el recuerdo es la isla Ometepe en el lago Nicaragua, momento para evocar los 12 años de Ernesto Cardenal en Macarrón, una de las islas Solentimane. Hablar de ello es hablar de la Teología de la Liberación, pero también de los tiburones toro que frecuentan las aguas. Recorren el río San Juan, y recuerdan la famosa Ruta del Transito para que los norteamericanos como Mark Twain llegaran a California.

Parque Nacional Tortuguero (Costa Rica)
    El desprecio marca el paso a Costa Rica, donde los ticas no reparten demasiadas simpatías con los nicos. Tienen una economía más solvente que el resto, llevan más de 100 celebrando elecciones, tienen un país volcado en el turismo ecológico, incluso un café con denominación de origen, y una gran biodiversidad... Visitan la península Nicoya, parques nacionales, Tortuguero, los volcanes Poas, Irazú y Arenal y visitan a uno de los escritores más conocidos, Jose León Sanchez. Conocen ese tramo caribeño con el libro de Yazmin Ross y Luciano Capelli ("Pasion por el Caribe") bajo le brazo. Cuando llegan a Limón, es el momento de saber qué hicieron los norteamericanos en el país de la mano de la multinacional bananera United Fruit y quién fue Markus Garvey. El pueblo curioso que toca ahora es Bibrí.
Portobelo, Panamá

    Por fin llega Panamá, otro estado con los americanos de por medio a raíz del Canal (en el que trabajó Paul Gauguin), devuelto poco antes del viaje de los autores, y de la invasión y captura del general Noriega. Los autores resaltan dos aspectos más: el uso de banderas de conveniencia del país para buques de mala fama y la millonada de dolares cobijados en sus cuentas que no se corresponde en absoluto con la poca población ni con los recursos de la gente. Pero Panamá mantiene una bella capital y las expectativas creadas sobre los indios cunas en las islas de San Blas, apartadas del gobierno pero no del negocio turístico. Y por supuesto, está el general Torrijos en la historia reciente como un tamiz que filtra la experiencia de los autores y el trato con sus guias en Panamá.  Otro personajes que desfilan son el pirata Drake, atraido por el oro en el Camino de las Cruces rumbo a España, y Graham Green, atraido por Omar Torrijos.
guatemala


    Volcanes dormidos es un libro de lectura fácil y entretenida, realmente ambicioso por la cantidad de temas que toca (todos esenciales) y porque, pese a lo pequeños que son los estados, han proporcionado muchos titulares al mundo y demasiado cruentos la mayoría de las veces. Para cualquiera que desee viajar a esta región del mundo puede ser una muy buena introducción. Sin embargo, tres meses de viaje como estuvieron los autores se antoja poco tiempo para ahondar en cada país. Habrá quien eche de menos más rutas en la naturaleza, mas contacto con la gente de la calle, o le agradará tal vez que una gran parte del libro se ocupe de historias del pasado. En cualquier caso, el interés que suscita la lectura de este libro nos impulsa a ahondar más en la realidad de Centroamérica y no quedarse arrinconado pensando que todo lo que hay que contar de los paisajes de Centroamérica cabe en la burbuja de un resort para clientes con pulsera.

    VOLCANES DORMIDOS, de Rosa Regás y Pedro Molina Temboruy, Ediciones B para el sello Zeta Bolsillo, mayo 2009. Escrito en 2005. Unas 285 páginas.