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miércoles, 20 de marzo de 2024

PAJARO A PAJARO, de Anne Lamott

 PÁJARO A PÁJARO, de Anne Lamott

Lamott es una escritora que da cursos de escritura creativa en California. El libro que nos ofrece llegó a mis oídos como un clásico para gente que le gusta escribir, pero yo también lo añadiria entre los libros que gusta leer en torno al proceso creativo, creo que ayudan a leer mejor. No ofrece recetas mágicas, ni tampoco recetas obvias. En mi opinión, es más que estimulante para continuar con el hábito de escribir cada día, para que no decaiga el gusto por echar a andar el boli sobre los misteriosos caminos que tiene la superficie del papel. Aunque seguramente ya vamos directos a la pantalla. No por ello deja de seguir el proceso real desde que se te ocurre una idea con la que comenzar una historia, hasta que la remites a un editor. 

Se plantea algunas preguntas: ¿cómo mantener la atención del lector? ¿cómo organizar fichas? La importancia de interiorizar a los personajes, y no caer en moralinas, la ambientación de escenas, la importancia del detalle... Sin miedo a acudir a Doctorow, Faulkner, Flannery O´Connor y a quien haga falta para mostrar aquellos pilares de la escritura que la han convertido en profesional del asunto. Luego hay un segundo bloque de capítulos para no desmoralizarse por el camino, para no perder confianza en uno mismo por tanta introspección, y un tercer que se va aproximando a la publicación con temas como dejar el manuscrito a gente que lo lea para una primera evaluación. Todo con el objetivo de que no lo mandes todo a la mierda antes de tiempo. Si has leido mas libros de este tipo, no creo que se descubran pócimas mágicas, sino más bien lo que te llena de energía para escribir es el tono con que te acompaña la escritora. Ella tiene momentos de pasarlo mal escribiendo, o esperando una respuesta editorial, pero todo ello puede ser constructivo.

Cuenta más de sí misma que de otros, y lo hace con mucha vivacidad: lo último que persigue es crearte unas expectativas que no puedas cumplir ni mantener en el tiempo. Lo mejor de ello, recrearte con lo que escribes.

lunes, 18 de marzo de 2024

LOS VIKINGOS, de Neil Price

LOS VIKINGOS, de Neil Price

Realmente es, como dice el subtítulo, la obra definitiva (hasta ahora) sobre la cultura vikinga. O hasta ayer, porque si algo demuestra este tipo de libros, escritos por auténticos académicos, arqueólogos y notables profesores de universidad, es que los divulgadores de la historia, en general, se quedan obsoletos muy pronto, pero son a los que más se escucha. Dentro de unos años tal vez sea necesario otro libro definitivo como este, tal vez lo anule o tal construya sobre él. Los vikingos incorpora descubrimientos arqueológicos, relecturas de fuentes literarias, una crítica a formas anteriores de interpretar la historia que proporciona, en conjunto, una visión diferente en muchos aspectos, coherente y unitaria del fenómeno de los vikingos hasta donde se puede saber actualmente. Uno se queda con la sensación de que el tema aún nos puede sorprender, de que muchos libros y revistas merecen ser despojadas de docenas de páginas anticuadas. Que queda mucho por disfrutar a los amantes de ese espíritu nórdico.

Los méritos de este libro pueden llegar más lejos aún: aporta el valor de la perspectiva de género en la evolución histórica de los vikingos: los nórdicos ya no son comparsas del tío del hacha, ni desencadenan los hechos de una historia de hombres. Son parte fundamental del desarrollo de la cultura escandinava y de las invasiones vikingas del territorio europeo. Vamos, que eran tan mala hierba ellas como ellos. Otro atractivo del libro es, por tanto, enterrar tópicos: por mucha literatura y cine amable con ellos, los vikingos eran gente que no hacía ninguna gracia. Su llegada, hacha en mano y no para comerciar, era una desgracia, y se aportan muchos datos. Se remonta a los orígenes muy anteriores a Lindisfarne (8 de junio de 793), como es el Periodo de las Migraciones y las profundas motivaciones previas para acabar haciendo lo todos sabemos, y aquí también hay sorpresas. Se estructura en bloques de capítulos, el primero establece una identidad dee los pueblos noruegos, suecos o daneses previa a las invasiones, muestra su cultura material e inmaterial, religión, pensamiento, forma de vida, contacto con Roma, con Asia, con el Occidente después de Roma. Luego llega el bloque de las invasiones, en el que me ha sorprendido la economía que sustentaba el hecho de poner a 30 tíos con ganas de romper cabezas en un barco. Es impresionante el esfuerzo que se mantenía en casa para poder enviar a esta gente a comerciar o a saquear. El libro explica muy bien algo que muy pocos te explican: el ganado ovino tan grande que se empleaba para obtener velas de barcos y vestimenta, y la gestión de los bosques para sacar tanto barco y edificios. Ello se basó en otro aspecto de la economía, también fundamental: la esclavitud, preferentemente femenina, en unas condiciones espantosas. Cuando he viajado por ámbitos de cultura escandinava, no leí el paisaje bajo estos tres conceptos. Después de la lectura de este libro, mi viaje hubiera sido distinto porque mi mirada ha cambiado con lo que ahora sé. De esto no hay serie o película que te hable, lo que da que pensar. Deja muy obsoletos estos productos así como muchos libros. Pero seguirán teniendo éxito en la medida en que el público no adquiera más cultura sobre lo que le gusta para volverse, inevitablemente, más crítico con lo que ve. El urbanismo vikingo también tiene sus peculiaridades, y me ha explicado también el paisaje general de las tierras habitadas de Noruega actualmente. Es muy interesante poder viajar con un libro así bajo el brazo. El tema de películas y series de vikingos es un poco como la botella medio llena/medio vacía, también se reconoce el esfuerzo que con los años hacen los guionistas por incluir en la pantalla detalles basados en estudios históricos. Supongo que hacen lo que pueden, pero después tampoco da mucho mas que para una conversación de barra de bar. Lo bueno de este libro es que si se aprende y si es ameno. Con verdadera intención del autor.

Otro detalle estupendo del libro es que intenta ir más allá de una descripción de la vida nórdica en la época de las invasiones vikingas. Además de hacerlo comprensible, explicar lo que se halla en los yacimientos arqueológicos, te explica cual es el origen de algo importante que se encontró, cómo se usaba, y cómo lo podríamos percibir a través de nuestros sentidos si estuviéramos en aquella situación,  es decir, si nos trasladáramos a aquellos siglos. Es un ejercicio de empatía con los vikingos no para dejarlos bien parados a ellos, como hace en una producción cinematográfica, sino para comprender otro universo del que nos separan siglos de cultura material y de pensamiento. Es algo que agradezco mucho a este libro.

La síntesis de sus invasiones por el lado atlántico de Europa están muy bien contada. Así como los establecimientos de lazos comerciales con Bizancio, Bagdad y el resto de Asia. El caso de los rus, los varengos, las cruzadas, etc. Mención aparte están las diásporas de Islandia, Groenlandia y la costa nororiental de Canadá. Queda todo muy explícito con las evidencias arqueológicas y lo que se puede inferir de ello. 

 Finalmente queda por ver como pasaron de multitud de reinos a la unificación en entidades más próximas a las que conocemos actualmente, la instauración de monarquías, la pérdida de poder de las asambleas de jefes, y la inclusión del cristianismo como argamasa de ese poder real mientras se diluye el de los jefes de cada región.

Un libro muy completo y coherente sobre un tema que, pese a ser muy conocido, todavía depara muchas sorpresa y nos empuja a despojarnos de viejos tópicos incluso de los viejos historiadores. 

SOBRE LOS HUESOS DE LOS MUERTOS, de Olga Tokarczuk

SOBRE LOS HUESOS DE LOS MUERTOS, de Olga Tokarczuk 



Desde la primera página la narradora, Janina Duszejko, se descubre como una persona mayor un tanto especial. Resulta agradable descubrir cómo la autora elige las mínimas pinceladas para lograrlo al principio, y no sólo cuando busca explicaciones astrológicas al carácter de las personas: hace alusiones a ángeles, habla con animales, se entiende mejor con los inadaptados, vive casi encerrada, etc. Es decir, es una mujer poco convencional. En realidad, es de esas personas de las que más de uno calificarla de chifladas. No hay más que leer las dos cartas a la policía, pero son todo ejemplos muy interesantes del desarrollo de sus pensamientos. Porque esa es la forma de narrar que ha elegido Olga Tokarczuk en este caso: seguir sus pensamientos. Es como cotillear dentro de un cerebro excéntrico, cada vez lo flipas más; pero sin sentirse culpable porque es un personaje ficticio. 

Solo al final veremos que esa mujer es de la estirpe de don Quijote en cuanto a chifladuras. ¿Que es verosímil y qué no lo es en la interpretación de los crímenes? A mitad de libro hace una revelación nada inocente: es ingeniera, levanta puentes. En latín, pontífice. Está claro que estudia a la gente, pero bajo los parámetros de los planetas. Y esta narradora lo cuenta con humor y con cartas astrales que fallan menos que la policía. En el pueblo, la vida es dura en invierno, hay poca gente y los tres que no se van a la ciudad en esos meses tampoco se juntan. Esta es la situación inicial, pero cambiará. 

Poderosa imaginación para recurrir a ciertos detalles de las escenas para hacerlas avanzar con vigor, y dentro de una coherencia entre los detalles y el hilo de la historia. Me ha resultado muy fácil de seguir en todo momento porque además los personajes resultan tan vivos y posibles que me recuerdan a personajes de las grandes novelas del siglo XIX. Pero solo hasta ahí, porque aquí no hay melodramas decimonónicos. Además, aunque tarde, uno se acaba dando cuenta que la autora te ha estado ocultando cosas a la vista. Vamos, que ha jugado un poco contigo.

Sigue teniendo detalles, aunque menos que en Los errantes, en el que la autora vuelve a mostrar su gusto por la casquería. Y la influencia de William Blake está en todos los capítulos, a veces en sólo los títulos, a veces también en citas.

En general, se entiende bastante bien el motivo por qué está mujer ha decidido vivir apartada de la sociedad polaca. Para empezar, hay un hilo de unión entre la humanidad, la naturaleza y los astros que la primera parte de esta ecuación parece querer destruir a tiros. Es fácil ver el embrutecimiento de mucha gente, principalmente policías, pero también muchos otros colectivos como el de los cazadores. Mentes obtusas desde su perspectiva animalista. Pero la percepción de los otros también es más realista: ahí está la conversación con el guarda forestal. Aunque también funciona como una metáfora del capitalismo más salvaje. La protagonista, Janina, siempre encuentra una réplica a sus discursos emocionales, desde la brutalidad (policía, cazadores) o desde la racionalidad (sus amigos). En todo caso, Janina es una mujer aislada por los demás, pero no hasta el punto de no observarlos. Los describe con fina ironía, sobre todo a los elementos más respetables de una sociedad rural, burócratas, fuerzas del estado y el sacerdote del pueblo. En el triplete de humanidad, naturaleza y sentido de la vida (ciencia astral), no parece que los primeros estén en la cúspide de nada. la autora baja continuamente a la humanidad del pedestal al que se subió hace siglos.

Ya cuando llego al tercer muerto en cuestión de meses de la novela empiezo a plantearme que de verdad son asesinatos. Aunque no me creo aquello con lo que se despacha la protagonista: cada uno ha caído a manos de la fauna y de la naturaleza en general empujados por animales concretos a causa de sus crímenes contra ellos. Eran un furtivo, un empresario con una granja de zorros y un policía corrupto. 

Con el cuarto fallecido hay una inesperada elipsis, con el quinto, ya hemos alcanzado el paroxismo de la novela negra que no había al principio, porque todo lo demás hasta entonces, la vida cotidiana de esta mujer mayor, sus recuerdos, sus observaciones de la naturaleza y las personas, todo queda borrado ante la pregunta de qué está pasando, y qué eslabón une a nuestra protagonista con los crímenes. Ella tiene su propia justificación, las cartas astrales. 

En cuanto a locuras, el párroco se despacha desde el púlpito con una defensa de la caza que da asco. Pensé que era ficción, pero no: al final del libro Olga Tokarczuk avisa que es una recopilación de sermones reales que se encuentran en Internet. Por cierto, el año pasado viaje por esa zona del sur de Polonia pegado a Chequia y es muy verde y bonita.

Leo en otros lugares que esta novela se vende como novela negra. En mi opinión, siendo esta la tercera novela que leo de Tokarczuk, entiendo que vuelve a remitirse a la vida humana para copiarla: es una mezcla de géneros. Hay epístolas, hay autobiografía, hay realismo y también esoterismo... podria seguir asi porque ¿que no hay en las novelas de Olga Tokarczuk como pasa en la vida? Seguramente seguridades. Se vende como un thriller, pero es mucho mas, es contemplar a un elefante vestido dentro de la cacharrería.

Es una de esas premios nobel de las que unos dudan en cuanto a su valía, mientras otros no comprendemos cómo no oímos nada de ella hasta que se le concedió el premio. No hay vida suficiente para descubrir tanta cosa buena.

lunes, 11 de marzo de 2024

DESENCAJADA, de Margarita Yakovenko

DESENCAJADA, de Margarita Yakovenko

El relato empieza en 2019, cuando firma la nacionalidad española perdiendo la ucraniana ante la ley española. Para entonces lleva 20 años en España, habiendo nacido en 1992 en la tristemente ya conocida Mariupol. Se fue de Ucrania a los 7 años, con el visado español de su madre, que entonces tenía 27 años y abandonando su profesión de enfermera. El padre había ido a España un año antes y los estaba esperando en Barajas. 
A partir de aquí, se inicia un duelo contado en primera persona por varias pérdidas: la perdida del resto de la familia, de los orígenes, del idioma,  incluso de unos padres a los que cuesta tener en casa porque se tienen que ganar la vida como pueden. Si a eso se suma el grave conflicto interior de  sentirse impostora ante sus compañeros de clase y sus novios aun siendo académicamente brillante, y el sentimiento de culpa por abandonar Ucrania, tenemos un cuadro bastante aproximado del drama. Volver a Ucrania cada verano no lo hacía más fácil. 

Es, entonces una historia personal, una autoficción del desarraigo imposible de evitar. Cómo convivir con ese sentimiento de no pertenencia, y de pertenencia perdida. De estar donde la llevaron casi  a la fuerza, a un lugar que se antoja aleatorio. Pero, en todo caso, vivir con el sentimiento de fondo de no estar nunca donde debiera. En la medida que la vida de los padres se desarma, como una vuelta al km 0 fuera de tiempo y lugar, la vida familiar se desestructura. Un nuevo peso frente a la promesa de una vida normal con la que vino a este mundo. Recuerda el sentimiento de soledad ya a los 8 años. El libro es en este aspecto un ajuste de cuentas más consigo misma que con el entorno. Una mirada que juzga, como si fuera una necesidad urgente. Un ponerse en el lugar de la madre para ser capaz de aceptarse a sí misma y su dolor, en el dolor de aquella.

Cómo compaginar lo que eres con lo que quieres ser. ¿Ser ucraniana y querer ser española? No, seguir siendo ucraniana para unas cosas y ser española para acceder a mejores oportunidades en la vida sin que te regalen nada. De ahí el síndrome del impostor, por parecer que quitas algo a los españoles aunque te hayas llevado el premio al mejor expediente académico de su promoción. Por este tamiz pasan las vidas de sus padres, la relación con su novio... y ella, que no se cree con derecho a ser feliz, una especie de autosabotaje con exceso de dramatismo para tener 27 años. 

Todo está escrito como con un estado de ansiedad crónico. Un estado que deja huellas somáticas en el cuerpo y la depresión a ratos. 

Todo se cuenta desde el momento actual, con saltos al pasado. Hay una historia de desamor en esos momentos, de ruptura con alguien, que da un contrapunto con la ruptura de su identidad pasada y la búsqueda de una nueva. Es el paradigma de muchos inmigrantes. 

Al final vuelve a Mariupol, intentando deshacer el camino de la emigración para salvar, al menos, sus raíces y reconstruir de nuevo una identidad. Pero sólo obtiene un nuevo sentimiento de culpa al no lograrlo. Con todo, ella misma acaba reconociendo, que su melodrama debe acabar, asumir el pasado y mirar adelante. No hay otra posibilidad de mejora. Conocí a Yakovenko siguiendo la guerra de Ucrania, y con el tiempo ha caído este libro en mis manos. De manera que me parece una buena periodista que trae un tema muy actual como es el de la inmigración, y el de los desplazados por la guerra. Espero que la vida ya le este recompensando como creo que merece.

LOS ERRANTES, de Olga Tokarczuk

LOS ERRANTES, de Olga Tokarczuk



"Mi peregrinación es siempre en pos de otro peregrino"

Los errantes es un libro extraño, muy peculiar. El típico libro para preguntarse: ¿qué está queriendo decir? No es una novela, pero hay varios relatos separados en capítulos e insertados en medio de otros muchos que son consideraciones en torno a temas como la muerte, los cadáveres, el paso del tiempo y los viajes fundamentalmente. Pero este no es un libro de viajes, aunque muchos de las historias contadas pasen en un hotel, en un aeropuerto o en un destino vacacional.

Lo veo más como una mezcla de géneros acerca de la necesidad física y mental de moverse. Ella, la narradora, pertenece esa tribu de errantes por el mundo, cuyo lenguaje es universal porque lo necesario no es recorrer distancias sino sentirse entre dos puntos, el de conocido origen y otro de destino incierto, de modo que está en un sentimiento continuo de duda y observación del entorno. Como si renunciara a esos puntos de referencia que nos facilitan el traslado por la vida: tengo esto, quiero esto otro, origen y destino. Se siente extraña, busca lo diferente y poco común, como los cuerpos o partes de seres atrofiados en museos, por ejemplo. Como el tema de la plastinación: entramos en historias excéntricas que nos sacan de nuestras sensaciones habituales para colarnos en otras que cada uno entenderá a su manera. En mi opinión, hablamos del paso del tiempo, y en cómo nos afecta.  

Es fácil entender a la narradora como a Tokarczuk. Viajar ocupa una parte importante del libro: trenes nocturnos, esperas en aeropuertos, un polaco que pierde a su familia misteriosamente en una isla del adriático, consideraciones a las guías de viaje, y otras muchas historias peculiares. Algunos de los capítulos, como los dedicados al doctor Blau, parecen ser cuentos insertos con la excusa temática de guardar trozos humanos en tarros, etc, algo que se irá repitiendo a lo largo del libro. Me doy cuenta que gran parte del mensaje del libro es su propia estructura, fragmentada, un caleidoscopio de imágenes. ¿Es acaso otra cosa la realidad de nuestras vidas sobresaturadas de información muy diversa? Es un libro en contra de las certezas aceptadas, muy en contra de como hemos leido la vida en el sentido mas practico y convencional de la vida con personajes claros, tramas de inicio, nudo y desenlace, o de persecuciones de alguna verdad mayor o menor

Hay varias páginas dedicadas a cadáveres plastinados que se acompañan de un personaje de mente calenturienta. Es otro personaje entre el pasaje de un avión de los muchos que pululan por estas páginas. Algunos capítulos me han hecho perder el interés por este libro, en general eran cortos y me preguntó si hubiera perdido algo importante el conjunto de ellos en caso de no estar, pero si por sí solos, no cuentan mucho, parecen necesarios en el conjunto. Esa es una de las claves de la sensación que deja el libro al final. Los hay muy desiguales de forma y de fondo. Pero tiene otros que son todo lo contrario: con el tiempo, según avanzaba mi lectura, comprendí que eran auténticas paradojas. Tiene toques de humor, como ese pendiente perdido en el camarote de un crucero, que te meten muchísimo en la narración por lo bien traído que está, por la sorpresa que produce ese cambio de perspectiva puntual que te abre una dimensión de veracidad más al relato. Pero al menos hay una cosa clara: no hay personajes a quienes seguir a lo largo del libro. Los que hay tienen poco recorrido. No hay trama que descubrir, en eso es errático de principio a fin. Es sumamente reflexivo. Lo que tiene continuidad es el tema tratado, las sensaciones que te deja. Así que depende de lo que uno busque, este libro puede decepcionar. O no.

Conforme avanza la lectura, se desprenden algunas preguntas inquietantes: por ejemplo, si algo nos duele, o sentimos vivamente, algo que no vemos, ¿es acaso una confirmación de su existencia? ¿Que significa este desorden de los efímeros argumentos? Sin duda, un libro exigente para inconformistas, para aquellos que no temen verse decepcionados porque siempre sacan algo bueno, a veces tan bueno que no se ven decepcionados al cerrar este libro de 400 páginas. No hay dos lectores iguales, por suerte.

El tema de fondo, tal como yo lo veo, es el tiempo, su paso o su instante, y el deceso que provoca en la vida humana. La congelación del tiempo en los cuerpos u órganos conservados en formol, y esa variedad de cuentos que ilustran cómo nos maltrata de principio a fin en sucesivas visiones que la autora nos describe. O cómo somos capaces de detener el tiempo, el propio o la estimación del ajeno, con la muerte. Hay mucha contemplación de la muerte en forma cadavérica (Chopin, por ejemplo) , pero también algo parecido pasa en los tiempos muertos de los aeropuertos. 

Por debajo del original planteamiento de la autora sobre el tiempo y la muerte, uno se encuentra motivaciones propias para cada cuento, al menos de los largos.

De los cuentos cortos, me gustó El estado de la red, El siguiente, Esvásticas, Es una pequeña broma.

Una entrevista con la autora y la traductora al inglés de este libro, aqui