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lunes, 27 de abril de 2020

DIFERENCIA ENTRE IDEÓLOGOS Y RADICALES. TIEMPO DE CANALLAS, de Lillian Hellman

DIFERENCIA ENTRE IDEÓLOGOS Y RADICALES. TIEMPO DE CANALLAS, de Lillian Hellman

A Conversation With Lillian Hellman - Rolling Stone
    "Los liberales de la Guerra Fría eran ideólogos, y los ideólogos suelen encontrarse en unas mismas bases, aunque sólo sea para batallar sobre ellas. Los radicales del tipo de Hellman y Hammett ni siquiera logran encontrarse sobre este territorio común. La imagen popular del radical es la de un tipo irresponsable y enloquecido, «lanza bombas». Pero casi todos los radicales que yo he conocido han sido personas extraordinariamente correctas. Suelen oponerse a la degradación general sin ofrecer «soluciones» programadas, pero con un código personal que permite la vida del respeto propio en un orden social denigrante. No quieren verse implicados en la responsabilidad por los crímenes de la sociedad; lo cual quiere decir que deberán tomar una responsabilidad especial por sus propias actos.

Lillian Hellman y Dashiell Hammet: talento, literatura, militancia ...    La ideología es, por contraste, un escape de la responsabilidad personal. Whittaker Chambers, por ejemplo, quería que le dijeran lo que tenía que hacer: quería ser el esclavo de la historia. Los ideólogos quieren que otros certifiquen que ellos son respetables: los miembros del Comité, o los miembros del Partido, o los de la ADA. Quieren que el programa nacional les dicte sus odios. Mientras el radical piensa en las personas virtuosas, el ideólogo piensa en la ortodoxia. El radical odia a las personas crueles y dañinas, mientras que el ideólogo odia las ideas heréticas, por muy «simpáticos» que puedan ser quienes las defienden. El radical intenta regirse por un código de honor personal en un mundo podrido, como ejemplo los detectives privados de Hammett, que servían a la sociedad, a pesar de no respetarla, que reconocían a los hombres, y no se limitaban a perseguir al crimen, en abstracto, cazando implacablemente a sus víctimas. Hammett blandía ese instrumento que el hombre ha preferido siempre para herirse a sí mismo: la ironía. Y los ironistas suelen ser temibles cruzados. Lo peor que se le podía desear al mundo ratonero de los ideólogos comunistas de los Estados Unidos era haber tenido entre sus filas a una docena más de Hammetts.

    Lillian Hellman creció en el Sur, sitio de feroces ambivalencias morales, pero también de un individualismo intenso. A ella le sucede con la ideología lo que a Faulkner con el racismo: está demasiado envuelta en sus amores y aversiones personales para discernir el odio cuando lo encuentra en un programa. Los radicales suelen ser buenos para el odio, porque saben cómo concentrarlo. El odio ideológico es más frío, pero también más difuso: está hecho de largas listas y de largos recuerdos, de venganzas impersonales, de una paciente voracidad. El rostro helado de la ideología se encuentra tan distante del mundo moral de Lillian Hellman que es prácticamente invisible para ella."

martes, 21 de abril de 2020

LA INFANCIA DE MIKE TYSON EN EL BRONX. TODA LA VERDAD, de Mike Tyson

LA INFANCIA DE MIKE TYSON EN EL BRONX. TODA LA VERDAD, de Mike Tyson

How Mike Tyson Became Mike Tyson -- New York Magazine - Nymag    "Tener que llevar gafas el primer año de colegio supuso un punto de inflexión en mi vida. Mi madre me llevó a hacer pruebas y resultó que era corto de vista, por lo que me pusieron gafas. Eran horribles. Un día salía del colegio para ir a casa a comer y llevaba unas albóndigas del comedor envueltas en papel de aluminio para mantenerlas calientes. Un tipo se me acercó y me dijo: «Ei, ¿llevas dinero?». Le respondí que no. Empezó a registrarme los bolsillos e intentó cogerme las albóndigas. Yo me resistía y le decía: «¡No!, ¡no!, ¡no!». A los abusones les permitía quitarme el dinero, pero jamás la comida. Me quedé hecho un ovillo, formando una especie de escudo humano con la idea de proteger mis albóndigas. Así que empezó a golpearme en la cabeza y me sacó las gafas y las metió dentro del depósito de gasolina de una camioneta. Corrí hacia mi casa y no consiguió llevarse mis albóndigas. A esos tipos debería haberles pegado, pero les tenía tanto miedo, al parecerme tan descarados y valientes, que simplemente imaginaba que debían saber algo que se me escapaba. Les decía: «No me pegues, déjame en paz, ¡para!». A día de hoy, sigo sintiéndome un cobarde por culpa de aquellos abusos. Sentirse así de indefenso es devastador. Nunca olvidas esa sensación. El día en que aquel tipo me arrancó las gafas y las arrojó a un depósito de gasolina fue el último en que fui al colegio. Supuso el fin de mi educación formal. Tenía siete años y jamás regresé a las clases."

lunes, 20 de abril de 2020

EL IMITADOR DE PÁJAROS. CONQUISTA DE LO INÚTIL, de Werner Herzog

EL IMITADOR DE PÁJAROS. CONQUISTA DE LO INÚTIL,  de Werner Herzog
Otros pueblos - Campas - RTVE.es
    "Después ha venido un indio campa que puede imitar maravillosamente el canto de los pájaros a través de las manos, y he hecho que imitara a todos los tipos de aves posibles y él estaba muy orgulloso de lo impresionado que estaba yo. Después he puesto el Aleluya de Haendel a todo volumen para Paul, que me lo ha pedido, y de pronto el indio de la selva ha empezado a gritar de alegría y a reírse, tratando de cantar con la grabación, y ha acabado acompañando al coro con voces de pájaros"

sábado, 18 de abril de 2020

FINAL. LAS OCHO MONTAÑAS, de Paolo Cognetti

FINAL. LAS OCHO MONTAÑAS, de Paolo Cognetti 

    De mi padre había aprendido, mucho tiempo después de que dejara de acompañarlo por los senderos, que en algunas vidas hay montañas a las que no se puede volver. Que en las vidas como la mía y la suya no se puede regresar a la montaña que está en el centro de todas las otras y en el centro de tu propia historia. Y que no pueden sino deambular por las ocho montañas quienes, como nosotros, en la primera y más alta han perdido a un amigo

EL HOMBRE, UN LOBO PARA EL HOMBRE, de Janusz Bardach

EL HOMBRE, UN LOBO PARA EL HOMBRE,  de Janusz Bardach

   Al cuarto día de estar en el aislador sucedió algo curioso: comencé a extrañar la mina. Extrañaba empujar la carretilla. Extrañaba el pico, la pala, el barracón lleno de gente y el campo, todo lo que había odiado. Incluso a pesar del trabajo, la suciedad, la violencia y la muerte sin sentido, quería volver a talar árboles o a trabajar en las minas. Al menos allí estaba con otras personas, algunas buenas y muchas malas, pero unas pocas que de verdad se preocupan por mí. La vida cotidiana por la supervivencia -cumplir con la cuota, no perder la ración completa, evitar el congelamiento, mantenerse fuerte a pesar del hambre constante, llevarse bien con el jefe de la brigada y sus compinches, no contrario a los urki ni a los guardias- a menudo me hacía pensar solo en mí mismo. No había lugar para sentimientos humanos como la amistad, la compasión o la generosidad. De ahí que hubiera tantas pelea, que se usará de los débiles. Todos buscaban a alguien con quien descargar la propia ir En Burepolom sentí que me convertía en otra persona, aislado de los demá,s menos capaz de ayudar a quien lo necesitaba. Empecé a perder lo que me habían inculcado desde pequeño: calor humano, sensibilidad, buena disposición para brindar ayuda... Mi humanidad y va disminuyendo.
Bardach, Janusz - LIBROS DEL ASTEROIDE    En Bujta Najodka, el doctor Semionov y la doctora Popugayeva me enseñaron a luchar contra lo que parecía ser una degradación inevitable. Logré identificar la decadencia y el revertir el proceso. De no haber contado con ayuda por el camino, probablemente habría acabado siendo una persona insensible y carente de impulsos cívicos o humanos. Quizá fue mi destino conocer a gente que no solo me salvo la vida, sino que me enseñó a no perder la sensibilidad por los de mi alrededor. Conocerlos me dió esperanza y una razón para luchar que iba más allá de la supervivencia. Kolimá me enseñó que la degradación no era una consecuencia de la condiciones en las que vivíamos; formaba parte del plan. No se pretendía simplemente hacer que los prisioneros trabajarán tanto como fuera posible, sino reducirlos a un estado de animalidad.

viernes, 17 de abril de 2020

VIVIR EN MILAN. LAS OCHO MONTAÑAS, de Paolo Cognetti

VIVIR EN MILAN. LAS OCHO MONTAÑAS, de Paolo Cognetti

Rua vazia | Rua no centro de São Paulo, próximo a Praça da R… | Flickr    "Bien es cierto que en los días lluviosos la calle se inundaba —y yo me imaginaba el río rugiendo abajo en la oscuridad, hinchándose hasta rebosar de las alcantarillas—, pero era el otro río, el formado por los coches, las furgonetas, los ciclomotores, los camiones, los autobuses, las ambulancias, el que siempre se desbordaba. Estábamos en lo alto, en la séptima planta: las dos filas de edificios gemelos que bordeaban la calle amplificaban el estruendo. Algunas noches mi padre no aguantaba más, se levantaba de la cama, abría la ventana de par en par como si quisiese insultar a la ciudad, forzarla al silencio, o arrojarle pez hirviendo; permanecía allí un minuto, mirando hacia abajo, luego se ponía la chaqueta y salía a caminar."

miércoles, 15 de abril de 2020

LA MALETA DE HANNAH, de Karen Levine

LA MALETA DE HANNAH, de Karen Levine

    Esta es una sencilla historia para ser contada a nuestros chavales de una manera didactica, a traves de los restos que quedaron de una niña como ellos, una checa judia, asesinada como lo fueron tantas por los nazis. Es una historia mas del Holocausto, aun mas que la de Ana Frank, sin demasiadas ideas profundas. Se cuenta alternativamente desde la perspectiva de los chicos de Tokio que la descubre en sus visitas al museo del Holocausto de alli, y la sencilla puesta en escena de la vida de Hanna. Esta se cuenta a partir de los descubrimientos de Fumiko, la chica que les revela la historia a los chavales conforme ella se esfuerza en hallarla. Todo a partir de una maleta que parecia ser suya...

    Es una cosa a medias entre el libro corto y un folleto largo, con varias fotos y un par de sorpresas al final. Un adulto lo lee en media tarde, pero merece la pena. Se cuenta la vida en su pueblo de nacimiento, en Moravia, y las continuas perdidas que sufre Hannah a lo largo de su corta vida: madre, padre, hermano... y solucion final en Auschwitz. En estos dias de pandemia universal, solo cabe recordarles a los alemanes, por su insolidario gobierno y sociedad, su deber obligado con la humanidad. Ellos viven de prestado, sus victimas ya no.

    "Listas. Habia listas por todas partes. Los nazis eran controladores sistemáticos de listas y querían que todos los prisioneros lo supieran. A través de un recuento y el listado constantes de las personas, los nazis les recordaban quien mandaba. Todo el mundo sabía que si su nombre aparecía en una lista o recibía una notificación quería decir que ia a ser trasladado, con la consiguiente separación de su familia y amigos"

¿DONDE ESTÁ DIOS? ALGO HAY ALLI, de Isaac B. Singer

¿DONDE ESTÁ DIOS? ALGO HAY ALLI, de Isaac B. Singer 

אחרי הגמרא - פירוש שטיינזלץ למקרא: "התנ"ך צריך להיות בראש של כולם"
    "...Los largos días le otorgaban al rebbe tiempo suficiente para reflexionar. Todos los problemas se fusionaban en uno. ¿Por qué el sufrimiento? No había respuesta a esta pregunta ni en el Pentateuco, ni en los libros de los profetas, ni en el Talmud, ni en el Zohar, ni en El árbol de la vida. Si el Eterno era omnipotente, podría revelarse sin la ayuda del Maligno. Si no era omnipotente, no era realmente Dios. La única solución al enigma era la que daban los herejes: no existe ni juez ni juicio. Toda la creación es un hecho accidental y ciego: un tintero cayó sobre una hoja de papel y la tinta escribió por sí misma; cada palabra una mentira, cada frase un caos. En ese caso, ¿por qué él, el rebbe Nejemia, hacía el ridículo? ¿Qué clase de rebbe era? ¿A quién rezaba? ¿Ante quién se quejaba? Por otro lado, ¿cómo puede la tinta derramada componer siquiera una sola línea? Y ¿de dónde provienen la tinta y la hoja de papel? Nu, ¿y de dónde proviene Dios?"

EL MILAGRO DE LAS MONTAÑAS DESDE LA CIUDAD. LAS OCHO MONTAÑAS, de Paolo Cognetti

EL MILAGRO DE LAS MONTAÑAS DESDE LA CIUDAD. LAS OCHO MONTAÑAS, de Paolo Cognetti

Top 10 Things to Do in Milan, Italy    Y, en algunos raros días de viento, en otoño o en primavera, al fondo de las avenidas de Milán, aparecían las montañas. Ocurría después de una curva, sobre un paso elevado, de repente, y los ojos de mis padres, sin necesidad de que uno se lo señalase al otro, corrían enseguida hacia allí. Las cumbres estaban blancas, el cielo inusualmente azul, una sensación de milagro. Abajo estaban las fábricas alborotadas, las casas populares atestadas, los enfrentamientos en las plazas, los niños maltratados, las madres solteras; arriba, la nieve. Entonces mi madre preguntaba qué montañas eran, y mi padre miraba alrededor como orientando la brújula en la geografía urbana. ¿Qué es esto, la avenida Monza, la avenida Zara? Pues es la Grigna, decía, tras reflexionar un poco. Sí, creo que es ella. Yo recordaba bien la historia: la Grigna era una guerrera preciosa y cruel, hacía matar a flechazos a los caballeros que subían a declararle su amor, por eso Dios la había castigado transformándola en montaña. Y ahora estaba allí, en el parabrisas, dejándose admirar por nosotros tres, cada uno con un pensamiento distinto y mudo. Luego el semáforo se ponía en verde, un peatón cruzaba corriendo, detrás alguien tocaba el claxon, mi padre lo mandaba a tomar viento, furioso metía primera, aceleraba y dejábamos atrás aquel momento de gracia.

martes, 14 de abril de 2020

sábado, 11 de abril de 2020

MAYA ANGELOU

MAYA ANGELOU

Poemas de Maya Angelou, la mujer que luchó contra el racismo y la ...“Mi misión en la vida no es solo sobrevivir sino prosperar; hacerlo con cierta pasión, cierta compasión, algo de humor y un poco de estilo”.

viernes, 10 de abril de 2020

PRISIONERO EN EL TIBET, de Robert Ford

    Este es un libro de viajes pero también de historia. De viajes porque recoje los últimos tiempos de vida de un Tibet independiente, hasta el punto de no salir corriendo antes de ser apresado por los chinos sino que se quedo hasta que ya era muy difícil escapar. De historia porque nos pone en antecedentes históricos sobre lo que era el Tibet desde hacia siglos, el estado en que se lo encontró, como fue el principio de la invasión y por ultimo, pero no menos, ampliamente descrito, el tiempo de cautividad del autor, Robert Webster Ford, y las estrategias de intimidación, tortura psicológica y lavado de cerebro durante su encarcelamiento.

    Robert W. Ford (1923-1913) fue un operador de radio destinado en la India en 1943 y en Lhasa tras acabar la II Guerra Mundial, y de ahi a Gangtok, en Sikkim. De vuelta a Gran Bretaña en 1947 fue desmovilizado y volvio al Tibet por voluntad propia, por deseo de una vida mas aventurera y diferente, contratado por el gobierno tibetano como operador de radio. Eso fue en 1948. Como los tibetanos no pronunciaban bien la F de su apellido, le llamaban Phodo, y asi aparece en el libro. En 1949 abandona Lhasa y ejerce en la capital del Tibet del este, Chamdo. Un año despues, comenzado el avance comunista, es apresado.

    Antes del acontecimiento histórico de la invasión china del Tibet, se pormenorizan los antecedentes politicos de la región, y las relaciones historicas del Tibet con China, asi como el caracter de los gobernantes del pais mas alto de la tierra. El cómo llego despues él hasta ese lugar, y por qué permaneció. Es la experiencia de un occidental ante el comienzo de la destrucción de un país y una cultura llena de defectos y virtudes pero, en aquellos momentos, soberana aunque imposibilitada de valerse por si sola, y no solo ante los chinos, pues era una pieza mas de tradicional tablero del Gran Juego.

    Nos habla del fuerte espiritu independiente de los khamba, una tribu de fieles al Dalai Lama, de la absoluta ineptitud de los tibetanos en general para las cosas de este mundo, aun cuando los había ingeniosos, espabilados y con mucha curiosidad por el mundo exterior. Del curioso destino de los 4 de Rugby, 4 muchachos tibetanos enviados a estudiar a gran Bretaña con el propósito de traer el progreso y la influencia británica a ese mundo medieval. Las costumbres de la gente sencilla, las intrigas de la política tibetana, la vida de un europeo en un mundo tan extraño pero tan bien rodeado de gente sencilla y amigable. Mundos que ya han desaparecido.

     La forma de contar las cosas que ocurrían antes de la invasión es la de quien prevé, por el tono con que lo hace, como influyeron en el desarrollo de la invasión.

Robert Ford - Telegraph    No es el único relato de esta fase final del Tibet, pero si es el único que conozco que habla abiertamente de lo que le ocurre a un occidental, peor aun si es británico o norteamericano, cuando cae en manos del Ejercito Popular de China. Es acusado de espionaje, de explotador del pueblo y del asesinato de un lama comunista. Es interesante esta parte de la historia, la forma de romper la voluntad e integridad de los hombres, tanto de el como de los demás presos. Todo un despropósito de humanidad y justicia. Al final de sus casi 5 años de cárcel fue juzgado y sentenciado a 10 años de cárcel para ser poco después expulsado de China por Hong Kong cuando se suponía que su reeducacion había sido suficiente.

Robert W. Ford - Wikipedia    El libro acaba con su vuelta a casa y como fueron sus impresiones a la vida real, la suya. Y aquí acaba el libro. Sus experiencias las conto en un libro publicado en 1957 titulado Captured in Tibet de la que se hace eco la Editorial Juventud en el presente libro de 1958. Posteriormente hizo una larga carrera en el servicio diplomático del Reino Unido y divulgo por todo el mundo la justicia de la causa del Tibet frente a la ocupación china.

Como curiosidad, he aqui el obituario dedicado a Robert Ford por el representante del Dalai Lama en Latinoamerica

Algunas referencias lejanas, sin ahondar para nada, como si aun fueran rivales politicos y militares, de Harrer y Peter Aufschnaiter.

La gran diferencia entre la laboriosidad artesanal y poco provechosa de la sociedad tibetana y la laboriosidad intensa de los chinos y su eficiente propaganda poltica se aprecia cuando Ford, detenido, es conducido hacia el este a traves de China

martes, 7 de abril de 2020

EL SECRETO DEL TIO OSCAR, de Fernando Trujillo Sanz

    Nuria no colaboraba. Tenía la vista perdida en el suelo y el ceño fruncido. A Lucas le pareció que estaba muy concentrada. A Silvia, por otra parte, se la veía inmersa en la duda. El tono de sus palabras delataba que su confianza en su propia teoría empezaba a flaquear. Lucas no la culpó. Quería decirle algo que la animara y le demostrase que él estaba con ella, pero no se le ocurrió nada. Pensó en las letras y en la posible palabra que estuviese formando el coche. No tenía sentido. Después de todo, tal vez el Escarabajo paraba en lugares aleatorios por una causa que desconocían y eran sus ansias de aventura las que les habían llevado a creer en la otra versión de los hechos.

—Se os ve un poco abatidos —dijo Carlos—. ¿Ya os rendís, nenas? ¿Dónde está toda la energía que empleasteis antes para discutir conmigo cuando me negaba a venir? 

—¿Quieres decir que ahora crees en el Escarabajo «escritor»? —preguntó Silvia tímidamente. 

Lucas también quería saber la respuesta a esa pregunta. 

—No lo sé, la verdad —contestó Carlos en tono sincero—. Pero sí creo lo que ha dicho mi hermana. Esto es algo único. Y estoy convencido de que no hay peligro dentro del coche. —Silvia dibujó una sonrisa al escucharle—. Hay algo más. Tu teoría de las letras es impresionante. Estudiando la Ingeniería de Caminos o no, a mí nunca se me habría ocurrido. Tenéis que seguir pensando en ello para dar con la explicación. 

Silvia se sonrojó por las palabras de Carlos. No se las esperaba. 

—Tú también puedes colaborar. 

—¿Yo? —se rió Carlos—. Yo sólo sirvo para jugar a las cartas. Si dependéis de mí para desvelar el misterio, lo lleváis claro. El Escarabajo podría escribir El Quijote entero antes de que yo… 

—¡Lo tengo! —gritó Nuria dando un salto en el asiento—. Dices que ayer se detuvo en las curvas que formaban la ‘S’ en la que acabamos de estar, ¿no es así? —le preguntó a su hermano. Carlos y Lucas asintieron entusiasmados—. Eso significa que la palabra empieza con una ‘S’. 

—Entonces tenemos soyos —dijo Lucas—. Tampoco es que sea muy esclarecedor. 

—Lucas, concéntrate —le pidió Nuria—. Puede que no te guste lo que te voy a decir. —Lucas se preocupó un poco por esa advertencia—. No es una palabra. Son dos. La primera es soy. La segunda empieza por os. Te apuesto lo que quieras a que la siguiente letra es una ‘C’. ¿No lo entendéis? 

—Óscar —dijo Silvia de repente—. Soy Óscar . Tú tío, Lucas. 

Lucas y Carlos se quedaron petrificados. Parecía muy lógico. Tenía que ser eso. Lo cual implicaba…

—No es el coche el que está escribiendo, Lucas —dijo Nuria—. Es tu tío Óscar. Sé que suena imposible pero tú escúchame. Sustituye el mapa de carreteras de Madrid, o de esta parte, por un tablero gigante, y al coche por un vaso. 

Le llevó un tiempo entender lo que Nuria quería decir. Era sencillamente imposible, casi ni se atrevía a pronunciarlo en voz alta. 

—¿O-Ouija? —logró tartamudear Lucas tras unos segundos. 

—Efectivamente —dijo Nuria—. Si no estoy loca, estamos participando en una sesión de espiritismo acojonante.

domingo, 5 de abril de 2020

EL DIA MAS CALIENTE DE LA GUERRA FRÍA. BERLÍN,1961, de Frederick Kempe

EL DIA MAS CALIENTE DE LA GUERRA FRÍA. BERLÍN,1961, de Frederick Kempe


    Desafiando la húmeda noche, numerosos berlineses se reunieron en las calles que desembocaban en Checkpoint Charlie. A la mañana siguiente, los periódicos hablarían de unas quinientas personas, una multitud considerable teniendo en cuenta que podrían haber sido testigos de los primeros disparos de una guerra termonuclear. Tras una escalada de la tensión que se había prolongado durante seis días, los tanques americanos M48 Patton y los tanques soviéticos T-72 se encontraron cara a cara; eran diez por bando, con unas dos docenas más que aguardaban en la reserva, cerca de allí.

    Armada apenas con paraguas y chaquetas con capucha para protegerse de la llovizna, la multitud fue ocupando los mejores puntos estratégicos de la Friedrichstrasse, la Mauerstrasse y la Zimmerstrasse, las tres calles que confluían en el principal paso fronterizo para peatones y vehículos civiles y militares aliados entre el Berlín Este y el Berlín Oeste. Algunos se apostaron en los tejados; otros, entre ellos un gran número de fotógrafos y reporteros, se asomaban por las ventanas de los edificios bajos colindantes, en cuyas fachadas era aún visible el rastro de los bombardeos de la guerra.

    Informando desde el escenario de los hechos con todo el dramatismo de su imponente voz de barítono, el periodista de la NBC Daniel Schorr dijo a sus radioyentes: «La guerra fría ha adquirido una nueva dimensión esta noche, cuando combatientes americanos y rusos se han encarado por primera vez en la historia. Hasta hoy, el conflicto Este-Oeste se había desarrollado a través de terceros, como Alemania y otros países. Pero esta noche los dos superpoderes se han enfrentado cara a cara, cuando un grupo de tanques rusos y otro de tanques estadounidenses Patton situados a menos de cien metros unos de otros se han encañonado mutuamente…».

El día que casi estalla la tercera guerra mundial por culpa de la ...    La situación era tan tensa que cuando un helicóptero americano realizó un vuelo rasante para hacer un reconocimiento del campo de batalla, un policía de la Alemania del Este, presa del pánico, gritó «¡cuerpo a tierra!» y la multitud obediente se tendió boca abajo en el suelo. «Es una escena extraña, casi increíble», afirmó Schorr. «Los soldados estadounidenses están junto a sus tanques, comiendo de una cocina de campaña, mientras los habitantes del Berlín Oeste contemplan boquiabiertos los hechos desde detrás de la zona acordonada y compran bretzels, la escena iluminada por unos focos instalados en el lado Este, mientras los tanques soviéticos permanecen casi invisibles entre las penumbras.»

    Entre la multitud circulaban rumores de que se preparaba una guerra en Berlín. Es geht los um drei Uhr. («Va a empezar a las tres de la madrugada.») Una emisora de radio del Berlín Oeste informó de que el general retirado Lucius Clay, el nuevo representante especial del presidente Kennedy en Berlín, se dirigía con actitud fanfarrona, al estilo de Hollywood, hacia la frontera para ordenar personalmente los primeros disparos. Se propagó también otro rumor según el cual el comandante de la policía militar estadounidense en Checkpoint Charlie había golpeado a su homólogo de la Alemania del Este, y que ambos bandos ardían en deseos de enfrentarse a tiros. Se decía también que varias compañías soviéticas al completo se dirigían ya hacia Berlín para poner fin de una vez por todas a la libertad de la ciudad. Los berlineses, de por sí, tenían tendencia a los cotilleos incluso en el peor de los momentos. La mayoría de los presentes habían vivido una Guerra Mundial (si no dos), por lo que no les costaba nada imaginar que cualquier cosa era posible.
    Clay, que había comandado el puente aéreo que en 1948 había rescatado el Berlín Oeste de un sitio soviético de trescientos días, había desencadenado el actual conflicto hacía una semana por un asunto que la mayoría de sus superiores en Washington no consideraban lo bastante importante como para provocar un enfrentamiento abierto. Vulnerando los acuerdos entre las cuatro potencias que controlaban la ciudad, la policía fronteriza de la Alemania del Este había empezado a pedir la documentación a los civiles aliados que deseaban acceder a la zona soviética de Berlín, cuando, hasta entonces, había bastado con que sus vehículos lucieran la matrícula correspondiente.

Checkpoint Charlie, then and now. | Muro de berlín, Caida del muro ...    Convencido por propia experiencia de que los soviéticos se dedicarían a comerse poco a poco los derechos de los ciudadanos del Oeste como si de salami se tratara a menos que les pararan los pies incluso en los asuntos más triviales, Clay se había negado a ceder y había ordenado que escoltas armados velaran por la libre circulación de los vehículos civiles a través de los pasos fronterizos. Soldados armados con fusiles con bayoneta y respaldados por tanques americanos habían flanqueado los vehículos mientras estos sorteaban los obstáculos de hormigón de los puntos de control, pintados a rayas blancas y rojas.
    En un primer momento, la reacción frontal de Clay dio el resultado esperado y los guardias de frontera de la Alemania del Este se echaron atrás. Sin embargo, Jrushchov ordenó inmediatamente que sus tropas igualaran la potencia de fuego estadounidense tanque a tanque y que se prepararan para una escalada de hostilidades si era necesario. En un curioso intento (que finalmente se reveló como infructuoso) para poder negar los hechos si era necesario, Jrushchov ordenó que se cubrieran los emblemas nacionales de los tanques soviéticos y que sus pilotos vistieran uniformes negros sin insignias.

    Cuando los tanques rusos se dirigieron hacia Checkpoint Charlie esa tarde para detener la operación de Clay, transformaron una disputa fronteriza de baja intensidad con la Alemania del Este en una guerra de nervios entre los dos países más poderosos del mundo. Los comandantes estadounidense y soviético, apostados en sus respectivos centros de operaciones de emergencias, situados en extremos opuestos de Berlín, sopesaban su siguiente movimiento mientras esperaban ansiosos las órdenes del presidente John F. Kennedy y del primer ministro Nikita Jrushchov.
Qué hago yo aquí?: CheckPoint Charlie. "You are leaving the ...
    Mientras los líderes deliberaban, en Washington y en Moscú, la tripulación de los tanques americanos, bajo las órdenes del comandante Thomas Tyree, evaluó nerviosamente las fuerzas de sus oponentes a través de la línea divisoria entre el Este y el Oeste más famosa del mundo. En una dramática operación nocturna, el 13 de agosto de 1961, apenas dos meses y medio antes, tropas y policías de la Alemania del Este, con apoyo soviético, habían desplegado los primeros tramos de alambrada de púas alrededor de los 170 kilómetros de circunferencia del Berlín Oeste, en un intento por contener el éxodo de refugiados que amenazaba la existencia del estado comunista a largo plazo.
Desde entonces, los comunistas habían reforzado la línea fronteriza con bloques de cemento, mortero, trampas antitanque, torres de vigilancia y perros de presa. El corresponsal de la Mutual Broadcasting Network en Berlín, Norman Gelb, describió lo que el mundo empezaba a conocer con el nombre de «el Muro de Berlín» como «el plan de reurbanización más extraordinario e impertinente de todos los tiempos… que serpentea por la ciudad como el telón de fondo de una pesadilla». Periodistas, fotógrafos, líderes políticos, espías, generales y turistas acudieron a Berlín para ver con sus propios ojos cómo lo que Winston Churchill había definido como el «telón de acero» adquiría entidad física.

    Si en algo coincidieron todos fue en que la demostración de fuerza de los tanques ante Checkpoint Charlie no era un ejercicio militar. Aquella mañana, Tyree se aseguró de que sus hombres cargaban los tanques con munición auténtica y de que llevaban las metralletas a media carga. Además, los hombres de Tyree habían montado palas excavadoras en sus tanques. Durante unos ejercicios de entrenamiento para aquel momento concreto, Tyree había preparado a sus hombres para que penetraran en el Berlín Este pacíficamente a través de Checkpoint Charlie (algo que los acuerdos firmados entre las cuatro potencias permitían), para acto seguido derruir el Muro de Berlín a medio construir durante el trayecto de vuelta y retar así a los comunistas a responder.

    Para calentarse y para calmar sus nervios, los conductores de los tanques americanos dieron gas a fondo con los motores en punto muerto, generando así un estruendo aterrador. Sin embargo, el pequeño contingente aliado de 12 000 soldados, de los que tan sólo 6500 eran americanos, no tendrían ninguna posibilidad de victoria en un enfrentamiento convencional contra los aproximadamente 350 000 soldados soviéticos que había apostados en las inmediaciones de Berlín. Los hombres de Tyree sabían que estaban a un paso de una guerra global, que podía transformarse fácilmente en guerra nuclear en menos tiempo del que se tarda en decir auf Wiedersehen.
El corresponsal de la agencia Reuters Adam Kellett-Long, que acudió precipitadamente a Checkpoint Charlie para ofrecer una primera crónica del conflicto, se alarmó al fijarse en el ansioso soldado afro-americano que estaba a cargo de la metralleta que había montada encima de uno de los tanques estadounidenses. «Como a este chico le tiemble un poco más el pulso, se le va a disparar el arma y desencadenará la Tercera Guerra Mundial», se dijo Kellett-Long.

    Alrededor de la medianoche en Berlín (o sobre las 18.00 en Washington), los asesores de seguridad de Kennedy celebraban una reunión de urgencia en la Sala del Gabinete de la Casa Blanca. El presidente estaba cada vez más nervioso y temía que la situación pudiera escapárseles de las manos. Esa misma semana, los responsables de estrategia militar de su gobierno habían terminado de elaborar un detallado plan de contingencia que, en caso necesario, preveía un primer ataque nuclear contra la Unión Soviética que habría dejado a su adversario devastado e incapaz de responder militarmente. El presidente aún no había aprobado el plan y había acribillado a sus expertos con preguntas escépticas. Sin embargo, aquel escenario catastrófico ensombrecía el humor del presidente cuando se sentó a la mesa de reuniones junto al asesor de seguridad nacional McGeorge Bundy, el secretario de estado Dean Rusk, el secretario de defensa Robert McNamara, el jefe del Mando Conjunto del Estado Mayor, el general Lyman Lemnitzer, y otros funcionarios de alto rango de su gobierno.
The controversial plan to redevelop Checkpoint Charlie | Cities ...    Desde la reunión, y a través de una línea segura, llamaron al general Clay a su sala de mapas en el Berlín Oeste. A Clay le habían dicho que Bundy estaba al teléfono y que deseaba hablar con él, por lo que se sorprendió al oír la voz del mismísimo Kennedy.

    «Hola, señor presidente», dijo Clay en voz alta, lo que acalló de golpe el zumbido que hasta entonces se oía tras él, en el centro de mando.

    «¿Cómo va todo por ahí?», preguntó Kennedy en una voz que pretendía pasar por tranquila y relajada.

    Clay le dijo que estaba todo bajo control. «Tenemos diez tanques en Checkpoint Charlie», explicó. «Los rusos también tienen diez tanques, o sea que estamos empatados.»

    Entonces un asesor le pasó una nota.

    «Señor presidente, debo modificar esas cantidades. Me acaban de comunicar que los rusos tienen veinte tanques más de camino, lo que iguala el número exacto de tanques de los que disponemos en Berlín. Así pues, mandaremos los veinte tanques que nos quedan. No se preocupe, señor presidente. Han igualado nuestros dispositivos tanque a tanque, eso es otra demostración de que no tienen intención de hacer nada», dijo.

    El presidente hizo sus cálculos. Si lo soviéticos mandaban aún más efectivos, Clay no dispondría de fuerzas convencionales para responder. Kennedy examinó los rostros de preocupación de los presentes en la sala. Entonces puso los pies encima de la mesa, intentando mandar un mensaje de serenidad a aquellos hombres que temían que el asunto pudiera estar saliéndose de madre.

    «De acuerdo, no pasa nada», le dijo el presidente a Clay. «No pierdan los nervios.»

    «Señor presidente», respondió Clay con su franqueza habitual, «no son nuestros nervios lo que nos preocupa, sino los suyos, ahí en Washington.»

EMILY DICKINSON

EMILY DICKINSON

"A todos se debe la mañana,
a algunos la noche.
Sólo a unos pocos elegidos,
la luz de la aurora."

sábado, 4 de abril de 2020

EL APRENDIZAJE DE MIKE TYSON. TODA LA VERDAD, de Mike Tyson

EL APRENDIZAJE DE MIKE TYSON. TODA LA VERDAD, de Mike Tyson

Mike Tyson admite que se drogaba en peleas y que usaba un pene ...    "«El boxeo es un espectáculo de manera que, para tener éxito, un luchador no sólo debe vencer, sino hacerlo de un modo excitante. Debe soltar puñetazos que lleven malas intenciones», nos decía siempre. Quería que realizara contragolpes agresivos, obligando a mis rivales a golpear o a correr. Cus intentaba en todo momento manipular al oponente sobre el cuadrilátero. Si no cesabas de eludir sus golpes, acababan frustrados y perdían confianza. Entonces estaban hundidos. Esquiva el golpe y contraataca. Muévete y atiza al mismo tiempo. Fuerza la situación. Era de la opinión de que los golpes cortos podían ser más duros que los largos. Era de la opinión de que golpear fuerte no tenía nada de físico, sino que era completamente emocional. Emociones controladas.
(.. )
"A quien Cus adoraba más era a Henry Armstrong. Atacaba sin parar a sus oponentes hasta agotarlos. —Ataque continuo, sin descansos —me contó Cus—. Defenderse bien a base de mover la cabeza, eso es lo que haría Armstrong. Hacer añicos la fuerza de voluntad del rival, destruirlo anímicamente; que descubra que las causas que le mueven son mentira."

EL OBJETIVO DE LOS MUSEOS. EL ARTE COMO TERAPIA, de Alain de Botton y Jhon Armstrong

EL OBJETIVO DE LOS MUSEOS. EL ARTE COMO TERAPIA,  de Alain de Botton y Jhon Armstrong 

    "El objetivo de los museos no debería ser amar el arte, sino servirnos de inspiración para, mediante la apreciación de sus obras, amar lo que los artistas han amado: una diferencia menor, pero crucial. "

miércoles, 1 de abril de 2020

IDENTIDAD NACIONAL ARTISTICA. EL ARTE COMO TERAPIA, de Alain de Botton y John Armstrong

IDENTIDAD NACIONAL ARTISTICA. EL ARTE COMO TERAPIA, de Alain de Botton y John Armstrong

Tetera Porcelana Inglesa Antigua - Sadler & Sons (1 Lt ...    "En 1995 Nikolaus Pevsner se propuso descubrir donde localizar la identidad nacional de Inglaterra en el arte de su pasado. Lo revolucionario fue lo que encontró. A diferencia de otros historiadores, no o localizó en los monumentos , los grandes edificios gubernamentales o los monumentos conmemorativos de guerras de siglos pasados. Encontró lo inglés del arte ingles -y de la identidad inglesa-  en las soperas, sillas, estanterias de libros y picaportes de la nacion."