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jueves, 30 de junio de 2022

LOS FUEGOS DE OTOÑO, de Irene Nemirovski

LOS FUEGOS DE OTOÑO, de Irene Nemirovski


Los fuegos de otoño se parece a un gran cuadro lleno de personajes burgueses, cada uno a lo suyo, caracterizados de forma magistral: unos anclados en las ideas del XIX y otros rebozados en pleno siglo XX, e interactuando con el paisaje plenamente parisino de entreguerras, que es el espacio temporal donde principalmente se desarrolla la novela. Como un cuadro de Bruegel el viejo o algo así: los vas viendo actuar con una mirada descarnada sabiendo hacia el precipicio al que se asoman, los problemas que les acechan. Desvelar intereses camuflados de patriotismo o amor,  inflamados allí donde imperan las buenas conductas de convivencia, para alumbrar despues las miserias humanas bajo esas alfombras de apariencias es la especialidad de Irene Nemirovski, nacida en Kiev en 1907 pero transplantada a Francia muy pronto. Las dos guerras mundiales dinamitan esas apariencias. Lamentablemente, la autora no vivio lo suficiente para ver en que acababa todo eso que describia a su alrededor.

La suya es una concepción clasista y rígida de la sociedad, poco condescendiente. Una narradora que ve los toros desde la barrera, pero que entiende de toros. 

En mi opinión, una de las estrategias narrativas de Nemirovski es enfrentar voces interiores. Los pensamientos de una madre complaciente tienen su réplica con el estado de ánimo de su hijo la noche anterior a su regreso al frente, por ejemplo. No hay generalmente una confrontación física, ni verbal, pero la autora nos deja leer sus pensamientos y ese "choque de trenes" de estados de ánimo, de pareceres, sin ideas precisas muchas veces, es la dialéctica que nos provoca cierta violencia interior. Antichauvinista, arremete contra el modelo capitalista que se infiltra en las relaciones humanas e íntimas: ahi señala el pecado original del desastre entre los miembros de estas familias burguesas. Son estados de ánimo  que oscilan en los estremos entre soldados y civiles, entre frente y retaguardia, entre viudas y familias aún sin pérdidas. Es un relato emocional del derrumbe de Francia, como otra toma de postura paralela a Suite Francesa, una obra maestra, redonda. Cuando habla Detang, uno de los personajes, por ejemplo, la autora parece estar arreglando cuentas con su pasado. El relato es corto para el tiempo extenso que abarca, asi que cuenta con grandes elipsis, asi que va al grano, a lo interesante.

Nemirovski tiene la rara habilidad de expresar, con las cuidadosas palabras de un párrafo, el universo exacto de lo que está tratando. El relato fluye sin darte cuenta, es un placer de lectura en realidad. Y al llegar al último punto, te quedas con la sensación haber leído algo más grande que esas palabras. A veces las vuelves a leer y sí, comprendes lo que ha sido: un fogonazo de ideas, una chispa que despierta nuestra maquinaria interior para pensar sobre esas ideas, que evocan recuerdos propios y nos trasladan a sensaciones un tanto alejadas en el momento de leerlas pero que nos son propias y, de nuevo, bienvenidas. Eso, amigos, no lo logra cualquier. Es el "pack completo" de la lectura. Tiene algunos párrafos soberbios, te dejan alucinando de lo bien que escribe. Es increíble que alguien que merecía un nobel, una cátedra universitaria, un reconocimiento universal, saliera por la chimenea de un campo de exterminio: Auschwitz, 1942.

Esta novela es la otra que, junto a Suite francesa, quedo inacabada y olvidada por muchos años hasta su recuperacion por parte de sus hijas. Estaban en un viejo baul olvidado, que cosas tiene la vida. Es el legado de una maestra no olvidada por suerte para nosotros, pero tratada por la vida con la peor de las fortunas.

LOS FUEGOS DE OTOÑO, de Irene Nemirovski, de 250 paginas. La primera edicion francesa data de 1957. Esta edicion del año 2020 de Penguin Random House Ed. contiene los capitulos que en una version corregida a mano Irene quiso eliminar

 

domingo, 26 de junio de 2022

DIARIO DE CANADA, de Walt Whitman

 DIARIO DE CANADA, de Walt Whitman

Libro que se lee en media tarde, incluso te da tiempo de recoger la mesa, poner los platos en el lavavajillas y sacar al perro un rato. La primera parte es un sesudo ensayo sobre la importancia del autor y su unico viaje fuera de USA. Lo mejor que puedo decir de él es que es corto, porque es un barullo de ideas sesudas que deberia haberse refinado en mas paginas y haber sido expuestas con mayor claridad, por cortesia con el lector, cosa aparte con su nivel de comprension lectora. Trabajeselo un poco mas señor...  X.

El meollo del librito son las impresiones del famoso poeta. Entusiasmado con todo lo que ve de principio a fin: los canadienses, Ottawa, el lago, etc. Lo normal. Como si por ser W. Whitman hubiera de traernos a cada momento el destilado de ideas y sensaciones mas puro. Pues no, algo hay pero muy poco. Es, en general, bastante simple, lo bastante como para no entender de donde saca el prologista semejante aparato de ideas a partir de las entradas mostradas del diario. Y como se queda corto el volumen, se añaden algunas entradas en forma de diario que nada tienen que ver con el viaje a Canada. Si te gusta Walt Whitman, y quieres leerlo todo de el, pues bien. De no ser asi...

sábado, 25 de junio de 2022

CHICAS FELIZMENTE CASADAS, de Edna O'Brien

CHICAS FELIZMENTE CASADAS, de Edna O'Brien

La trilogia, en un solo tomo


Novela de costumbres, esta vez urbanas, de dos chicas jóvenes irlandesas arraigadas en Londres y recién casadas. Si leiste las dos entregas anteriores, ya las conoces. Personalmente, creo que viene mejor hacerlo así. Argumento poco original el de dos matrimonios en la cuerda floja, aqui lo especial es la mordacidad con que se tratan los temas que conlleva: las relaciones sexuales, las relaciones padres e hijos, la amistad... El matrimonio de Kate con Eugene pronto explota, y lamentablemente para ella (como siempre). El de Baba se sostiene porque parece que ella y Frank compiten en ser a cual mas brutos.

Por supuesto, el título es irónico y con saber eso uno puede imaginar la retahíla de sinsabores que desmenuza esta novela a dos voces, la de Kate y la de Baba, siendo esta la que habla en primera persona de si misma y la que habla de Kate con distanciamiento. El encuentro sexual frustrado entre Baba y Harvey, por ejemplo, es un compendio de ironía, una satira de algo que despues de tanto buscarlo es decepcionante como la vida misma, algo procaz incluso. Me encantan esos sucesos tan bien narrados. Y como lleva la tension hasta ese encuentro sexual. En general, con las relaciones matrimoniales, es extremadamente caustica: la ironía y el humor se entremezclan para acompañar a las dos parejas. Y de las dos, la más viva, y la que me causa más pena, es Baba. Si en la segunda entrega de la trilogia parecía más modosa, aquí vuelve a ser borde, muy vulgar y especialmente corrosiva con su marido. Digamos que es la voz más entretenida de la trama.
En realidad es Kate es una parodia de esposa joven, con la idea de dejar muy mal paradas las convenciones sociales aquilatadas por generaciones de experiencia. No puedo evitar una sonrisilla en algunos momentos cuando se meten las viejas ideas acerca del matrimonio por medio, el evangelio, el derecho a la vida, las relaciones padres e hijos, etc.
A mitad de libro, o algo mas, empiezan las zozobra de una madre primeriza y separada, sin trabajo ni techo propio: esa es Kate. En esta última entrega sobre ella, la vemos de nuevo desvalida, sin estabilidad material, afectiva o psíquica. Reúne situaciones cómicas con momentos patéticos, de profunda soledad en todo aquello que parece herirla. Y partir de aqui empiezan unos fuertes vaivenes anímicos de Kate a través las cosas que la obsesiona especialmente, temas como el sexo, el abandono, separación violenta del hijo, pobreza, etc. Por fin, después de dos libros y medio, se empieza a atisbar una Kate madura, pero por poco tiempo: no consigue representar algo importante en la vida de las personas a las que quiere. Porque ese me parece el motivo último para haber seguido con su vida desde el principio, y no lo logra. Tal vez sea también el eje central de las tres novelas, ejemplificadas con distintas respuestas en Kate y Baba. Y por esa altura de miras que se plantean, es inevitable que sus vidas fuesen decepcionantes como transmiten muchos lectores al cerrar la trilogia. Pero yo agradezco a la autora que no edulcore estas cosas ni las haga fluir en plan Disney. 
El final es un epílogo, un monólogo de Baba, una especie de lamento hacia una vida sin sentido, y con demasiado dolor entre tanta banalidad. 
"...me doy perfecta cuenta de que estaba perdida en el corazón de una puta jungla. En la misma donde había nacido. No había tenido arrestos para abrirse camino. Tendría que haber ido a clases nocturnas y aprender algunas cosas, unos cuantos lemas, como: «No deposites tu confianza en ningún hombre»..."
La sensación de vacío que deja este final es tremendo, como si nos faltara el suelo bajo los pies. Y es que, con mayor o menor acierto, según sea el lector, en mi caso encuentro que tras capas y capas de superficialidad, de malas e ingenuas decisiones, de elemental estupidez en ocasiones, el texto se eleva a ratos desplegando el desconsuelo, incluso la irritación, por una vida sin horizonte ni sentido claro. Es una coda a la trilogia del sinsentido, no ya solo racional, sino también emocional, del corazón. Con una educación como la que recibieron ambas, era imposible ser felices.

viernes, 24 de junio de 2022

LAS CATARATAS DEL COPPERMINE. CRIMEN Y LOCURA EN EL ARTICO, 1913, de McKay Jenkins

LAS CATARATAS DEL COPPERMINE. CRIMEN Y LOCURA EN EL ARTICO, 1913, de McKay Jenkins



La historia, con algunos antecedentes de violencia en esa remota parte del mundo, (tal y como lo vio el legendario Franklin por ejemplo en el siglo XIX), comienza en el momento que nos ocupa con un cazador, Hornby, y un sacerdote católico, Rouviere, empeñados en viajar por el Artico canadiense para contactar con esquimales de las Barren Lands. El primero para recibir ayuda, algo de compañia tal vez, información y establecer intercambios utilizando a alguien que inspirase confianza a los esquimales. El segundo, Rouviere, para convertirlos a su religión. John Hornby no dejaba de ser un tipo individualista en un medio hostil  que conocía y sabía manejar bien. Los esquimales son los maestros en ese arte. Ademas, la expedicion científica de Douglas, buscando minas de cobre en la zona en aquel tiempo, instalada su cabaña a 10 km de la del cazador junto al Great Bear Lake, sabia apañarselas mas o menos y llego bien pertrechadada para su primer invierno de -40°C y la ausencia de sol del 16 noviembre al 9 de enero. 

Todos veian como el hombre blanco corrompia al esquimal en la zona de desembocadura del rio McKenzie. Pero el padre Rouviere, francés, es otra cosa. Llega en compañía de Hornby, se hace una cabaña despues para el solo pero no está ni mental ni físicamente preparado para ese rigor oscuro y frío que ha destruido a muchos otros hombres. Llegar allí sólo con la fe es como llegar con las manos en los bolsillos. Al acabar el invierno vuelve a Fort Norman, su base, por orden de su superior. En julio está de regreso en Great Bear Lake, de nuevo en contacto con los esquimales, y con la nueva compañía del padre LeRoux, un belga que no inspiaraba confianza. No dejó buen recuerdo en quienes lo conocieron allí arriba por su arrogancia, detonante de algunos problemas...

El 8 de octubre de 1913 los dos misioneros, se fueron de su cabaña acompañados de un grupo de esquimales que van a la costa ártica. Es el comienzo del invierno, están débiles físicamente, hay un esquimal violento entre ellos y no tienen ni idea de como sobrevivir si no es a costa de esa tribu en todos los aspectos. Es una época del año en que los esquimales pasaban penurias siempre. Es decir, hay miedo a morir en todos. Ahí empieza la tragedia.... porque hasta aquí, el libro desarrolla un cúmulo de malas decisiones tomadas por dos individuos de buenas intenciones pero en absoluto adecuados. Ni siquiera era una buena idea la de convertirlos al cristianismo a toda prisa solo por adelantarse a otros misioneros de otros credos o por extender el dominio del gobierno canadiense allá donde no tenía apenas repercusión.

A partir de aqui lo que la policía montada del Canadá supo sobre como ocurrió el asesinato de los dos sacerdotes fue a través de testimonios de esquimales y el diario personal de Rouviere. 

Los asesinos fueron capturados al cabo de 30 meses con mucha suerte y bastante eficacia para aprovecharla. Despues fueron trasladados a la corte penal de Edmonton, proceso que ocupa la tercera parte del libro. Si en la segunda se plantean las creencias de los esquimales, sus diferencias difíciles de salvar con el hombre blanco colonizador al nivel antropológico de hace un siglo, en este tramo final del libro se retrata si es justo tratar a esta gente, que apenas conoce a los blancos, y que esta allí desde mucho antes, con los mismos paradigmas eticos y sutilezas legales que son propias del poder colonizador, en este caso la justicia británica (Canada aun no habia soltado amarras de su Graciosisisisisima Majestad). ¿Fue un asesinato o un homicidio en defensa propia? Porque los sacerdotes no se portaron bien con ellos cuando pretendian regresar, aunque de eso no habia testigos. Segun la Carta Magna británica, un hombre no puede ser juzgado por sus superiores sino por sus semejantes. Entonces, ¿que hace un esquimal, que conocia a los hombres blancos desde hacia solo 3 años y muy escasamente, entre blancos en un tribunal de justicia? Este es uno de los puntos fuertes del relato, de una importancia que se renueva en el tiempo. El final del libro habla del juicio y el destino de los acusados, y de los que vinieron después. Hace falta ser malvado para decir que el hombre blanco trajo prosperidad al esquimal cuando, junto a comida, ropa o la reducción de hambrunas, etc, se llego a reducir hasta un 90% de su población en algunas regiones por culpa de innumerables enfermedades infecciosas importadas por los blancos en esos años. Pero es que la realidad de estos habitantes originarios ha desembocado en una situación mucho peor actualmente. El autor estuvo por allí en 2002 y da cuenta de ello. Eso sí, casi todos los ancianos son cristianos. 

Aprovechando la documentación existente, se exponen con claridad las posturas: las de buena fe, las capciosas, los prejuicios, la opinión del público y la prensa de 1916, año del juicio, en un remoto y despoblado territorio del planeta, como lo es en la actualidad. Y lo que resulta de ello es un choque civilizaciones brutal entre el mundo esquimal y el mundo anglosajón en torno al puntilloso tema judicial de dos asesinatos, es decir, donde hasta la última coma del relato cuenta. Complicado asunto este de juzgar. El autor sintetiza los problemas de este caso con genuino interés por el. Se lee fácilmente: el mundo esquimal se explica, la belleza y crueldad del paisaje se sienten, el interes del hombre blanco se presiente sin esfuerzo. Una oportunidad mas de conocer una historial real, extraña pero ya no tan lejana en nuestro mundo globalizado. Muy documentada sin caer en la pesadez en ningun momento, y bien contada.

sábado, 4 de junio de 2022

ÚLTIMOS TESTIGOS, de Svetlana Alexiévich

ULTIMOS TESTIGOS, de Svetlana Alexiévich


Libro de anécdotas de la invasión nazi sobre Rusia. Principalmente de  Bielorrusia, que de allí es la autora. Alexievich (1948) reunio 100 testimonios en los años 80 cuando esa gente, que entonces andaba en la cincuentena, hablaba de su niñez, o preadolescencia con uno o los dos progenitores perdidos por la guerra. Eran los ultimos que quedaban, habia que darles voz antes de que desaparecieran. Porque los protagonistas responden con los recuerdos de cuando eran niños o adolescentes. Sólo en Bielorrusia hubo 27000 niños en orfanatos en 1945. Por tanto, esto es un obra coral, donde cada uno aporta una nota concordante con las otras 99. Ahí esta la mano despues de la autora, Premio Nobel del 2015 para conseguirlo. Sin duda, con la crueldad de la guerra en nuestras múltiples pantallas, se hace necesario un libro como éste para saber lo que es de verdad, y lo que no es: ni un documental, ni una foto en primera plana, ni una cuota de share a la hora de maxima audiencia, ni una conversación en una barra de bar a 4000 km, ni un videojuego... Es lo que está aquí escrito, en esa sensación final que deja la lectura de Últimos testigos. 

Svetlana Alexiévich: “No me dedico a recoger solo horrores, sino que busco una nueva mirada que haga reflexionar”


Cada anécdota tiene su propia voz, en ella se descubre principalmente el miedo y el dolor por tanta atrocidad. Pero también otros sentimientos como la alegría por la liberación, la sólidaridad entre los vecinos, la resistencia por no dejarse matar, etc. Son historias personales con un toque de sencillez, de ingenuidad incluso, todas son voces civiles, no de militares. Eso sí, al principio lo sientes monotematico, como atrapado en un pozo en el que caes cada vez mas bajo, pero luego te centras en las historias y entretiene sin premuras. Como en otros libros de la autora, ella desaparece del relato.
Sirve de ejemplo para comprender la mentalidad de aquellas gentes, de lo que supuso en la sociedad soviética o rusa lo que ellos llaman La Gran Guerra Patria. La experiencia traumatica por excelencia que los galvanizo como sociedad comunista. Como ahora esta galvanizando a Ucrania.
Destacan tambien las historias de los partisanos y algunos envíos a campos de exterminio. Se aprovecha el recuerdo infantil de los adultos para evitar declaraciones ideológicas en general. Pero es evidente, y llama mucho la atención, el carácter aleccionador de los testimonios: todos se portaron bien, todos fueron honestos, los traidores siempre fueron otros y tuvieron su merecido. Por ejemplo, muchas familias evacuadas, o sin algunos de sus miembros, recogian y daban cobijo a niños que se encontraban abandonados por algun motivo. Muchas de estas pequeñas historias personales ocurren en el ámbito familiar de la propia casa o aldea. Demasiado bonito para ser lo unico cierto. Como esta escrito en época soviética,  tal vez no quepa esperar otra cosa. Además, hay un gran silencio en torno a la invasión previa de la mitad polaca. ¿Demostraron ahí los rusos ser mejores que los alemanes? Y lo mismo cabe pensar de la guerra ruso-finesa. Capítulos de la II Guerra Mundial en la que ellos fueron agresores iniciado el conflicto, pero sin noticia de remordimiento.

Puede parecer en exceso una historia de buenos muy buenos y malos muy malos, pero lo que es indudable es que los malos, los alemanes, tienen mucha suerte a día de hoy de existir como nación y como pueblo. Después de las burradas que hicieron, y aquí hay muchas, merecían el peor de los destinos. Otros pueblos, a lo largo de la historia, han desaparecido por mucho menos.
Una penúltima reflexión: es un monumento colectivo al momento crítico de la nación. Pero buscar esta lectura sólo porque la ha escrito una Premio Nobel puede ser decepcionante si no sabes de qué esto va de mucho dolor y sin final Disney. Puede resultar monótono porque el tema varía muy poco. Es árido y duro. Lo mejor sería pensar que esto de la lectura es como otros órdenes de la vida, donde hay muchos otros pececitos pululando por ahí y que nos pueden ser atractivos si solo queremos pasar el rato entretenidos. El método de escritura polifonica de Svetlana, cuyo resultado me recuerda un poco a Dostoievski, pasa por emplear el tiempo y la inteligencia necesaria para que una persona llegue a esa catarsis donde vuelca sus recuerdos más traumaticos con todo su sentimiento. Por lo que ella ha contado, son momentos en los que la gente se confiesa a sí misma situaciones que no todo el mundo se había atrevido a verbalizar. Luego está el oficio de la sutura para captar esos chispazos y ponerlos negro sobre blanco sin sentimentalismo ni trucos narrativos (evidentes al menos). 
Otra idea: es un libro sencillo y rápido de leer a poco interés que se tenga. Pero no implica que escribir un libro de estas características sea fácil. Ganarse la confianza de esta gente, contar sinteticamente estas cosas tan difíciles, debió costar. En nuestro mundo de tradición católica, siempre tienes la sombra de Dios revoloteando, y aún la libertad de desdecirte y abrazar una fe desde el ateísmo, o a un grupo de gente, o mas facilmente a la familia. Esta dentro de nuestra libertad de conciencia, pero pongámonos en la piel de esta gente: ha vivido lo peor que se puede vivir, se ha quedado sin familia (o la que quedo esta tan tocada como él) y ninguno apela a Dios (algunos hacen gala de su ateísmo, solo una persona confiesa no creer en el comunismo), están en unos años difíciles, con la guerra de Afganistán y el desastre de Chernobil. El comunismo no termina de arrancar por el motivo que sea. Aquí hay mucha amargura que descifrar. ¿Como soportas los recuerdos? ¿De qué ha valido tanto dolor?
Una última reflexión: ¿donde separar en esta obra la literatura de la historia? ¿La realidad de la ficción? La autora alega que ella no tiene ningún afán historicista. Así que aquí habría un buen debate.
. «[...] por su escritura polifónica, que es un monumento al valor y al sufrimiento en nuestro tiempo.», son losw merecimientos observados por la Academia Sueca al otorgar a la autora el Premio Nobel de Literatura 2015. «Me dedico a la historia omitida, las huellas imperceptibles de nuestro paso por la tierra y por el tiempo. Recojo la cotidianidad de los sentimientos, los pensamientos y las palabras. Intento captar la vida cotidiana del alma.»
Estas son las cosas que te colocan en la diana de los tiranos. Hoy Svetlana Alexievich vive exiliada en Alemania. Salio de Minsk escoltada por diplomaticos occidentales hasta tomar su vuelo en el aeropuerto para evitar que eñ sistema gubernamental la engullera para siempre.