VUELOS SOLITARIOS. AL OESTE CON LA NOCHE, de Beryl Markham
"Permanecer solo en un aeroplano durante tan poco tiempo como pueden ser una noche y un día, irrevocablemente solo, sin nada que observar excepto los instrumentos y tus manos en la semioscuridad, sin nada que contemplar excepto el tamaño de tu pequeño valor, sin nada en qué cavilar excepto en las creencias, los rostros y las esperanzas enraizados en tu mente, es una experiencia tan sobrecogedora como cuando una noche te percatas por vez primera de que hay un desconocido caminando a tu lado. Tú eres el desconocido.
(...)
Ahora ha desaparecido el miedo, sin haberlo vencido ni razonado. Ha desaparecido porque otra cosa ha ocupado su lugar; la seguridad y la confianza, la creencia inherente en la seguridad de la tierra bajo los pies, ahora esta fe pasa a mi avión, porque la tierra se ha desvanecido y ya no hay nada tangible en lo que fijar la fe. Volar es sólo escapar momentáneamente de la custodia eterna de la tierra."
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