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domingo, 1 de diciembre de 2024

LA TIZA ROJA, de Atilano Alonso Ruiz

LA TIZA ROJA, de Atilano Alonso Ruiz

Tenemos una autobiografía de esas que recorren la historia de España de una época a otra, la que va de hacer la mili poco más que con una lanza hasta la época mucho mas sofisticada en la que los misiles nucleares apuntan hacia la destrucción de la vida humana. El autor nació al norte de Palencia, cerca de Cervera del Pisuerga, allá por 1900, donde el atraso social y económico solo era superado por una buena herencia o con mucho esfuerzo. La segunda opción es la tomada por Atilano, que no era de familia de posibles, pero tampoco tan tonto o acomodado a las circunstancias como para no hacerse profesor de colegio titulado, ganar dinero poco a poco, casarse, hacer familia, comprar terrenos agrarios para prosperar. Hasta el 36 son las cosas que cuenta, se le ve bastante orgulloso de esto, muy gallito, sacando pecho de prosperidad y de sus ideas. Un ascenso social que le crearía muchas envidias incluso dentro de su familia. De esas que te mandan a la cárcel o al paredón. Que le hundieron el pecho. Como republicano en el frente norte, cuenta como fue el colapso de esa bolsa de resistencia, como acabó encarcelado. Si no fue paseado de madrugada por las fuerzas falangistas, se debió a sus contactos en el bando rebelde. El ser un simpatizante comunista no fue incompatible con una persona defensora de los más elementales derechos humanos, de la vida humana.

Llegaron las torturas de un tal Liaño, las cárceles por Reinosa, Santander y el País Vasco. La persecución de un conocido torturador franquista, Meliton Manzanas. Como el hambre y las enfermedades de sus hijos (murieron dos), le hicieron mirar hacia delante y volver a ser un trabajador duro y eficaz, haciéndose valer por sus conocimientos culturales y pedagógicos para obtener mejores puestos y remuneración sin renunciar a sus principios humanísticos. Asi se jubiló en Renteria, donde concluye esta biografía con visos de ajuste de cuentas contra el mundo, hacia 1983.  Por tanto, describe, el infierno y la recuperación (con sobresaltos e incertidumbres) de un hombre que no solo lo había perdido todo, sino que muchos en su lugar habían sido fusilados.

La valoración del testimonio me merece algunas consideraciones. La primera es la subjetividad de los hechos. Evidentemente, tendemos a quedar siempre mejor de lo que somos, y aquí huele a lo mismo. Eso lo hacemos todos, somos asi. Sin embargo, hay muchas cosas sobre las que no se puede mentir, y yo le creo en casi todo. Otra cosa es que, en varias ocasiones, sus opiniones, con nuestra sensibilidad actual, parecen las de un viejo carcamal, por ejemplo al referirse a la nuera. Por otro lado, da nombres y apellidos, siempre que lo recuerda, de quienes le hicieron daño a él o su familia (pero daño de verdad): echa pestes de la Iglesia, del estado franquista, de unos cuantos de su pueblo. Por contra, deja en buen lugar a los Requetés (a navarros y vascos en general frente a los castellanos), a la Guardia Civil (aunque él mismo lo avisa, es su experiencia con ellos). En ese sentido, agradezco que el editor no limara asperezas, porque le da un sabor de autenticidad al texto como pocas veces se encuentra uno. También decir algo que siempre he creído: si estos hombres son de izquierdas, como debían ser las personas de derechas hace un siglo. Son gente ruda, que no duda en resolver las broncas con los puños o a tiros de escopeta, a pedradas si hace falta, una generación muy basta en muchos aspectos de la vida que contrastaría enormemente con nuestra sensibilidad social actual. 

Por último, creo que es una buena lectura para insertarla con otras de la época. Complementa la visión que podemos tener de España antes de la Guerra Civil, durante ella y la de después. Por ejemplo, he leído a renglón seguido los prólogos de un libro tan característico como Recuérdalo tú y recuérdalo a otros, de Ronald Fraser. Se entienden mejor las grandes diferencias entre clases sociales, donde unos querían seguir igual porque a ellos ya les iba bien, mientras otros estaban dispuestos a todo lo que hiciera falta para prosperar, aunque no les dejaran. Una España muy muy atrasada desde el Rey al último mendigo pasando, por cualquier industrial, capitalista, alcalde o agricultor.

Es una historia subjetiva, por supuesto, como lo son todas las historias personales, pero también es muy valiosa. Y también entretenida, que es por donde se han de empezar estas historias.

jueves, 21 de noviembre de 2024

TRES MUJERES EN WATERLOO, de Eaton, Lancey y Smith

 TRES MUJERES EN WATERLOO, de Eaton, Lancey y Smith

Hay muchos géneros concretos de la literatura que me gustan, y uno de ellos son las memorias escritas por quienes estuvieron en el meollo de un acontecimiento crucial para la posteridad. Waterloo es más que una canción de ABBA con la que conquistaron el festival de Eurovisión allá por el año 1974. Es el villorrio de 1815, a corta distancia de Bruselas, donde Europa conquistó un cierto tipo de libertad que no era la napoleónica. Es un claro pretexto para un What if, una de esas ucronias acerca de qué hubiera pasado con nosotros los europeos si el corso hubiera dominado Europa desde Londres a Moscú.

Pero en Waterloo lo que hubo fue una matanza de hombres, desarrollada en dos días, el primero, 17 de junio, con un resultado más o menos incierto según se mire. Pero el día siguiente los ejércitos de ambos bandos pusieron todo lo que tenían sobre el tapete verde de los pastos, cultivos y bosques del lugar. Napoleón salió perdiendo de manera definitiva. Y la gracia de este libro son las tres experiencias de otras tantas mujeres que, si no pelearon a bayoneta calada, si acompañaron a sus esposos, oficiales ingleses, hasta donde les estaba permitido. Desde Bruselas escuchaban las salvas de artillería. La marcha forzada de las compañías armadas corriendo por las calles hacia el campo de batalla penetraba por las ventanas de la ciudad. Los carros cargados de heridos penetraban hasta los portales buscando donde acomodarlos. Pero lo más veloz eran los rumores del descalabro de las tropas inglesas, el miedo a la llegada de los dragones franceses arrasando con la población de una ciudad que no tenía defensas. Encontrar la verdad entre lo que estaban viendo y escuchando es uno de los grandes temas a los que se acercan estas tres mujeres que dejaron sus recuerdos años después por escrito. Por supuesto, ellas son testigo de cómo la muchedumbre de tropas aliadas se concitaron en Waterloo, cómo se vivieron las horas previas, y nos describen con bastante realismo el estado en que se encontraba el campo de batalla cuando todo terminó, el coste humano de la victoria inglesa. Del lado francés no hay testimonios en este libro, una pena.

La primera es Charlotte A. Eaton fue conocida en su tiempo como escritora de viajes, y eso se nota en su implicación con los efectos de la batalla. Tiene algo de mirona, de reportera de la actualidad. Es la más hooligan de las tres, hasta el punto de que para no sonrojar más al lector, el editor ya advierte de que evitó los pasajes más laudatorios hacia el ejército y su patria (no aportan nada). Aun así, quedan párrafos de esos que me he saltado. Pero el resto es muy descriptivo y entretenido desde su llegada a Ostende, en los Países Bajos, hasta su salida hacia Inglaterra por el mismo puerto. Ella se centra en los prolegómenos de la batalla, la tremenda incertidumbre para los ciudadanos que acompañan a los aliados y el sufrimiento que la victoria provoca en quienes vuelven de ella con vida: los heridos, porque sobreviven con suerte (y ya es suerte que los recojan del campo de batalla). Están los soldados que perdieron a sus hermanos de armas, está la familia que siguió a estos soldados, y que, aun sin terminar la batalla, en cuanto saben que han caído, se meten en el fregado para llevarse al herido y curarlo, o acompañarlo en sus últimas horas, o recuperar el cuerpo, si es posible, antes de que sea robado de pertenencias, normalmente desnudado y perdido en alguna fosa olvidada entre los miles de cadáveres de soldados y caballos que por Waterloo quedaron. No fue el caso exactamente de esta mujer, que paso por el campo de batalla tres semanas después del último disparo. Mientras se pasea por Bélgica y los Países Bajos, poniendo a caer de un burro a los segundo y tratando con insultante condescendencia a los belgas. Por suerte para el lector, esta es una edición crítica, con numerosas anotaciones, y pasados dos siglos de aquello, podemos ajustar ajustarle las cuentas a esta nacionalista inglesa y señalarle los muchos muchos e injustos errores que comete tanto en datos que aporta como en las valoraciones que le merecen algunos contendientes y algunos sucesos de la batalla. Está claro que los vencedores describieron la batalla como mejor les convenía. Desde Wellington y la autora es lo que se ha transmitido hasta no hace mucho con muy pocos que les llevaran la contraria. Esta muy bien entender el ambiente que se respiraba por parte de algunos ingleses: ultranacionalista, confiado a ciegas en su destino, un destino que iba a llevarse por delante cualquier oposición (como así ocurrió durante mucho tiempo después). Es el texto más largo.

La segunda mujer es también famosa por motivos más tristes que la anterior. Su nombre, Magdelene de Lancey, era conocido porque estaba recién casada con su marido William, un hombre joven y muy prometedor perteneciente al estado mayor de Wellington. Se encargaba de la logística para entendernos, y fue una buena elección por parte del Duque, porque las batallas se empiezan ganando gracias a una buena logística. Sin ella hay que encomendarse a la suerte. El resultado de Waterloo se debe también a este William de Lancey. El caso es que, estando en una posición de dominio visual de la batalla junto al estado mayor, al lado del Duque de Wellington, le alcanzó una bala de cañón que no lo mató de milagro en ese momento. Su mujer se entero muy pronto y corrió a socorrerlo durante los días que aguantó vivo, primero en el mismo campo de batalla y luego evacuado a Bruselas.

La tercera experiencia es la más corta, nos la narra Juana Smith. ¿Y quién era esta mujer? Una española, y de lejos, la más interesante de las tres. El editor ha tenido el acierto de repasar la biografía de esta extremeña que, con catorce años, se fue con un oficial inglés cuando los franceses fueron expulsados de la península ibérica. Su historia en Waterloo es muy sumaria, más allá del susto de que su marido estuviera muerto, cosa que no pasó. Ambos vivieron lo suficiente como para vivir muchas vidas diferentes en Inglaterra, Sudáfrica y la India al servicio de su majestad y alcanzando honores y prestigio elevados. Casi es más intensa el resto de sus vidas que las jornadas de Waterloo.

El libro no tiene nada que ver con aspectos de estrategia militar, ni con los fallos o aciertos de uno u otro bando. No va de eso. Va del costo humano de estas aventuras vividas en primera persona, escritas por mujeres que sufrieron sus consecuencias, una salió sin pérdidas remarcables, otra se llevó un buen susto, y otra perdió a su marido. No se les puede pedir imparcialidad, pero esa misma actitud ya es una verdad histórica, tanto si erraban en los datos o si eran más hooligans de Wellington o de Inglaterra que una cuadrilla de aficionados del Arsenal FC.

sábado, 16 de noviembre de 2024

EN TIERRAS BAJAS, de Herta Müller

EN TIERRAS BAJAS, de Herta Müller


Usando el costumbrismo, estos relatos trascienden con mucho cualquier lectura acerca de cómo vivían los rumanos descendientes de alemanes en el oeste del país. Ciertamente es una vida rural, precaria, muy tradicional y apegada a valores ultraconservadores dentro de la población desconectada de la idea de progreso y modernidad. Pero hay un aliento de vida que se resiste a perecer del todo en esta voz de niña que nos habla en cada cuento: una desesperanza tristísima, una pérdida de cualquier horizonte alejado del lugar donde viven, la herencia obligada de unos valores muy poco humanizadores encarnados en los adultos... dentro de un estado comunista, el rumano, allá por la época de Adenauer como refleja alguno de los cuentos. Tiene algo de autobiográfico, así que podrían estar en la década de los sesenta a unos 40 km de Timişoara. Es curioso cómo, sin haber salido de la tierra que los vio nacer, todos estos personajes parecen desarraigados de sí mismos. Como puede suceder esto es de lo que se encarga la autora de mostrarnos.

Me han recordado desde muy pronto el mismo ambiente que se respira en algunas escenas de las películas de Bela Tar, o la película El pájaro pintado de Vaclav Marhoul: un mundo duro, poco estimulante para una niña, en el que vivir a la defensiva, y guardarte tus sentimientos... hasta que ya no merezcan la pena sino para ir tirando en un mundo violento. 

Los dos primeros cuentos ya te dejan noqueado: son cortos de extensión, pero muy largos en el regusto que dejan en el cerebro. De esos que me dejan pensando en esa pregunta tan estimulante: ¿Qué diablos acabo de leer? ¿Cómo es posible haber escrito algo así, con coherencia completa de significado pero del que me siento todavía expulsado? Lo vuelves a leer porque quieres entrar ahí, es cuestión de minutos y vuelves a levantar la cabeza del libro, sorprendido por esa sensación de extrañeza, pero habiendo comenzado a comprender. No es solo una experiencia de la vida distinta a la mía la que transmite Müller, es otro lenguaje mucho más conciso, depurado de palabras superfluas, párrafos tremendistas y frases melodramáticas, el que te propone como envoltura pero también como contenido. Lo costumbrista de las escenas rurales que se cuentan desde una cierta intimidad infantil es solo la pista de despegue de todo lo que nos transmite la autora.

En tierras bajas es el cuento más largo, el central, de este libro de 190 páginas según mi edición de Debolsillo. Son historias que cuenta la niña viviendo en su aldea de suabos con una madre de trato duro, resentida con su marido y amargada por la vida. La abuela con sus supersticiones y manías, el padre hosco, de los que procuran escapar de casa con cualquier pretexto, haciendo negocios con el camión por ahí. Las pequeñas escapadas, chispazos de la imaginación para desaparecer por unos minutos de esa soledad, de ese encierro que es vivir tan atrasados... el relato traspasa con cierto lirismo la cara más anodina y a veces brutal de la vida diaria: desde el sexo hasta la muerte, todo forma un continuo sin mucho significado ni especial interés, y se comentan descarnadamente como algo más dentro del pasar de los días, aunque el sexo sea violación y la muerte la pérdida de alguien querido. Sin embargo la niña no se engaña: se da cuenta que todo esto la está marcando enormemente, pero no sabe cómo salir de esto antes de acabar como los adultos. Desea el afecto y recibe un bofetón. Queda la sensación de que ser feliz en esta tierra es algo que se desconoce y no se enseña: por ejemplo, cuando lo intenta en la bañera, desnuda. Parece ser que es la lección que está aprendiendo esta niña: aguanta hasta que otros te tengan que aguantar. Es ese lenguaje directo de una niña que no se censura como sus mayores, pero que está aprendiendo que es la vía de escape para vivir en esa tierra, las tierras bajas. Por otro lado, el estado parece lejano, aquí la única autoridad es la muy brutal y descarnada que ejerce la familia de una manera, como vemos, muy efectiva. Ellos mismos suplen al estado con su brutalidad sin ser estorbados, lo que retrata al estado que no ve necesidad de intervenir.

El último cuento, muy corto, dedicado al extremo absurdo de la rutina de un día cualquiera. Muy expresivo, como todos, pero directo como no lo hay otro en este libro de cuentos de múltiples lecturas. 

El regusto que me dejó este libro es el de una muy eficaz despliegue de sentimientos elaborados con descripciones certeras, libres de palabras superfluas, y con metáforas candentes ante los ojos, casi explosivas, de la vida diaria. En contraste, encontramos los refugios que encuentra la niña en su imaginación con los mismos elementos de la vida que la rodean. Creo que son sentimientos tal vez muy elaborados, miradas muy perspicaces para una niña, pero tremendamente evocadoras para cualquier adulto que se precie de serlo, ya sea a 40 minutos de Timisoara en coche o al otro lado del mundo. Así es el poder evocador, liberador y universal de Herta Müller en este libro.

miércoles, 13 de noviembre de 2024

EL RAISUNI, SULTÁN DE LAS MONTAÑAS, de Rosita Forbes

    Por centrar la historia que nos cuenta la reportera de viajes Rosita Forbes (1893-1967), estamos ante una parte de la historia de Marruecos, desde 1900 a 1925 aproximadamente. Ella lo escribió después de pasar unos días de 1923 con él, en una etapa final de la vida de El Raisuni en que ya estaba de capa caída y habían sucedido muchos tropiezos, diplomáticos y bélicos, entre los representantes del gobierno español y este líder de los musulmanes de las montañas rifeñas. Su poder parece que decae definitivamente con el desastre de Annual de 1921, cuando después de muchos tiras y aflojas entre Raisuni y los militares españoles (Silvestre, Jordana, Berenguer y otros), aparece el líder rifeño Abd el Krim con un ímpetu menos conciliador que el suyo y le infringe a las tropas peninsulares una matanza tan sonada que a día de hoy todavía se escribe sobre ella. El Raisuni murió en 1925, alejado de toda su grandeza anterior.

    El Raisuni fue un líder militar, político y religioso a la antigua usanza al norte de Marruecos, muy al tanto de lo que también pasaba en Europa. Es obligado decir que el libro es producto de las entrevistas durante varias horas al día entre él y la autora inglesa, de manera que siempre es favorable al caudillo porque es la principal fuente de informacion del relato y porque Rosita Forbes, para cuando lo conoce, ya estaba encandilada por lo que de él conocía. Y El  Raisuni era conocido a nivel internacional por, al menos dos motivos: el secuestro de un ciudadano norteamericano que le dio repercusión tan internacional como para que en 1975 Sean Connery hiciera de él en la película El viento y el león. Fue llamado en su momento el Incidente Perdicaris. Lo otro que le hizo notorio fue que las potencias europeas, en pleno colonialismo decimonónico, quisieran controlar los recursos naturales del país. Es ahí donde El Raisuni, aunque el libro lo pase por alto, quería jugar su papel de mediador, o de chantajista a veces, con los españoles, franceses y alemanes, y otras cabilas. A partir de aquí, tenemos un líder tribal en constante fluctuación de su influencia. Sabe que las potencias codician sus recursos, sabe que es inútil oponerse, por lo que favorece esa invasión extranjera, pero siempre que haya un beneficio para los autóctonos que, inevitablemente pase por él. Es una sociedad feudal, vertical y basada en el derecho divino. Como los españoles llevan su propia agenda y, sobre todo, sus propias contradicciones de gobierno, el choque es constante. Los valores humanitarios que esgrimen los españoles no se los cree El Raisuni, y lo alega perfectamente. Los defectos que achacan los españoles al régimen tribal, como son los de la barbarie de su forma de ejercer justicia, son bien lógicos desde nuestra óptica europea, pero como dice el protagonista, están en África, no en Europa, y es su problema, no el de los colonizadores. Por un lado, El Raisuni parece un mafioso asilvestrado, exótico, violento y adornado con el incienso y la pompa religiosa, paro ejecuta sentencias según su sentido particular de justicia, extorsiona, secuestra, roba y mata por interés: es la cruda realidad que describe. Los españoles entran como un elefante en una cacharrería en el tema. La historia de El Raisuni es la de su baraka frente a todos los líos serios en los que se metió con medio mundo: españoles principalmente, pero también contra el gobierno francés, inglés y estadounidense.

 Aunque con altibajos, El Raisuni debe huir muchas veces de sus enemigos de religión y de los españoles. Las matanzas, como mínimo, incluyen cabezas cortadas, el resto se lo dejo a la imaginación del autor. A veces la autora anota alguna indicación que contradice el discurso autocomplaciente del idolatrado sultan. Por tanto, aunque parcial para conocer la historia de lo que pasó, el relato es, para empezar, entretenido por su ritmo ágil entre la acción y el costumbrismo tribal de este pueblo marroquí, no muy alejado de Tánger, Tetuan, Ceuta o Melilla. El lector encontrará mucho de las dos cosas: golpes de mano militares, traiciones, sabotajes del telégrafo, retiradas fingidas para machacar al enemigo (generalmente español), emboscadas donde no queda ni el despistado que pasaba por allí... Tal vez no sea la historia real sino la que favorece a El Raisuni, pero si no es verdad, está bien contado. Lo otro son las relaciones feudales entre las tribus con su líder, la distribución de la riqueza y los privilegios, la situación de las mujeres dentro de las familias, la religiosidad, los caídes, los jeques, las cabilas enemistadas y las aliadas, etc. En conjunto es la historia de unos años traumáticos para España contados desde una perspectiva que no es la oficial del Protectorado de Marruecos entre los peninsulares.

    


domingo, 27 de octubre de 2024

EUROPA, UNA HISTORIA PERSONAL, de Timothy Garton Ash

EUROPA, UNA HISTORIA PERSONAL, de Timothy Garton Ash 



Timothy Garton Ash es un historiador interesado en el presente y pasado más próximo al que sigo desde sus artículos en prensa. Decir que es de izquierdas o derechas, con la experiencia española de un autor británico, es un poco aventurado. Claramente no es un extremista, populista o nacionalista. Le leo en prensa siempre que me lo encuentro.
Una de las cosas que valoro de este conocido escritor de larga trayectoria es que sabe escuchar. Al menos en este libro, no parece el típico intelectual que se ha estado sobando el cerebro para explicar lo que le cuentan sus amigos o los medios. No me refiero a uno de esos que alumbran teorías políticas que explican su propio mundo para que otros las repitan. Garton Ash, al menos aquí, lo mismo trata con Bush júnior, Biden o la Reina de Inglaterra (y varias veces), que con el tío que quema coches en la banlieue de París o un africano internado en Ceuta. Se podrá estar o no de acuerdo con él en los muchos temas que toca, independientemente de ello a mi me ha interesado bastante. Intenta hacerlo bien de verdad, manifestar opiniones nunca radicales (que ya es mucho), con conocimiento de causa, interpreta la realidad europea a la vista los hechos, los que le gustan y los que no. Este libro, en realidad, va más de las causas que de las opiniones que provoca; aunque expresa las suyas, no son excluyentes. No me ha contado "la verdad de lo que está pasando", ni siquiera "su verdad", sino que ha vertido opiniones y experiencias que merecen tenerse en cuenta, eso es todo, y lo bueno al leerlo es que es mucho. Lo que más afea son las opciones iliberales como las de Orban o las autoritarias de Putin; luego están las cagadas de otros políticos europeos y alguna propia. Ahí está su mérito. Es una historia personal, como apunta el título, pero merece atención: apunta preguntas políticas y sociales, plantea enfoques de temas europeos en boca de todos, y lo estima todo con pinceladas de afecto o emoción por cuanto le importa Europa a nivel personal. No todo el mundo puede decir lo mismo.

¿Cómo consigue dejar esas pinceladas sobre tantos temas? A través de muchísimas anécdotas personales con diferentes personalidades relevantes, a veces muy públicas, o muchas veces con gente corriente, y en escenarios que se mueven por toda la geografía europea y parte de la estadounidense. 

Desde 1945 hasta nuestros días, el paso del tiempo se divide en cinco bloques según el estado de animo que el estado de Europa provoca en Garton Ash. Hablamos de una Europa Destruida (1945-61), Dividida (1961-79), En ascenso (1980-89), Triunfante (1990-2007) y Vacilante (2008-22)

Los temas que relata son diversos: el autoritarismo de los países en la orbita soviética, el del actual gobierno húngaro, el reciente del PiS polaco, o el de Rusia que siempre estuvo ahí. El miedo de la ciudadanía en Berlín ocupado, en las agresiones soviéticas en Budapest 1956, la prevención o el miedo de los europeos a la inmigración de cualquier tipo (incluida la española!!!!!) desde 1945. Las revoluciones pacíficas como la de Solidaridad, el desarrollo de la Unión Europea, la Guerra Fría, la Caída del Muro y el surgimiento de otros muros europeos, la moneda única, las diferentes guerras balcánicas, las faltas de consensos europeos en algunos temas fundamentales, la Yihad en el continente... son tantos los temas que hasta quien se crea mas apolítico ha untado el morro en uno o varios de estos barros. Como lector uno no se cree todo lo que lee de cualquier libro sin pensarlo antes. Lo importante de este libro son dos cosas: no todos hablan con conocimiento de causa de primera mano, y lo segundo que es una mirada formada intelectualmente, con cierta experiencia y emotividad positiva hacia el bien común que es Europa. Por supuesto que es una mirada subjetiva, como todas, pero esta merece la pena: es positiva, no miente, ni excluye y no insulta. Es una mirada educada, fuera de los focos mediáticos que todo lo tergiversan. Merece la pena.

Una de las premisas que ilustra el autor es que hay individuos que claramente marcan el devenir de la historia hasta hoy mismo, en contraposición al protagonismo de masas o movimientos o tendencias de la historias más o menos conocidas. Esto consigue que el texto no divague en teorías o ilusiones de la realidad: el autor ha ido ha buscar las preguntas que personifican esas personas a cada rincón de Europa, lo que no significa que haya dado con las respuestas. Esas se las deja al lector, y cada uno sacara no una certeza probablemente, pero si algo que se le vaya aproximando.

jueves, 24 de octubre de 2024

LOS SEÑORES NOS MANDARON AQUÍ, de Elin Anna Labba

LOS SEÑORES NOS MANDARON AQUÍ, de Elin Anna Labba


La autora es descendientes directa de la deportación infligida a los sami, los pastores de renos escandinavos, desde Noruega, donde no los querían tener, hacia Finlandia y principalmente Suecia, donde los siguieron reubicando a conveniencia de las autoridades hasta los años 50 del siglo XX. ¿Es que eran menos noruegos que el resto? En absoluto, pero alguien decidio, en las altas esferas del reciente estado noruego moderno, independizado de Suecia en 1905, que no lo eran despues de llevar alli un tiempo inmemorial. Un proceso que comenzó con acuerdos bilaterales entre Noruega y Suecia en 1919.  Dijo alguien que un patriota es el que ama a su patria, y un nacionalista el que odia la patria de otros. Parece ser que esos otros eran samis en este caso. Por  ejemplo, para los que hayan estado en Tromso de vacaciones como yo: hay unas pistas de esquí iluminadas en invierno para que vaya la gente de la ciudad y se entretenga con algo durante esos meses de oscuridad. Pues arriba, cerca de un hotel, tenían sus cabañas la familia de la autora antes de la deportación. Cosas del nacionalismo, y del capitalismo.

Nunca contaron ni con las necesidades ni las opiniones de los sami: perdieron sus casas, sus pastos, sus cementerios con sus antepasados. Perdieron familia, perdieron renos durante los años de traslados. Y allá donde llegaron no siempre pudieron establecer una reagrupación familiar, sino que bajo amenazas, se hicieron sedentarios donde los obligaron. Fueron mal recibidos por las comunidades sami que encontraron por el camino porque rivalizaban en pastos y otros recursos. El idioma era distinto. Eran ciudadanos de menor categoría: inferiores en dignidad y en derechos. 

La autora se basa no sólo en archivos estatales, sino en los recuerdos de los descendientes. Ella es una de ellos. Y trata de imprimir al texto la sensibilidad de aquella gente, su amor por la naturaleza, su identidad basada en los arroyos, las montañas, los abedules, los renos... con todo aquello con lo que compartían su vida. Con ese mundo del que dependían y se habían entregado con gusto. Sin querer ser otra cosa. Pero por eso mismo eran un estorbo para esos comerciantes, agricultores y ganaderos que necesitaban su territorio para prosperar. La mano derecha de esta gente, del progreso capitalista, era la administración estatal. Deshumanizando a una parte de su misma sociedad, la expulsa cuando le estorba. El 'progreso' siempre tiene un precio.

El tono del libro es un sentimiento de lamento, un mirar atrás imposible de recuperar si no es poniendo nombres y apellidos a esta gente maltratada. Todo muy documentado, las cartas de los afectados tienen un gran valor. Se lee muy bien, aparecen muchas fotos de la época, y hay mucho corazón puesto en las páginas. 

martes, 22 de octubre de 2024

LA TRILOGIA DE TORA: LA CASA DEL MIRADOR CIEGO, LA HABITACIÓN MUDA, EL CIELO DESNUDO. De Herbjorg Wassmo

LA TRILOGÍA DE TORA, de Herbjorg Wassmo


LA CASA DEL MIRADOR CIEGO, 
LA HABITACIÓN MUDA, 
EL CIELO DESNUDO



Novela ambientada en la década de los 50 en algún punto de la costa noruega, una isla cercana a las Lofoten, cuando el país no era tan rico como ahora. Una Noruega de educación escasa, de suciedad medioambiental y precariedad laboral. Un país difícil de imaginar viéndolo ahora La gente pobre lo pasaba mal, y entre ellos están Tora y su madre Ingrid. El primer tomo se publicó en 1981, y los siguientes poco años después. Es un clásico de las letras nórdicas, muy premiado.


Es una novela contemporánea de mujeres sobre todo, que tiene a una familia, la de Tora, por protagonista. Contemplar a sus tíos Rakel y Simon, pero sobretodo a ella, la hermana de su madre Ingrid, es una delicia. Y una de las cosas que más me gustan de esta novela, y de cualquier novela, es que las páginas van pasando y los protagonistas vuelan solos, son más que la tinta sobre la celulosa, mas que la intención del autor, sientes que son alguien que te podrías encontrar por la calle. Y eso me ocurre muy pocas veces. De hecho, la historia empezó por el interés de la autora en las mujeres noruegas que se unieron a soldados alemanes por amor y el por la vida que llevaron después ellas y sus descendientes. Pero parece que esa historia tomó en seguida un vuelo propio.
 
Tora está deseando liberarse de una culpa, lleva esa mancha heredada de quienes debían protegerla, los adultos, especialmente algunos hombres cercanos a ella.

El papel de Henrik, su padrastro, es el de amargar la vida de todos, y a veces lo consigue incluso cuando pasan temporadas sin tener noticias de él. El núcleo de la tragedia de Tora tiene que ver con el, y el origen de esto está en su padre biológico, un alemán del ejercito de ocupacion nazi. Henrik es un personaje que, sólo por existir, ha conseguido que la felicidad de algunas mujeres sea una esperanza vana. 

El libro se vende como una historia en que la pederastia es el tema central, donde Tora vive una situación insoportable. Y desde luego que esas escenas, sin recurrir al melodrama, impactan por la mesura de su descripción del hecho y el impacto en la vida cotidiana de Tora. Sin embargo el libro es más que eso. Es la historia de su madre Ingrid, casada con el detestable padrastro de Tora, y la de su tía Rakel y su esposo, y las penalidades de una población noruega: ahí está la prole de Elisif, amenazada de acabar dispersa porque ella apenas puede mantenerlos.

Desde el principio en que se expone, Tora ha verbalizado su peor y más íntima experiencia en una palabra: peligrosidad es la sensación constante del primer tomo de la trilogía. Como círculos concéntricos, a su alrededor, se expanden otros conceptos también problemáticos para una adolescente, en este caso la sexualidad. Otro círculo más que se expande es la relación hija-madre, por un lado, y con el padrastro del otro lado.  Otro tema son las transformación corporal de niña a mujer a lo largo de la trilogía. En general, las protagonistas mujeres sufren la humillación cotidiana de negarles el derecho a sentirse orgullosas de sí mismas. Y esto lo consiguen sus maridos, también un poco humillados, aunque el caso de Simon se va a desarrollar en los dos siguientes libros como un ejemplo esperanzador. 

Tampoco es una historia muy transgresora, más bien evidencia un discurso algo conservador pero real en tantas ocasiones: el pecado de los padres persigue a los hijos. Y ése pecado mancha tanto que distorsiona la verdad, la retuerce. Todo lo que está impregnado del sabor rancio de ese pecado que parece heredar o reproducirse de Ingrid a Tora, pero con más violencia aún. Convierte la sexualidad en un tabú, y la desgarra por dentro física y emocionalmente. La peligrosidad. Sin embargo, la tercera parte de la trilogía da un mensaje esperanzador pues Tora logra sobreponerse a tanto dolor con la madurez que va adquiriendo cuando abandona el hogar materno y el pueblo que la vio nacer y crecer. Es importante para ello que Henrik, el padrastro, entre en la cárcel en la segunda parte del libro. Tora está mucho más liberada de espíritu y sensaciones, se hace más preguntas acerca de la vida como adolescente que es, busca más la opinión de su tía pero también de otras personas fuera de la familia.

Otra moraleja es que nadie escapa a su destino según su nivel de pobreza, que es poco o mucho. Tora es muy pobre y muy desgraciada, con tendencia a las ensoñaciones puntuales que la liberen de su padrastro por un rato. A veces es una novela muy coral. También entran en juego las adversidades naturales de un clima extremo y un lugar muy expuesto a los azotes del océano: naufragios, galernas, incendios... El olor a heno cortado, a lluvia y tierra mojada, al sudor de los cuerpos que regresan a casa tras un día trabajando, y los momentos álgidos: una tormenta, las ganas de hacer pis en la iglesia, cosas que marcan su infancia y adolescencia en un remoto pueblo.

El matrimonio Simon-Rakel, los tios que Tora admira, es el contrapunto con el resto de relaciones entre personajes. Que gana importancia hasta casi el final del libro 

Al comienzo del libro 3 comprobamos cómo la salud mental de Tora se ha deteriorado con las consecuencias de la última violación que sufre: un aborto. Cuando se descubre todo, también descubrimos lo aislada que se estaba quedando para protegerse de cualquier opinión. El contraste entre Simon y Henrik,  cuñados, se va haciendo cada vez más elocuente. Y aunque así lo sea, se pueden establecer varios paralelismos más entre personajes que dan a la narración un sesgo cada vez más polarizado entre el bien y el mal, entre actitudes opuestas como la resignación de Ingrid o el cabreo de Rakel. Lo leo y me siento en un oleaje de emociones cada vez más fuertes y enfrentadas. Contrastes como la casa de los Berg y la de la señora Karlsen.

Muchas frases las releo solo por repetir el placer de habérmelas encontrado por primera vez: "El reloj latía en su rincón como un corazón obstinado."
"Sus ojos eran como fogatas dentro de su cabeza, pero no enviaban señales al exterior."

El final de la trilogía es un muy curioso proceso de maduración psicológica por el que aprender a vivir no solo desde su dolor, sino que aprende a empatizar con las personas que también arrastran problemas desde siempre. Es un final del proceso de sanación de Tora largo, a veces demasiado ensimismada en sus sensaciones para mí gusto, pero que deja un buen sabor de boca después de tanto dolor.




jueves, 17 de octubre de 2024

AURORAS DE MEDIANOCHE, de Luís Pancorbo

AURORAS DE MEDIANOCHE, de Luís Pancorbo



"Laponia no solo es distinta a los demás sitios, sino que parece diseñada para vivirla intensamente con los ojos."
El libro nos explica el por que de esta afirmación en primera persona. Y lo dice alguien que se ha pateado el planeta: por ejemplo, fue el primer español en pisar el Polo Sur.

Puede que el relato sea la mezcla los muchos viajes del autor a las 4 naciones que comparten el espacio de Laponia, pero el tiene por referencia la parte finlandesa de todo este territorio. Las otras son Noruega, Suecia y Rusia. A todas les dedica menos espacio en el libro: el espacio para los samis rusos es muy peequeño por la dificultad para viajar alli que los rusos ponen, y porque el gobierno sovietico los machacó culturalmente. En el libro, Pancorbo aparece en Semana Santa de un año cercano, y decide hospedarse con familias conocidas en sus campestres casas rodeadas de nieve reluciente de primavera, renos semisalvajes, bosques de abedules de parques naturales y mucha tradición finlandesa. Hay muchos rastros del folclore lapon en las costumbres de esta gente, mezclados con una vida más sedentaria que nunca para estos habitantes de la taiga. Como el contacto con ellos es personal, Pancorbo nos detalla con un estilo propio y muy respetuoso los restos mitológicos que quedan en sus costumbres, los platos más característicos de su cocina, las opiniones sobre las películas que los retratan. Se notan el disfrute calmado de este periodista en estas tierras, sin correr hacia objetivos concretos como es propio de su profesión. Prefiere que el viaje fluya entre observaciones de lo que ve, los pensamientos de lo que presiente y la voz de los que son de allí. La vena antropológica de Pancorbo, junto a su oficio de periodista, le dan el carácter propio a este libro.

Relaciona la celebraciones de la llegada de la primavera, Vappus, con Walpurgis, y las relaciona con mitos paganos. Es decir, explicar muchas costumbres populares de los finlandeses y de los sami, de esas difíciles de imaginar en el sur de Europa por la gran distancia cultural que nos separa. Tal vez sea ese el objetivo, y los mas interesante de este libro contado desenfadadamente y con conocimiento de causa por Pancorbo. Es un libro para los que gustan de distancias culturales bien explicadas, contrastadas con las del propio autor, que son las del lector tambien: la noche de San Juan, Pentecostés, Semana Santa son parte de la cultura y el folclore español y finlandés, y se parecen solo en el nombre, y eso es lo interesante. Es tan diferente como una boda al aire libre en ambos paises: si en España llueve, nos refugiamos. Si en Laponia nieva, allí se continua. Otro tanto pasa con el mítico Joulu Pukki (literalmente Carnero de Yule), el señor de los bosques lapones que viene volando en trineo. Fuera de aquí está transfigurado como el engendro comercial Santa Claus o Papa Noel. 

Por ello este libro es una colección de momentos únicos en Laponia: la ruska, u otoño tan peculiar en aquella región; el kaamos, o el poder de la noche en los días invernales, sin luz, más profundos; el sininen hetki, o momento azul, cuando el ocaso lo tiñe de azul ( y no de dorado), todo lo que vemos; la tulva, o época del deshielo; etc.

La otra mitad del libro está dedicada a las otras Laponias: la rusa, la noruega y la sueca. La experiencia rusa es corta, conoce a un sami ruso que le introduce en las tradiciones del bosque y los renos, pero para saber más debe ir a ciudades como Murmansk donde el conocimiento de lo que llegó a ser esta gente antes de la llegada de los soviets es interesante pero, lamentablemente, museistico: tanto la URSS, como las tropelías nazis, como la vuelta del Ejército Rojo, destrozó a esta gente sami porque fueron parte del paisaje del campo de batalla entre contendientes ya desde la Revolución Rusa. Los redujeron a vidas colectivistas alejadas de su estilo nómada y natural. Recuerda a como acabaron los indios de Norteamérica, enfermos, alcoholizados y deshumanizados por perder sus raíces, pero sin ni siquiera dueños de una reserva actualmente porque no poseen ningún tipo de autogobierno. Es una historia que merece ser leída. Tampoco es que un extranjero tenga libertad de movimientos para enterarse de todo incluso para un periodista después de la caída de la URSS.

La Laponia noruega es más descriptiva, se adentra en los fiordos y los samis que viven en sus costas, además del carácter fines y de frontera de las pequeñas poblaciones que rodean Kirkenes. Los recuerdos de la guerra, los restos arqueológicos de los samis. 

Y luego están los lapones suecos, la descripción botánica de su espacio  acompañando a Linneo.

Al final hay un capítulo recopilatorio de los sami en general, y de las satisfacciones y pensamientos que sus muchos años de contacto le han proporcionado. Como el que finlandeses y rusos influyeron en los samis, y unos samis influyeron a otros, no sólo lo hicieron otras nacionalidades. Sigue el calendario anual de trabajos, caza, pesca, gastronomía y ganadería con renos. Continúa con lo que cuenta la historia de los orígenes del pueblo sami, los de su lengua y dialectos. Se habla de todos las fuerzas de asimilación que sufrieron por parte de los estados colindantes y los fanáticos misioneros protestantes, la explotación económica, la quema de brujas, algunas películas para recuperar la identidad sami tan denostada, lo mismo que las canciones del estilo yoik y la literatura.  

lunes, 30 de septiembre de 2024

CUENTOS REUNIDOS, de Kjell Askildsen

CUENTOS REUNIDOS, de Askildsen Kjell

Alguien ha comparado los cuentos reunidos aqui por Askildsen con lo que se contempla en un cuadro del pintor estadounidense Edward Hopper: gente un poco perdida y desconectada, huraña a veces, introvertidos siempre.

Aqui tenemos diálogos podados de comunicación real, protagonistas de edad madura o más que madura, es decir, muchas veces viejos renqueantes. Gente que intenta pasar desapercibida cuando se cruza con alguien. O encuentros desagradables con gente que se intentan evitar a toda costa. Preguntas sin responder, silencios que cortan el ambiente. Y una sexualidad de los protagonistas que es problematica, un deseo que, mas que insatisfecho, no se sabe muy bien qué hacer con él. ¿Por qué no contestan estos personajes? Porque sienten un abismo bajo sus pies. Ya no es que sepan decir algo, es que no se sienten seguros del terreno que pisan, el suyo propio, y tratan de huir, quedándose en el sitio pero sintiéndose a miles de km como un alivio temporal. La tragedia de estos personajes es que, aunque no lo quieran, siguen allí, escuchando preguntas, sintiendo las súplicas ante esta falta de comprensión entre ellos mismos y su interlocutor. 

Otras veces no es que se omita la respuesta, es que es como un puente entre dos orillas que se hunde repentinamente. Es una pregunta que queda en el aire y culmina la tensión del difícil diálogo o del estado de ánimo, entre agresivo y desolado, de la pareja contendiente, ya sean matrimonio, hermanos o una relación estrecha. 

Los momentos de cercanía entre un hombre y una mujer suelen dar lugar a descubrimientos incómodos de la pareja. De esos que la rutina de la convivencia ha aumentado desmesuradamente y que constituyen un obstáculo casi insalvable cuando se hacen evidentes, imposibles de evitar. 

Se va al grano de las situaciones domésticas que se desean describir, no hay divagaciones ni más digresiones que las que los protagonistas de cada cuento transmiten al lector.

A veces, parece que el personaje de proyecta edad se repite en diferentes cuentos. A veces, las conversaciones padre hijo son una partida de tenis en la que cada cual trata de pasarle la pelota de la culpa al otro.

Los últimos cuentos están escritos con gran fluidez entre acción y pensamientos de los protagonistas. Ocurren en escenarios casi iguales a los ya leídos. El deseo sexual del protagonista es algo que no puede ocultar y que incomoda a quienes se dan cuenta. Intentan ocultarse, no ser vistos desde un jardín, una ventana, y mientras ellos observan o simplemente se alejan de otras personas, tampoco están seguros de no ser vistos, oídos en su escondite físico y, sobretodo, mental. El contacto humano, en este libro es una laceración inevitable.

El regusto que dejan estos cuentos, al menos las tres cuartas partes de ellos, y en mi caso, es la incapacidad de llegar al fondo de las personas. Ciertamente que el tono de los últimos cuentos cambia, no es tan pesimista, pero tiene el aliento de quien ya se ha conformado con lo que vive, esa sensación de aislamiento en la urbe, cualquier urbe. Apenas te das cuenta que es un país nórdico: desarraigo. Parece haber una desconexión íntima con el mundo, algo que acentúa con la edad hasta acabar en la incomprensión. Las relaciones no son siempre superficiales, pero si son a menudo insatisfactorias, como caminar descalzo: a veces sobre guijarros redondos, a veces sobre trozos de cristales. 




miércoles, 18 de septiembre de 2024

KNUT HAMSUN. SOÑADOR Y CONQUISTADOR, de Ingar Sletten Kolloen

 KNUT HAMSUN. SOÑADOR Y CONQUISTADOR, de Ingar Sletten Kolloen

Hamsun es una paradoja del destino: premio Nobel de Literatura de 1920, muy conocido en vida y con unas ventas muy elevadas en casi todo el mundo hasta 1940. Sin embargo, muy pocos lo conocen. ¿Son de calidad sus libros? Siguen manteniéndose en pie al menos los que yo he leido, la Trilogia del vagabundo. Y el resto parece ser que son buenos. Fue influyente en la sociedad europea (centro y norte) durante muchos años. ¿Por que nadie lo recuerda? Porque al acabar la II Guerra Mundial, fue un apestado. Esta biografía parte ya del morbo de quien defendió a los nazis y se entrevistó con Hitler. Eso es algo que hay que entender inevitablemente si se quiere conocer al autor noruego. Pero lograrlo requiere empezar por el principio: su estricta familia, las penurias económicas y afectivas de los primeros años, su propio vagabundeo por Europa y Estados Unidos antes de acabar el siglo XIX... un personaje que nació en 1859 y muere en 1952 lo ha visto todo en la vida; desde hacer la mili con lanza hasta la bomba nuclear. Se crio con gente mayor que conoció a Napoleón y murió un año antes que Stalin. A mi, esta gente tan transversal en la historia de la humanidad me fascina. 

El autor de esta biografía, Sletten Kolloen, es un especialista en este controvertido escritor: a raíz de encontrar diarios íntimos de Hamsun en 2005, escondidos por el mismo de las nuevas autoridades noruegas tras la salida de los nazis de Noruega, profundiza en cosas que ya se sabían, pero pone de relieve a un escritor que empezó el oficio con muy poca cultura general, y muchas ganas de escapar de la miseria, de su familia y de su entorno. Un hombre provocador contra Ibsen, Bjornson y cualquiera que le llevara la contraria, un tipo que se habría un hueco en la intelectualidad nórdica a codazos, a golpes, dando que hablar, criticando y usando a todo el mundo. Un tipo despilfarrador y con un fuerte complejo de inferioridad. Un tipo gruñón, que no podía dejar de creerse el centro de Noruega y así lo exigía a su alrededor, principalmente a las mujeres de su vida. Pasados unos primeros años de lucha por la vida como un hombre de izquierdas, un rebelde contra el sistema, la notoriedad y la riqueza lo resituaron en aquellos valores en los que realmente se había criado: reivindicaba la vuelta a los orígenes, a la tierra para trabajarla, a las viejas costumbres sociales y familiares. En realidad, se va volviendo un carcamal egoísta con una poderosa connotación: vivió para escribir, todo lo supeditaba a eso, empezando por su propia felicidad. Pasa por varias fases en su vida creativa, empezó con planteamientos muy psicológicos de sus personajes, comparado a veces con Dostoievski. Pero pasa por las correspondientes crisis personales que lo hacen evolucionar hacia otros planteamientos más románticos hacia la tierra que le vio nacer, y acaba defendiendo una idea de Europa tan retrograda que se aviene a los planteamientos del partido nazi alemán y defiende la ocupación de su país cuando comenzó la guerra. Así que de esta manera, los noruegos no solo le tienen ojeriza a los alemanes (lo he leido en mas de una novela actual noruega), sino que no se lo perdonaron a su figura nacional mas internacional: Knut Hamsun. Así quedó, vetado a partir de 1945 hasta su muerte, atrapado en juicios, embargos, multas, ciego, sordo, peleado con su mujer (encarcelada por nazi).

Otra veta muy interesante del libro es explicar la Génesis de sus libros más significativos: desde Hambre, o Pan, hasta por el Por sendero que la hierba oculta, donde aún rondado los 90 años, se rió de quienes le quieren juzgar por nazi después de sortear un juicio psiquiátrico haciéndose un poco el loco. Era un escritor profundo en sus planteamientos, incisivo en su atrevimiento de hasta donde podía llegar, y con unos personajes muy bien montados.

No todo en Hamsun era blanco o negro, incluso cuando así lo quisiera él hacer ver. En seguida comprendemos que su vida da cabida no solo a cuestiones irracionales, actitudes poco razonables, sino sobretodo que asume la contradicción como elemento esencial también de la vida. Eso es algo que he visto en pocos como en el. No es escritor que trate de guardar las apariencias de lo que piensa en sus novelas. Mas bien lo piensa, y lo suelta con el arte de hacerlo entretenido en medio de la historia que cuenta.

Aunque ahora se blanquee a los vencedores, hay que señalar que en los años 20 y 30 el fascismo tenia muchos compañeros de camino y era respetado, incluso entre los vencedores de la guerra. Hamsun fue antisoviético, pero desde crio entendió en su familia las opiniones antibritánicas que escucho. Eso le caracterizó siempre. En Gran Bretaña vendió pocos de sus libros, mientras que desde sus inicios como escritor, en Alemania le quitaban los libros de las manos, por decirlo de alguna manera, ya antes de Hitler. Y eso era muy importante para él: ser leído, estar en la cúspide, tener influencia. Esta es la historia de todo lo que hizo para lograrlo sin traicionar sus muy polémicas opiniones.

jueves, 22 de agosto de 2024

MAÑANA Y TARDE, de Jon Fosse

MAÑANA Y TARDE, de Jon Fosse



La vida de Johannes comienza con su nacimiento en el Islote, y ahí se enmarcan los escenarios de fondo, naturales y sociales, que va a mostrarnos Fosse mientras seguimos los pensamientos cotidianos de un Johannes ya maduro, recién jubilado, padre, abuelo y viudo. Lo vamos a conocer en su transición a la vida y, sobre todo, en su transición a la muerte.
Es un hombre que vive con tiempo por delante aunque, paradójicamente, se le acabe el tiempo. No toma decisiones importantes, porque todo lo que tenía que hacer en esta vida ya está hecho. Añora a muchos que ya no están, gente que le ha precedido en el último paso. 
Johannes se entretiene con detalles minimalistas cada dia, sin trascendencia alguna. Una especie de preparación para un estado de ánimo un poco aletargado, más bien nostálgico: llegados a este punto de la edad, ¿se está muerto? 
Una mañana se levanta con una sensación extraña en el cuerpo, más liviano para su edad, y sus percepciones de las cosas. esas que lleva viendo toda la vida, son nuevas. ¿Qué está pasando? 
La contestación no es una sucesión de ideas materialistas o religiosas al momento de la muerte. Es solo la consecuencia de una vida sencilla, honrada y bastante humilde pero nunca vacía de cariño ni de la consideración de quienes conocieron a Johannes, incluso con sus pequeños deslices. La respuesta es una hermosa elegía a la sencillez de un pobre pescador en vida e, incluso, en la muerte. A destacar la inmensa confianza que dan 40 años de amistad con Peter, el dejar ir a,Signe aunque sea muy a su pesar, los deseos apagados hacia un antiguo amor, la solidaridad con el medio del que vive que es el mar...
Son solo 100 páginas que se leen fácilmente, no como pasaba con Septologia. Un cuento largo pero breve en el tiempo y muy intenso en sentimientos nada elaborados pero profundos y auténticos.

viernes, 5 de julio de 2024

LA HERENCIA, de Vigdis Hjorth

LA HERENCIA, de Vigdis Hjorth


El tema de esta novela es como el elefante en la habitación, que todo el mundo ve pero que cada uno ignora a su manera.

Me refiero a las relaciones dentro de la familia,  esas que son como una corriente subterránea tranquila y otras veces suponen un caudal tempestuoso que acaba llevándose todo por delante. En el caso descrito en este libro, apenas hay situaciones intermedias. No es una novela amable con el lector, sino que lo expone a la violencia estructural dentro de las familias, y al drama de los efectos en la salud mental que eso provoca con los años.

Para Bergljot, la segunda de cuatro hermanos (Bard, ella, Astrid y Asa), estas historias no prescriben. No hay reconciliación con la familia si, al menos, no es posible sacar lo que se lleva dentro, aunque no guste ni a una misma contarlo. Escribe su relato con 50 y tantos años, calculo yo, y lleva cortando con la familia desde los 30 y pocos. 

Lo que empieza por un mosqueo de buen tamaño porque a Bard, el mayor de los cuatro hermanos y el único varón, le ningunean parte de su herencia en favor de sus dos hermanas pequeñas, deja a la narradora, la segunda por orden de nacimiento, con el melón de las discordias abierto y rezumando agravios y desacuerdos. Cada hijo a tomado derroteros propios en la vida: el desapego de los dos hijos mayores hacia sus progenitores, las relaciones extraconyugales de algunos personajes y lo problemático de esa situación. Normalmente son mujeres enganchadas a hombres también casados que, pronto se ve, no las aman. Mujeres que desean ser madres para no ser hijas... y cuando consiguen algo de ser mujer, se avergüenzan. Pero la herencia es lo que les reposiciona a todos: muere el padre y el drama alcanza cotas donde casi es imposible respirar el aire familiar.

Con la herencia material va la espiritual, los rencores, los remordimientos y los favores y lisonjas de las hijas hacia los padres para llevarse la mejor parte de la herencia. Está el profundo rencor por asuntos que tardan en revelarse, y que hacen que, por ejemplo, Bergljot no haya visto a su madre en 15 años. Pero también el miedo imposible de controlar ante la posibilidad de una conversación telefónica o un encuentro cara a cara con la madre o el padre. ¿Qué ha pasado para llegar a este punto?

El tipo de expresiones de la protagonista son un poco maximalistas, no suele haber término medio entre estar bien o estar mal. Nos narra, sus miedos e inseguridades, todas su imaginación desbocada acerca de lo que supone que hacen o piensan los demás para perjudicarla. Si hasta entonces su vida ha ido tirando es por su capacidad para reprimir todo esto.

El carácter obsesivo con que Bergljot se lo toma es digno de leerse. Porque todo esto sale de sus recuerdos, es decir, de su mente. Ante la evidente falta de comunicación, de los recuerdos ella obtiene consecuencias bastante discutibles, porque son del tipo que tiende a disculpar los agravios de la familia o a criminalizarles; no hay término medio. Es otra forma de reprimir lo que verdaderamente siente. Porque conforme avanza el libro, resulta que Bergljot tenía razón. Entonces, la clave de esta obra está en la represión que ejercen los demás sobre ella y la autocensura que se impone para no liarla y perder a la familia, padres y hermanos, guardándose una experiencia traumática de relación con sus padres que le obliga a acudir durante años a un psicoanalista.

Hay un punto de inflexión que hace tambalearlo todo: es la muerte del padre, el principal obstáculo en la vida de Bergljot. ¿Qué pasó entre ellos?

El siguiente giro argumental viene con la reunión de madre e hijos, muerto el padre, ante lo que para nosotros es el notario y para los noruegos el auditor: hay un balance de cuentas de la fortuna del padre que Bergljot convierte en un ajuste de cuentas con todos: es decir, al final, la lia. Se ha convencido de que es la última oportunidad de hacerlo tras dar un montón de signos exteriores a su familia durante años de que mantendrá la boca cerrada. Es algo que temen en la familia, incluso sus amigos, que saque a la luz aquello que pasó, por eso la tratan como poco menos una mujer alterada psíquicamente. 

Es un dilema moral gordo y nada raro: ¿tiene derecho Bergljot a pedir lo que pide? ¿Debe exigir un reconocimiento del daño sufrido por su padre cuando tenía siete años? Me gusta por la contestación de la madre, porque ahí queda reflejado el poder tan grande que ejercen los padres sobre los hijos, capaces de culpabilizarlos de sus propios errores como padres para salvar su dignidad sin importarles cómo van a convivir esos hijos toda su vida con esa culpa que no lo es, una culpa que, ni moral ni jurídicamente, se merecen. Esas actitudes de culpabilizar a la víctima, de los padres a los hijos, continúan hasta que una de las partes muere, generalmente los progenitores. Sólo por eso, merece la pena leer este libro. La pelea madre/hija es un buen drama. La manipulación de la madre sobre Bergljot es brutal. Los celos entre hermanos son hábilmente utilizados. 

Incluso sin llegar al sufrimiento de Bergljot, Bard también expone los motivos muy justificados de sus quejas. Ambos viven infiernos propios.

La posición de las hermanas menores depende del humor de la madre octogenaria, por lo que este personaje es central en esta historia con su pasado nada envidiable pero decididamente voluntario. Yo diría que Bergljot siempre pensó aquello de arrieros somos y en el camino nos veremos. Y ése momento ha llegado, o mejor dicho, estallado.

Para justificar todo esto Bergljot hace regresiones temporales a acontecimientos que refuerzan sus malas sensaciones, sus ideas negativas respecto de su familia, y el costo personal que todo esto le ha acarreado. Contado como si tumbada en el diván del psicoanalista estuviera, porque también hay bastante de las teorías de Freud y Jung a la hora de desentrañar el lío familiar. Se interpretan sus sueños, se prefiere a Jung. Los momentos más traumáticos de sus recuerdos se cuentan con una sintaxis levemente diferente, pero si el libro te engancha como a mí, la lectura sigue a velocidad de crucero. Y por salir, sale hasta San Sebastián. Oslo, donde todo ocurre, apenas sale como ciudad: nos sentimos en cualquier enclave de occidente.

Otra enseñanza importante de esta historia: pedir ayuda, hablar con terceros que te confirmen que no estás loca.

El siguiente giro argumental viene por el descubrimiento de una carta del padre. Es entonces cuando también nos enteramos en detalle de eso que cambió la vida de Bergljot desde los 7 años... no hay truculencia ni sensacionalismo, sino empatía por situaciones dolorosas y, lamentablemente, más numerosas de lo que parece. Y por supuesto, Vigdis Hjorth se ha metido en un jardín que casi todos procuran rodear o tocar con un palo largo. Ella lo ha hecho con una novela redonda y casi necesaria.

Como no podía ser de otra manera,siguiendo el curso de una situación así, se contempla la posibilidad del perdón. Pero, tal como están las cosas, y las diferencias establecidas en las conductas, ¿quién debe perdonar a quien? Todos desean ser comprendidos, más que perdonados. Sólo Bergljot es la agraviada y termina el libro expresándolo con bastante certeza en su tercer enfrentamiento, esta vez con su hermana Astrid.

miércoles, 3 de julio de 2024

EN NORUEGA, de Leon Lasa

 EN NORUEGA, de León Lasa

Tenemos un libro que va de menos a más, saliendo de Bergen a Kirkenes, cerca ya de Rusia, en singladura con el famoso crucero Hurtigruten, el expreso de la costa noruega que conecta las poblaciones con mayor comodidad que las tortuosas carreteras costeras entre la filigrana de fiordos y picos afilados. En medio, se da un descanso de 10 días en las islas Lofoten. Y desde Kirkenes, ya en territorio sapmi, se introduce en el norte finlandés. En lo poco que llega a ver y comprender de la cultura de los sami, gente que se ha conocido siempre, un poco despectivamente, como lapones, comprende que de todas las informaciones aprendidas previas al viaje, se ha dejado la de los samis. Como el autor confiesa, merecían más atención.

León Lasa viajó a Escandinavia allá por 2009. Si lo hubiera hecho con la conmoción de la matanza de Utoya en 2011, no se si hubiera cambiado mucho sus apreciaciones turísticas, pero seguro que aquel suceso estaría incluido, de alguna forma, en la visión que se tiene aqui del pais. Creo que eso nos ha pasado a todos. Por muy perfecta que sea la naturaleza cuando se viaja por Noruega, también se intuyen puntos de conflicto entre la naturaleza y el hombre, como advierte Lasa cuando habla del poder de las empresas petroleras y gasísticas en el norte, los cambios producidos en el deshielo ártico, o la famosa historia de la presa finlandesa en territorio sapmi de la que hasta hay una película en Filmin (una historia que recuerda un poco a la nuestra con Riaño). Tal vez no advierte ese malestar que muchos noruegos albergan hacia el sistema de bienestar. Visto desde un español que parte de unas garantías estatales mucho más pobres en su país de origen, es algo que tampoco se entiende bien a primera vista. Pero no es el caso de este libro, como digo.

El relato empieza con los días en el Hurtigruten, haciendo visitas exprés de esas en las que te sueltan para decir después que has estado en tal sitio, te hicistes fotos y no hubo más remedio, para enterarte de algo, que contratar una visita guiada a todo trapo en el poco tiempo que te da la organización del barco si no quieres que se te escape. Viajar para enterarte de lo que ves, escuchas, hueles y deduces en un viaje requiere tiempo, y conforme Lasa se lo va tomando al margen del crucero, el relato gana en profundidad. No es del todo un ingenuo turista que va de aqui para alla, siempre en medios de transporte públicos, a ver que ve o que le ofrecen, sino que ya ha leído bastante y viene informado, lo que no quita que el paisaje le sorprenda, la gente le de opiniones acerca de cualquier tema, dentro de la reserva típica de los noruegos y finlandeses. Es ahí donde gana el relato, aporta datos y conocimientos que desconocemos y pueden gustar al lector: el conductor de autobús en Lofoten, el dueño de una cabaña en alquiler, la recepcionista de un hotel, alguien que pasea. Incluso con la gente del crucero, hay diferencia entre quien viaja por trabajo de una población costera a otra y quien se toma unas vacaciones. La forma de vida de los paisanos es otra de las preocupaciones de Lasa, o lo que está haciendo en cada momento, cómo ve las cosas típicas de la vida, con la masificación del turismo. Al final del viaje ya va soltandose y haciendo algunas preguntas que no sabe si incomodarán, por eso digo que el viaje va de menos a más. Va aguzando sus observaciones. También contrasta lo que va viendo con sus propias opiniones traídas de España. Por eso se agradece esta honestidad de viajero, donde el hombre llega hasta puede sin inventarse lo que le hubiera gustado vivir y no pudo. Por supuesto que podría haber aprovechado el viaje de otra forma, pero es la que él ha elegido por sus propios intereses, y eso hay que respetarlo.

Lo mejor y más evidente que se puede decir de su experiencia es la cantidad de belleza recibida a cada dia que avanza por una naturaleza portentosa, aún bastante virgen para lo que estamos acostumbrados más abajo del continente. No se detiene mucho en describirla, pero me parece que es lo que más le seduce. Es lo que me atrajo principalmente de este libro, y puedo darle la razón por experiencia propia. En ese aspecto, su viaje es desde la ventanilla de un camarote, desde la borda del crucero, desde el asiento de un autobús casi vacío, algunos paseos por caminos fáciles cuando se toma unos días en una población, etc, en una época del año sin las manadas de turistas dando vueltas por los mismos sitios.

martes, 2 de julio de 2024

EL LIBRO DE LOS NOMBRES, de Simon Stranger

 EL LIBRO DE LOS NOMBRES, de Simon Stranger

Aunque parece que el mundo noruego es una historia apacible en comparación con la historia de otros países, la verdad es que tienen sus puntos oscuros. Aquí tenemos la historia de una familia judía, los Kommisar, con un poco de mala suerte. Cuando el país fue invadido por Alemania, la familia del autor, Simon Stranger, escapó a Suecia, país neutral. Pero como al principio no fue una ocupación a sangre y fuego, algunos miembros de la familia volvieron confiados a Trondheim. Y se equivocaron, porque poco a poco los judíos noruegos fueron desapareciendo, primero internados allí mismo y luego deportados a los campos de exterminio alemán. Eso pasó con el patriarca de la familia, y es una de las historias que se cuenta, la de una familia que salió a principios del sXX de la Rusia zarista por los pogromos, se asimiló bien al mundo noruego, y algunos acabaron sucumbiendo a los nazis. Otros fueron capaces de volver a Suecia por vías de escape a través de los bosques y burlando la vigilancia de la frontera, eso también se cuenta. Posteriormente la historia llega hasta nuestros días, con lo que se nos muestra tres generaciones de esta familia, los adultos que lo sufrieron, los chavales que sobrevivieron y sus descendientes que, es el caso de Simon Stranger, se picaron con detalles sueltos que sabían y se dedicaron a averiguar toda la historia. Hay que decir que la ha escrito bien y que merece la pena ser contada. 

Porque ahora viene ese punto oscuro de esta historia, la piedra en la que tropezaron todos estos judíos del sur del país, más todos aquellos patriotas que militaron en la resistencia contra el invasor (a veces veo series noruegas en las que se hacen chistes sobre los alemanes con respecto a aquel tiempo, parece que no se los perdona aun en la cultura popular, y tampoco me extraña). Esa negrura en la historia de Noruega se llama Henry Rinan, y aquí está la parte más atrayente del libro, la de un colaborador a "full time" con los nazis y muy entusiasta de los métodos más expeditivos de la Gestapo. Rinan fue un tipo lleno de complejos, un trepa de los gordos que no veía sus esfuerzos rindiendo como creía merecer. Así que se paso a los malos, aprendió aun mas de ellos y se dedicó a espiar las vías clandestinas de escape a Suecia, a descubrir alijos de armas de la Resistencia, a destapar agentes y desafectos al nuevo régimen, a descubrir a judíos escondidos, y a torturar a cualquiera de todos los citados, y alguno más. Reunió una banda de hombres y mujeres sin escrúpulos en una chalet de una zona tranquila a las afueras de Trondheim. Al ser Noruega uno de los países donde la ocupación duró hasta casi el final de la guerra, Rinan tuvo tiempo más que de sobra para ser odiado. Parece que tampoco esto le importaba mucho, era parte de su nómina. Al volver el gobierno legítimo en 1945, no logró a escapar a Suecia, lo apresaron y acabó como debía acabar. También se cuenta el final de algunos de sus principales colaboradores. 

¿Cómo llegó el autor a interesarse por esta historia? Porque la familia de su mujer, al poco de acabar la guerra, compró esa casa, donde Rinan había torturado y matado a tanta gente, sin saberlo. Fue traumático. Segundo porque el patriarca de esa familia y un hijo suyo acabaron muriendo en un campo de exterminio, posiblemente con alguna intervención de Rinan en la captura.

Del asunto de Rinan no hay mucha documentación porque los nazis no estaban para dejar rastros tras su huida, y Rinan quemó sus documentos. El resto son historia de la familia. Por tanto, la forma de narración es la de novelar los hechos con una particular incidencia en la personalidad del malo de esta historia, humanizando con ello a esta bestia para imaginar qué le pudo llevar a ser lo que fue, sus motivaciones, sus ideas, sus deseos. Lo que menos me ha gustado es ese visible esquema en forma de diccionario, donde cada capítulo empieza con una letra del abecedario y palabras que empiezan con ella para hablar de un tema y desarrollar con ellas distintos argumentos dentro de cada capítulo. A otros puede que les guste. Tampoco es que me haya estorbado para apreciar la historia, que merece la pena dentro del ya muy saturado género de nazis, II Guerra Mundial, etc.

sábado, 29 de junio de 2024

HOMBRES EN MI SITUACIÓN, de Per Petterson

HOMBRES EN MI SITUACIÓN, de Per Petterson 


Tenemos a un hombre todavía joven, antiguo obrero de una fábrica de Oslo, pero ya un reconocido escritor, que en algún momento ha obtenido una beca para poder terminar el libro que refleja la vida caótica en la que está viviendo. Es Arvid, y su forma de vida últimamente consiste en conducir su coche, vivir a ratos en él cuando no soporta las cuatro paredes de su casa, y sobrellevar el año que lleva separado de su mujer, Turid, y sus tres hijas. Un desastre interior visto como él nos hace ver. Y en eso, al comienzo del libro, su mujer le llama pidiendo ayuda en una situación extraña e inexplicable, por decirlo suavemente. Puede parecer que  estoy revelando el argumento, pero para nada: esto es solo muy al comienzo. El protagonista mismo parece ser sincero y concreto consigo mismo, es 1992. Está escrito años después con 38 años

Hay algo más que tiene a Arvid hundido, el famoso incendio de un ferry. Aquello fue difícil de superar por la muerte de parientes cercanos. Pero las diferencias con Turid vienen de más lejos, es la separación de gustos por ciertos asuntos: mi música, tu música, mis amigos que no son los tuyos... parece que en realidad, no se soportan pero sin llegar a conductas agresivas. Y el sentimiento de culpa, las dudas y el propio reconocimiento de su falta de hombría lo tienen anímicamente hundido. Es todo lo contrario al típico hombre maduro seguro de sí mismo. De esta desesperación nace un mundo propio, algo obsesivo hacia su exmujer Turid. Un relato triste, deprimente en general como lo es en la ficción el propio Arvid. Así se lo comentan otros personajes respecto de sus libros. Le zarandean en una discoteca, cualquiera le pone mala cara, y el se deja e incluso lo justifica.

A veces, dentro de una de las historias que cuenta, repite un detalle como si no supiera muy bien cómo interpretarlo. Sucede en momentos un poco humillantes para él. Retrata un poco más ese carácter apocado de Arvid, que parece desquitarse de ello acostándose con toda mujer que le llama la atención, o al menos intentándolo. Diría que algunas se acuestan con él (o lo intentan) por pura pena. Las relaciones con las mujeres suelen estar bien contadas, a veces son encuentros casuales que le desarman y le dejan con sensación de no haber cumplido como debía ni en la cama ni fuera de ella.

Una de las cosas que más me llama la atención es ver cómo cuando desarrolla un recuerdo, el mismo te cuenta cómo se vino abajo anímicamente. Cómo afectó eso a las personas que acompañaba (principalmente sus tres hijas cuando le visitan), como le alejaban de la gente estas situaciones. La huella de su exmujer es un hueco a su lado mucho más grande que él, un pozo por el que cae sin misericordia alguna ni autocompasión. El no podía entrar en el grupo de amigos de su antigua esposa, "los coloridos" como los llama por su atuendo vistoso. No está en su gris naturaleza.

En el libro Oslo tiene mucha significación porque Arvid no para quieto: se mueve por todos los barrios de la ciudad. Para él tienen su propia personalidad, pero a la mayoría de los no noruegos seguramente es algo que se nos escapa. 

¿Por qué le pasan estas cosas? ¿Por qué hace justo lo contrario de lo que pretende? Tal vez porque, como dice en ocasiones, "yo no era así". No deja de jugar al despiste consigo mismo, aunque es evidente que no lo logra. De eso va la novela, una historia interesante pero bastante escurridiza para contarla en dos palabras. Es un hombre en situación de no creerse feliz nunca. El tipo de gente que, cuando se le aproxima la felicidad, rehuye ese estado como si algo mas le faltara, o no lo mereciera.