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miércoles, 30 de octubre de 2019

UN PROGROMO TIPICO. LOS VENCIDOS, de Robert Gerwarth

UN PROGROMO TIPICO. LOS VENCIDOS, de Robert Gerwarth 

Imagen relacionada    "...Un caso típico de la violencia antisemita en Hungría fue el que denunció Ignaz Bing a la policía de la localidad de Bőhőnye en 1919: «Durante la noche anterior al 1 de octubre, un grupo de sesenta guardias blancos llegó a nuestra comunidad y ordenó que todos los varones judíos debían presentarse de inmediato en la plaza del mercado. Los judíos del pueblo, diecisiete en total, que eran totalmente inocentes de realizar actividades comunistas, obedecieron la orden». Una vez reunidos, «fueron apaleados y torturados y —sin ningún tipo de interrogatorio— [los soldados] empezaron a ahorcarlos». Ese acto de extrema violencia tenía como doble cometido eliminar la «fuente del bolchevismo» y demostrar públicamente lo que podía ocurrirle a cualquier enemigo que cayera en manos de la Guardia Blanca." 

martes, 29 de octubre de 2019

ESA PARTE QUE NO VEN LOS TURISTAS. EL FIN DE LA ESPERANZA, de Juan Hermanos

ESA PARTE QUE NO VEN LOS TURISTAS. EL FIN DE LA ESPERANZA, de Juan Hermanos 

Resultado de imagen de EL FIN DE LA ESPERANZA, de Juan Hermanos    "Aconsejo a los turistas que abran bien los ojos a lo largo de las carreteras o de los recorridos en ferrocarril. Esas colonias de trogloditas existen en toda España. Pero los visitantes no comprenden, si no se atrae su atención, lo que supone una pandilla de niños desnudos alrededor de una caverna. Hablé de ellos a muchos extranjeros. Les mostré muchas cosas y se quedaron estupefactos de no haber visto antes nada. Hay que saber abrir los ojos y comprender que si el gobierno no resuelve nada (después de la enérgica campaña republicana para dar solución a este problema) es que encuentra en su mantenimiento algún interés. Esas masas embrutecidas, si adquirieran conciencia de su miseria, constituirían una grave amenaza para el fascismo. Conocí a Ana en el momento en que formaba parte de un grupo de la juventud católica que venía de buena fe a echar por tierra nuestro trabajo. Para ellos se trataba de explotar el lado supersticioso de aquellas pobres gentes, para hacer de ellos un instrumento al servicio del gobierno. Era una maniobra hábil. Los desdichados jóvenes no sabían lo que hacían. Para ellos era un apostolado. Para sus jefes se trataba de preparar, con hombres fanatizados por la Iglesia, una «Vendée» contra la futura República española, como lo habían hecho los Chouans contra la naciente república francesa."

lunes, 28 de octubre de 2019

CARACTER ESPAÑOL. ORDESA, de Manuel Vilas

CARACTER ESPAÑOL. ORDESA, de Manuel Vilas 

"Llevo mucho tiempo sin beber.

En España, la ayuda que recibe un exalcohólico es facilitarle que vuelva a beber. Yo creo que en España no existe el perdón de los pecados.

De ahí que al final nadie pueda salir del alcohol en España, de ahí la expectación que despierta un exalcohólico español: a ver cuándo cae, a ver cuándo vuelve a beber.

Dará gusto verlo caer otra vez."

Ya de esta última no se levantará.

Y aplaudiremos. Y diremos: «Se veía venir».

Ese es el misterio de España por el que se preguntan los historiadores y se preguntan los hombres de buena voluntad y se preguntan los escritores inteligentes y se preguntan los intelectuales honestos: ver caer a la gente, eso nos pone a mil.

No somos buena gente entre nosotros. Cuando salimos fuera parecemos buena gente, pero entre nosotros nos acuchillamos. Es como un atavismo: el español quiere que mueran todos los españoles para quedarse solo en la península ibérica, para poder ir a Madrid y que no haya nadie, para poder ir a Sevilla y que no haya nadie, para poder ir a Barcelona y que no haya nadie.

Y yo lo entiendo, porque soy de aquí.

El último español, cuando todos los demás españoles estén ya muertos, será feliz al fin."

LA COCAINA DE LOS PAPAS. HISTORIA DEL NARCOTRÁFICO, de Guillermo Valdes

LA COCAINA DE LOS PAPAS. HISTORIA DEL NARCOTRÁFICO, de Guillermo Valdes

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Resultado de imagen de vino Mariani    "Otro producto que tenía un gran éxito era el “vino de coca”, un jarabe elaborado con pequeñas dosis de cocaína, producido primero en Bolivia (el Elíxir de Coca) después en Francia (la versión más conocida era el “vino Mariani, para cantantes y deportistas”, producido en botellas de 250 cc, con 16 grados de alcohol. Se promociona y se vende como tónico cardiaco que “cura la depresión, la presión baja, da tono a las cuerdas vocales y fortifica la laringe. Puede tomarse frío o hervido como ponche con manzanilla, eucalipto, cardo santo, wira-wira y limón, para curar resfríos e influenza. Los vendedores lo recomiendan para actividades forzosas, físicas y mentales exigentes, para caminatas, y especialmente cuando se trasnocha”. Ese vino lo consumían personajes famosos a finales del siglo XIX y comienzos del XX, incluido el papa León XIII, que envió a Mariani una medalla de oro del Vaticano con una entusiasta “aprobación eclesiástica” de la coca. Algunas crónicas de la época narran que el Papa siempre llevaba un frasquito de vino de coca que le enviaba Mariani en “actitud de cortesía”) y también en Estados Unidos, donde había varios fabricantes, uno de los cuales modificó la fórmula (le quitó el vino para que dejara de ser alcohólica y se pudiera vender no sólo a adultos) para convertirla en la actual Coca-Cola. La oferta de medicinas elaboradas con base en estupefacientes se completaba con pastillas de cocaína y cigarros de marihuana contra el asma."

viernes, 25 de octubre de 2019

LA HISTORIA DEL BUEN SOLDADO SVEJK. LOS VENCIDOS, de Robert Gerwarth

LA HISTORIA DEL BUEN SOLDADO SVEJK. LOS VENCIDOS, de Robert Gerwarth 

    "La historia mil veces repetida de que los checos en particular apoyaban a regañadientes el esfuerzo bélico imperial —una idea reflejada en la novela de Jaroslav Hašek El buen soldado Švejk (1921-1923), un éxito de ventas en todo el mundo— es sobre todo una invención de la posguerra, un mito adoptado tanto por los nacionalistas checos, a fin de hacer hincapié en su inveterado odio a la «opresión» austrohúngara, como por los nacionalistas austriacos para explicar la derrota del Ejército imperial."

jueves, 24 de octubre de 2019

EN LAS MONTAÑAS. ORDESA, de Manuel Vilas

EN LAS MONTAÑAS. ORDESA, de Manuel Vilas 

     "...Los dos amábamos las montañas: esos pueblos perdidos del Pirineo oscense de una España atrasada e inhóspita, en donde la perdición de esos pueblos serenaba nuestra propia perdición. La nieve, las rocas altas, los árboles insaciables, el enigmático sol, los ríos de los valles, las montañas siempre en el mismo sitio, un silencio imperturbable, la indiferencia de la naturaleza, eso amábamos. Amábamos la inmovilidad de las montañas. Su «estar allí». Las montañas no son, están. También nuestra vida fue estar. La existencia de mi padre fue una reivindicación del «estar» por encima del «ser»."

miércoles, 23 de octubre de 2019

EL FRAUDE DE LA DERECHA. EL ESTABLISHMENT, de Owen Jones

EL FRAUDE DE LA DERECHA. EL ESTABLISHMENT, de Owen Jones

    "No son únicamente los izquierdistas declarados quienes critican ese «socialismo para los ricos» que permea el régimen británico; también hay libertarios derechistas que lo reconocen. Douglas Carswell es un parlamentario conservador inconformista que se define a sí mismo como «libertario». Sentados los dos bajo los arcos de la bóveda de cristal de la Casa Portcullis del Parlamento, me cuenta que él se inspira en los niveladores radicales de la Inglaterra del siglo XVII. «Miro a mi alrededor y pienso en las disputas del siglo XVII: seguimos combatiendo a una élite afectada y arrogante que acumula poder y se dedica a chuparnos la sangre a los demás como una sanguijuela —me dice, hablando con ráfagas enfáticas y entrecortadas—. Y, aunque me duele decirlo, porque soy un thatcherista ferviente, sospecho que muchos de los problemas surgieron en los años ochenta. Gran parte de lo que sucedió entonces fue muy positivo, en el sentido de que hizo progresar el mercado libre, pero muchas de las cosas que creamos entonces, creyendo que iban a constituir un mercado libre, han acabado convirtiéndose prácticamente en lo contrario.» En opinión de Carswell, Gran Bretaña se ha convertido en una «oligarquía», víctima de una forma rampante de «amiguismo corporativo», que representa perfectamente el hecho de que las grandes empresas pueden «malversar partes del presupuesto de defensa a través de un sistema completamente inadecuado de obtención de recursos defensivos». Para un utópico de derechas como Carswell, esto no es capitalismo, sino más bien «corporativismo»: «Son las grandes empresas juntándose con el gran gobierno para cortarse a sí mislfíós un trozo enorme del pastel de la economía».

    Cuesta no estar de acuerdo con el análisis de Carswell, aunque su solución al problema pasaría por una reducción drástica del Estado que dejaría a la población británica completamente expuesta a las fuerzas desatadas del mercado. Sin embargo, la gente como Carswell sí que pone sobre la mesa una serie de realidades del Establishment moderno. El riesgo y la deuda se han nacionalizado y recaen en la población, mientras que los elementos de beneficio están privatizados. Pese a que la ideología del sistema abomina con pasión del estatalismo, las élites empresariales dependen por completo de la generosidad del Estado. Éste es el tronco del capitalismo moderno y es el que lo sostiene: protegiendo a las grandes empresas, formando a sus trabajadores y subsidiando sus salarios, rescatando su corazón financiero y suplementando directamente los beneficios bancarios."

martes, 22 de octubre de 2019

LA VICTORIA SOBRE EL MAKALU. LOS CONQUISTADORES DE LO INUTIL, de Lionel Terray

LA VICTORIA SOBRE EL MAKALU. LOS CONQUISTADORES DE LO INUTIL, de Lionel Terray

    "Después de franquear un resalte verdaderamente delicado, conseguimos al cabo de tres cuartos de hora pisar la afilada punta de la quinta montaña del mundo.

    La desconcertante facilidad con la que habíamos logrado vencer aquel gigante al que había consagrado todo un año de mi vida fue para mí una ligera decepción. Poco tiempo después de nuestro regreso, impresionado todavía por los sentimientos que había experimentado en la cumbre, no pude dejar de escribir estas líneas:

    «La victoria debe pagarse con esfuerzos y sufrimientos; los progresos de la técnica y la clemencia del cielo no nos han permitido obtener ésta a su justo valor. ¡Qué lejos está de mí ahora la orgullosa embriaguez que he sentido a veces cuando, tras una lucha en la que había puesto todas mis fuerzas y todo mi corazón, lograba con un último esfuerzo pisar algunas cumbres más modestas! Yo había soñado esta victoria de una forma muy diferente. Me había visto, cubierto por la escarcha, utilizando las últimas energías que me quedaban tras el feroz combate, arrastrarme sobre la cima en un esfuerzo desesperado. En cambio, en realidad llegué a la cumbre sin lucha, casi sin fatiga. Para mí, en esta victoria, hay algo decepcionante. Y, sin embargo, me veo allí, de pie sobre la pirámide ideal de la más noble de todas las grandes cumbres. Al cabo de años de perseverancia, de trabajar encarnizadamente, de sufrir riesgos mortales, el sueño más insensato de mi juventud acaba de realizarse. ¿Es por pura estupidez que me siento decepcionado? ¡Ay, loco para el que la felicidad sólo estará en el deseo, goza al menos el instante presente, déjate embriagar por este instante único en el que, suspendido entre el cielo y la tierra, casi flotando en la caricia del viento, dominas el mundo! ¡Embriágate de cielo, que es lo único que detiene tu mirada! Bajo tus pies, y hasta el infinito, emergiendo apenas del mar de nubes, a miles se elevan hacia ti flechas de rocas y hielo…».

    Como movido por un muelle de relojería, el mecanismo que de campamento en campamento, de carga en carga, nos había conducido hasta la cima, siguió funcionando perfectamente cuando emprendimos el descenso."

LA BANDA CALLEJERA MAS GRANDE, LA POLICIA. EL ESTABLISHMENT, de Owen Jones

Imagen relacionada   "Poco después de los disturbios que trajeron caos, destrucción y miedo a las calles de muchas ciudades inglesas en 2011, un estudio llevado a cabo por la London School of Economics y el periódico The Guardian reveló que muchos participantes en los altercados estaban resentidos con la policía. Aparecieron testimonios de registros humillantes y de violencia verbal rutinaria, así como una sensación generalizada de que los trataban de forma distinta por el color de la piel. Un año después de los disturbios, entrevisté al veterano trabajador por los derechos raciales Stafford Scott en un café de Tottenham. Scott me hizo mucho hincapié en que el rencor se transfería de una generación a la siguiente, dado que a la sensación de injusticia que experimentaban los jóvenes por cómo los trataba la policía se le sumaba el resentimiento heredado de sus padres y de sus abuelos. De joven, a Scott lo detuvieron y lo multaron bajo la llamada «Ley de Sospechosos», parte de la famosa Ley de Vagos y Maleantes que databa de hacía casi dos siglos y que se mantuvo en vigor hasta 1981. La ley en cuestión daba poder a la policía para detener a alguien por la simple razón de que tal vez fuera a cometer un delito. El resultado fue la criminalización de muchos hombres negros. Al mismo tiempo, durante las décadas de los setenta y de los ochenta se expulsó a grandes cantidades de adolescentes negros de sus escuelas. Tal como me explicó Ken Hinds, presidente del Grupo Haringey de Control de los Registros en la Calle: «En la comunidad negra ya hay tres generaciones que se han visto afectadas de la misma forma por los registros callejeros, lo cual quiere decir que lo que yo viví hace treinta y cinco años hoy lo está viviendo mi nieto».

    Entre los jóvenes negros a los que he entrevistado aflora un sentimiento compartido: que la policía «es la banda callejera más grande que hay». Lo inquietante es que esta clase de expresiones las usa la misma policía. A principios de 2012, el inspector jefe de la policía de Enfield, Ian Kibblewhite, advertía a los pandilleros: «Puede que en vuestra banda seáis cien, pero en la nuestra somos treinta y dos mil. Nos llamamos la Policía Metropolitana». Reflexionando sobre algunos de sus antiguos colegas, Brian Paddick dice: «Hay gente de esa generación que acabaron de criminales, y otros en la policía. Podían haber caído tan fácilmente de un lado como del otro». Y se pregunta por las razones: «¿Era por una cuestión de seguridad? ¿Acaso se sentían más vulnerables? ¿Quizá era gente que veía violencia a su alrededor y quería seguridad, quería alistarse en una banda legítima que les ofreciera protección? Las bandas criminales de hoy en día les infunden una sensación de seguridad a los jóvenes; pues tal vez esos agentes pensaban que la policía les podía ofrecer esa misma seguridad a ellos».

lunes, 21 de octubre de 2019

 ENTRE LIMONES, de Chris Stewart

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Un recorrido por el cortijo alpujarrello del autor de Entre Limones
    "Barkis tuvo mucha suerte con sus nuevos dueños. Son propietarios de una granja de conejos, por lo que suplementaban su dieta con conejos muertos. También lo llevaban de paseo todos los días por el monte de los alrededores, y los domingos iba con ellos a la iglesia. Este suave régimen le sentaba de maravilla y dejó de perseguir ovejas. Más tarde fue envenenado por unos cazadores. 

    Forma parte de la rutina de los cazadores de La Alpujarra el dejar cebos envenenados para matar cualquier animal que pueda perturbar a sus aves. Es una práctica totalmente ilegal además de cruel, y muchos perros sufren muertes horribles como consecuencia de ello. Sin embargo, son pocos los propietarios de víctimas que se toman la molestia de armar alboroto. Pero no así George y Alison. Cuando Mariano el pastor les trajo en brazos a su perro muerto se quedaron desconsolados de pena, e inmediatamente organizaron una campaña para hacer pública la atrocidad. Se elevó una petición al alcalde, se obtuvo asesoramiento legal respecto a la posibilidad de abrir procesos penales y, con la ayuda del farmacéutico del pueblo, crearon un emético para entregar gratis a cualquiera que tuviera un perro en situación de riesgo. Fue una lástima que Barkis no hubiese podido presenciar su ascenso a la fama."

    Fotografias de El Valero aqui

sábado, 19 de octubre de 2019

¿QUIEN AMA A LAS VÍCTIMAS?. ORDESA, de Manuel Vilas

¿QUIEN AMA A LAS VÍCTIMAS?. ORDESA, de Manuel Vilas 

    "El problema del Mal es que te convierte en culpable si te toca. Ese es el gran misterio del Mal: las víctimas siempre acaban en culpables de algo cuyo nombre es otra vez el Mal. Las víctimas son siempre excrementales. La gente simula compasión hacia las víctimas, pero en su interior solo hay desprecio.

Las víctimas son siempre irredimibles.

Es decir, despreciables.

La gente ama a los héroes, no a las víctimas."

miércoles, 16 de octubre de 2019

COMO EVITO ALEMANIA UNA REVOLUCIÓN EN 1919. LOS VENCIDOS, de Robert Gerwarth

COMO EVITO ALEMANIA UNA REVOLUCIÓN EN 1919. LOS VENCIDOS, de Robert Gerwarth

Resultado de imagen de robert gerwarth los vencidos    "...Ebert y otros destacados socialdemócratas estaban más preocupados por afrontar los problemas más apremiantes del momento: preparar un tratado de paz que pusiera oficialmente fin a la guerra, garantizar un suministro de alimentos adecuado para una población hambrienta, y la desmovilización de varios millones de soldados.Cada uno de esos problemas suponía un enorme desafío para un gobierno sin experiencia. Alemania acababa de perder una guerra de una magnitud y una destructividad sin precedentes —una guerra en la que habían prestado servicio más de trece millones de alemanes (casi el 20 % de la población de 1914), y con dos millones de muertos—. Por añadidura, aproximadamente 2,7 millones de soldados alemanes habían sufrido daños físicos o psicológicos durante la guerra. A diferencia de lo que ocurría en los estados vencedores de la Gran Guerra, el dilema de cómo justificar el sacrificio de un hijo, de un hermano o de un padre después de perder una guerra preocupó (y dividió) al público alemán durante años, igual que a las poblaciones de todos los demás países europeos que fueron derrotados en otoño de 1918.

    Con ese dilema como telón de fondo, el 10 de diciembre de 1918, en la Puerta de Brandeburgo de Berlín, Ebert recibió a las tropas que regresaban del frente con las famosas palabras: «Ningún enemigo os ha vencido». Las palabras de Ebert no eran fruto de ningún delirio, sino más bien surgían del deseo de conseguir el apoyo del Ejército al nuevo régimen ante la posibilidad de una actitud hostil de la oposición de derechas o de los partidarios de una revolución más radical en Alemania. Por esa misma razón, Ebert había llegado a un acuerdo pragmático con el sucesor de Ludendorff en el Alto Mando del Ejército, el general Wilhelm Groener, un acuerdo que a menudo ha sido criticado por quienes lo consideran un pacto faustiano con el antiguo Ejército imperial. El 10 de noviembre, Groener le había garantizado a Ebert la lealtad de las Fuerzas Armadas. A cambio, Ebert prometió que el Gobierno iba a adoptar medidas inmediatas contra cualquier posible sublevación de izquierdas, que iba a convocar elecciones a una Asamblea Nacional, y que el cuerpo de oficiales de carrera iba a seguir ejerciendo el control de la cadena de mando militar.

    Así pues, el cambio negociado, y no la agitación violenta, fue el sello distintivo de la fase inicial de la revolución alemana de noviembre de 1918. Eso era válido tanto para el mundo de la política como para el escenario social: el 15 de noviembre, los líderes empresariales y los sindicatos llegaron a un acuerdo sobre el arbitraje de salarios, la implantación de la jornada laboral de ocho horas, y la representación de los trabajadores en las empresas con más de cincuenta empleados. Aquel pacto, conocido como el acuerdo Stinnes-Legien por sus dos principales firmantes —el destacado industrial Hugo Stinnes y el presidente de los Sindicatos Libres, Carl Legien— excluía de antemano una potencial nacionalización desde abajo o la redistribución radical de la propiedad, algo que no interesaba ni a los patronos ni a los Sindicatos Libres, dominados por el SPD.


    Sin embargo, la cuestión del futuro político de Alemania a largo plazo iba a ser decidida por una Asamblea Nacional constituyente elegida democráticamente —o por lo menos eso era lo que pretendían Ebert, el MSPD y algunos sectores del USPD—. Por esa razón, las elecciones a la Asamblea Constituyente se llevaron a cabo lo más rápidamente posible. Cuando se celebraron las elecciones, el 19 de enero de 1919, el electorado votó, por una abrumadora mayoría del 76 %, a los tres partidos que habían defendido firmemente una renovación democrática para Alemania: el MSPD, el progresista Partido Demócrata Alemán (DDP) y el Partido Católico de Centro."

martes, 15 de octubre de 2019

FAMILIA. ORDESA, de Manuel Vilas

FAMILIA. ORDESA, de Manuel Vilas 

    "Conciencia de clase es lo que no debe faltarnos nunca. Mi padre hizo lo que pudo con España: encontró un trabajo, trabajó, fundó una familia y murió.

Y hay pocas alternativas a estos hechos."

LA PASIONARIA DURANTE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA. YO FUI MINISTRO DE STALIN, de Jesus Hernandez Tomas

LA PASIONARIA DURANTE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA. YO FUI MINISTRO DE STALIN, de Jesus Hernandez Tomas

    "Entró Pasionaria seguida de Pedro Checa, secretario de Organización del Partido. Pasionaria, teatral, se dirigió a Díaz:

—¡Qué alegría verte por aquí! ¿Te encuentras mejor?

Resultado de imagen de la pasionaria guerra civil    Yo la observaba. Su sonrisa era de circunstancias y su pregunta oficiosa. Pasionaria odiaba a Díaz. No podía olvidar que él había hecho severos comentarios sobre sus clandestinas relaciones amorosas con Francisco Antón, jovenzuelo de veinte años menos que ella y prototipo de los trepadores sin escrúpulos. Antón era entonces el Comisario del frente de Madrid, y entonces y siempre un auténtico señorito comunista que, según la mordaz caracterización de Díaz, «no se había manchado las botas en el barro de ninguna trinchera». Tipo perfecto del burócrata, dirigía la acción de los Comisarios por medio de circulares y recibía a los delegados del frente enfundado en magníficos y perfumados pijamas de seda en la confortable casa de la Ciudad Lineal de Madrid. En el momento en que el Buró Político tomaba la decisión de destituirle del puesto de comisario, se le ocurrió a Prieto lanzar una andanada contra el predominio de los comisarios comunistas. El Partido tomó la defensa en bloque de sus posiciones, viéndose obligado a incluir la de Antón, comprendido en las reformas prietistas. Y con aquella pasmosa agilidad de nuestra propaganda convertimos a Antón en la figura señera, junto con Miaja, de la defensa de Madrid.

Resultado de imagen de la pasionaria guerra civil    Comprendiendo Antón lo inestable de su situación, buscó la manera de afianzarse en un puesto de dirección del Partido. Y dio en la flor de enamorar a Pasionaria. Pasionaria le defendería. Pasionaria intrigaría cerca de la delegación soviética para sostenerle a él. Y no se equivocó. Pasionaria olvidó que era la mujer de un minero; se olvidó de que tenía dos hijos con tantos años como su amante; olvidó que su esposo, Julián Ruiz, se batía en los frentes del norte; olvidó el decoro y el pudor; se olvidó de sus años y de sus canas y se amancebó con Antón sin importarle la indignación de cuantos sabían y conocían sus ilícitas relaciones. Togliatti, Codovila y Stepanov —que ya preparaban a Pasionaria para heredar en vida a Díaz— complacieron a ésta. Antón dejó de ser comisario del frente de Madrid, pero pasó a dirigir la Comisión político-militar del Partido. José Díaz había dicho a Pasionaria: —«Me tienen sin cuidado tus asuntos privados, pero ya que tengo que ser forzosamente alcahuete de tus amoríos (pues si el hecho trasciende se vendría al suelo todo tu prestigio, y tu nombre lo hemos convertido en bandera moral y de ejemplo de mujeres revolucionarias), debes saber que todo el aprecio que tengo por Julián lo siento de desprecio por Antón». Era la de Pasionaria una de esas pasiones seniles que en su desenfreno saltan sobre toda clase de obstáculos y que a ella habría de llevarla hasta el sacrificio de su propio hijo. Rubén Ruiz, capitán del Ejército Rojo, se haría matar en la URSS para huir de la vergüenza de ver a su padre comido de piojos y muerto de hambre en una fábrica de Rostov y a quien, además, no le permitieron visitar por prohibición expresa de su madre, mientras veía a Antón vivir espléndidamente y pasearse por Moscú en el automóvil de su madre. Esa pasión provecta, insana, que motivaría también la muerte de Julián en medio de la más negra desesperación y maldiciendo el nombre de Pasionaria y de Stalin, esa pasión era un odio inextinguible contra José Díaz, que le había escupido su desprecio en plena cara.

    Pasionaria tragaba bilis y esperaba la llegada de su hora, una hora que ya le estaba siendo propicia, pues visiblemente la delegación soviética la exaltaba para convertirla en la primera figura del Partido. Togliatti vivía en la propia casa de Pasionaria y compartía la mesa y el techo con Antón. Ese trío habría de resultar funesto para Díaz."

lunes, 14 de octubre de 2019

PASEO AL ATARDECER. EL CAMINANTE, de Herman Hesse

PASEO AL ATARDECER. EL CAMINANTE, de Herman Hesse 


Camino tarde por sederos polvorientos,
las sombras de los muros caen oblicuamente,
y puedo vislumbrar a través de los sarmientos
la luna sobre sendas y arroyos silentes.
Canciones que un día entonara en el pasado,
entono una vez más, con acento cansino
y las sombras infinitas de lo que he viajado
se cruzan e interponen en mi camino.
El viento, la nieve y el calor solar
de muchos años tras de mí resuenan,
noches de verano y azul relampaguear,
tormentas e incomodidades que apenan.
Con la piel tostada y del todo invadido
por el esplendor del universo entero,
siempre hacia delante me siento atraído,
hasta que las sombras cubren mi sendero.

LOS PERROS DE LOS SS CONTRA LAS MUJERES. TREGUA PARA LA ORQUESTA, de Fania Fenelon

LOS PERROS DE LOS SS CONTRA LAS MUJERES. TREGUA PARA LA ORQUESTA, de Fania Fenelon 

"Son visibles los estremecimientos de miedo que recorren los espinazos. La mayor parte de las chicas se vuelven hacia Florette, con expresión maligna, dispuestas a darle una paliza.
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—No quiero verlos más, no quiero volver a ver sus ojos… Fania, los perros han devorado a dos… a dos que iban a orinar o a recoger un poco de hielo para chuparlo… Los SS han azuzado a los perros para que se les echasen encima… Las han desgarrado, despedazado. Y esos puercos han obligado a sus camaradas a recoger los pedazos para arrojarlos sobre el montón de las muertas, y yo las he visto. ¡Las he visto! Trozos de mujeres, carnaza para perros… que llevaban como podían, encima de la espalda… Y nosotras seguíamos tocando, tocando… ¡Plum! ¡Plum! ¡Qué atrocidad! Parecían carniceros con cuartos de res encima del hombro; el peso las doblaba, estaban agotadas, y nosotras, al ir tocando la pieza, las obligábamos a marcar el paso, a seguir el compás… Un odio inmenso en los ojos de esas mujeres… No quiero volver a verlo. No iré nunca más…
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Repentinamente solidarias, Hilde y Helga la cogen por los hombros y se la llevan consigo, ayudadas por Irene la pequeña:

—Vamos afuera, te sentará bien.

Salvaje y destilando odio, Hilde le asegura:

—Los arrojaremos a sus propios perros y éstos los desgarrarán… delante de nosotras… y pisotearemos sus cadáveres… ¡Lo pagarán… lo pagarán!.

En tanto se llevan a Florette, que hipa entre lágrimas y arcadas, le pregunto a Irene la pequeña:

—¿Es cierto que no transcurre ningún día sin que lancen a los perros sobre las mujeres?

—Sí… Cada día mueren una o dos de esta manera… Lo sabíamos, pero nunca habíamos visto un horror semejante…"

jueves, 10 de octubre de 2019

DESAMPARO. ORDESA, de Manuel Vilas

DESAMPARO. ORDESA, de Manuel Vilas 

    "Nunca me acostumbraré a ser pobre. Estoy llamando pobreza al desamparo. He confundido pobreza y desamparo: tienen el mismo rostro. Pero la pobreza es un estado moral, un sentido de las cosas, una forma de honestidad innecesaria. Una renuncia a participar en el saqueo del mundo, eso es para mí la pobreza. Tal vez no por bondad o por ética o por cualquier elevado ideal, sino por incompetencia a la hora de saquear."


EL ESPIONAJE ELECTRÓNICO. EL HOMBRE SIN ROSTRO, de Markus Wolf

EL ESPIONAJE ELECTRÓNICO. EL HOMBRE SIN ROSTRO, de Markus Wolf 

Resultado de imagen de Markus Wolf    "Como lo sabe cualquier funcionario de inteligencia, gran parte del esfuerzo profesional corresponde a la selección de montañas de datos en busca de la valiosa pepita de oro; el exceso de confianza en la inteligencia técnica puede duplicar el número de pepitas, pero seguramente triplicará la altura de la montaña de datos que es necesario escudriñar. Incluso aunque el papel de la inteligencia técnica aumentará y complementará lo que solía hacerse con medios humanos a costa de grandes gastos y riesgos, en realidad nunca puede ser un auténtico sustituto. El factor humano es lo que determina el éxito de un servicio de espionaje, y este no depende del conjunto de campanas y alarmas de alta tecnología."

miércoles, 9 de octubre de 2019

DIOS EN BERGEN-BELSEN. TREGUA PARA LA ORQUESTA, de Fania Fenelon

DIOS EN BERGEN-BELSEN. TREGUA PARA LA ORQUESTA, de Fania Fenelon 

Resultado de imagen de BERGEN-BELSEN    "Ese mismo día, de vuelta a mi barracón, asisto a algo que me hubiera asqueado profundamente, de ocurrir en otro momento; pero después de ver aquel parto me ha parecido que ese gesto, en su grosera animalidad, tenía un significado: Lotte jodiendo con su kapo delante de miles de mujeres. Está ahí, apoyada contra el muro, el vientre hacia delante, y el hombre, con el pantalón bajo las nalgas, la fecunda con indiferencia, en medio de esas mujeres, muchas de las cuales están mirando.

    Sembrar la vida mientras que alrededor la muerte amontona los cadáveres, ¿es un acto de locura? La verdad es que gradualmente nos estamos volviendo locas. Mientras esos dos seres copulan, oigo a mi lado cómo unas mujeres rezan. ¿Son creyentes?, ¿o es el miedo que les hace implorar a un Dios? En esta catástrofe que estamos viviendo, peor que un terremoto ¿dónde está la fe?, ¿qué sentido tienen la vida y la muerte para los judíos, los católicos, los protestantes, los ortodoxos? Lloran y pronuncian plegarias, algunas muy ardientes: «Gracias, mi dulce Jesús, nunca sufriremos lo bastante por ti, que fuiste crucificado por amor hacia nosotros… Gracias, Santa Virgen Maria, madre de Dios, por enviarnos tanto dolor, te lo ofrecemos a ti y a tu divino hijo… ¡Gracias, gracias!». Se exaltan, golpean su culpa con sus puños huesudos contra los flacos pechos, lloran; su arrebato está próximo a la histeria y sin duda les calma.


    Otras, dirigiéndose al mismo Dios, vomitan terribles imprecaciones:


    «¡Maldito seas Jesús! He creído en ti y me has abandonado. ¡Maldito seas y maldito el vientre que te ha llevado!». Se retuercen las manos, se arañan, escupen su dolor, impotentes para vengarse de ese Dios que les ha traicionado."

LOS PELIGROS DEL ESCRITOR. CUENTOS, de Isaac B. Singer

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LOS PELIGROS DEL ESCRITOR. CUENTOS, de Isaac B. Singer


"...me he hecho consciente de los muchos peligros que acechan al autor de obras de ficción. Los peores son: 1) La idea de que el escritor debe ser sociólogo y a la vez político, y amoldarse además a lo que se conoce como dialéctica social. 2) La codicia por el dinero y el rápido reconocimiento. 3) La originalidad forzada, es decir, la ilusión de que una retórica pretenciosa, unas innovaciones cargadas de afectación en el estilo y una utilización de símbolos artificiales son capaces de expresar la naturaleza básica y siempre cambiante de las relaciones humanas o de reflejar las combinaciones y complejidades de la herencia y del entorno. Estas trampas verbales de la así llamada «escritura experimental» han causado daño incluso al auténtico talento; han destrozado gran parte de la poesía moderna al convertirla en críptica, esotérica y carente de encanto. Una cosa es la imaginación y otra muy diferente la distorsión de lo que Spinoza denominaba «el orden de las cosas». La literatura puede describir muy bien lo absurdo, pero nunca debe convertirse ella misma en absurda."

lunes, 7 de octubre de 2019

LA SOCIEDAD RESCATANDO A LOS RICOS. EL ESTABLISHMENT, de Owen Jones

LA SOCIEDAD RESCATANDO A LOS RICOS. EL ESTABLISHMENT, de Owen Jones

Resultado de imagen de la sociedad rescatando  a los ricos"Anthony Browne, director general de la British Bankers’ Association (BBA), es uno de los agentes de presión de la banca más veteranos de Gran Bretaña. «No nací pensando que de mayor iba a ser cabildero de los bancos», me dice riendo cuando nos reunimos en las oficinas sorprendentemente pequeñas que tiene la BBA en el corazón del distrito financiero de Londres. Por sus antecedentes, Browne es más bien un escudero: en el pasado fue director de Policy Exchange, el think tank fundado por figuras de primera fila del Partido Conservador y financiado por intereses privados de derechas. Su carrera posterior refleja a la perfección la «puerta giratoria». Ha trabajado como director de Relaciones con el Gobierno del banco de inversiones Morgan Stanley, como jefe de asesores de Boris Johnson, el alcalde conservador de Londres, y como periodista para la BBC y los periódicos The Observer y The Times. Browne no se muerde la lengua al describir lo que representó el rescate. «Si sale cara, gano yo, y si sale cruz, perdéis vosotros, lo cual no tiene nada que ver con el capitalismo —dice—. Hay un riesgo moral, que es acabar asegurado, básicamente, por el contribuyente. Cuando se obtienen beneficios, éstos van a parar a los accionistas o a los empleados, pero cuando se pierde dinero o se quiebra, los accionistas y los empleados pagan hasta hundirse, pero el contribuyente también paga, y ahí hay un problema muy grave.»

De acuerdo con la Oficina Nacional de Control, la magnitud del rescate estatal a los bancos llegó a la asombrosa cifra de 1.162 billones de libras. A estos bancos, sin embargo, no se les exigió ninguna responsabilidad hacia el pueblo que los había rescatado: los contribuyentes no tenían a ningún representante sentado en sus consejos de administración. Los gobiernos mantuvieron a raya al contribuyente y dejaron que los bancos continuaran actuando como les venía en gana. Tal vez, la definición más asombrosa de este rescate sea la que viene de James, el vicepresidente de uno de los mayores bancos británicos, que —nuevamente, para preservar su carrera— habla conmigo de forma estrictamente extraoficial: «Se trata de un fraude corporativo a escala industrial y permitido por el gobierno».


Vale la pena hacer hincapié en la idea de James. La población pobre de Gran Bretaña ha sido abandonada a su suerte. Si el millón aproximado de familias que dependen todos los meses de usureros legales como Wonga no pueden pagar sus deudas, ahí no hay rescate del gobierno que valga. Lo que sucederá con toda probabilidad es que les llegarán alguaciles a su misma puerta para embargarles los bienes. Los pobres deben obedecer las reglas del capitalismo despiadado. Pero los bancos que han sumido al mundo en la calamidad económica, no. Para ellos hay una red de seguridad: el Estado de bienestar viene a rescatarlos."

domingo, 6 de octubre de 2019

AMAR JUNIO. ORDESA, de Manuel Vilas

AMAR JUNIO. ORDESA, de Manuel Vilas

    "...aquel jardín era una celebración del mes de junio, porque junio es anunciación del verano, es ya sol, pero no hay corrupción del verano. Cuando el mes de julio llega comienza la hemorragia, aún invisible. Agosto es el mes de la visibilidad de la septicemia del verano, de su herida, de su arrastrarse por la atmósfera, por la cara de los hombres, por las ramas de los árboles incompasivos, mientras muere..."

jueves, 3 de octubre de 2019

LA REVOLUCIÓN DE ASTURIAS. TRES PERIODISTA EN LA REVOLUCIÓN DE ASTURIAS. EL OCTUBRE ROJO EN ASTURIAS de Jose Diaz Fernandez

LA REVOLUCIÓN DE ASTURIAS. TRES PERIODISTA EN LA REVOLUCIÓN DE ASTURIAS. EL OCTUBRE ROJO EN ASTURIAS  de Jose Diaz Fernandez

    "Los obreros de Asturias demostraron una capacidad combativa extraordinaria. ¿Por qué fueron ellos solos, entre los de toda España, los que lucharon con cierta cohesión y con auténtico arrojo revolucionario? Este es un tema de psicología proletaria muy interesante. El minero asturiano es un obrero que, reuniendo las características del trabajador industrial, posee también el empuje primitivo del montañés. En las Casas del Pueblo está en contacto con las ideas revolucionarias, que llegan a través de la lucha de clases, pero no es de todos modos el obrero urbano que disfruta de algunas ventajas de la civilización; vive en las aldeas de la montaña, en los suburbios de la cuenca minera, y allí conserva, al lado del odio al poderoso, la fiereza del montañés. Ignora lo que es el peligro, porque vive en el fondo de la tierra, expuesto al grisú y manejando a diario la fuerza devastadora de la dinamita. Muchos de estos revolucionarios no combatieron con fusiles ni pistolas, armas para ellos demasiado livianas. Combatieron con cartuchos de dinamita. Se les vio en Oviedo, cruzada la cintura con dos o tres vueltas de mecha, encendiendo los cartuchos con el cigarro que fumaban. Esto, unido a una gran disciplina sindical, adquirida en los viejos sindicatos, hizo que la rebelión adquiriese una magnitud única. En estos proletarios (muchos de ellos afectos al comunismo, que en los últimos tiempos adquirió allí gran preponderancia), el reformismo socialista no penetró nunca, a pesar de que externamente aparecían disfrutando grandes ventajas sindicales: jornada de seis horas, retiro obrero, instituciones escolares y benéficas. Verdad es, también, que los dueños de las minas de Asturias no han sabido nunca hacerse amar de sus hombres, ni introducir en el trabajo mejoras de orden técnico."
Resultado de imagen de JOSEP PLA, Tres periodistas en la revolución de Asturias

AMIGOS Y CONOCIDOS. ORDESA de Manuel Vilas

AMIGOS Y CONOCIDOS. ORDESA de Manuel Vilas 

    "Así funcionamos los seres humanos: hay personas a quienes, aun estando vivas, no volveremos a tratar nunca más, y alcanzan así el mismo estatuto que los muertos."

Cork, Irlanda

miércoles, 2 de octubre de 2019

EL PODER DE LA FANTASÍA, de Cees Nooteboom

EL PODER DE LA FANTASÍA,  de Cees Nooteboom

«Para mí, sólo hay un poder que hace soportable nuestra estancia en la tierra entre nuestras dos ausencias infinitas, y es el poder de la fantasía».


martes, 1 de octubre de 2019

PERIODISMO Y MENTIRAS. EL ESTABLISHMENT, de Owen Jones

PERIODISMO Y MENTIRAS. EL ESTABLISHMENT, de Owen Jones

Resultado de imagen de Daily Star    "Trabajar en el Daily Star podía ser divertido. Tenía sus gratificaciones, como las invitaciones constantes a fiestas del mundo del espectáculo llenas de famosos. Poco a poco, sin embargo, Peppiatt empezó a darse cuenta de que formaba parte de una campaña mediática para dirigir la ira de los lectores contra una serie de chivos expiatorios. Llegaba a la redacción y le pedían que escribiera un artículo que dijera que «los musulmanes habían hecho esto, aquello y lo otro. Mirabas los hechos y decías: “Pero, en realidad, no lo han hecho, ¿verdad?”». Los inmigrantes que pedían asilo eran uno de los blancos favoritos del periódico: en un caso, el Daily Star lo mandó a acosar a una familia que, tras huir de la guerra civil de Somalia, se había alojado en una casa de Chelsea de cinco dormitorios. Peppiatt acampó delante de la vivienda junto con otros periodistas: «Me acuerdo de que, al día siguiente, llegué a la redacción y les dije que no había salido nadie de la casa, y entonces un jefe de redacción me llamó a su despacho, abrió un ejemplar del Sun y me dijo: “Mira, tienen una cita del padre de los refugiados en la que dice: ‘Me da igual, pienso pillar lo que pueda’”. Y yo le dije: “Pero si ni siquiera ha salido de la casa, no puede haber dicho eso, me he pasado el día entero ahí”. Y él me contestó: “Ésa no es la cuestión. Tienes que ser más listo”»."

EL FOTÓGRAFO. EL VIAJE, de Ida Fink

EL FOTÓGRAFO. EL VIAJE, de Ida Fink

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    "La casita del fotógrafo estaba cerrada a cal y canto, la hiedra había cubierto la pared con su frondosidad agreste, el patio se había poblado de hierbas. Parecía como si nadie viviera allí. Pero cuando llamamos, la puerta se abrió inmediatamente, en el umbral apareció la mujer del fotógrafo, flaca, con el pelo suelto. Nos miró como si fuéramos dos apariciones. A la pregunta de si podíamos entrar, asintió con la cabeza, siempre con una expresión de gran sorpresa en la mirada. Los aparatos fotográficos estaban en un rincón del cuarto vacío, cubiertos con capas de hule, llenos de polvo; asemejaban viejos jamelgos agonizantes. Un niño pequeño estaba sentado en el suelo. El fotógrafo, su esposa y el pequeño no nos perdían de vista. Elzbieta dijo: «Yo no puedo…» y quería irse, pero la detuve. El fotógrafo no preguntó nada, colocó el aparato, yo me senté para que se viera la oreja izquierda, abrí los labios con una sonrisa, y la mujer del fotógrafo, jugueteando con sus largos cabellos, dijo: «A la suegra la mataron por el camino; quería escaparse… Creo que fue lo mejor para ella… ¿No es así?».
    El fotógrafo hizo clic, dijo: «Suerte». «Gracias, señor» —mascullamos educadamente— y él repitió una vez más «suerte» para que comprendiéramos bien qué clase de suerte nos deseaba."