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viernes, 30 de junio de 2017

GENTE, AÑOS, VIDA, de Ilya Ehrenburg

GENTE, AÑOS, VIDA, de Ilya Ehrenburg

    "Crecí en Moscú, jugaba con niños rusos. Cuando mis padres querían ocultarme algo, hablaban en yiddish. Yo no rezaba a ningún dios, ni al judío ni al ruso. Entendía la palabra judío de una manera particular: yo era uno de aquellos a los que estaba bien visto ultrajar. Me parecía injusto y natural al mismo tiempo. Mi padre, que no era creyente, condenaba a los judíos que para aliviar su situación abrazaban la religión ortodoxa, y desde niño comprendí que uno no podía avergonzarse de sus orígenes. Había leído en alguna parte que los judíos habían crucificado a Jesucristo; el tío Liova decía que Cristo era judío; mi niñera Vera Platónovna me contaba que Cristo había enseñado que, si alguien te daba una bofetada en la mejilla, debías ofrecer la otra. A mí eso no me gustaba. El primer día de colegio, uno de la clase preparatoria se puso a cantar: «Sentado está el judío en un banquito, hagámoslo sentar en un alfilercito». Sin pensármelo dos veces, le solté un sopapo. Enseguida nos hicimos amigos. Nadie volvió a insultarme."

VASILI GROSSMAN. GENTE, AÑOS, VIDA, de Ilya Ehrenburg

VASILI GROSSMAN. GENTE, AÑOS, VIDA, de Ilya Ehrenburg 

    "Grossman se refería a la historia, a las costumbres, a la literatura de todos los pueblos de la Unión Soviética con enorme respeto. De Lenin hablaba con veneración. En su opinión los bolcheviques que habían surgido de la clandestinidad eran héroes irreprochables. Yo era quince años mayor que él, y había conocido como emigrado a muchas de las personas a las que él admiraba. Una vez le dije: «No entiendo lo que admira de esos camaradas». Vasili Semiónovich respondió, enfadado: «No entiende muchas cosas. Para usted la vida es un poema y cuanto más enredado mejor. Pero la vida es una parábola».
   Dicen que hay gente que nace con estrella. Uno de los mimados por el destino podría ser, por ejemplo, Pablo Neruda. Pero la estrella con la que nació Vasili Grossman fue la estrella de la desgracia. Me contaron que Stalin borró su novela El pueblo es inmortal de la lista de obras presentadas a un premio. No sé si es cierto o no, pero Stalin, al igual que no apreciaba a Platónov, no debía de tener en gran estima a Grossman: por su amor a Lenin, por su auténtico internacionalismo y por su aspiración no sólo a describir sino a interpretar las diferentes parábolas de la vida.
   A finales de verano Grossman se encontraba en Stalingrado. Desde allí escribió una serie de ensayos que me parecen los más convincentes y claros de todos los que se publicaron durante la guerra. ¿Por qué el general Ortenberg ordenó a Grossman que se dirigiera a Elista y envió en su lugar a Símonov a Stalingrado? El motivo de fondo fue el amor hacia el joven y talentoso escritor, eso está claro. Pero ¿por qué no permitieron a Grossman quedarse hasta el desenlace? Todavía hoy sigo sin entenderlo. Los meses en Stalingrado y todo lo vinculado a ello se grabaron en la memoria de Grossman como un acontecimiento capital. Escribieron sobre este episodio muchos otros, pero sólo Nekrásov, que era zapador, y Grossman, a quien los habitantes de Stalingrado no consideraban un periodista sino un camarada de combate, pudieron transmitir todo el carácter trágico y toda la grandeza de espíritu de los participantes de la batalla de Stalingrado.
(...)
   Vasili Semiónovich continuó trabajando. La continuación de su novela le supuso muchas penurias de las que me resulta difícil hablar. Vivía retirado y murió el verano de 1964. Su entierro fue triste, con lágrimas sentidas. Estuvieron presentes los que debían estar y no acudió ninguno de los que no fueron amables con él en vida. Vi a los corresponsales de guerra de Krásnaia zvezdá, asistieron todos los que aún vivían. Yo miraba a Vasili Semiónovich, en su ataúd, y me desgarraba la tristeza: ¿por qué no había ido a visitarlo? Creo que a muchos les atormentaba el mismo pensamiento: ¿por qué no lo apoyaron?, ¿por qué no lo confortaron? Se recordaron los años de guerra. Fue un soldado fuerte, pero se encontró con un destino poco benévolo. Ésta es una vieja historia: el destino, por lo visto, no quiere a los maximalistas."
Vasili Grossman (1905-1964), en Svatovo en 1943.

jueves, 29 de junio de 2017

LA BIGAMIA EN LA ÉLITE DE LAS SS. LOS HERMANOS HIMMLER, de Katrin Himmler

LA BIGAMIA EN LA ÉLITE DE LAS SS. LOS HERMANOS HIMMLER, de Katrin Himmler 

    "Hedwig Potthast no tardó en hacerse querer por el Estado Mayor del Reichsführer SS. En febrero de 1937, le llegó un telegrama de cumpleaños firmado por Heinrich Himmler, Karl Wolff, Rudolf Brandt y otros. Por lo visto, encontró en la SS el ideal de vida que buscaba. Acompañó a su jefe en numerosas ocasiones a la oficina de Gmund am Tegernsee y, al poco tiempo, ambos intimaron. En la Navidad de 1938, según escribió a su hermana varios años después, hubo entre ella y Heinrich «un cara a cara en el que nos confesamos que nos queremos sin remedio». En los años siguientes, estuvieron rompiéndose la cabeza para encontrar «un camino decente para juntarnos». Heinrich descartaba el divorcio porque consideraba que su «mujer no es culpable de no poder darle más hijos». Pero informó a su esposa de que él «no se resignaría a no tenerlos». Hedwig y él habían decidido tener hijos, y según escribió en el otoño de 1941, desde el verano tenía la certeza «de que nuestro deseo se va a cumplir».
    De acuerdo con las «costumbres germánicas», Heinrich Himmler estaba convencido de que los hombres «racialmente intachables» de la SS tenían que tener derecho a una segunda mujer. Según afirmó su paramédico Felix Kersten, consideraba que la «monogamia» era una «obra satánica» de la Iglesia católica que había que abolir. Juzgaba «intolerable» que un hombre normal pasara toda la vida con la misma mujer. Además, confiaba en que «con la bigamia, cada una de las mujeres sería un acicate para la otra» y que la competencia disuadiría a la primera mujer de «sacar las uñas». Para compensar, a esta debería dignificársela con el título de domina, que le otorgaría ciertas prerrogativas frente a la segunda.
    También Hitler y otros miembros del Partido reflexionaron sobre la «bigamia», aunque la planteaban para el futuro y movidos, sobre todo, por la preocupación de que el gran número de «héroes» caídos dejara a muchas mujeres sin hombres y al Reich sin hijos. En cambio, Himmler y otros jefes de la SS no querían esperar hasta después de la guerra. La comunidad de clanes de la SS practicaba su propio estilo de vida, que se desmarcaba deliberadamente de las normas sociales vigentes. Y parece que muchas de sus mujeres aceptaron tener que compartir al marido con otra. Posiblemente consideraran que pertenecer a la élite del «gran imperio germánico» que estaba por venir era suficiente compensación."

LA INDIA. GENTE, AÑOS, VIDA, de Ilya Ehrenburg

LA INDIA. GENTE, AÑOS, VIDA, de Ilya Ehrenburg 

    "Un día de fiesta vi una plaza enorme de Delhi abarrotada, pero nadie se empujaba, la gente estaba sentada en el suelo con las piernas cruzadas y procuraba ocupar el menor sitio posible. Ese mismo día hubo una recepción en la residencia del presidente. Los diplomáticos europeos y estadounidenses me parecieron unos bárbaros. La educación o la cultura material —el número de coches, el estado de las carreteras o la poligrafía— no determinan el nivel espiritual de un pueblo; basta con recordar el Tercer Reich o a los «blancos» de los estados de Alabama, de Misisipi o de Texas. Los campesinos iletrados del sur, los artesanos de Nasik, los pobres de Calcuta poseen tacto y concentración espiritual."

miércoles, 28 de junio de 2017

EL MIEDO. SOLO EN LA PARED, de Alex Honnold

EL MIEDO. SOLO EN LA PARED, de Alex Honnold 

"Me preguntan constantemente sobre el riesgo.  Las preguntas habituales son: "¿Sientes miedo? ,  ¿Tienes miedo alguna vez?, ¿Qué es lo más cerca que has estado de la muerte?" Me cansa mucho tener que andar respondiendo a esas preguntas una y otra vez. Sinceramente, puedo decir que hasta la fecha, escalando, nunca estado a punto de morir, salvo por mi absurdo accidente con una raquetas de nieve cerca del lago Tahoe en 2004.  De hecho, he estado más cerca de morir conduciendo que escalando, como una vez con una espesisima niebla en el Central Valley de California, cuando me salte un stop que no vi en un cruce de cuatro direcciones, pisé el freno a fondo y pasé derrapando..."

STALIN Y SU HERENCIA. GENTE, AÑOS, VIDA, de Ilya Ehrenburg

STALIN Y SU HERENCIA. GENTE, AÑOS, VIDA, de Ilya Ehrenburg 

    "...de repente se enteraron de que Stalin había asesinado a sus amigos, que, desconfiando de los viejos bolcheviques, los había obligado a confesar que habían prometido entregar Ucrania a los nazis, que había confiado plenamente en la palabra de Hitler al firmar el pacto de no agresión. El hijo o la hija preguntaban: «Papá, ¿cómo es posible que no supieras nada de eso?».
    Hacía sólo tres años los moscovitas se peleaban a empujones para llegar a la Sala de las Columnas, la gente llevaba a los niños en los hombros al pasar junto al ataúd de Stalin, las mujeres lloraban a lágrima viva. Parece que la historia no ha conocido otros funerales de esa envergadura. Stalin aún yacía embalsamado al lado de Lenin, sus efigies seguían adornando las plazas de todas las ciudades, sus retratos aún estaban colgados en diferentes despachos, comedores, colegios, tiendas. Los chicos seguían contestando que la cima más alta de la Unión Soviética era el pico de Stalin y las chicas repetían el poema aprendido: «No hay palabras para reflejar todo el alcance del dolor profundo, no hay palabras que puedan llorar la pérdida de Stalin, liberador del mundo».
    Los mitos se solían crear durante siglos y se necesitaban siglos para que se apagasen, se disipasen, se olvidasen. Los individuos habían empezado a comprender poco a poco, con dolor, que no había ningún Dios en el cielo o, al menos, que su lugarteniente en el Vaticano se había apropiado de su título ilegalmente. Sin embargo, a principios de la primavera de 1956, el mito de Stalin se hizo añicos de golpe. La persona a la que se había llamado grande, sabia, genial, cuyo nombre había repetido Yakir camino del fusilamiento, a quien una madre francesa había enviado lo único que le había quedado: el gorrito de su hija torturada por la Gestapo; esa misma persona resultó ser ambiciosa, desconfiada y cruel. Los extranjeros se sorprendían de que los soviéticos hubieran podido soportar pruebas de esa clase."

viernes, 23 de junio de 2017

LENIN VS. TROTSKY. LEÓN TROTSKY, de Joshua Rubenstein

LENIN VS. TROTSKY. LEÓN TROTSKY, de Joshua Rubenstein 

    "Las diferencias personales también contribuyeron a aumentar las reticencias de Trotsky. Por temperamento, Lenin y él eran casi extremos opuestos. Lenin tenía una veta puritana manifiesta y dedicaba todas sus energías a la causa de la revolución. Vivía con austeridad, solo leía libros que tuvieran algo que ver con su trabajo y se esforzaba al máximo por evitar complacencias sentimentales. En una ocasión, después de escuchar un concierto de la sonata Appassionata de Beethoven, señaló refiriéndose a sí mismo que «no debía escuchar música con demasiada frecuencia. Me hace querer decir cosas amables y estúpidas y allana las cabezas de las personas». Trotsky no era así en absoluto. Aunque no fumaba y casi siempre evitaba beber alcohol, disfrutaba del arte y de la música, leía mucho en varios idiomas, participó en la educación de sus hijos con su segunda esposa y le encantaba ir de caza y de pesca. Mientras que Lenin vestía como un oficinista, Trotsky, que no reprimía el cuidado de su imagen, vestía siempre como un meticuloso caballero burgués. Lenin era inteligente, pero su genio se limitaba a la acción política; tenía una mentalidad unidireccional. Bertrand Russell conoció a Lenin en 1920 y le quedó la impresión de que era «consciente en esencia de sus limitaciones intelectuales y su ortodoxia marxiana bastante estrecha». Lenin le espantaba. En cambio, Trotsky sentía un entusiasmo inagotable por aprender. Escribió sobre literatura, cultura, ciencia y tecnología. 
    Como hemos visto, fue un periodista y un corresponsal de guerra excelente. Pero las perspectivas de la revolución los reunieron. Lenin necesitaba la energía carismática de Trotsky, su capacidad para enfervorizar a las multitudes. Sin embargo, era este quien realizó el cambio más espectacular en el pensamiento. En sus años de oposición a Lenin, Trotsky rechazó la idea de que un partido de vanguardia tomara el poder con el apoyo de la clase trabajadora. Sin embargo, en la primavera y el verano de 1917, Trotsky comprendió la utilidad de unir sus fuerzas a las de Lenin en un momento en que un partido concreto podía tomar el poder en un país abrumado por los disturbios...
    Trotsky proyectaba una urgencia desafiante de la revolución, mientras que Lenin, que solía quedarse en la parte de atrás, mantenía la mirada fija en el funcionamiento interno del partido. Ahora eran socios en la revolución y sus ideas y personalidades se complementaban. «Acudí a Lenin combatiendo —dijo Trotsky en una ocasión a Max Eastman—, pero acudí sin reservas y por entero»."

PABLO NERUDA. GENTE, AÑOS, VIDA, de Ilya Ehrenburg

PABLO NERUDA. GENTE, AÑOS, VIDA, de Ilya Ehrenburg 

    "Se dice, y comparto la opinión, que Neruda parece una escultura de Buda esculpida en una piedra inca (los dioses incas, sin embargo, eran crueles, mientras que Pablo es buena persona). Su biografía estaba plagada de vivencias tumultuosas, pero disfruta y siempre ha disfrutado del ambiente relajado, de una conversación sobre lo humano y lo divino. Da la impresión de ser un buda flemático, incluso perezoso, pero ha escrito muchísimo. Varios de sus poemas son fragorosos, pero Pablo habla en voz baja; su tono no es el de un tribuno sino el de un niño ofendido. Su amigo Baltasar Castro, diputado chileno, suele explicar una anécdota sobre él. Al principio de su amistad, Neruda le telefoneó para informarle de que un asunto molesto se había resuelto felizmente. La voz, que parecía llegar de muy lejos, anunció con tono apesadumbrado: «¡Hemos vencido, Baltasar!».
    Neruda es un coleccionista apasionado, recoge todo tipo de objetos, pero sobre todo enormes esculturas de madera, proas de los barcos de vela y diminutas conchas marinas. En su casa de Isla Negra, a la orilla del Pacífico, se ven brújulas antiguas, relojes de arena, cartas náuticas. Cuando el poeta chino I Chin estuvo en su casa, le preguntó si se consideraba un capitán o un marinero. Pablo respondió: «Soy capitán, pero mi nave está hundida». Era una licencia poética: nunca he visto el barco de Neruda en peligro de hundirse, ni siquiera ir a la deriva. En un museo de China, a Pablo le cautivó una pequeña concha que no tenía en su colección. Habló tanto de ella que consiguió que los cordiales anfitriones se la regalaran. Con voz triste, pero con una sonrisa feliz, Pablo me habló durante dos horas del valor de aquella concha. En China, en las tiendas de juguetes, compraba tigres de cartón. Los tigres tenían un aspecto terriblemente feroz, pero era imposible mirarlos sin sonreír. (Entonces no sabíamos que, diez años más tarde, los chinos llamarían «tigres de papel» a los imperialistas estadounidenses).
    Neruda es extraordinariamente sociable. En Praga, a cualquier hora que fuera a verlo, había en su habitación gente sentada o de pie: comunistas chilenos, poetas checos y periodistas de todas las nacionalidades. En Santiago, Liuba y yo nos instalamos en su casa, y teníamos la impresión de vivir en una plaza. Una vez quise cambiarme de ropa durante el día pero tuve que desistir: en la habitación había un continuo ir y venir de las admiradoras de la poesía de Neruda. Cada día, comían con él quince o veinte personas. Una vez me preguntó en voz baja: «¿Sabes quién es ese tipo que está allá al final, a tu izquierda?».
(...)
    Pablo se lanzó de nuevo al mar de la vida. Para explicar cómo había conseguido soportar la amargura de ciertas desilusiones, Pablo dijo que, cuando se hundían los barcos, él cogía de nuevo el hacha, puesto que es un constructor de barcos: «Mi religión eran aquellas naves. || No tengo más remedio que vivir».
    He escrito tanto sobre el trágico destino de algunos escritores y pintores que no podía dejar de mencionar, aunque en tono jovial, a un gran poeta feliz. Como es natural, Neruda pasó por momentos de desesperación y desengaño, pero nunca renunció a la vida ni la vida renunció a él. Plantó cara a los poderosos del mundo, se hizo comunista, y se granjeó así amigos y enemigos, pero sólo ha recibido las injurias de estos últimos, nunca ha sabido lo que significa sufrir los insultos de los tuyos. Siempre ha escrito de lo que ha querido y cómo ha querido. Cuando estaba traduciendo uno de sus poemas, me encontré con una imagen que no entendí. Le pregunté: «Pablo, ¿por qué los indios son azules?». Me explicó largo y tendido que había visto indios al anochecer, a la orilla de un lago, y parecían azulados. «Pero en el poema no hay nada de eso». «Tienes razón…, pero prefiero que sigan siendo azules». La razón, como es natural, la tenía él.
    Se podría decir que la suerte siempre ha estado y continúa estando de su parte. Esto no explica nada. Neruda nunca escogió el camino fácil. Cuando las personas a su alrededor caían, lloraban y maldecían su destino, él no veía la bajeza sino la generosidad, no las bardanas sino las rosas: así estaban hechos sus ojos y su corazón."

jueves, 22 de junio de 2017

EL BUEN CORRESPONSAL. LA GUERRA DEL FÚTBOL, de Ryszard Kapuściński

EL BUEN CORRESPONSAL. LA GUERRA DEL FÚTBOL, de Ryszard Kapuściński 

    «Debe ser testigo de todos los acontecimientos de relevancia que se producen en un territorio de treinta millones de kilómetros cuadrados (la superficie de África), debe saber lo que está ocurriendo al mismo tiempo en los cincuenta países del continente, lo que ha ocurrido allí antes y lo que puede suceder en el futuro, conocer por lo menos la mitad de las dos mil tribus que conforman la población africana, dominar cientos de detalles técnicos […]. También debe ser un hombre de gran resistencia física y psíquica, pues, por más que piense, ¿de qué nos sirve nuestro corresponsal si se abandona a la depresión y cae en un estado de postración que lo inmoviliza y le impide escribir una sola palabra en los momentos en que se suceden acontecimientos de máximo interés e importancia? […] Tampoco puede ser corresponsal el que tiene miedo de la mosca tse-tse y de la cobra negra, del elefante, de los caníbales, de beber agua de ríos y arroyos, de comer tartas hechas de hormigas asadas; el que se estremece con sólo pensar en las amebas y en las enfermedades venéreas, en que le robarán y lo apalearán; el que ahorra cada dólar para construirse una casa cuando vuelva a su país; el que no sabe dormir en una choza de barro africana, y el que desprecia a la gente sobre la cual escribe»

DUBROVNIK. GENTE, AÑOS, VIDA, de Ilya Ehrenburg

DUBROVNIK. GENTE, AÑOS, VIDA, de Ilya Ehrenburg 

    "Rogowski me habló de una ley aprobada por el gobierno de Dubrovnik en el siglo  XVI: quien decidiese contraer matrimonio debía plantar setenta y cinco olivos; el olivo vive mucho tiempo, trescientos o cuatrocientos años; los gobernantes de la República lo consideraban una forma de trabajar por el futuro. Después, más de una vez recordé esta ley."


martes, 20 de junio de 2017

LA VEJEZ. GENTE, AÑOS, VIDA, de Ilya Ehrenburg

"Sí, muchas de mis vivencias están ligadas a Estocolmo. Fue precisamente en esta ciudad cuando, un día invernal y gris, conversando con Liselotte, pensé por primera vez en escribir unas memorias. No sé si se trata de un trabajo logrado, porque un escritor es muy mal juez de su propia obra, pero se trata de un libro mío al que me he entregado llevado por una necesidad interior; lo he escrito con sinceridad, sin la antigua amargura, pero también sin dulzura. Recuerdo cómo se me ocurrió escribir este libro: de pronto me asaltó el temor de morir sin haber hablado de las personas que había conocido y amado. Los años y la vida vinieron después; resultó que no se podía hablar de los demás callando sobre uno mismo. Y cuando me decidí a escribir, no pensaba en mis esperanzas ni en mis errores: ante mí veía una larga fila de gente desaparecida, pero todavía cercana, querida, viva.
Preso de un miedo supersticioso, me pregunté: ¿tendrás las fuerzas suficientes, el tiempo? En mi libreta, entre los apuntes sobre las sesiones de la comisión y borradores de resoluciones, encontré un poema de Tiútchev sobre la vejez: empobrece la sangre, pero no los sentimientos.
En enero de 1963 me encontré con Picasso. De repente, Pablo creyó oportuno reprenderme: «Has llegado a una edad en la que ya no debes sentirte obligado a defender a toda costa la verdad. Recuerda a aquel joven de Palestina al que, por la misma razón, le atravesaron las manos con clavos». Yo sonreí: Pablo era diez años mayor que yo, pero en él palpitaba mucha más pasión, e incluso más frenesí, que en muchos jóvenes. Picasso no hace otra cosa que defender la verdad…
Por supuesto, hoy sé muy bien lo que significa la vejez: el motor se ha desgastado y a menudo se niega a funcionar. Siento la vejez, pero no me obsesiona. El problema no es la edad: mucho antes de que se presente la muerte, el hombre muere espiritualmente más de una vez y luego renace. La hoguera parece haberse apagado, bajo las cenizas se consume apenas un tizón, pero el aliento del hombre lo aviva. Todo está dentro de las personas…"

jueves, 15 de junio de 2017

BUENOS PERIODISTAS. LOS CÍNICOS NO SIRVEN PARA ESTE OFICIO, de Ryszard Kapuściński

BUENOS PERIODISTAS. LOS CÍNICOS NO SIRVEN PARA ESTE OFICIO, de Ryszard Kapuściński 

    "Hace cuarenta, cincuenta años, un joven periodista podía ir a su jefe y plantearle sus propios problemas profesionales: cómo escribir, cómo hacer un reportaje en la radio o en la televisión. Y el jefe, que generalmente era mayor que él, le hablaba de su propia experiencia y le daba buenos consejos. Ahora, intentad ir a Mr. Turner, que en su vida ha ejercido el periodismo y que rara vez lee los periódicos o mira la televisión: no podrá daros ningún consejo, porque no tiene la más mínima idea de cómo se realiza nuestro trabajo. Su misión y su regla no son mejorar nuestra profesión, sino únicamente ganar más. Para estas personas, vivir la vida de la gente corriente no es importante ni necesario; su posición no está basada en la experiencia del periodista, sino en la de una máquina de hacer dinero. Para los periodistas que trabajamos con las personas, que intentamos comprender sus historias, que tenemos que explorar y que investigar, la experiencia personal es, naturalmente, fundamental. La fuente principal de nuestro conocimiento periodístico son «los otros». Los otros son los que nos dirigen, nos dan sus opiniones, interpretan para nosotros el mundo que intentamos comprender y describir. No hay periodismo posible al margen de la relación con los otros seres humanos. La relación con los seres humanos es el elemento imprescindible de nuestro trabajo. En nuestra profesión es indispensable tener nociones de psicología, hay que saber cómo dirigirse a los demás, cómo tratar con ellos y comprenderlos. Creo que para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser un buen hombre, o una buena mujer: buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias. Y convertirse, inmediatamente, desde el primer momento, en parte de su destino. Es una cualidad que en psicología se denomina «empatía».
Mediante la empatía, se puede comprender el carácter del propio interlocutor y compartir de forma natural y sincera el destino y los problemas de los demás. En este sentido, el único modo correcto de hacer nuestro trabajo es desaparecer, olvidarnos de nuestra existencia. Existimos solamente como individuos que existen para los demás, que comparten con ellos sus problemas e intentan resolverlos, o al menos describirlos. El verdadero periodismo es intencional, a saber: aquel que se fija un objetivo y que intenta provocar algún tipo de cambio. No hay otro periodismo posible. Hablo, obviamente, del buen periodismo. Si leéis los escritos de los mejores periodistas —las obras de Mark Twain, de Ernest Hemingway, de Gabriel García Márquez—, comprobaréis que se trata siempre de periodismo intencional. Están luchando por algo. Narran para alcanzar, para obtener algo. Esto es muy importante en nuestra profesión. Ser buenos y desarrollar en nosotros mismos la categoría de la empatía. Sin estas cualidades, podréis ser buenos directores, pero no buenos periodistas. Y esto es así por una razón muy simple: porque la gente con la que tenéis que trabajar —y nuestro trabajo de campo es un trabajo con la gente— descubrirá inmediatamente vuestras intenciones y vuestra actitud hacia ella. Si percibe que sois arrogantes, que no estáis interesados realmente en sus problemas, si descubren que habéis ido hasta allí sólo para hacer unas fotografías o recoger un poco de material, las personas reaccionarán inmediatamente de forma negativa. No os hablarán, no os ayudarán, no os contestarán, no serán amigables. Y, evidentemente, no os proporcionarán el material que buscáis."


HEMINGWAY EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA. GENTE, AÑOS, VIDA, de Ilya Ehrenburg

HEMINGWAY EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA. GENTE, AÑOS, VIDA, de Ilya Ehrenburg 

    "Todo el mundo tiene su escritor preferido; explicar por qué te gusta determinado escritor y no otro es tan difícil como explicar por qué amas a una determinada mujer. De todos mis contemporáneos, el que más me gustaba era Hemingway.
    En 1931, en España, Toller me dio un libro de un autor desconocido: Siempre sale el sol. Me dijo: «Creo que trata de España, de las corridas de toros, tal vez le ayude a entender las cosas». Lo leí, después conseguí Adiós a las armas, y Hemingway me ayudó a entender no las corridas de toros, sino la vida.
    Éste es el motivo por el cual me turbé al ver a aquel hombre alto y sombrío sentado a la mesa y tomando whisky. Empecé a declararle mi amor y seguramente lo hice con tanta torpeza que Hemingway cada vez fruncía más el ceño. Abrimos una segunda botella de whisky; resultó que las botellas las había traído él y bebía más que nadie.
    Le pregunté qué estaba haciendo en Madrid; me dijo que había venido como corresponsal de una agencia periodística. Hablaba conmigo en español, yo en francés. «¿Debe telegrafiar sólo reportajes o también información?», le pregunté. Hemingway se levantó de un salto, agarró una botella y me amenazó con ella: «¡He visto enseguida que te burlabas de mí!». «Información» en francés es nouvelles, y nouvelles suena en español como «novelas». Alguien sujetó la botella; se aclaró el malentendido y ambos nos reímos durante un largo rato. Hemingway me explicó por qué se había enfadado: los críticos le reprobaban el «estilo telegráfico» de sus novelas. Me eché a reír: «A mí también, por mis frases más bien entrecortadas». Él añadió: «Mala cosa eso de que no te guste el whisky. El vino es para el placer, pero el whisky es el combustible».
    Muchos estaban asombrados: ¿qué estaba haciendo realmente Hemingway en Madrid? Sin duda, estaba enamorado de España. Desde luego, odiaba el fascismo. Ya antes de la guerra española, cuando los italianos atacaron Etiopía, se había posicionado públicamente contra la agresión. Pero ¿por qué se quedaba en Madrid? Al principio trabajó con Joris Ivens en una película, y de vez en cuando enviaba algunos artículos a Estados Unidos. Vivía en la Gran Vía, en el hotel Florida, no lejos de la Telefónica, azotada continuamente por la artillería fascista. El hotel estaba agujereado por los impactos de las bombas explosivas. Nadie se había quedado en él excepto Hemingway. Preparaba el café con alcohol sólido, comía naranjas, bebía whisky y escribía una obra de teatro de amor. Tenía una casita en la Florida auténtica, donde habría podido dedicarse a su ocupación favorita, la pesca, comer bistecs y escribir con calma su obra. En Madrid estaba siempre hambriento, pero no era una molestia para él. Cada tanto recibía telegramas: le invitaban a volver a Estados Unidos. Él los apartaba con aire enojado: «También estoy bien aquí». No conseguía separarse del aire de Madrid. Se sentía atraído por el peligro, la muerte, la hazaña. El hombre decía con sinceridad: «Hay que aniquilar a los fascistas». Había visto a gente que no se rendía, y había revivido, se sentía rejuvenecido.
    En el Gaylord, Hemingway se encontraba con los soldados soviéticos. Le gustaba Hadji, hombre extremadamente temerario que se infiltraba en la retaguardia enemiga (era oriundo del Cáucaso y fácilmente podía pasar por español). Mucho de lo que Hemingway cuenta en la novela Por quién doblan las campanas sobre las acciones de los guerrilleros se lo contó Hadji. (¡Es una suerte que al menos sobreviviera Hadji! Me lo encontré una vez y me alegré mucho).
(...)
    Otro día hablábamos de literatura en un café de la Puerta del Sol. Este café permanecía intacto de milagro entre dos edificios destruidos. Sólo servían zumo de naranja con agua helada. El día era más bien frío, y Hemingway, sacándose del bolsillo trasero una petaca, se sirvió whisky. Me dijo: «Creo que el escritor nunca podrá describirlo todo. Por consiguiente, hay dos soluciones: describir de pasada todos los días, todos los pensamientos, todos los sentimientos, o bien esforzarse en transmitir lo general en lo particular, en un único encuentro, en una breve conversación. Yo hablo sólo de los detalles, pero procuro hablar de los detalles en detalle». Le dije que lo que más me impresionaba en todas sus obras eran los diálogos, que no lograba entender cómo estaban construidos. Hemingway sonrió con ironía: «Un crítico estadounidense asegura con toda seriedad que mis diálogos son lacónicos porque traduzco las frases del español al inglés».
    Los diálogos de Hemingway continuaron siendo un misterio para mí. Por supuesto, cuando leo una novela o un cuento que me entusiasman no me paro a pensar en cómo están hechos. Soy el lector que lee, pero luego el escritor no puede evitar comenzar a pensar sobre todo lo relacionado con el oficio. Cuando me resulta comprensible el procedimiento, puedo decir si el libro está mal escrito, si es mediocre, bueno o muy bueno, y puede gustarme, pero no impresionarme. Sin embargo, los diálogos, en las obras de Hemingway, siguen siendo un misterio para mí. En el arte, seguramente, se alcanza la cima cuando no logras comprender de dónde procede toda la fuerza.
(...)
    Los personajes de Hemingway hablan de otra forma: con pocas palabras, casi insignificantes, y al mismo tiempo cada palabra expresa su estado anímico. Cuando leemos sus novelas o sus cuentos, nos da la impresión de que la gente habla justo de esa manera. Pero, en realidad, no son frases escuchadas y luego anotadas, sino la esencia de la conversación creada por el artista. Se puede comprender al crítico estadounidense que llegó a la conclusión de que los españoles hablaban al estilo de Hemingway. Pero Hemingway no traducía el diálogo de una lengua a otra: lo traducía del idioma de la realidad al idioma del arte.
    Una persona que se hubiera encontrado por casualidad con Hemingway habría podido pensar que era un representante de la bohemia romántica o un diletante modélico: bebía, soltaba extravagancias, vagabundeaba por el mundo, pescaba en el océano, cazaba en África, conocía todas las particularidades de las corridas de toros, y no se sabía siquiera cuándo tenía tiempo para escribir. Pero Hemingway era muy trabajador; las minas del hotel Florida eran el lugar menos adecuado para escribir, aún así cada día se sentaba allí a escribir; me decía que era preciso trabajar con tenacidad, sin rendirse nunca: si una página resultaba insulsa, había que detenerse, reescribirla, por quinta, por décima vez…
    Aprendí mucho de Hemingway. Creo que antes de él los escritores hablaban de la gente y a veces lo hacían de manera brillante. Pero Hemingway nunca habla de sus personajes: nos los muestra. Puede que ésta sea la explicación de la influencia que ejerció sobre los escritores de diferentes países; como es natural, no gustaba a todos, pero casi todos aprendieron de él."
Ernest Hemingway en Valencia

miércoles, 14 de junio de 2017

LAS SS Y HIMMLER. LOS HERMANOS HIMMLER, de Katrin Himmler

LAS SS Y HIMMLER. LOS HERMANOS HIMMLER, de Katrin Himmler 

    "Gebhard Himmler sénior daba gran importancia a su reputación social, ganada a pulso, en especial tras haber recibido en diciembre de 1926 el título más alto que podía alcanzar, el de «consejero privado de enseñanza». La profesión estrambótica de Heinrich, su militancia en las filas de un partido político marginal, su enlace con una mujer divorciada y mayor... todo ello debía de confirmar una y otra vez los temores del padre de que ese hijo no llegaría a cumplir las ambiciosas expectativas de la casa paterna y que más bien comprometería el renombre de la familia. Las relaciones entre ambos no se distendieron hasta que Heinrich, tras el éxito electoral del NSDAP en septiembre de 1930, obtuvo un escaño de diputado en el Reichstag, lo que debió de mejorar enormemente su consideración en el seno familiar. Su padre comenzó a habilitar archivadores en los que iba pegando todos los recortes de periódico que mencionaban a su vástago. «De la vida política de nuestro q[uerido] hijo Heinrich», fue el rótulo que puso a esas carpetas, que contenían principalmente recortes del Völkischer Beobachter, órgano oficial del NSDAP. Pensar que mis bisabuelos, que eran personas cultas, leían ese primitivo tabloide difamatorio no deja de sorprenderme, aunque en los años 1929-30 las andanadas nacionalistas y antisemitas habían bajado de tono —tanto en la gaceta oficial como en los discursos de Hitler— para atraer al Partido a capas más amplias del electorado. Una estrategia que, en efecto, tuvo éxito.
    Heinrich debió su carrera parlamentaria al incremento vertiginoso de votos del NSDAP, que en las elecciones al Reichstag del 14 de septiembre de 1930 alcanzó el 18,3% de los sufragios, frente al 2,6% obtenido en los comicios de 1928. Se convertía así en la segunda fuerza por detrás del SPD y en adelante trató de corregir su imagen de banda de matones. Hasta esas fechas, en las regiones predominantemente católicas existían fuertes reservas hacia los nazis, mientras que en las zonas mayoritariamente protestantes un considerable número de electores procedía ya de la alta burguesía.
Sin duda, no era casualidad que Heinrich, con su educación burguesa, ya entonces se interesara más por la elitista SS que por la SA —cuyo «gamberrismo» repelía a los círculos conservadores—, aunque en el pasado hubiera colaborado con su jefe, Ernst Rohm, el «buen capitán». Tenía un fino olfato para los cambios de viento. Ya en 1927 había sido nombrado lugarteniente del Reichsführer SS, y en enero de 1929 se hizo jefe de esta organización. Desde un principio, su objetivo fue crear una élite racial en el seno del movimiento nacionalsocialista, con personas de aspecto nórdico que habían de cumplir una talla mínima. Hasta finales de año se dedicó a transformar la pequeña tropa de protección en una organización de 1.000 hombres que atraía a cada vez más exoficiales y aristócratas, entre ellos muchos antiguos integrantes de los cuerpos libres. En abril de 1931, la SS contaba con más de 3.000 miembros y era ya una referencia en el movimiento nazi, aunque seguía siendo mucho más pequeña que la SA. Hitler le dio la consigna de «hombre de la SS, tu honor es la fidelidad». A partir de agosto de 1931, Himmler encargó a Reinhard Heydrich, oficial de inteligencia licenciado de la Marina, la creación de un servicio de seguridad propio de la SS. En el verano de 1932, este servicio fue bautizado con el nombre de «SD», y en mayo de 1934 se le otorgó el monopolio de la inteligencia dentro del Partido, lo que encarriló decisivamente los esfuerzos de Himmler por hacer de la SS la élite del Partido.
    La creación de un cuerpo de protección fiel al Führer por parte de Heinrich permitió a sus padres sentirse otra vez pertenecientes a una nueva élite, lo mismo que a sus hermanos, que hacia 1930 se adhirieron cada vez más claramente a los nazis. Gebhard, el mayor, se dedicaba durante esos años a la enseñanza, en Múnich, y parece que fue un buen profesor, pese a su formación exclusivamente técnica. «La pedagogía no se aprende: hay que haber nacido para ella», explicaría más tarde a la mayor de sus hijas. Las evaluaciones siempre positivas por parte de sus superiores parecían confirmar la valoración que hacía de sí mismo. En un «reconocimiento de sus servicios» de 1929 se le acreditaba «una destreza notable para la docencia y la educación», y, además, se lo calificaba de «esmerado y cumplidor». Similar es la evaluación de 1931, que menciona igualmente su «buen contacto con los alumnos», su «disciplina» y su «puntualidad»."
Hitler y Himmler observan figuras de porcelana de Allach en abril 1944.

LA CRISIS DE LOS JUDÍOS RUMANOS. LEÓN TROTSKY, de Joshua Rubenstein

LA CRISIS DE LOS JUDÍOS RUMANOS. LEÓN TROTSKY, de Joshua Rubenstein 

    "En agosto de 1913 Trotsky remitió tres artículos esenciales sobre los judíos rumanos a Kievskaya Mysl. Haciendo acopio de toda la ira que fue capaz de acumular, dejaba claro que los 300 000 judíos de Rumanía, privados de ciudadanía, eran parte del pueblo más perseguido de toda Europa. Infinidad de leyes restringían su participación en la vida civil, los lugares donde podían vivir y cuántas tierras podían poseer. A los niños judíos se les prohibía asistir a las escuelas primarias públicas. «Un judío no puede ser abogado, propietario de una farmacia, comerciante, ni agente de bolsa», informaba. Pero el gobierno exigía a los judíos que pagaran impuestos y los reclutaba para el ejército como si fueran ciudadanos normales. No pudo concluir más que «el antisemitismo se ha convertido en la religión de Estado, el cemento psicológico último que mantiene unida a una sociedad feudal podrida de arriba abajo».
    Trotsky siguió describiendo el fracaso de las potencias europeas a la hora de proteger a los judíos de Rumanía. Según el Tratado de Berlín de 1878, Rumanía estaba obligada a garantizar la igualdad de derechos a todas las minorías nacionales. Trotsky manifestó su asombro al informar de que el canciller alemán Otto von Bismarck había hablado enérgicamente en defensa de los judíos de Rumanía más o menos en la misma época. «Ejerciendo como una especie de albacea del Congreso de Berlín, [Bismarck] se negaba a entablar ningún tipo de conversaciones diplomáticas con Bucarest mientras los judíos no gozaran de los mismos derechos que los demás […] Llamaba la atención —proseguía Trotsky— lo próximo que está el corazón del Canciller de Hierro de los intereses de los judíos moldavos; los intereses de los Hohenzollern en esa monarquía oriental no eran nada para él frente al destino de algunos parias sin derechos». Entonces Trotsky dio a conocer lo que había debajo de la aparente sensibilidad de Bismarck. El canciller estaba embarcado en una compleja maniobra para presionar al gobierno rumano a fin de que adquiriera acciones del propio ferrocarril rumano, generosamente financiado por banqueros alemanes que quebraron cuando el proyecto fracasó. Y el barón Gerson von Bleichröder, un banquero judío personalmente cercano a Bismarck y al káiser Guillermo I, era uno de los principales financieros que aspiraba a recuperar las pérdidas. «Poco a poco fue quedando claro que esa era la principal condición de Bismarck. Las abstracciones desnudas sobre la igualdad de derechos de los judíos eran engullidas por las gruesas acciones de los bancos de Bleichröder». Bismarck actuaba a su estilo. El asunto equivalía a «[…] una colosal pieza de chantaje político y financiero, en que lo que había en juego eran los cien millones de marcos invertidos por la nobleza prusiana […] [mientras] que los derechos de los judíos de Rumanía ejercían de medio de extorsión». Una vez formalizado el trato, la «“resolución” de la cuestión judía quedó reducida a una formalidad vacía con la nacionalización de 900 judíos que habían prestado servicios en la campaña turca de 1876-1878. Los 299 100 judíos restantes quedaron en la misma situación que antes del Congreso de Berlín […] Cuando se leen los documentos diplomáticos relativos a este asunto y la correspondencia privada de las partes implicadas, nunca se puede evitar cierto sentimiento de asco profundo», concluía Trotsky."

martes, 13 de junio de 2017

HOMBRES DE UNA SOLA PIEZA. GENTE, AÑOS, VIDA, de Ilya Ehrenburg

HOMBRES DE UNA SOLA PIEZA.  GENTE, AÑOS, VIDA, de Ilya Ehrenburg 

    "Se podría pensar que yo estaba protegido por el caparazón de mis principios intransigentes, pero no era así, pues el arte se filtraba en mis actividades clandestinas. Por las noches leía las obras de Hamsun: Pan, Victoria, Misterios; me reprochaba a mí mismo esta debilidad, pero no podía hacer nada contra mi admiración. Sentía que existía otro mundo, el de la naturaleza, las imágenes, los sonidos, los colores. Chéjov me conmovía ya entonces por su verdad, que yo no comprendía, pero que resultaba indiscutible, y susurraba: «Misius, ¿dónde estás?», y estaba enamorado de la dama del perrito. Vi a Isadora Duncan, que vestía una túnica antigua y bailaba de manera muy distinta a Heltzer. Seguía repitiéndome al igual que antes que todo aquello eran tonterías, pero no siempre conseguía pasar sin ellas. Iba todavía al instituto cuando le dije a una chica de quien estaba enamorado: «Korolenko afirma que el hombre está hecho para la felicidad, como el pájaro para volar». Me enamoraba con facilidad y sentía un gran anhelo de felicidad, pero consagraba todo mi tiempo y todo mi esfuerzo a otras cosas. Entre nosotros es costumbre emplear el epíteto «monolítico» como elogio, pero un monolito no es más que un bloque de piedra. El hombre es mucho más complejo, incluso cuando sólo tiene dieciséis años…
  Los periódicos desplegaban una energía sombría. Los socialistas revolucionarios estaban entusiasmados con las expropiaciones. Había ejecuciones en la horca. Por la noche, los agentes de la Ojrana destripaban los colchones y trasegaban los ochenta tomos de la enciclopedia Brockhaus y Efron…
   En la misma época Blok escribía: «¡Te reconozco, oh, vida! ¡Te acepto! | ¡Y te saludo con el tañido de mi escudo!».
   Pero yo no conocía a Blok, ignoraba muchas cosas: yo no era más que un pequeño monolito con una gran grieta. Visitaba a la estudiante de instituto Asia Yákovleva, que tenía dos años más que yo y sin duda se desenvolvía mejor en la madeja de los sentimientos humanos."

NAZIS EN POLONIA. SANGRE Y ÁMBAR, de David Torres

NAZIS EN POLONIA. SANGRE Y ÁMBAR, de David Torres 

    "La historia de su madre resultó aún más aterradora. Era de ella de quien Agnieszka había heredado la belleza, el pelo rubio y los ojos claros. Wanda Janczakowa era una polaca de origen letón a quien los nazis internaron en una de las casas Lebensraun ideadas por Himmler, uno de aquellos escalofriantes criaderos de niños perfectos con el pelo rubio y los ojos azules.
   —Se la llevaron a Łódź —léase «Uts»—, a un campo que había en la calle Łąkowa. La cogieron para mejorar la raza aria. Mi madre era alta, rubia, muy guapa. Miren, tengo una foto suya aquí.
(...)
   —Por Dios, no. Yo ya tenía un año cuando se llevaron a mi madre para poner en práctica las teorías de Rosenberg. Por suerte, un médico alemán se apiadó de ella y la dejó escapar. Gracias a aquel hombre, se salvó de convertirse en una de las doce mil madres fértiles que los nazis emplearon como úteros cautivos en Alemania. Después mi madre decidió regresar al General Gouverment y acabó la guerra de jefe médico en un batallón de partisanos.
   —¿Vive aún? —preguntó Aśka mirando la foto.
   —Tiene noventa años y el grado de capitán del ejército.
   Cerró el libro, lo dejó en una de las sillas y nos invitó a tomar el té. Era ya la hora de comer pero no resistí la tentación de probar un bizcocho.
   —Después de tantos años, lo mejor de toda la historia es que, según los cánones nazis, los polacos de hoy día somos muchos más arios que los alemanes. A algunos les jode venir aquí de vacaciones y ver que nuestras mujeres son más altas y más rubias que las suyas. Claro, llevan tantos años mezclándose con emigrantes turcos… —Dio una palmada y se echó a reír de nuevo—. Si Hitler levantara la cabeza y viera a los alemanes buscando desesperadamente una polaca con la que casarse…"

lunes, 12 de junio de 2017

CUMBRES INEDITAS. LOS INDOMITOS DE LA MONTAÑA, de Dino Buzzatti

CUMBRES INEDITAS. LOS INDOMITOS DE LA MONTAÑA, de Dino Buzzatti 

    "...ya no divisamos el tejado tranquilizador del refugio, ni el camino blanco del fondo del valle, ningún signo de existencia humana aparte de ese vago trazo de sendero que bien podría ser el resto de una antigua cornisa natural, o la huella de algún animal, o un signo equivoco trazado a propósito por los gnomos para arrastrarnos al precipicio. Si estando en ese erial, justo en el momento en el que surge en nuestro interior una repentina y vil añoranza por nuestra plácida casa, por el gris vaivén de la monotonía diaria, pensáis con rabia en nosotros, que tan mal os hemos aconsejado, en ese mismo instante conoceréis al fin la montaña como debe ser, desnuda y poderosa, cerrada en su sabiduría infinita. Sobre aquellas cumbres sin fama ni gloria, cuyo nombre no podrá arrancar loas ni sorpresas a vuestros amigos, sobre las viejas cumbres móviles que ninguna competición ha contaminado nunca, allá será probablemente donde se dice seréis felices, incluso sin saberlo. Resistir por tanto a los consejos de los guías que son grandes personas pero preferirán conduciros a lo alto por la célebre pared que ya conocen como la palma de su mano, y no por complicadas cumbres donde no han estado nunca. No os dejeis lisonjear por la brevedad de las subidas, por el deseo de igualar al amigo que las ha recorrido dándose tantos aires ".
Alpes Julianos

LOS POLACOS. SANGRE Y ÁMBAR, de David Torres

LOS POLACOS. SANGRE Y ÁMBAR, de David Torres 

    "Empecé a comprender que la simpatía que me inspiraban los polacos venía de su dignidad, la entereza moral que les ha hecho sobrevivir a todas las catástrofes, la alegre resignación con la que cargan a cuestas su terrible destino. Frente al fácil victimismo de otros pueblos que no dejan de lloriquear, de jactarse de sus rasguños, los polacos callan, se abrochan hasta el último botón de la camisa. No ocultan sus heridas pero tampoco alardean de ellas.
    Es verdad: los polacos siempre han luchado de frente, a cara descubierta, ya fuese cargando al galope contra los tanques alemanes o lanzándose bajo las patas de los caballos cosacos. Y a pesar de que cuentan con más motivos y más agravios históricos que cualquier otro pueblo en el mundo para recurrir al terrorismo, jamás lo han hecho. Conrad, en su artículo sobre la partición, se enorgullece de que en todo el largo período de la opresión extranjera —aquella interminable centuria en que Polonia desapareció de los mapas— sólo se disparó una vez contra un tirano: en París, contra el zar Alejandro II. Los patriotas polacos se avergonzaron de aquel bochornoso atentado, pero más que del fracaso, del mero intento."

viernes, 9 de junio de 2017

EMOCIONES. LA MONTAÑA DENTRO, de Herve Barmasse

EMOCIONES. LA MONTAÑA DENTRO,  de Herve Barmasse

    "Un detalle que parece obvio, pero que no lo es en absoluto: en las montañas cada cual debe encontrar su propio desafío. Un sueño por cumplir en el corazón de cada uno de nosotros. Y las emociones son las mismas. Marco esta muy preparado, y con él he compartido ya muchas jornadas en la montaña. Es un empresario, tiene una vida muy intensa y su determinación para alcanzar ciertos objetivos resulta admirable. Una semana de trabajo y un solo día libre. Como él hay muchos. Gente que trabaja en fabricas, en oficinas y despachos, soñando con una escalada, una excursión, un cuatromil; que se dejan la piel para poder huir unas pocas horas y vivir ese instante de libertad, que a menudo demuestran mas pasión que muchos que pueden tener siempre como escenario las montañas y vivirlas a cada segundo.
    Todos deberían vivir  la montaña a su propio nivel, aprendiendo a desarrollar el arte de la renuncia, a reconocer y confrontar sus propios limites. Son las emociones que sentimos lo que vuelve grande aquello que hacemos. Y por suerte, las emociones no pueden utilizarse para crear una clasificación o una medalla, solo sirven para llenarnos de alegría"

TERRORISMO DE ESTADO. LEÓN TROTSKY, de Joshua Rubenstein

TERRORISMO DE ESTADO. LEÓN TROTSKY, de Joshua Rubenstein 

    "Cuando los bolcheviques consolidaron su poder en Rusia, las medidas represivas que impusieron incomodaron a muchos antiguos aliados de Europa occidental, entre los cuales se encontraban Rosa Luxemburgo y Karl Kautsky. Luxemburgo y Trotsky habían compartido en una ocasión cierto odio hacia la insistencia de Lenin en la formación de un partido disciplinado y centralizado. Ahora, en 1918, ella comprendió hasta dónde se estaban apoderando de Rusia las tácticas de Lenin. «Sin elecciones generales —escribió—, sin libertad de prensa y de reunión sin restricciones, sin una libre batalla de opinión, la vida agoniza en todas las instituciones públicas, se convierte en una mera apariencia, en la que solo la burocracia prevalece como elemento activo […] La vida pública desaparece paulatinamente; solo gobierna una docena escasa de dirigentes del partido extremadamente enérgicos y enormemente idealistas […] En el fondo de esto reside el régimen de una camarilla; una dictadura, es verdad, pero no la del proletariado, sino la de un puñado de políticos». Karl Kautsky también intervino. En 1918 y 1919 publicó dos panfletos,La dictadura del proletariado y Terrorismo y comunismo. Como veterano socialista que era, Kautsky mantenía su fe en la democracia. Se burlaba de la dictadura de Lenin diciendo que no era más que un monopolio del poder en manos de un único partido político. Sin el apoyo de la mayoría, que tenía derecho a expresar su voluntad política, ningún movimiento político podía imponer el socialismo a una población que no lo quisiera. La tentativa no podía desembocar sino en una dictadura manifiesta que tendría que recurrir a la fuerza y la intimidación, el terror, para aferrarse al poder y moldear la sociedad a su antojo. Kautsky tocó una fibra sensible. Tanto Lenin como Trotsky respondieron con panfletos. Este último no se estremeció. En Terrorismo y comunismo (un título copiado del de Kautsky), Trotsky hacía algo más que defender el uso de la fuerza durante una guerra civil; sostenía que esos métodos eran necesarios para crear el socialismo. «Quien desea el fin no puede rechazar los medios», sostenía. Sí, los rojos y los blancos se enzarzaron ambos en la violencia para alcanzar sus objetivos, pero lo que los bolcheviques tenían en mente estaba tan esencialmente encaminado al beneficiode todos que el uso de la coerción estaba justificado, mientras que los métodos similares empleados por los reaccionarios, que no beneficiaban más que a una relativa minoría, merecían ser condenados. «Una revolución —afirmaba— no se decide mediante votación […] La represión [es] el medio necesario para quebrar la voluntad del bando opositor». Trotsky nunca se retractó de estas ideas, ni siquiera cuando formaba parte de una oposición perseguida y se convirtió en blanco principal de la ira de Stalin."

UNA HISTORIA DE TERROR. GENTE, AÑOS, VIDA, de Ilya Ehrenburg

"Uno de los presos del gueto de Riga escribía en su diario que en su barracón se encontraba el famoso historiador S. M. Dúbnov, que entonces tenía setenta y un años. Entre los comandantes del gueto estaba Iohann Zibert, un hombre que había estudiado en la Universidad de Heidelberg, donde Dúbnov impartía clases de historia del Antiguo Oriente antes de la Primera Guerra Mundial. Zibert, al enterarse de que en el gueto se encontraba su antiguo profesor, fue a verlo y durante un buen rato se estuvo riendo de él: «De joven era tan estúpido que asistía a sus clases. ¡Vaya tonterías nos explicaba! Quería que nos ablandáramos y creyéramos en el triunfo del humanismo. Ridículo…». Iohann Zibert no se privó del placer de asistir personalmente al asesinato de Dúbnov. Esto es lo más terrible de todo. Significa que la instrucción primaria, las aulas universitarias y la técnica superdesarrollada de poco sirve para proteger a las personas del salvajismo."

jueves, 8 de junio de 2017

EL JOVEN HIMMLER. LOS HERMANOS HIMMLER, de Katrin Himmler

EL JOVEN HIMMLER. LOS HERMANOS HIMMLER, de Katrin Himmler 

    "Kätha a menudo firmaba las numerosas cartas para Heinrich como «tu hermanita». Era también la persona con la que más se sinceraba. El 6 de diciembre de 1920 ella le escribió: «Cuando sigues tus sentimientos, tienes la mayoría de las veces una sensación de haber cedido, o sea, de debilidad. ¿No olvidarás que de tus horas de silencio mana la fortaleza? [...] Así que, Heini, no tenses demasiado las riendas si no quieres perder algo de lo más hermoso que la vida te puede dar».
   Aunque Heinrich se esforzaba por tener un trato social y amigable con los demás —aprendió a bailar, se hizo miembro del Club Alpino y del club de tiradores, cultivaba las relaciones con sus hermanos de corporación y con los numerosos viejos conocidos de sus padres—, a menudo sufría, durante los estudios, la sensación de no formar parte de la colectividad. «Me consideran un muchacho alegre, divertido, que se encarga de todo: “Ya se hará cargo Heini», anotó en enero de 1922. Era consciente de que sus a menudo duras críticas al comportamiento ajeno hacían que los demás acabaran distanciándose de él. «Es que no puedo callarme», apuntó en el diario por las mismas fechas. Se exhortaba a cumplir estrictamente con los mandamientos religiosos para hacer de sí una «buena persona» y se creía con derecho a plantear exigencias similares a los demás o a educarlos en ese sentido.
(...)
    La militancia política de Heinrich al servicio de un partido extremadamente pequeño y que en esas fechas estaba, además, amenazado de prohibición le valió amplias simpatías entre amigos y «camaradas», quienes admiraban en él al luchador idealista. A mediados de los años veinte, el apoyo electoral a los partidos de extrema derecha era escaso. Sin embargo, estos pensaban, y no sin razón, que había un potencial mucho mayor de adhesión secreta a sus ideas, gente cuyo apoyo abierto querían reconquistar cuando llegase el momento."

EL CONJUNTO ESCULTÓRICO DE VARSOVIA. LA SANGRE Y EL AMBAR, de David Torres

EL CONJUNTO ESCULTÓRICO DE VARSOVIA. LA SANGRE Y EL AMBAR, de David Torres

    "Cuando se acercó para señalarnos las titánicas figuras comprendí que parecía haber escapado del conjunto escultórico de la plaza. Reparé en que, bajo la aparente uniformidad de los rostros esculpidos, se escondían facciones y rasgos individuales. Pero el aire de familia de todos ellos era inconfundible, provenía de una oscura noche de la Historia, una noche con fuegos en las calles, ruidos de derrumbe, ecos de disparos.
    —El escultor las hizo fijándose en las fotos. Cada uno de ellos se corresponde con un personaje real. Por ejemplo, esta enfermera que hay aquí es Teresa, yo la conocí. Era una mujer muy valiente, luchaba en el batallón Zośka —dijo, y volteó el brazo hacia el grupo de la plaza—. Y aquel sacerdote de allí se llamaba Janek, salvó la vida a mucha gente. En septiembre, cuando esperábamos que entraran los rusos, y no entraron, y los alemanes empezaron a matarnos a todos, lo cogieron y lo ahorcaron. Yo fui uno de los que fueron a hablar con el Papa para que lo hicieran beato, y actualmente está en proceso de canonización.
    Después contó a Aśka los detalles de la edificación del monumento, cómo el gobierno comunista, después de intentar sabotear su construcción por todos los medios, sólo les había dejado aquel lugar, un tanto apartado del casco viejo. Contó también su visita al Papa y sus viajes a Estados Unidos, un país que cada vez le gustaba menos. Habló con orgullo de una hija suya que vivía en Suiza y que estudiaba idiomas. Alabó el libro de Norman Davies —«el primer libro que cuenta lo que realmente sucedió en Varsovia»— y añadió que el historiador inglés había hablado con él y con otros supervivientes de la batalla."






miércoles, 7 de junio de 2017

TROTSKY CONTRA LENIN. LEÓN TROTSKY, de Joshua Rubenstein

TROTSKY CONTRA LENIN. LEÓN TROTSKY, de Joshua Rubenstein 

    "En agosto publicó Nuestras tareas políticas, un panfleto en el que diseccionaba el enfoque de Lenin del poder con una intuición muy aguda acerca de adónde conduciría. En poco más de un centenar de páginas concienzudamente argumentadas, Trotsky atacaba a Lenin personal y políticamente, desautorizándolo con unas invectivas sin precedentes: Lenin era «horrendo», «un fiscal desaseado» y un individuo «malintencionado y moralmente penoso». Trotsky seguía compartiendo la fe de Lenin en un partido centralizado de conspiradores revolucionarios, pero ahora veía que en el corazón de esta idea había arrogancia. Lenin no confiaba en la clase trabajadora. El movimiento estaba dominado por un intelectual insensible que creía que su «teocracia ortodoxa» podía «reemplazar» a los trabajadores para llevarlos adonde tenían que ir, tanto si aprobaban o no las intenciones del partido. Trotsky exponía una clarividente pesadilla que sepultaría al país que trataban de salvar. «Estos métodos [de Lenin] llevan […] a la organización del partido a “sustituir” al partido; luego, al Comité Central a sustituir a la organización del partido y, finalmente, al dictador a sustituir al Comité Central». Solo corría el año 1904, pero Trotsky detectaba que la teoría bolchevique de la revolución conducía inevitablemente a una dictadura personal. Isaac Deutscher señalaba que «era la acusación más estridente que cualquier socialista hubiera esgrimido alguna vez contra Lenin». Resultaba difícil imaginar cómo iban a superar aquellos dos hombres semejante división. La crítica que Trotsky hacía de Lenin y de los bolcheviques subrayaba su condición de marxista independiente. Habitaba en un territorio intermedio entre los bolcheviques y los mencheviques, lo que le mantenía accesible a ambos bandos y le otorgaba libertad para moldear sus propias ideas y reaccionar ante el desarrollo de los acontecimientos sin necesidad de respetar la disciplina del partido, ni a un dirigente decidido como Lenin"

GUETO DE VARSOVIA. SANGRE Y ÁMBAR, de David Torres

GUETO DE VARSOVIA. SANGRE Y ÁMBAR, de David Torres 

    "Un hombre, Emmanuel Ringelblum, se acabaría transformando en la memoria viva del gueto. Economista, historiador, militante socialista y sionista convencido, Ringelblum se hallaba en Ginebra cuando los alemanes invadieron su país. No se lo pensó dos veces y regresó a Varsovia para ayudar a los suyos. Allí empezó a escribir todo lo que pasaba ante sus ojos, a recopilar todos los documentos y materiales que caían en sus manos. Los papeles empezaron a crecer, transformándose en un diario exacto y veraz de las vejaciones y miserias del dominio alemán, pero también de los abusos de los polacos y de la corrupción generalizada del Consejo Judío. Su archivo personal, compuesto de miles de notas, propias y ajenas, fue encontrado en unas latas enterradas entre las ruinas, después de la guerra. A partir de ellas se elaboró la Crónica del gueto de Varsovia, uno de los documentos históricos fundamentales del siglo XX, un testimonio de primera mano no sólo de la brutalidad nazi, sino de la vida cotidiana de los judíos de Varsovia bajo la égida del horror absoluto. El testimonio de Ringelblum es un ejemplo supremo de imparcialidad histórica: por encima de la negrura de los acontecimientos, la escritura trasluce como un cristal los hechos desnudos, despojados prácticamente de comentarios subjetivos."
Varsovia

domingo, 4 de junio de 2017

LA MONTAÑA DENTRO, de Herve Barmasse

LA MONTAÑA DENTRO, de Herve Barmasse


    Barmasse es un alpinista de Aosta, otro italiano con un libro de experiencias de montaña en su haber. Nacido en 1977, puede que ya tenga cosas interesantes que contar, pero sin duda que aun le quedan cosas por hacer. Es este un libro que puede parecer una forma mas de reforzar su prestigio y sus ingresos. Puede parecer que , con la gente que ya hay en este mundillo, pocas cosas nuevas quedan por hacer en las que Barmasse pueda sobresalir. Y es cierto, hay pocas y el las busca y las aprovecha: el libro nos cuenta sus aventuras en el Karakorum, en la Patagonia y en los Alpes. Algunas de esas aventuras, como la del Ogro en Pakistán, no cuajan, otras, como la del Piergiorgio en la Patagonia cuajan al tercer intento. Varias de sus aventuras, algunas con susto incluido, cuajan al lado de casa, en el Cervino. Montaña que no es un referente internacional, sino que lo es personal para Barmasse, nacido, crecido y formado a su sombra. Porque creo que la clave de este libro, de su desarrollo hacia el alpinismo de exploración a la par que su madurez como persona, esta en la capacidad de transmitirnos eso: ¿por que voy a la montaña? ¿por que hago lo que hago? ¿que emociones experimento? ¿contra qué he tenido que luchar en mi vida para lograrlo? ¿que busco en cada nuevo reto en la montaña? ¿qué es lo que mas me ayuda a lograrlo?

    En una época en la que quedan pocas cosas por explorar, por intentar antes que nadie, Barmasse busca aquellas que solo a él le implican en algo (a veces se llama a si mismo montañero solitario). Busca la experiencia de una aventura que lo perfeccione, que ensanche sus limites, que lo saque de la comodidad y lo ponga a prueba. Ya no hay apenas vías nuevas, vías espectaculares, encadenamientos temibles ni situaciones a vida o muerte: hay dos o tres situaciones de cagarse de miedo por un buen susto, una caída... pero el valor de este libro esta en que posiblemente, si estas leyendo estas lineas, es que te gusta la montaña, las grandes cimas, lo corredores de nieve/hielo, las aristas, etc Y a poco nivel que tengas vas a comprender muchas de las ideas y sentimientos que Barmasse expresa: la soledad en medio de una ascensión, o la alegría al final de ella, el miedo a las piedras que caen, un viaje a un sietemil, etc. De repente, con Barmasse estamos un poco más cerca de los míticos héroes de la escalada. Asi lo expresa:


  "...Expreso las emociones que experimento durante mis viajes y mis aventuras: las dudas, las incertidumbres, la fascinación y el influjo que el alpinismo del pasado ha ejercido sobre la elección de mis objetivos, pero también el placer y la alegría que vivo en la montaña. No me siento distinto a las personas que tengo delante, escondidas en la oscuridad de la sala. Es solo un juego de roles: si me bajara del escenario y subiera uno de ellos, se invertiría la escena. Las emociones son las mismas y se encuentran en el corazón, no solo en las lejanas o en las escaladas imposibles.
Entre una película y otra observo a los espectadores. Me pregunto si estas personas querrían más tensión, más drama, más superlativos. Tal vez si dijera que aquello fue dificilísimo, tremendamente frío, peligrosísimo, que el viento destrozaba la tienda, que pensé que iba a morir, que no lograría, que con frecuencia escalo sin cuerda, tal vez así encandilaria al público. Tal vez así quedaría mejor. Pero no puedo. Si me hiciera el héroe, me sentiría un farsante, un hipócrita que ha estudiado su papel y recita un guión de otros tiempos, cuando el alpinismo era de lágrimas y sangre, y la tragedia planeaba sobre cada aventura. Probablemente les defraudaré, pero no me avergüenzo de decir que cansarse en la montaña es obvio, así como el riesgo, las tormentas y el frío. Si han venido por Herve Barmasse, tendrán que contentarse."
    Tal vez a ello contribuya el que llego al alpinismo de rebote, desde el esqui. Tal vez lo humanicen las lesiones, los fracasos, el ganarse la vida también como guía, instructor, socorrista. Como siempre, no voya desvelar el argumento del libro, si ya has leido hasta aqui y sabes los lugares geográficos que nombro, y has leido a otros autores parecidos, no te será dificil imaginar de que va el libro. Lo que tal vez lo haga diferente del resto es el sentimiento que Barmasse expresa en conjunto, muy en la linea de miles de comentarios que podrías leer de montañeros en redes sociales: esa sensación de buscar un por qué de las cosas, un sentido a la actividad que absorbe nuestras vidas. Esa sensación chunga que te hace dudar de tus posibilidades en ese momento frente a una dificultad que no esperabas y que te hace regresar sobre tus pasos contrariado... Esas frases que buscan verbalizar la belleza del esfuerzo, la tradición heredada en el mundo de la montaña, cómo el mismo ha madurado como persona a la sombra del Cervino y de otras muchas montañas. Ideas muy personales que nos muestran la montaña dentro de Hervé Barmasse.

"Desde la cumbre del Cervino, el mundo que he abandonado esta mañana y al que retornaré esta noche parece bellisimo. Alla abajo estan las personas que amo y que me aman, pero también los problemas, las injusticias sociales, las guerras de poder, las discriminaciones. Mientras que aqui arriba no hay nada, tan solo el viento helado del invierno, que sacude la capucha de mi chaqueta. Casi querría poder intercambiarme por la cruz, y quedarme aqui arriba, para ver cómo será el futuro. Pero sería un gesto de cobardía. El verdadero coraje lo muestra el alpinista cuando se comporta como un hombre. Cuando baja de las montañas y afronta los problemas comunes para intentar cambiar las cosas, tantas cosas qu no funcionan"

Una lista de primeros ascensos obtenida de Wikipedia.it. Algunas de ellas iban dentro de un proyecto que iba mas alla de lo deportivo, y en el libro exlica cual era la emocion que le impulsaba a intentarlo. Un ejemplo mas de por donde se mueven las ideas del libro:

2000 - Matterhorn - pared Sur - Nueva ruta: Para Nio (350 m desarrollo 6a + obl.).
2001 - Breithorn pared Oeste - - nueva mixta: Via del FREIND (ED 600 m de desarrollo)
2002 - Matterhorn - pared Sur - Primera ascensión en solitario y en tercer lugar general repetición Calle Casarotto Grassi (ED 1300 m de desarrollo)
2003 - Dent d'Hérens pared West - - Petit Lumignon (800 m dificultad IV / 4), primer ascenso
2003 - Pizzo Badile pared Sur - - Nueva ruta: Ringo (370 m de desarrollo, dificultad 6c obl.)
2004 - Matterhorn - pared Sur - repetición de invierno primer Padre Pio ruega por nosotros (1000 m de desarrollo, 6c / 7a dificultad max)
2004 - Pakistán - Pico ovejas (6300 m) - nuevo camino
2004 - Pakistán - Escudo Chogolisia (aproximadamente 5700 m) - Nueva ruta en estilo alpino Luna Caprese (1000m desarrollo máximo 6c)
2005 - Dent d'Hérens - pared Oeste - Kill Geko (800 m de desarrollo, dificultad IV + / 5) primera ascensión
Con su padre

2005 - Pakistán - Escudo Chogolisia - Nueva ruta: Arriba y abajo (800 m dificultad para desarrollar 6c / 7a y A1)
2005 - Pakistán - Nueva ruta de hielo mezclado en la parte superior de una hoja en blanco: Rápido y Fourius (700 m de desarrollo)
2005 - Pakistán - Estreno mundial en solitario ascenso de una inviolable pico (aproximadamente 6000 m) en la costa del pico Faerol
2005 - Pakistán - Naysar Brakk (5200 m aproximadamente.) Para la calle Inglés
2005 - Matterhorn - Primera ascensión en solitario de Via Deffeyes (ED 1300 m de desarrollo) en menos de cuatro horas
2007 - Matterhorn - Primera ascensión en solitario de la cara sur del Cervino. La trayectoria seguida por Barmasse es la Via Direttissima con la apertura de una variante de la trayectoria original en la pared central.
2007 - Matterhorn - Primera ascensión en solitario del borde de las flores - Via Machetto
2008 - Patagonia - Cerro Piergiorgio (950 m) - Nueva ruta en el escalado de la cara norte del oeste, La Ruta de lo Hermanno (1.100 m 6b + / A3 + desarrollo ED)
2008 - Pakistán - Bekka Brakai Chhok (6940 m) - Presentación mundial en ascenso en estilo alpino de la montaña
2008 - China, - Área Muztag-hata - Miky Sel (6250 m), primera ascensión de la montaña en estilo alpino
2009 - Patagonia - Hielo Continental Sur - Nueva ruta de cruce del tercer glaciar más grande en la tierra de este a oeste
2010 - Shimshal Valle Pakistán - Primera ascensión de algunas caídas de hielo. La formación y la educación de Shimshal, en la seguridad y el progreso técnico a los titulares (hombres y mujeres) Shimshal escuela de escalada (el actual proyecto de la escuela Qudrat Ali y Simone Moro)
2010 - Matterhorn - Wall Sur - A través de la nueva Couloir Barmasse - (1200 m, ABO)
2010 - China, Venus pico , la parte superior de una hoja limpia de 6300 m, subir en dos días y en estilo alpino (dificultad ED)
2011 - Matterhorn - Wall Sur - Picco Muzio - Nueva ruta se abrió en solitario - (1200 m, dificultad ABO)
2011 - Mont Blanc - Nueva ruta en el pilar izquierdo Brouillard con los hermanos Iker y Eneko Pou La Clásica Moderna , utilizando pernos (300 m de desarrollo, 6c max)
2011 - Monte Rosa - lado Valsesia del Monte Rosa Signalkuppe cara sureste - Nueva vía abierta con su padre Marcos, viaje en el tiempo ; tercera y última etapa del proyecto explorar los Alpes (800 m, dificultad ED)


2012 - Pakistán, Sing cuadrilla glaciar / Snow Lake. Primera ascensión de tres picos inviolables; Muki cruce del pico de aproximadamente 6330 m, ascenso y descenso, con los esquís de una parte superior de 5966 m en la orilla izquierda del colmillo Sing glaciar y el ascenso de una tapa Solu menor de la torre de 5880 m.
2013 - Patagonia - el invierno del hemisferio sur - Grupo del Cerro Torre y Fitz Roy - ascenso primer invierno del Cerro Pollone; primer ascenso y el primer centro Colmillos colmillos de invierno y de la derecha (sur).
2014 - Cervino / Matterhorn. encadenamiento de invierno primera y solitaria de cantos 4 del Cervino. Bossi a cabo desde el campamento, subir la cresta Furggen el camino de los acantilados (la primera ascensión invernal en solitario de la calle) y fuera de la cresta Hörnli y luego cruzar la base de la pared norte y subir de nuevo a la cresta de Zmutt. Descenso de la cresta del león.
2014 - Cervino / Matterhorn. Primera ascensión invernal en solitario de la cresta Furggen el camino de los acantilados durante la concatenación de los cuatro cantos del Matterhorn completado 13 de marzo de 2014.

LA MONTAÑA DENTRO, de Herve Barmasse, 220 paginas en Editorial Desnivel, 2015