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viernes, 17 de marzo de 2023

MI VIDA CON DIRE STRAITS, de John Illsley

MI VIDA CON DIRE STRAITS, de John Illsley

Es la historia de Illsley, no la de Knopfler. Y es, si confiamos en sus propias palabras, la historia de un buen hombre ante todo. Empieza situando sus primeros años, desde 1949, en el contexto histórico de Inglaterra. El ambiente provinciano del pueblo natal, y lo que se aburría. La música fue su descubrimiento y su salvación juvenil, con una guitarra cutre que se compró, la primera, con lucho esfuerzo, y una radio de galena para escuchar la denostada música de EEUU a escondidas, por la noche. El fue de los últimos de esos críos que vivió en un colegio privado, un internado especializado en traumatizar a los chavales, muy inglés todo. Alguien que no se arrepiente ni avergüenza de haber leído a Marx o a Engels como un paso más a la crítica del mundo que le tocó vivir. El caso es que Illsley ha meditado con profundidad en su vida hasta captar los momentos de su formación como persona: a nivel musical, en su conciencia social, en hacerse responsable del trabajo y los estudios, etc. Marca su progreso en diferentes niveles de la vida con mucha claridad y agradecimiento hacia otras tantas personas con las que se cruzó y que le ayudaron. Las recuerda con nombres apellidos, así como los momentos más intensos o que más le afectaron en la vida: la forma en que conoció a Mark, la influencia de tal profesor, cuanto descubrió su amor por la música, o algún concierto concreto, etc. A lo largo del libro muestra su conocimiento e interés por los lugares que recorre en las giras, el entorno social que los envuelve y el por qué de las reacciones del público o de las autoridades, destacando las autoridades comunistas en Budapest, los conciertos en ciudades de Yugoslavia o Israel, o los energúmenos en Italia. 

Decir que no es la historia de unos fiesteros, ni de unos cocainómanos, ni de unos tíos que tiren la nevera por la ventana de la suite o le prendan fuego. Nacieron y creyeron en lo que mejor se les daba, componer y tocar su música. Ese era su aval en los inicios y con eso se ganaron un respeto que a otros costó más alcanzar. Illsley es un tipo listo que desgrana sus vivencias dentro de la industria musical en Gran Bretaña y Estados Unidos con mucha claridad y solo por su experiencia. En seguida se entiende el beneplácito de Mark a su libro: se entendían muy bien. 
Otra cosa especial en la historia del grupo es su ascensión rápida en las listas de éxitos y la rápida progresión en llenar auditorios cada vez más grandes. En un año superan en Alemania a Talking Heads o The Police, y su staff sube en consonancia. El caché también. Mark era el genio, el corazón de la máquina, admirado hasta por Bob Dylan. En el descansan las exigencias cada vez mayores, pero es un tipo sereno y flemático como no haya leído hasta ahora en un músico de su talla, un músico de primer orden al que le gustan poco los aduladores. Está claro que lo admira. No se le va la pinza ni Illsley cuenta de él salidas de tono. La banda no tiene muchos álbumes de estudio, pero del primero al ultimo hay una clara progresión en estilo musical, aumentan las capas de sonido, canciones mas editadas, introducción de instrumentos protagonistas como los teclados, etc. Illsley explica muy bien esa progresión hacia la madurez de Dire Straits, qué era lo que buscaban en todo momento, incluso cuando la banda se disolvió.
A nivel mas personal, otro detalle poco frecuente es acordarse con nombres y apellidos del equipo técnico y resto de gente que los acompañó en las giras, dando agradecimientos. Recuerda a muchas personas con un sentimiento agradecido a lo largo del libro, señal de profesionalidad y el respeto debido. También de humildad y buena cabeza. Ahora bien, en su particular ajuste de cuentas final consigo mismo, no se si esa actitud es producto de la ayuda psicológica que recibió tras el punto final a Dire Straits o se percibía así durante su etapa en la banda. En cualquier caso, ese ajuste de cuentas, esa claridad expositiva en lo que de verdad importa en su propia vida es algo difícil de leer a este nivel en las autobiografías del rock. Mientras en muchas autobiografías me encuentro un auténtico show por entretener al lector con movidas dentro y fuera de la música, el caso de los 4 fundadores de Dire Straits es el tíos serios y profesionales. Nada de follarse todo lo que se ponía a tiro ni excesivas infidelidades, aunque las cuenta y no se enorgullece por ello. Illsley cuenta sin excesivos detalles la marcha de Dave, hermano de Mark, y la del batería Pick, pero dándonos una idea del porqué. En esto respeta mucho las intimidades de cada uno. 
Una de las cosas poco comunes en este tipo de libros es que Illsley te permite pensar en su música, en la progresión musical del grupo, y menos en las peleas entre sus miembros (en eso ahi es discreto). Te permite entender cómo llegó del sonido del primer álbum de los Straits hasta el último por el interés de Mark por los teclados y la tecnología. Por supuesto, hay muchos detalles de las grabaciones, de las giras, de la forma de componer canciones (incluso él tiene sus LP en solitario) que gustarán a los fans de tanta canción espectacular de un repertorio tan variado.
En resumen, esta biografía va de Dire Straits y de su autor, dejando algunas preguntas sobre Mark en el aire por pura curiosidad. Pero eso debería contestarlo Mark. Es una biografía muy distinta a cualquier otra que haya leído: una mirada reflexiva, de una personalidad egocéntrica pero también agradecida al conjunto que le rodeó. Un tipo tranquilo en el aspecto de las juergas y muy profesional a la hora de desarrollar sus compromisos ante todo. De hecho, la historia con Dire Straits es la de un hombre cuyo primer amor es la música y lo demás estuvo a su servicio. La etapa posterior ocupa muy pocas páginas: el encuentro con su tercera mujer, la pintura como terapia, la música como conexión con el mundo y una amistad indeleble con Mark Knopfler.
MI VIDA CON DIRE STRAITS, de John Illsley. Editorial Cupula, año 2022, muy bonita, en tapa dura casi hormigon. Unas 350 paginas con fotos del autor.

martes, 28 de febrero de 2023

EN EL PISO DE ABAJO, de Margaret Powell

EN EL PISO DE ABAJO, de Margaret Powell

Respondona, ingenua, trabajadora, observadora y crítica. Margaret (1907, Sussex-1984) se describe como una mujer muy llana y directa, de las que llaman al pan y al vino por su nombre, y con mucha ironía añadida con ánimo de hacer más amena su propia historia. 
Trabajó en el servicio doméstico, una vida de semiesclavitud en muchos casos, pero que empezaba a cambiar a mejores condiciones de salario y prestigio social, no por la generosidad de "ellos", los de arriba, sino porque a las mujeres se les empezaban a abrir otras posibilidades de trabajo. El mercado laboral se empezaba a abrir ligeramente para ellas, y tenían ocasión de negociar al alza sus condiciones. Pero los comienzos fueron duros, aguantando la mezquindad y la soberbia de los de arriba, porque esta es una historia de los de arriba y los de abajo. Antes de empezar a servir, describe muy coloridamente el régimen de hambre y escasez de la clase obrera inglesa, muy duro todo. Una vez sirviendo de pinche de cocina, el puesto mas bajo en todo el escalafón de la servidumbre,  lo normal era pasar de una casa a otra para obtener dos cosas: mejoras salariales y laborales, y adquirir nuevos conocimientos culinarios de cada cocinera con la que trabajaba. El resultado variaba, pero con cada cambio había que adquirir buenas referencias para la siguiente familia para la que trabajar. En sus memorias a veces clama por la igualdad en la dignidad, pero no es una lucha por la expoliación de los de arriba, sino contra la explotación de los de abajo. Hay mucha anécdota y observación en su relato, y ese es el fuerte de esta historia a mi juicio: un mundo donde los detalles han cambiado pero no las actitudes. 
Una de las cuestiones importantes de su vida, conforme pasa de los 18, es buscar marido para abandonar el servicio doméstico. Vamos, algo que la saque del hoyo. El ligue es uno de los temas finales del libro, y cuando se casó con un lechero y tuvo 3 hijos, lamentó ese síndrome del nido vacío que se decía antes. Volvió a cocinar, al servicio en casas ajenas solo por horas durante la semana, y el mundo había cambiado por completo para entonces. Esos ricos rentistas de antes, esas formas de vida placenteras, estiradas, decimonónicas, habían desaparecido por completo y tan sólo quedó la gente vieja de antes de la II Guerra Mundial que no se había adaptado. Gente de antes, de su juventud, a la que la inflación devoró su renta fija, a la que no quedó un sirviente, que tuvo que vender sus mansiones y meterse en un piso... pura historia de Gran Bretaña vivida desde el intimidad de las familias, desde la privacidad doméstica. 
Finalmente, la muy resabiada Margaret confiesa sin tapujos que lo normal no es compartir la riqueza con los de abajo. Que ella nunca lo haría. Vamos, que la vida es así, nadie lo va a cambiar y que hay que espabilar. Una conclusión decepcionante para alguien que podía haber vivido mejor sacando provecho de sus muchas cualidades si realmente le hubieran dado la oportunidad que parece ella misma negarse con sus palabras. Por suerte, otros no se conformaron y sacaron provecho. Algunos opinan que no hay resabios en sus memorias, yo no estoy de acuerdo en esto. Una cosa es que sea un relato con cierto humor, que con ello evite dar lástima, pero esa misma ironía no enmascara cierta cabreo por algunas situaciones injustas que vivió. De igual manera, reconoce quien fue honesto y noble con ella; no muchos, por cierto. 
Un libro de 212 páginas en Editorial Alba, escrito originalmente en 1968, junto a sus asistencias a la Universidad. Se hizo famosa como para sacar otros libros e inspirar la serie de televisión Los de arriba y los de abajo​ y Beryl´s Lot​ así como Abadía de Downton.

COMO GANE LA CRUZ VICTORIA, de Thomas Henry Kavanagh

COMO GANE LA CRUZ VICTORIA,  de Thomas Henry Kavanagh


Si alguna vez alguien quiere un ejemplo de cómo
 Gran Bretaña dominó el mundo en el siglo XIX, aquí lo tiene. Verá la maquinaria arrolladora de su ejército en acción, el espíritu ganador que alentaban sus miembros, con una metrópoli que consumía todo lo que la prensa le escribía desde sus gacetilleros en frente. Una vez leí de Niall Ferguson en El imperio británico que había sido el más mortífero de la historia humana. Aquí quedan retratados, aún sea por orgullo y propaganda del autor, como un rodillo de sangre, una picadora de sangre, generalmente enemiga, por supuesto. Algunas descripciones del asalto a Lucknow son muy gráficas al respecto, no se ahorra en luchas a muerte cuerpo a cuerpo, ni en ejecuciones de enemigos vencidos sobre el terreno, es decir, hay pasajes crudos. Este episodio de la historia de la India y de Gran Bretaña supuso la concesión de varias Cruces de la Victoria, la mes alta condecoración militar en acciones de guerra, y nuestro autor se llevó la primera concedida a un civil, así que el mérito demostrado debe ser grande. Esta condecoración fue introducida en 1856 y ha sido entregada 1356 veces, y el cobre con que se fabrican se extrajo del material con que estaban hechos los cañones de Sebastopol en la Guerra de Crimea (1853-1856). Se ha concedido a 5 civiles a lo largo de la historia, y se rechazan el 90% de las peticiones de ellas. Actualmente solo quedan 20 personas vivas que la porten. Según wikipedia, "Es una condecoración tan prestigiosa, que el rey Jorge V recomendó por escrito a su Gobierno, en 1920, que no pudiese ser nunca retirada fuesen cuales fuesen los actos posteriores a su concesión del premiado, y que incluso, aquellos premiados con la VC que fueran sentenciados a muerte, pudiesen tener el privilegio, dado el caso, de portarla orgullosamente hasta el patíbulo."

El testimonio de Kavanagh comienza con una justificación de ambas partes, los británicos y los hindúes, para hacer lo que hicieron, y en general parece contar con que al público, como Kavanagh lo llama, le suena de algo el asedio de Lucknow. Este enclave al norte de la India, ahora mismo, significa poco o nada para ese público, por lo que conviene recordar lo que allí pasó, que no fue poco. De hecho tuvo mucha resonancia, aunque eso no significa que sea eterna, por supuesto. Por eso adjunto este enlace, con la información histórica de aquel momento, para ponernos en contexto: Asedio de Lucknow
El libro sirve para pasar a la posteridad por los hechos en los que participo y, sobretodo, protagonizó Kavanagh. Una justificación de si mismo, de sus amigos, pero no de algunos a los que deja en entredicho. Alaba a los sijs, que eran fieles aliados, denosta a los gurkas, envilece a la mayoría de los rebeldes.
Ahora bien, siendo toda esta movida un asunto grave política y militarmente hablando, un asunto del que se salió con unas cuantas lecciones aprendidas por ambos bandos, pienso que el relato de Kavanagh es plano y falto de más emoción en muchos pasajes del libro, mientras en otros es vibrante. En general, está más preocupado en no olvidarse de nada, ni tampoco de repartir su propia valoración de los protagonistas, que aburre un poco. Pienso en el señor Kipling haciéndose cargo de este asedio e imagino mil soluciones más atrayentes para contarlo.
Pero también tiene sus virtudes, como lo es mostrarnos una variedad de combate poco frecuente en la literatura bélica: la guerra de minas y contraminas, o la guerra urbana de la época.

Kavanagh describe muchas acciones meritorias, pero la que mes se recuerda es aquella en la que, estando sitiados por el ejército rebelde, con sus fusiles Enfield y cañones, se encuentran cada vez más diezmados y con un numeroso contingente civil que proteger. Las represalias de los hindúes a veces son terribles, como lo es venganza de los británicos con los cabecillas de la rebelión cuando los ajustician, que es atarlos a la boca de un cañón y disparar... Un intento de liberarlos por una columna británica acabó tan mal que salieron huyendo. Para el segundo intento de liberación, Kavanagh y un sirviente del lugar se disfrazaron de hindues, salieron de la Residencia (lugar donde se habían fortificado en Lucknow), cruzaron las líneas enemigas y contactaron con una segunda columna británica para guiarles por la ciudad desde sus alrededores, evitar emboscadas y conseguir liberar a los encerrados en el asedio y liberar también la ciudad. A partir de esto lo que sigue es la pacificación de este antiguo reino hindú, anexionado hacía pocos años antes, durante varias décadas. 
Para acabar, comentar que esta batalla por Lucknow tuvo una gran significación durante mucho tiempo. La Residencia, lugar donde se defendían los británicos, quedó como un conjunto de ruinas que no se reconstruyó, sino que sirvió de memoria de la valentía de los defensores y escarnio de las sublevaciones. Un aviso visual para cualquier otra tentativa. Allí ondeaba la Union Jack, y lo continuó haciendo hasta que, días antes de la proclamación de la independencia de la India, los británicos se la llevaron sin decir palabra.
El libro cuenta con varias fotografías de la época, muy ilustrativas de la salvajada que fue el asedio. En una de ellas se sacaron de nuevo los esqueletos de los muertos rebeldes de sus fosas y los diseminaron por el suelo donde fue la pelea a muerte, consiguiendo un efecto visual muy tétrico.

lunes, 6 de febrero de 2023

UN RIO EN LA OSCURIDAD, de Masaji Ishikawa

UN RIO EN LA OSCURIDAD,  de Masaji Ishikawa

Hay gente que vive peor que una mascota. Demasiados desgraciadamente, pero es que hay gente que, estando en la cárcel, vive también peor que una mascota, pero mucho mejor que Masaji Ishikawa, el autor de este libro. Lo facil seria echarle la culpa a la mascota, pero va a ser que no tiene la culpa. La culpa hay que buscarla en otro lado, aunque lo habitual sea culpar a la mascota.
 Por suerte, Masaji es de las muy contadas personas que ha logrado escapar de ese infierno y nos lo ha contado. Ese infierno es Corea del Norte. El culpable.
Dice Masaji que él ha nacido 5 veces. Sin embargo, es mucho mayor el número de veces que este hombre se sintió muerto a lo largo de su vida. Ni aún para suicidarse por ahorcamiento tuvo suerte. Fallo en el intento desesperado. Por lo demás, sus primeros años hasta la adolescencia los pasó en Japón viendo las palizas de su padre coreano a su madre japonesa. En ese momento, con la guerra de Corea acabada, el gobierno norcoreano instigó la repatriacion de coreanos a ese país desde Japón, a donde habían llegado como esclavos años antes, durante el dominio japonés de esa parte de Asia. Lo que prometía el gobierno de Kim Il-Sun era y siempre fue algo peor que una mentira o un fraude: se vivía mejor en la Alemania nazi, aquello era un inmenso campo de concentración entre URSS y Corea del Sur. Cuenta con una policía que es parte de un estado criminal. Una vida al borde de la inanición, de las palizas del ejército, del insulto, tu madre que muere en la miseria, tu sobrino de tres meses de frío, hambre y enfermedad. La peor vida libre en Japón era mejor que eso, aunque ese punto escuece también al final del libro. Corea del Norte se describe como un estado que sabe sacar lo peor de cada persona, no su amabilidad, una palabra con un significado profundo en este relato. 
Muchas de las decisiones tomadas en su vida fueron por pura desesperación. Estaban en el escalafón más bajo de la sociedad por ser retornados del extranjero, pero al ir sucumbiendo el horizonte económico del país con los años, resultó que algunos podían salir a ver a la familia en Corea del Sur o en Japón, o recibir de ellos dinero y regalos, siempre y cuando quedaran familiares como rehenes. Eran los años 80 y los antiguos retornados empezaron a ser socialmente bien visto. Pero nuestro hombre no tenía a quién acudir porque la familia de su madre, japonesa, había cortado esa relación. 
Uno de los detalles llamativos es la evolución psicológica del padre del autor, un chulo pendenciero en Japón que en Corea se redime acosta de mucho sufrimiento.
En el 94 muere este hombre, llamado el Tigre, y para entonces las hambrunas en el país son un hecho silenciado en el exterior. Un desastre más, con la gente muriendo de hambre, lo que animó al autor a huir del país con una especie suerte y audacia tremenda. Cruzó el río que separa Corea del Norte de China, encontró amigos al otro lado y la embajada de Japón lo trasladó a su país natal 36 años después de salir de Japón. Era el 15 de octubre de 1996. A partir de entonces nunca más tuvo que luchar por sobrevivir, pero nunca recuperó a su mujer ni a sus hijos, que murieron de hambre y amargura. Masaji se quedó solo, sin hambre pero sin pertenecer a nada ni a nadie porque no se adaptó a la vida en Japón en el momento de escribir este libro, 2018. 
La amargura siguió ahí.

miércoles, 1 de febrero de 2023

VUELTA AL PAIS DE ELKANO, de Ander Izagirre

VUELTA AL PAIS DE ELKANO, de Ander Izaguirre


Cuando viajamos, y vamos atentos, ya sea en un vehículo o a patita, nos encontramos a nosotros mismos haciéndonos preguntas acerca de lo que nos surge a cada paso: por qué ese pueblo está en tal lugar? Por qué las rocas a este lado de la costa tienen esta forma? Porque se jactan de ser hidalgos esta gente? ¿De dónde sale tanto surfista? ¿Hubo piratas y negreros aquí también? Hay un montón de dudas al paso del viajero inquieto, y si ese viaje se hace por Euskadi, tiene a mano este libro para contestar esas dudas. Pero también encontramos respuestas a preguntas que nunca nos hicimos. Aunque nunca viajemos al País Vasco, este libro no deja de ser un manojo de historias del pasado y del presente de sus habitantes. Historias desmitificantes, con un punto de vista diferente, inclusivo y multicultural, y sobre todos, grandes historias alrededor de lugares que nos suenan de algo.
Lamentablemente, durante mucho tiempo, e injustamente, hablar de esta tierra era hacerlo de problemas luctuosos, luchas arduas y callejones sin salida. Ahora estamos invitados a una vida normal y en común. Yo, que vivo cerca, descubro muchas cosas nuevas e interesantes. Luego esta el tono de humor y un punto descarado del autor, aficionado a rebajar a los encumbrados por la fama y a dar voz a quienes no la suelen tener. Un estilo que se encuentra en sus columnas periodísticas y en sus reportajes en revistas, irónico con algunos gramos de acidez. Siempre le leo con interés no solo por eso, sino porque espero verlo progresar aún más.
La vuelta por el País Vasco resulta un ejercicio de pedaleo por muchos hitos geográficos conocidos como la metalurgia de Chillida, el restaurante Mugaritz o las Salineras de Añana. Con otras se pasa de largo, como la central nuclear de Lemoiz, pero supongo que esto se debe al deseo de mirar hacia adelante y mejorar una imagen que no responde a la historia completa del país. Luego pedalea por el norte de Navarra hasta Orbaizeta (referencia de pasada a los Zabalza, sin caer en las historias desde Madrid), cruza el hayedo de Irati y sube por el País Vasco francés hasta Baiona con historias de chocolates, vascos en las Islas de San Pedro y Miquelon, y la historia reciente de los judíos (muy conmovedora). En general, las historias mejor desarrolladas son aquellas en las que el autor ha contado con la ayuda de una guía que le introduzca físicamente en los misterios del asunto a tratar, como la entrada a la mina en el corazón de Bilbao o las minas romanas de la peña de Aia.
Más o menos, Elkano vino a nacer en algo medianamente parecido a una República marítima nacida en plena Edad Media, y los capítulos de este libro se estiran por el mapa hasta donde la influencia de ese comercio marítimo llegó, por ejemplo los robledales para construir barcos. Esta es la excusa para llevarnos de viaje en bicicleta. El gancho para seguir leyendo es que muchos de los hechos culturales vascos, esas cosas tan típicas de allí, no son de origen vasco, sino extranjero, por lo que regularmente te llevas una sorpresa en la lectura. Es una de las ideas más expuestas con distintos ejemplos, como lo es que la gente de fuera, de origen no vasco, enriquece el presente como lo viene haciendo desde cualquier pasado que uno se proponga, que de lo contrario no se entiende el país de Elkano. Como en el caso de la investigadora vasca Naima el Bani Altuna, o su padre marroquí camionero, uno vale por lo que hace y no por haber nacido aquí o allá, cosa que no tiene mérito para el nacido.

En definitiva, un libro ameno, muy entretenido, con la virtud de que el autor se hace muy presente hablando de otros pero no estorba y eso no lo consigue cualquiera. Si un viaje te cambia la visión de algunas cosas de la vida cuando lo acabas, la pretensión de cambiar nuestra mirada sobre el mundo vasco al cerrar el pedaleo de este libro de viaje es algo que, en mi opinión, Ander Izagirre ha conseguido.
El final del libro incluye las 8 etapas en bici para descargar de Wikiloc
Son 400 páginas en Libros del KO, segunda edición 

martes, 31 de enero de 2023

ANNETTE, UNA EPOPEYA, de Anne Weber

ANNETTE, UNA EPOPEYA, de Anne Weber



Si hubiera que imaginar a un Camus más activo, o a un Sísifo en todo su esplendor en medio de la cuesta con la piedra a cuestas, esa persona sería Annette Beaumanoir (1923-2022)
Se jugo la vida primero en la Resistencia contra los nazis, y despues por la creación de un nuevo estado en Argel, igualitario y socialista. Estando en una cárcel de Francia en 1959 condenada a 10 años, comprendió que además de por unas ideas, las suyas y no exactamente las del FLN (el movimiento político y militar por la liberación de Argelia), también había luchado por un país, Argelia, que sólo conocía por la prensa. En cuanto parió a su hija, la tercera, se fugó del domicilio vigilado (la sacaron provisionalmente por un riesgo en el embarazo) en Marsella hasta Túnez. Era médico, y siguió trabajando para el FLN. Conoció la organización por dentro y comprendió que allí también se torturaba y asesinaba sin respetar el mínimo sentido de la justicia, como pasaba en la Francia ocupada. Pero ella servía más al ideal propio que a la realidad que la rodeaba.
Los servicios secretos franceses intentaron acabar con ella. Entorpeciendo la reunión con sus tres hijos y su marido, y tampoco estaba bien vista entre los fanáticos anticolonialistas de la calle, gente que no la conocía excepto por una rubia en en norte de África y, por tanto, europea.
Estamos hablando del periodo 59-62 del siglo pasado, y de un periodo negro negrísimo como es la guerra de Argelia, su independencia de Francia. Un asunto muy feo y muy mal conocido en España. Se echan de menos más libros años respecto, así que por ahora nos conformamos con testimonios como los de Annette para hacernos una idea poco profunda del conjunto.
La autora sigue la independencia de Argelia con algunos datos que cuestionan la actitud de Annette en todo esto. Porque este proceso de independencia, el que ella apoyaba, se llevó principalmente a un montón de argelinos por delante, no de franceses: eso fue una matanza entre ellos mismos. Y si pensamos que,  tal como hace la autora, Annette se justifica por lo vivido siendo miembro de la Resistencia durante la ocupación nazi de Francia, hay que pensar que esto ya no se parecía tanto a aquello: hubo represalias tras la ocupación nazi, pero lo de Argelia fue de escándalo. O la posible ayuda al FLN por parte de Adenauer... hay mucha tela que cortar en este tiempo pasado.

Creo que idealizaba su etapa en la Resistencia contra los nazis, siendo ella comunista, y no pudo convivir con la sensación de sustituir un gobierno por otro, y no con el cambio radical de sociedad que reclamaba. Tiempo después se desengaño de esos comunistas franceses, aunque yo diría que su fe en el igualitarismo es poco comunista. Por eso se quedó en la recién independizado Argelia. Con su nacionalidad lograda de ese país, quiso hacer una sociedad mejor. Pero también allí fue inútil. Escapa de Argelia y no pudo volver a Francia por una condena sin cumplir. Y esta es la lección del libro, la misma lección que nos da la historia, la gran paradoja de Annette: sacrificó su vida y la maternidad con sus tres hijos por un estado que, a los pocos meses de la independencia, traicionó por completo sus ideales dando un golpe de estado. Sensación de fracaso total.
En realidad, esta es la mejor parte del libro, la historia de esta mujer dentro de la independencia de Argelia, un itinerario personal muy interesante. Todo lo vivido anteriormente está bien, hace misiones de rescate de judíos que sus jefes no ven bien. Va un poco por libre y eso, después de estudiar medicina, la lleva a Argelia, pero estos años previos ni mucho menos son tan interesantes. Como digo, uno desea saber más de esta mujer y de este momento de la historia tan menospreciado por la divulgación histórica. 
Por lo demás, está escrito con respeto, admiración y un punto crítico en algún momento. En un supuesto tono de epopeya más por la apariencia del texto que por el lenguaje: abres el libro por cualquier página y el texto tiene la forma del Cantar del Mio Cid o de la Chanson de Roland.
Aquí una entrevista con el libro recién editado: Librujula

sábado, 28 de enero de 2023

LA INVENCION DE LA NATURALEZA, de Andrea Wulf

LA INVENCION DE LA NATURALEZA, de Andrea Wulf


Con su apellido se han bautizado montones de lugares en el mundo, Alexander fue un hombre universal. Ingeniero de minas, apasionado de la naturaleza en cualquier ámbito. Sólo empezó a despegar en el momento en que murió su madre, poco afectuosa pero forrada de dinero. Fortuna que heredaron los hijos y le permitió a Alexandr dedicarse a viajar por el mundo, justo cuando este ardió, con las guerras napoleónicas.
Tras muchos viajes de formación por Europa, embarcó en La Coruña con Bonpland rumbo a Cumana (Venezuela), vía Tenerife con Teide incluido. Allí empieza a tener contacto con una naturaleza diferente, sufre un terremoto, tomo multitud de muestras y datos del mundo natural que le rodeaba. Pero lo principal fue elaborar una teoría que diera sentido a todas sus observaciones. Era 1799.
De allí pasó a Caracas, desde donde subió La Silla. Paso por Cuba, Bogotá, Quito, Lima.  Recogía muestras de especies vivas de animales y fabricaba herbolarios, dibujaba plantas, copiaba manuscritos, dibujaba edificios incas, subía todo volcán que encontraba. En ese sentido el Chimborazo fue uno de los hitos importantes a lo largo de esos años viajeros en la América hispana. Entendió la naturaleza desde la unión de muchas disciplinas interrelacionadas: fisica, biologia, historia, geología, cultura, etc. Todas sus mediciones de presión, temperatura, composición química, etc estaban relacionadas entre sí y con la vida en general como para formarse la idea, novedosa por entonces, de lo que era un ecosistema. Entrelaza varias disciplinas de conocimiento para dar una perspectiva nueva por entonces y que es la que nosotros mantenemos. Hasta adelantó un esbozo de la tectónica de placas. 

En 1804, con 34 años, y antes de regresar a Europa con todos sus resultados, pasó por Philadelphia para conocer la nueva República y a su presidente, Jefferson. Sus propias convicciones eran las de la Revolución francesa, así que tenía mucho interés por contrastar ideas. Jefferson y él eran dos espíritus curiosos. Esa admiración mutua fue utilizada por los norteamericanos para enterarse de todo lo concerniente a Latinoamérica y especialmente México, incluidos mapas. Decir que para entonces ya tenían la Louisiana en el bolsillo... Humboldt sirvió de espía locuaz para la ocasión, porque esos conocimientos estaban vedados a la administración norteamericana por parte de la española. Ambos preferían una República agraria como fuente de justicia e independencia frente al método colonial de los imperios europeos. Pero ambos diferían en la valoración de la esclavitud 
Además, Humboldt fue el primero en relacionar el colonialismo con la destrucción de la naturaleza y esta con la creación de diferencias sociales. Este libro enumera varios ejemplos que el viajero citó en sus escritos .

Llegados a París en 1804, el autor nos describe el ambiente de las calles y el ambiente científico. Cuando Napoleón se hace emperador, conoce y simpatiza con Bolívar en París. Los dos entendieron que el sistema colonial español era pésimo para el futuro de aquel continente, de eso también escribió el correspondiente libro. Pero hay más nombres famosos que se cruzaron en su camino, Gay-Lussac, Chateaubriand, Volta, etc. E inspiró a otros como Thoreau o Emerson, Darwin, Julio Verne. Lo mismo que la incomprensión familiar por su desarraigo, y el odio de Napoleón. En cualquier caso, en 1810 era un ídolo de la sociedad parisina. 
Se dedica sortear las continuas guerras napoleónicas y a escribir sus observaciones científicas y sus viajes, creando un género nuevo de narrar la naturaleza con objetividad científica y subjetivo entusiasmo, como cuando describe la caza de anguilas eléctricas en Los Llanos de Venezuela. Ese estilo es el que utilizó Darwin en sus diarios, por ejemplo. El autor describe al inglés como el continuador de su trabajo, el que llevó las ideas de Humboldt hasta el extremo con admiración profunda (llegaron a conocerse). Pero también influyó en Wodsworth o Coleridge porque era una de las mentes más brillantes y atractivas de todos los tiempos. Y la edad no nubló esas ganas de experiencia, puesto que siguió intentando llegar a la India y el Himalaya a través de la Compañía de las Indias Orientales británica, que no le concedió finalmente el permiso. Tuvo que vivir, como dos siglos después está ocurriendo, la involución de los valores ilustrados, lo que provocó su desazón y unas ganas aún más locas de huir de Europa en alguna expedición. Por eso, y con 59 años ya, se metió en las entrañas de Siberia con el deseo de comprobar las correlaciones entre geología, botánica, zoología y climatología. Llegó a la frontera con Mongolia y China, conoció en Miass al abuelo de Lenin (un boticario), el mar Caspio y superó una epidemia de ántrax. Todo esto le sirvió para comparar datos e ideas, no tanto para hacer descubrimientos. Deploró el trato al pueblo llano, conoció a deportados en Siberia. Volvió a criticar el desmantelamiento del medio ambiente por su efecto en las comunidades humanas: "Al enumerar los tres aspectos en los que la especie humana estaba afectando al clima, mencionó la deforestación, la irrigación descontrolada y, quizá lo más profético, «las grandes masas de vapor y gas» producidas en los centros industriales. Nadie antes de él había examinado así la relación entre la humanidad y la naturaleza." He aquí el genio casi profético de este hombre. 
Se convirtió no sólo alguien adulado, sino alguien pendiente de adulaciones y propenso a las maledicencias. Con respecto a su patrón, el rey de Prusia, tuvo la contradicción de vivir como un científico profesional y depender económicamente de un ámbito político feudal .
En la Revolución de 1848, su vena liberal le puso de parte del pueblo y los estudiantes. Rompió con esa contradicción de su vida. 

El autor plantea los últimos años de Humboldt en Berlín dedicado a la redacción de un libro, Cosmos, con la contribución de viajeros, misioneros, científicos y cualquier otro que pudiera aportarle datos. Fue como su testamento intelectual y fue un bombazo editorial en Europa. Su influjo directo está en Balzac, Poe, Emerson, Thoreau, Muir, Es la antesala de otro libro influyente: Hombre y naturaleza, de Marsh. Este, a su vez influyó en leyes de repoblación de árboles y en la creación de reservas forestales en EEUU. Su influjo llegó hasta Muir y a la primera generación de conservacionistas en muchos países. Marsh incidió en la deforestación, y las consecuencias de la explotación crónica de los recursos del planeta. Otro gran científico fue el alemán Haeckel, profesor en la Universidad se Jena, el que inventó el término ecología, y se dedicó al tema bichos. Como otros, Haeckel desarrollo hasta el extremo las ideas de su predecesor, desembocando en el Art Nouveau. Con Muir pasamos de una implicación emocional con la naturaleza a un divinización de esta. 

Todos ellos deben gran parte de su vocación y el entusiasmo por el mundo natural a Humboldt. Son el tipo de gente que cambio nuestra relación con la naturaleza los últimos 200 años con el fin de no sólo no extinguirla, sino también de no extinguirnos, de sacar lo mejor de la humanidad a través de la naturaleza. 

viernes, 20 de enero de 2023

MEMORIAL DRIVE, RECUERDOS DE UNA HIJA, de Natasha Trethewey

MEMORIAL DRIVE, RECUERDOS DE UNA HIJA, de Natasha Trethewey



Estas son las memorias de una conocida escritora norteamericana, la parte más visceral y traumatica de su existencia: la época de la infancia. En ella plantea su vida con su madre, de raza negra, hasta su muerte por asesinato. En orden cronológico, entran los recuerdos con su padre, de raza blanca, en Alabama y en Nueva Orleans. La abuela y los tios maternos. Son los años 60, y aun antes, en los antigüos estados esclavistas, es decir, los problemas raciales que persiguen a la autora y su madre, incluso al padre blanco: los insultos, las noticias de asesinatos de otros negros o ver, tras las cortinas, y con las luces apagadas, una cruz grande ardiendo frente al domicilio familiar. Es una descripción a pie de calle de los años 60 y 70 para la gente de color y clase media-baja.
Luego los padres se separaron y madre e hija se instalaron en Atlanta. Allí conoció a Big Joe, con quien su madre se acabó casando, una relación de 10 años. En realidad, desde las primeras páginas sabemos como acaba la cosa, en que consiste el trauma. Porque la niña ve cosas, experimenta sensaciones de las que no dice nada a su madre por dos motivos: por un sentimiento de culpa por experimentarlas, y por proteger a su madre como si, al no decirlo, evitara que eso estuviese pasando realmente. Porque cuando no estaba la madre, Big Joe, su padrastro, mostraba a la niña su mal carácter y un montón de detalles extraños y amenazadores que, a su edad, no sabía encajar. El libro trata de recuperar a esa niña que, de la felicidad de una familia unida pese a los problemas, pasó a vivir cada vez más asustada sin entender exactamente porqué. 
Esta manera de, pasados 30 años del asesinato de su madre, restaurar en la memoria los antiguos miedos, es un ejercicio, aquí literario, que pasa por fases: por culpabilizarse de su muerte (por qué ella y no yo?), por escapar de ese mundo, por el distanciamiento al que recurre de niña instintivamente, según recuerda al escribir, para no hundirse. El relato intenta reconstruir los últimos días e instantes de Gwendolyn, su madre. Incluso para su comprensión, la autora recurre a Lorca. Hay una transcripción que hizo su madre de dos conversaciones telefónicas con Big Joe que son un espanto
En definitiva, un recuerdo sentido hacia la madre cuando Natasha la perdió a los 20 años, un esfuerzo por entender lo que pasó, lo que falló, lo que pudo evitar que Joel, o Big Joe, le pegara dos tiros y la matará. La descripción del asesino es la de un psicópata sin más agallas que para zurrar y ensañarse con los más débiles. 

lunes, 16 de enero de 2023

LA EXTRAORDINARIA VIDA DE UN HOMBRE CORRIENTE, de Paul Newman

LA EXTRAORDINARIA VIDA DE UN HOMBRE CORRIENTE, de Paul Newman



Si algo intenta Newman en esta historia de su vida es la sinceridad, y lo hace con un instinto de necesidad, de justificación. Ya en las primeras páginas anota dos detalles para ir rompiendo moldes: se esta fumando un porro mientras escribe, y que es medio judío. Parece tontería, pero en la juventud del actor ser mitad judío le cerró puertas, por ejemplo, en la universidad. Fumar porros sigue siendo, según quien lo lea, algo no bien visto. 
Hay muchas otras confesiones de Newman: lo mal marido que fue de su primera esposa, lo mal padre que fue incluso durante el divorcio de Jackie (esa primera esposa), lo mal que llevaba su falta de cultura o el que solo se le valorará por su belleza física o sus ojos. Lo pardillo que era con sus extrañas inversiones al principio de su carrera. Encontronazos con la policia, hacer campaña por candidatos democratas o un cargo político que le colocó el presidente Carter en la ONU. La importancia de las carreras de coches. La carga emocional negativa que conlleva la fama, especialmente los fotógrafos y las fans maleducadas, el uso continuo de gafas de sol, su propia represión sexual de joven vivida en casa, una casa en la que el afecto sincero del padre y la madre brillaban por su ausencia. 
Hay una parte especialmente interesante sobre lo que significa actuar. El pasó del teatro a la TV, y de esta al cine. Es muy bueno y gráfico como le ayudo Elia Kazan en este aspecto. Pocas veces he leído algo así, porque Newman se descubrió actuando hasta ese momento... para su madre. Tal es el peso que está mujer, Tress, tuvo en su vida, y no para bien. Este es uno de los hilos que cruzan toda la vida de Paul Newman, junto a su desarrollo interior, su crecimiento humano como actor de Hollywood. 
La sexualidad de Newman era algo con lo que ganaba papeles, era su imagen. Algo que se interponía entre él y el personaje muchas veces, y algo que atropelló su vida pública frente a las fans y la crítica. 
Otra línea narrativa es la importancia fundamental de su segunda mujer, Joanne Woodward, en su vida. Parece que con ella quisiera contrarrestar el balance negativo de su madre. Siempre hablaba de ella con admiración, respeto y el entusiasmo por hacer de él quien fue.
Hay muchas cosas de las que Newman pide nuestra indulgencia, o se disculpa en sus memorias. Son temas personales, como lo que pasó con su hijo Scott. Aqui da la sensación de que preferia salir corriendo a trabajar ante la situacion de las hijas haciendose mayores y adquiriendo la conciencia de quiera su padre y, por tanto, de que ellas ya no eran gente normal sino hijas de una celebridad.
Entran en los capítulos finales el tema de la bebida, el por qué de su abuso y como la fue dejando. El tema de las salsas Newman para ensaladas y el uso integro de los beneficios para causas benéficas. Su afición a las bromas pesadas o a la velocidad en los coches. En contraste, unos pocos testimonios ajenos afean su conducta en ocasiones más de lo que él lo hace. 

Newman se saca "la coartada": transcribe los recuerdos de sus amigos respecto a él, también compañeros de profesión. Casi todos lo ponen bien en el aspecto, siempre humano y en la distancia corta, en que lo conocieron. Pese a las ocasionales críticas, es casi un homenaje más que una encuesta objetiva. Aunque también es cierto que para flagelarse ya está el mismo. Pero todos coinciden en que era sincero, honesto y ambicioso siempre. Con defectos, un buen tipo. Menos perfecto de lo que daba en pantalla.

El se define, porque eso es lo busca a lo largo del libro, como adorno y como huérfano. Su carrera arrancó y de mantuvo porque era consciente de su belleza, de que era un adorno dentro y fuera de la pantalla, y solo cuando empezó a salir a la luz, y no siempre, el huérfano que llevaba en su personalidad, también empezó a sentirse seguro (una clave de sus actuaciones según los críticos de cine), a darlo todo en sus películas, a beber menos y a ser mejor persona. El libro podría haberse titulado "La justificación del huérfano". 
 
En definitiva, estas memorias, al leerlas, dejan un grado alto de introspección. Son las conversaciones de Newman con Stewart Stern entre 1985 y 1991. Luego el actor quemó las conversaciones grabadas pero se guardaron las transcripciones, y esos papeles han sido la base de este libro, ya en manos de su hija Clea como responsable. Por eso, en rápido epílogo, Clea nombra algunas películas que el actor no nombra, como Camino a la perdición, o la vuelta al teatro.
Sin duda, el mejor homenaje al buen recuerdo que dejó a su alrededor
Aqui un video del libro

viernes, 13 de enero de 2023

EL FIN DEL HOMO SOVIETICUS, de Svetlana Alexievich

EL FIN DEL HOMO SOVIETICUS, de Svetlana Alexievich

Del documento al monumento. Otra lectura que te deja tocado. Si te queda alguna simpatía por el régimen soviético, se te acaba enseguida. 
Un cruce entre literatura  periodismo e historia. Imaginemos que metemos a 100 personas dentro de una habitación. Todas ellas tienen en común que, como mínimo, han vivido en la URSS/Rusia entre 1980 y 2000, y muchas otras de las entrevistadas antes y despues. En el mismo lugar que se convirtió pasados esos 20 años en algo muy distinto. Si a esas personas les preguntamos que ocurrió, obtenemos el monumento de la memoria histórica que es este libro. Unos contarán qué perdieron, otros (muy pocos) qué ganaron. Todos hablarán de cómo se sintieron. No se trata de quien estuvo a favor de Gorbachov, quien desconfío de la Perestroika o de quien no quiere volver a ver un comunista en su vida. No es tanto una cuestión de números o apoyos de una u otra versión sino de testimonios. No es tanto de hablar con la gente sino de dejar hablar a personas concretas, dejar que se desahoguen. Cada historia es un mundo y ese es el valor del libro. Hay mucha emoción que tarda en salir, pero cuando lo hace es como un torrente. Se habla de una época en que el mismo día en que se lanzaba al espacio a un humano, un soviético, bajabas a la tienda y estaba pelada. Unos se enorgullecen de lo primero y quieren volver a esa época, recuperar ese sentimiento; otros no quieren volver a hacer cola para un kilo de café. Para unos, todo lo justifica haber ganado a Hitler, para otros llegó el momento de hablar lo que,  obligados por el sistema, callaron en vida del socialismo. En muchos casos, coinciden en que esta posibilidad de decir lo que se piensa, expresar el malestar reinante, se debio a que con los años cada familia pudo acceder a una casa con cocina propia, aunque todo fuera pequeño. En la intimidad de la mesa de la cocina uno podía ser libre ante su mujer, su marido o ante un amigo de verdad, para opinar. En cualquier caso, para mi es muy difícil ponerme en ese lugar, pero el libro me ayuda a comprender muchas cosas más allá de la propaganda y la cobertura occidental del hecho. Así mismo, ayuda a comprender, un poco al menos, esa mansedumbre ciudadana que, aparentemente, parece amordazar a la opinión pública rusa siempre. Visto lo incomprensible que algunas veces parece esa sociedad, en algún momento de la lectura me he dicho "ahora lo entiendo". No me gustaría nada estar en el pellejo de los ruskies. Si algo une a los que añoran o detestan la URSS es que el recuerdo es un trauma profundo. Nadie sale de ese régimen sin secuelas, incluso los más devotos.
No obstante son más de 600 páginas. ¿Cómo hacer que los testimonios no acaben repitiéndose? La autora, por ejemplo, dedica una parte del libro al impacto que tuvo en la opinión pública el suicidio del Mariscal Ajromeiev, o los recuerdos de un mandarín muy cualificado del Kremlin en los años 89-91. Hay un capítulo dedicado a un antiguo soldado tártaro, Zinatov, con noticias de su vida y de su muerte extraídas de conversaciones y de artículos periodísticos como el Pravda. Esta un testimonio acerca de esos miembros del KGB dedicados a ejecutar a supuestos disidentes, como trabajaban y cómo los cuidaba el estado. Otros demuestran acoplarse a la realidad postsovietica procurando aprovechar lo que se le presenta a mano. Hay un testimonio de una mujer que vivió el atentado en el metro de 2004 (39 muertos)
Otro relato es el de un hombre criado por un típico oficial del ejército ruso, brutal. Y de cómo sobrevivió a los 2 años de servicio militar obligatorio. Para hacerse una idea de los reclutas rusos actuales en Ucrania. Lo que tampoco falta es el abuso policial y burocrático contra las minorías etnicas del pais, por ejemplo contra los tayikos, gente que ocupa el puesto mas bajo en la escala social... a veces uno se pregunta dónde quedaron los valores humanos dentro del marxismo o el socialismo bolchevique. Y sobre algunos de estos ejemplos, la autora emplea el recurso de las voces corales anónimas que juzgan implacablemente a estas personas de las que se cuenta su vida. De manera que además de expresar su opinión, se delatan como sociedad, como árbitros de la moral. Una moral en general cruel y obsoleta. Pero esto último lo digo yo como lector, porque la actitud de la autora es comprensiva y empática. Ella procura desaparecer del relato.
Los últimos testimonios nos trasladan a las manifestaciones en Minsk contra las elecciones fraudulentas, del estado represor contra toda manifestación pacífica que ponga en duda el estado de cosas en Bielorrusia. En especial a la policía. La pregunta es: ¿cómo puede ser policía antidisturbios una persona normal, honrada y decente? No hay respuesta a eso. O tal vez sí: el miedo a las represalias del régimen dentro del propio cuerpo policial.
Al acabar el libro solo queda la sensación de desgarro social, de que décadas de sometimiento brutal a los mandamases del régimen han convertido en peleles a la mayoría, y que los pocos que se rebelan tienen todas las posibilidades de acabar muy mal. La otra sensación es la de alivio personal por no vivir ese infierno del pasado y el presente. Por supuesto, y muy en la línea de Dostoievski, uno aprende lo que significan para un ruso las palabras dolor, amor, sacrificio, resignación, humillación, familia.