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miércoles, 20 de diciembre de 2023

SIN LLEGAR NUNCA A LA CUMBRE, de Paolo Cognetti

 SIN LLEGAR NUNCA A LA CUMBRE, de Paolo Cognetti


Este libro de 107 páginas, con algunos dibujos a lápiz del autor, nos cuenta el trekking de cerca de un mes que hizo por una remota región del Nepal, una que se adentra en el Tibet y que es de las menos frecuentadas por los turistas: la región del Dolpo. De hecho, apenas cuenta que se cruzaran con turistas. Además de estas peculiaridades, alberga otra significativa: ninguno de los clientes que la componen aspira a hacer una cumbre de las que tienen a mano. Lo que no quita que superen, él y sus dos amigos, collados en torno a los 5000 m de altitud. En un trekking de estos no es raro, pero si hay siempre ambiciones por llegar muy arriba y aumentar el curriculum de cimas logradas. El acicate de Cognetti para este viaje, en cambio, es seguir el itinerario, más espiritual que físico, de Peter Matthiessen en El leopardo de las nieves, buscando algunas de sus sensaciones. Fue en 2018, el libro es de un año después.

Por otra parte, el autor avisa pronto de que el mal de altura lo lleva fatal, aunque hace todo lo posible para superarlo: caminar despacio, descansar, etc. El libro viene a ser, por tanto, una crónica de esos días de trashumancia humana por algunos de los panoramas más bellos e inhóspitos del planeta. Con todo, encuentran poblados estacionales donde aprovecha la gente nepali a trabajar con el ganado durante el corto periodo estival. Lo mismo observa a los porteadores, que a estos habitantes o sube a algún antiguo centro budista abandonado. Le acompaña, después de mucho convencerle, un amigo que recuerda un poco a aquel otro, malogrado, que aparecía en Las ocho montañas. Pero es lo único que me lo ha recordado, aquí el final del libro lo acompaña un perro, Kanji, que hace la mitad del trekking con ellos, una parábola del dejarse llevar por la vida cuando esta te viene de cara, con comida y calor en este caso. Así como el perro no se plantea metas a largo plazo, Cognetti rompe con esa casi dictadura sorda de que si haces un trek y no haces cumbre, algo te faltó. Aquí lo principal es superar el dia con nota, no esperar a llegar a la cima para sentirte así, de manera que da con situaciones en las que intervienen sus amigos, los guías, los cocineros, algunos habitantes de los valles y el propio preguntarse qué demonios hace allí pasando frío, cansancio y dolores de cabeza. Cada día tiene su cima,unas mas altas, otras más bajas.

El libro podría ser un bonito guion, algo pormenorizado, de una película que muchos hemos vivido cuando hemos ido a Nepal a hacer algo parecido. Se lee muy bien, me recuerda momentos pasados (punto fuerte para el lector que ya haya estado), y tiene unos pocos momentos reflexivos de los que, reconozco, agradezco que no se conviertan en ensimismamientos o en las típicas teorías huecas de la felicidad personal que tanto proliferan. Me alegro por la honestidad de su actitud. El himalaya no es solo de los alpinistas, y con un poco de imaginacion, es también de los que nunca lo han pisado.

sábado, 16 de diciembre de 2023

EL OCASO DE LA DEMOCRACIA, de Anne Applebaum

EL OCASO DE LA DEMOCRACIA, de Anne Applebaum


Anne Applebaum es columnista, periodista, historiadora, de origen estadounidense por nacimiento y con la nacionalidad también polaca por su matrimonio con un dos veces ministro de este país. Se define como de derechas, y de origen judío pero no practicante. La conozco ya por haber leído su notable Hambruna roja.

En este caso, se sintió espoleada a escribir sobre la extrema derecha en países como Polonia, EEUU o Hungría porque eso ha tenido, a nivel personal, unas consecuencias negativas. Como cuenta en las primeras páginas, celebró el cambio de milenio, hace ya casi 24 años, en su residencia rural polaca con 100 invitados. En poco tiempo, un montón de esas personas había roto su amistad con ella por varios motivos que tenían tres claves: ella era esposa de un reconocido miembro de la oposición al partido de extrema derecha Ley y Justicia (que ha gobernado hasta este año),  el ser ella misma de una ideología de derecha moderada, y el hecho de ser judía. Incluso para escuchar las versiones políticas de la realidad europea actual que ellas tuviesen, algunas de esas personas declinaron entrevistarse años después con Applebaum. Pero no ha dejado de anotar los comentarios públicos que sus antiguos amigos han ido dejando con los años. Applebaum califica este mundillo de gente como partidarios de un "sistema unipartidista y antiliberal". 

Por aquí desfilan, desde esa posición que tiene la autora de tener tantos contactos en el mundo politico y economico, el exprimer ministro polaco Kaczynski, Boris Johnson, y países como España, Hungría o Grecia entre otros. Pero se centra en casos muy simbólicos de esta derecha extremista, nostálgica y sin escrúpulos. El de Polonia le es conocido desde dentro por vivir allí debido a su marido, un político polaco. Es un caso interesante porque tiene algunos parecidos con España. El caso inglés le es conocido por motivos laborales, parece saberse el "quién es quién" de la política inglesa. También vivió y trabajó allí. Este caso de los ingleses da mucha grima, explica muchos titulares de prensa actuales. Por motivos que también pasan en España, el caso húngaro viene asociado al inglés, pero contra Orban y su camarilla la autora no ahorra ninguna acusación política y penal posible. 

Hasta que llegamos a la última parte, a la dedicada a la derecha estadounidense, a la división del republicanismo ya en tiempos de George Bush hijo. Analiza a un par de personajes de extrema derecha y advierte la posición pesimista pero incendiaria de esta gente frente a sus compatriotas. En el fondo da igual la ideología que tenga estos estadounidenses fanáticos de un montón de valores que, de hecho, luego incumplen.

En definitiva, lo mejor que puedo decir es que es un libro que, independientemente de tus ideas, puede ser comprendido por cualquiera, que se sacan conclusiones, que su mensaje esta por encima de la izquierda y de la derecha. Si no se está resentido, o se es una persona fanatizada con una posición intransigente, este puede ser un buen libro. Me doy cuenta de que ella habla de lo que conoce, la derecha, pero podría igualmente hablar con ejemplos de izquierda, aunque a día de hoy no sean los que dominan las tendencias en el continente europeo ni la agenda de los políticos. No es un libro sacado de opiniones de tertulianos u otros comentaristas, de ideas sacadas de redes sociales u otros instrumentos de partidos políticos o lobbys. Está sacado desde la experiencia dolorosa de perder amigos porque "algo externo" se interpuso entre ellos, eso que nunca debió ocurrir y sin embargo ocurre todos los días. No es un panfleto de ideas a la venta, pero si es un aviso de que aun hay cosas que nos unen, dentro del espectro político, más que otras que nos separan.

Algunas conclusiones de lo que yo he leído, esto ya es una interpretación personal:
1.- la polarización social sirve a las minorías ideológicas un espacio demográfico para no desaparecer e, incluso influir, tras un tiempo precedente en que temieron caer en el olvido o desaparecer. Prefieren la división y la violencia política de todos para beneficio de unos pocos. Es el caso de Vox.

2.-las instituciones democráticas y los medios de información tradicionales se han quedado desfasados por la rapidez, la inmediatez y la simplicidad que la tecnología ha introducido en nuestras vidas para decidir, aprobar o denegar, y conocer lo que pasa a nuestro alrededor. Applebaum habla de una ideología "en línea". Aquí entra una de las partes más suculentas del libro: como los procesos de psicología, de mercadotecnia, etc, son las formas de conseguir lo anterior. Más o menos como si viviéramos a través de Facebook o X/Twitter. Pero el proceso electoral, por ejemplo, no fue pensado siguiendo este desarrollo: esto es un problema grave.

3.-la pregunta a hacer a los extremistas, después de escuchar unos discursos dirigidos a las emociones, es; ¿cómo vais a implementar estas ideas? ¿Cuál va a ser vuestra actuación concreta? Porque ahí se caen los maximalismos e ideas imposibles. Pon el ejemplo que quieras y preguntate eso mismo.

4.-Los políticos y la gente que los rodea puede cambiar de ideas en pocos años hasta un punto irreconocible. Y las amistades en ese mundillo duran exactamente lo mismo 

5.- cuando a un extremista se le llena la boca de valores humanos y patriotas que dice defender, es muy posible que el mismo no esté muy interesado, con su vida personal, en cumplirlos, y está por ver si un extremista apoya a candidatos que hacen lo opuesto de lo que proclaman ante cualquiera que se le pregunte.

6.-por supuesto, ningun politico ni ningún partido es la derecha de ningún país, sino una forma de ser de derechas, pero siempre hay otras. No nos damos cuenta, pero esto hace mucho daño a la gente buena que hay con esa tendencia. Aunque los extremistas actuales sean tan arrogantes como para creérselo, hay más vida dentro de esas tendencias fuera de esos partidos extremistas que parecen copar ese lado de la bancada parlamentaria. Les encanta colonizar nuestras mentes para usarlas a su antojo. Vale también para la izquierda.

Por poner algún punto en contra, diré que no habla para nada del caso de Países Bajos, donde la ultraderecha acaba de ganar las elecciones. Parece que muestra simpatía por Thatcher, y alienta un deseo de que la pandemia saque algo bueno de la sociedad civil, cosa no ha pasado.

domingo, 10 de diciembre de 2023

UN LUGAR LLAMADO ANTAÑO, de Olga Tokarczuk

UN LUGAR LLAMADO ANTAÑO, de Olga Tokarczuk 

He aquí una de las primeras novelas de la premio nobel de literatura del 2018, la polaca Olga Tokarczuk, original, profunda y sencilla de leer en conjunto. Aunque el comienzo, al situarnos en el lugar de Antaño, como si nos describiera los accidentes geográficos de un mapa, me echó un poco para atrás. Pero después de esas páginas todo empieza a funcionar como un reloj. Básicamente, creo que sirve para trasladarnos a otro lugar que no sea aquel desde el que nos disponemos a empezar esta novela. Como diciendote: "esto es otra cosa". Es la historia de tres generaciones de polacos de la aislada comarca de Antaño desde 1914 hasta la época de gobierno comunista. Aquí comienza una historia de personas dentro de la Historia. Cada capítulo va de una persona que no solo se relaciona con otras, sino con el tiempo, con los objetos cotidianos, con los animales, con los recuerdos. La originalidad de estas relaciones entre todos estos sujetos descubre una profunda intimidad entre este ellos. Esta es la parte que mas me ha interesado.

Una de las cosas que más me ha gustado es la capacidad de evocación de objetos materiales que acaban por impregnarse de vida humana, o también la síntesis tan evocadora de ciertas personas en un giro de su vida. Eso me ha parecido magistral. Por ejemplo, lo que hace con el molinillo de café es genial, me recordó al Aleph de Borges sin copiarlo, dando un giro distinto. Hay que decir que muchas situaciones se justifican o remiten directamente a un ser superior, a Dios como entidad natural. 

Es con esa clase de realidad con la que se relacionan los personajes, una relaciones trascendentes con sencillez. Como dije en relación al molinillo de café, se relacionan con esa parte de los objetos, personas o animales que no está en lo visible de ellos, en su superficie, sino en la parte más profunda e invisible de sus apariencias, como lo sería la parte sumergida de un iceberg. ¿En qué consiste esa parte invisible con la que, de alguna manera, dialogan los personajes? Esa es la gracia del asunto en esta novela. Cada personaje lo hace a su manera, le da un sentido peculiar según sus propias necesidades, aficiones, deseos más promiscuo, etc. Muy gráfico cuando Misia, por ejemplo, siente que el mercurio de un termómetro es una animal vivo y juega con el. O dicho de otro modo, aunque el capítulo cuente una pequeña historia costumbrista, suele aparecer algún objeto común al que un significado particular provoca un giro de la narración. La explicación puede ser que cada persona tiene su ángel.

Si cada persona es un mundo como se suele decir a veces, cada uno de los personajes vive en un universo propio lleno de matices simbólicos. La naturaleza del paisaje rural influye en sus vidas incluso con un hálito mágico. Una planta puede ser el amante de una mujer, o un río el enemigo del cura al que se le ocurre azotar con una rama. A veces, incluso una persona se convierte en un animal o un espíritu. Tal y como lo relata Olga, cada historia parece un cuento unas veces realistas, pero las más de las veces con elementos mágicos 

Los capítulos son cortos, centrados en una persona de Antaño, que está pasando, al principio, por los efectos de la I Guerra Mundial traumaticamente. Se encuentra en algún lugar de Polonia, a una distancia indeterminada del frente oriental. El orden de los acontecimientos es cronológico, pero el tiempo de cada experiencia que sufre o disfruta cada individuo tiene una levedad extraña que parece romper esa rueda temporal. Parece que el tiempo se detiene, que tiene un antes y un después infinitos en el proceso de la experiencia. Es un tiempo elástico, unas veces va rápido y otras se detiene en el ánimo de la gente. Lo mismo pasa, desde el primer capítulo, con el espacio: Antaño en un microcosmos que se abastece de sus propias historias. A veces, los niños, con su imaginación sienten que no pueden traspasar sus límites. Cuanto más maduros se hacen, más lejos llegan. Y más amargas se vuelven sus vidas: van perdiendo esos momentos luminosos de sus vidas, y los sinsabores no tienen ya ningún sentido, el deseo de seguir viviendo va convirtiéndose en pura inercia. Desde luego, la transformación de la vida de esta gente de Antaño es contada con la levedad y la profundidad de los sueños.

Después vendrán los nazis y la contraofensiva soviética, escenas estas donde el costumbrismo rural queda enterrado bajo toneladas de crueldad sin ninguna magia y sin el candor de los tiempos buenos o malos de siempre.

Hablando como lo hace de un periodo de tres generaciones, me recordó en cierto modo a los Budenbrook de Thomas Mann, de quien la autora se confiesa admiradora. Pero mientras el alemán vuelca todo un bagaje cultural para entender a sus personajes, ya que son un complicado engranaje psicologico con trasfondo en la cultura alemana, estos personajes de Olga parecen más motivados por sus impulsos naturales y, en algunos casos significativos, animales. La fuerza de la tierra es poderosa en los avatares de la historia,  y el capítulo dedicado a perales y manzanos parece confirmarlo. Por ejemplo, la vida obedece más a ciclos naturales que a los esfuerzos humanos por romperlos. A veces la muerte infligida violentamente obedece más a un placer por matar que por una necesidad vital o un elaborado calculo, ya sea de un humano o por una bestia. Otra obsesión en la novela de principio a fin es que una cosa es la suma de sus partes, empieza con el cuerpo humano y acaba haciendo series de 4 cosas muy relacionadas. Lo importante es esa enumeración, esa sugerencia multiplicidad de definiciones para sumar una entidad superior. 

jueves, 7 de diciembre de 2023

LAURUS, de Evgueni Vodolazkin

LAURUS, de Evgueni Vodolazkin (2012)


Este es un libro en el que los hombres más misteriosos, maestros espirituales, de esos con ascendencia sobre el campesinado, predicen el día y la hora de su muerte, y logran despedirse con serenidad de todo el mundo. Hombres como Laurus, nacido con el nombre de Arsenij, que sanan por la fe, se anticipan a los hechos, se sacrifican por los vivos y, en especial, por una mujer muerta y el hijo de ambos. Un loco de Dios en la tradición espiritual profunda de la Rusia medieval, alguien al que se admira, se teme y, por supuesto, no se termina de comprender como no se termina de comprender al pueblo ruso, algo que se afirma al final de esta curiosa historia. 
Todo ocurre a caballo entre el siglo XV y el XVI, repartido en tres fases: una en la que no se mueve del centro de Rusia, donde descubre una vocación de servicio a la gente que se lo reclama. Es también una época traumática por lo que casi sale huyendo de todo lo que le acomoda en la vida por un sentimiento de pecado sin expiar. La culpa es un sentimiento muy poderoso aquí, un paisaje de valle de lágrimas. La segunda parte le lleva a Jerusalén, pero aquí es más importante el camino que la meta: los amigos que hace, los que pierde, lo que aprende.
La tercera parte le devuelve a sus orígenes, purificado no tanto del pecado original, ese que la ha marcado de joven, como de sus apetencias por saber. Lo que tenía que saber de puertas afuera da paso a una vida monacal y después eremita, ya como Laurus. El relato hasta aquí se ha ido despejando de sutilezas y ya sólo es una descripción de lo que hace. Nunca es un relato de elucubraciones espirituales. En esta parte final de su vida, se supone que el protagonista ha alcanzado lo que, en aquel mundillo, se llamaba la oración continua. Sin embargo, lleva toda la vida hablando con Ustina, su verdadero y fallido amor. Supongo que es muy difícil simbolizar la oración de otra manera. En mi opinión, lo enmarcaria en un género de libros antiguos pensados para enseñar por el ejemplo al pueblo en su conjunto. Aún conservo en mi casa un ejemplar de El peregrino ruso, un clásico escrito entre 1853 y 1861 que leí hace décadas, y a él me remito.

En mi opinión, Vodolazkin, a través de su conocimiento de la época (de la que es un especialista) y la fe que, según he leído en alguna entrevista, creo que tiene, nos plantea la experiencia lectora de la época de la peste negra, las peregrinaciones a Tierra Santa y la fe ortodoxa del pueblo llano. No hay dogmas ni disquisiciones religiosas, sólo la experiencia de un hombre y su entorno, gente que puede pasar de la normalidad a la miseria o la muerte en un parpadeo. Por ello no se si es un tema del agrado de todos, pero creo que Laurus es una novela histórica muy honesta y apreciable. Lo es cuando el género trata muchas veces épocas muy distantes en el espacio y en el tiempo con una sensibilidad próxima a nuestros días en un intento de entender más al lector (lo cual es más fácil) que a los personajes o la época referida (lo que es más difícil). Vodolazkin está muy lejos de intentar convencer a nadie de nada, ni de hacer una historia de buenos y malos. El libro no va de eso, esto es diferente. Siempre recordaré el prefacio de Los pilares de la tierra, donde su autor se excusa, en la recreación de la época, de faltarle ese sentido de la fe a sus personajes. Por ejemplo, pese a ser aclamado muchas veces como un hombre de Dios por su vida ejemplar y sus buenas obras, al final de la vida renuncia a estas últimas de una manera convincente. Eso no es facil de contar sin caer en la impostura. Es un libro muy contenido en sus emociones, ha limado las asperezas excesivas y casi cualquier muestra de efusividad alegre o triste y ha preferido mostrar lo que pasa con sobriedad, pero desde el misterio del dolor bajo el que no caben palabras sino mas bien una actitud contemplativa. Creo que es lo que mas me ha gustado del libro. En su aparente sencillez, hay mucha intensidad si se sabe de lo que esta realmente hablando, un hombre de fe y dudas en la baja edad media. Lo que nos ha mostrado Volodazkin es ese aprendizaje de Arsenij hasta Laurus, a través de cuatro etapas: El libro del conocimiento, el de la renuncia, el del camino y el de la tranquilidad, y eso es difícil. Lo ha logrado? Es creíble? Lo hemos comprendido? Es una pregunta más personal de lo que parece. Para mi, lo ha logrado bastante.
No es una lección de trucos argumentales o lingüísticos, pero tiene sus detalles, y muy llamativos algunos. El uso de un hablar antiguo, el recurso a los cuentos tradicionales de antaño en Rusia (con elementos fantásticos en contraste con otros momentos de realismo descarnado), algunos pasajes bíblicos. El autor incrusta sentencias aqui y alla pero no las notas, y eso es un logro envidiable porque de lo contrario acaba cansando hasta acabarle a uno la paciencia. Mientras, por ejemplo, otro autor que también lo hace como es Tesson no hable mas que de sí mismo para darse importancia, esas cosas no me chirrían demasiado. Por lo demás, Laurus es un personaje que trata de romper las medidas del tiempo. Al final del libro parece muy longevo, pero en algunos pasajes, parece que el tiempo, en su vida, se hubiera detenido, por ejemplo, viviendo en un cementerio, o en bosque. En esos periodos, la vida de Laurus parece entrar en un bucle del que, a toda costa, intenta salir.

Por lo demás, esta es una obra con algunos premios prestigiosos, y su autor es de los autores rusos vivos mejor considerados por la crítica. 

"La memoria y el olvido son una pareja tan inseparable como la palabra y el silencio."

Opino que, a parte del gusto de uno por el tema, es un libro que cualquiera puede llegar a entender porque es un enfoque de la fe en Dios desde una posición inmanente. Yo no he visto ninguna verdad revelada de repente, un capítulo que aplaste con un mensaje trascendente. Un sentimiento de culpa puede tenerlo cualquiera, por ejemplo. Además, no es una lectura previsible para lo que se vende actualmente. Y se nota mucho la diferencia entre quien se documenta para un libro y quien es especialista y vive lo que ha estudiado durante mucho tiempo. Esa experiencia lectora es muy evidente cuando comparas que unos necesitan añadir cosas para ganar credibilidad (demostrar todo lo que controlan del tema) y otros como Vodolazkin, que te hacen lo mismo con cuatro pinceladas certeras, que a veces ni te has dado cuenta. Desde luego, no hace alardes de esos, no pegan con el tono de esta novela

Para una mejor comprensión de la novela, una entrevista con el autor aqui.

Una reseña un poco más especial, desde la fe aqui.

sábado, 2 de diciembre de 2023

LOS ARABES DE LAS MARISMAS, de Wilfred Thesiger

 LOS ARABES DE LAS MARISMAS, de Wilfred Thesiger

En los años 50, el ingles Thesiger sucubio a los encantos de otra clase de árabes después de recorrer los inhóspitos espacios de la península arábiga, el Territorio Vacío. Antes se había criado en Etiopia, y había sido un culoinquieto por el norte de Africa y Oriente Próximo. Escuchó hablar de unos árabes en las marismas del Eufrates, poco antes de su desembocadura en el golfo de Persia, en lo que fue la baja Mesopotamia. Eran los mayores humedales de Asia rodeados de desierto, y una de las cunas de la civilización humana. Creo que es también la tierra de Ur, de donde salió Abraham.

Hay aspectos de Los árabes de las marismas (1964) que, para el que no conozca al autor, le resultarán sorprendentemente gratificantes: primero lo bien que escribe, deteniéndose donde hace falta con espíritu observador y colocando las elipsis donde son necesarias. Segundo, su actitud frente a una gente de aspecto rudo y cultura nada parecida a la de un estudiante de Eton; es generoso, respetuoso y atento a todo y a todos. Esta para aprender y tratar a todos de igual a igual en un país que fue antigua colonia británica, independiente desde 1932. Lo tercero que llama la atención es el objeto del libro: la descripción de una sociedad que ya está en fase de modernizarse, incluso una gente como los Madan, el conjunto de tribus árabes que viven en marismas del Eufrates y el Tigris, lleno de vida salvaje, de cerdos para cazar, de sequías e inundaciones y de diferentes tribus que se miran tanto de reojo como para matarse por cualquier afrenta al honor. Y es que vivían un poco aislados todavía, pendientes más del jeque del lugar que de la autoridad estatal. Los rifles están en cada casa. El orden judicial tiene apariencia de seguir las normas feudales, las amistades de verdad se forjan a fuego, y las enemistades también. Se desplazan en canoas hechas de cañas, y con ese material levantan sus casas. La salubridad de esta gente es de esas que echan para atrás, pero eso no quita que todavía atiendan al viajero como mejor sepan hacerlo. Todo lo que amaba de estos mundos acorralados por la modernidad, lo despreciaba Thesiger de la creciente globalización de las costumbres y el pensamiento.

Leer a Thesiger, después de ya no acordarme de Arenas de Arabia (1959), es algo más que un conocimiento de una cultura rica y, seguramente perdida. Es retornar al placer de la lectura de viajes como muy pocos saben hacerlo. Me he vuelto a meter entre las aventuras de un autor clásico como pocos, de la vieja escuela, más pendiente de los demás y de lo que ve que de sí mismo. Y eso, al acabar el libro, se nota.

Thesiger (1910-2003) tuvo una de esas vidas que envidiaré siempre, pero no todo fue tan agradable. Sus idas y venidas al sur de Irak, entre Londres y otros viajes, se interrumpieron definitivamente en 1958 con una revolución de generales y echaron a la dinastía hachemita, la primera que hubo tras la independencia. Con ellos echaron a los ingleses, esa gente que, pese a conceder la independencia de los países, nunca terminaba de irse... Por ello sorprende el respeto que Thesiger siempre se ganó entre los árabes. Aunque por causas ajenas a él ya no volviera a verlos.