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jueves, 15 de marzo de 2018

EVEREST CON OXÍGENO O SIN OXÍGENO?. BAJO LOS CIELOS DE ASIA, de Iñaki Ochoa de Olza

EVEREST CON OXÍGENO O SIN OXÍGENO?. BAJO LOS CIELOS DE ASIA, de Iñaki Ochoa de Olza 

  "La esencia de una vida en pareja, cualquier pareja, es sin duda el amor. Aún así, sin amor verdadero se puede estar muy bien; es posible encontrar a quien te trate de maravilla, quien sea correcto, atento, amable. Podrá durar muchos años, incluso toda la vida, y podrá incluso ser el padre o la madre de tus hijos. Pero a esa correcta pareja le faltará la esencia misma del asunto; ese amor, apasionado o no, que te hace respetar al otro y darlo todo por él, o ella, sin pensar en ti. Pues bien, la esencia misma de escalar el monte Everest es llevar nuestro cuerpo hasta el territorio de la hipoxia extrema; el lugar donde la falta de oxígeno es tal que sólo unos pocos hombres, muy entrenados y motivados y en las mejores condiciones de salud, climatológicas y técnicas pueden conseguir llegar a ese punto cercano a la estratosfera donde el cielo es azul oscuro, estar unos minutos y bajar a duras penas. ¿Puedo yo subir hasta allá arriba por mis propias fuerzas? Dicho de otro modo, a nadie se le ocurriría correr el Tour de Francia en moto, porque está bien claro que lo esencial allí es dar pedales.
  También es posible, por supuesto, subir al Everest de un modo correcto y relativamente seguro, al tenebroso precio de trepanar de cuajo esa esencia de la cuestión, como quien vive en pareja sin amar de verdad. Te ayudan, a cambio de dinero, unos sherpas nepalíes que realizan la mayor parte del trabajo duro o peligroso: abrir la ruta, equipar los campamentos, instalar las cuerdas fijas y acarrear las pesadas botellas de oxígeno hasta el punto donde se comienza a usarlas. Después el pseudo-alpinista se enchufa y es justo entonces cuando se acaba la aventura. Quién sube así corre riesgos, desde luego, pero su experiencia del Everest se limitará a las hermosas vistas desde la cumbre, fotos incluidas. Para algunos, igual que en el amor, basta con eso.
  A mí, dame por favor amores de verdad, de los que duelen. Y, a 8000 metros de altura, mantén alejados de mí esos cilindros de titanio naranja que contienen tan pocas verdades y ninguna respuesta.
  El Everest sin oxígeno también duele."

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