AGROHORROR, varios autores
Una muestra de cuentos inspirados en el medio rural con la inspiración de quien encuentra alternativas aterradoras a la vida normal de nuestros pueblos. Estos están ubicados en Cataluña, Galicia, Andalucia... en realidad da igual. Todos intentan sorprender con sucesos asombrosos que tampoco son presentados de forma brutal, sino que lo más brutal queda a la imaginación del lector. Así dice el prólogo:
"El Agrohorror parte de una realidad monstruosa, violenta, una realidad conocida y propia. La España negra de Goya y de Puerto Hurraco, cristiana, celosa, cerrada, vengativa, de supersticiones tan reales como que estamos hoy aquí, de viejas rencillas y aliento a ajo.
En definitiva, esto que llamamos Agrohorror es un subgénero profundamente realista cuyas raíces se encuentran en Goya y en el esperpento de Valle-Inclán y que es el resultado de distorsionar el mundo rural español en mayor o menor grado para, además, volver a distorsionarlo aplicando lo fantástico y el terror con el objetivo de generar un contraste, un añadir monstruo al monstruo..."
Como se advierte en el prólogo, los editores de esta selección no han pensado ridiculizar a nadie, ni denunciar el atraso, ni la España vaciada. Nada de eso, tampoco han tirado por los topicazos tan manidos de siempre con la gente del campo. Aquí se trata de entretener al lector que busca lo extraordinario de cada situación por la vía del horror y la ficción total. Hay costumbrismo, pero también ironía, sátira de gente chulesca (los ricos de pueblos, los envarados de la guardia civil), la gente estilo de Iker Jiménez que se desmarca en el paisaje como un esperpento. Algún cuento tiene un tono más oscuro, como el de Pilar Adon, que es el que menos me ha gustado. Uno de los que más José Ovejero. En total, 10 cuentos muy suyos, cada autor ha aportado su estilo propio tirando del misterio de un cuadro, el lenguaje soez y brutal dentro de tradiciones inexplicables, situaciones absurdas, de tractores insólitos para desenlaces que acaban todos en el horror. Son 170 páginas de absoluto entretenimiento, y eso que no es el género, el de la fantasía, ciencia ficción, el horror o el gótico, los que me suelen gustar. En este caso, la excepción a mis géneros habituales ha valido la pena.
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