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miércoles, 18 de septiembre de 2019

LA REVOLUCIÓN DE 1934 EN EUSKADI. TRES PERIODISTAS EN LA REVOLUCIÓN DE ASTURIAS. CRÓNICAS, de Josep Pla

LA REVOLUCIÓN DE 1934 EN EUSKADI. TRES PERIODISTAS EN LA REVOLUCIÓN DE ASTURIAS. CRÓNICAS, de Josep Pla

    "Es triste tener que decirlo y recordarlo. Se han quemado iglesias y asesinado sacerdotes; ha habido muertos y heridos en Eibar, en Pasajes, en todos los puntos de concentración social del país. Se ha asesinado a los señores Larrañaga y Oreja Elósegui. En Bilbao ha habido momentos desagradabilísimos. El asalto y saqueo a las tiendas y comercios de Sestao asciende a más de seiscientas mil pesetas. Ha sido quemado el Palacio Salazar de Bermeo. En comparación con lo que ha pasado en Asturias, esto, ciertamente, es poco. Pero que todo esto haya podido hacerse y llevarse a cabo flirteando con un partido católico, capitalista, tradicionalista y contrario a la violencia, pasa realmente de la raya.

Resultado de imagen de JOSEP PLA, Tres periodistas en la revolución de Asturias    La situación del País Vasco no está, en el momento de escribir estas líneas, definitivamente solucionada. Aún hay ciertos pueblos de la zona minera —como Somorrostro— donde las cosas no están claras. Es una cuestión de tiempo. La aviación sobrevuela estos pueblos lanzando propaganda. Este país reúne —tanto como Asturias— condiciones geográficas magníficas para la guerra social o civil y sobre todo para la resistencia. La gente tiene siempre el recurso de echarse al monte y sobrevivir con pocas dificultades. Para un conocedor del país, no hay aviación, ni artillería, ni regimientos de muchachos, naturalmente poco fogueados, que valgan. La estrechura de los valles, la dificultad que encuentran las masas de tropa para maniobrar en ellos, la dificultad de los aviones para volar bajo a causa de la orografía del país, hacen que nos encontremos, en el año 1934 de este siglo, aproximadamente igual para estos efectos que hace un siglo. Pese al aspecto de confort exterior, vivimos rozando la posibilidad de la guerra civil. En Asturias hemos vivido durante muchos días las escenas de la guerra civil. En el País Vasco, porque Dios ha querido, nos hemos ahorrado la repetición de las escenas antiguas y si la gente no se ha echado al campo ha sido por un puro azar favorable. Es porque persiste en nuestro país el primitivismo más puro y más peligroso cubierto completamente por una costra de civilización superpuesta, que resulta extraño que los políticos no comprendan la gravedad de las posiciones frívolas, demagógicas y pseudohumanitarias.
(La Veu de Catalunya, 23/X/1934)"

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