"A veces se sentía melancólico entre las calles grises y barrocas del Madrid de los tiempos galdosianos, tan vivo en su barrio, y entonces se acordaba del valle de Bielsa por tres picos pirenaicos en los cuales había nieves perpetuas y glaciares caminadores. Esos picos tenían un nombre que recordaba el castellano primitivo que se formó en Aragón antes que en Castilla. Se llamaba Las Tres Sorores.
Desde niño estuvo intrigado por Las Tres Sorores que veía desde la ventana al otro lado de una límpida laguna que sin duda había sido en tiempos de la orografía antediluviana el cráter de un volcán. Aquellos picos blancos desde la base en invierno y en verano coronados de capelinas de nieve tenían algo femenino. Y al atardecer las capelinas se hacían color de rosa cuando el sol llegaba oblicuamente.
No es necesario explicar que Sorores quiere decir hermanas, porque eso todo el mundo lo sabe, aunque no haya estudiado latín. Y vírgenes (esto lo imaginaba Samar), de otra forma sus capelinas no darían aquella impresión de inmaculada pureza."
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