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miércoles, 31 de enero de 2018

STRANGE FRUIT, LA MAS FAMOSA CANCION DE BILLIE. LADY SINGS THE BLUES, de Billie Holliday

STRANGE FRUIT, LA MAS FAMOSA CANCION DE BILLIE. LADY SINGS THE BLUES, de Billie Holliday

    "Durante mi temporada en el Café Society nació la canción que llegaría a ser mi protesta personal: Strange Fruit. El germen estaba en un poema escrito por Lewis Alien, al que conocí allí. Cuando me mostró el poema, yo no lo podía creer: expresaba todas las cosas que habían matado a papá.
    Además, Alien había oído hablar de la forma en que murió papá y por supuesto se mostró interesado en que la cantara. Sugirió que Sonny White —que me acompañaba— y yo le pusiéramos música. Trabajamos los tres unos veinte días seguidos. También recibí la inapreciable ayuda de Danny Mendelsohn, un compositor que había hecho varios arreglos para mí. Me ayudó con los arreglos para la canción y soportó pacientemente los ensayos. Me esforcé infatigablemente porque no estaba segura de saber transmitir a un público de lujo todo lo que significaba para mí.
    Tenía miedo de que no gustara. La primera vez que la canté pensé que había cometido un error y que había acertado en mis temores. No hubo siquiera un amago de aplauso cuando terminé. Luego una sola persona comenzó a batir palmas, nerviosa. Y de pronto todos estallaron en una salva atronadora de aplausos.
    En poco tiempo prendió y la gente empezó a pedírmela. La versión que grabé para Commodore se convirtió en mi mayor éxito de ventas. Sin embargo, todavía me deprime cada vez que la canto. Me recuerda la forma en que murió papá. Pero tengo que seguir cantándola, no sólo porque me la piden, sino porque veinte años después de su muerte, las cosas que mataron a papá siguen ocurriendo en el Sur.
    A través de los años he vivido muchas experiencias raras como resultado de esa canción. Es útil para distinguir a las personas íntegras de los carcamales y cretinos. Una noche, en Los Ángeles, una zorra que estaba en el club donde yo cantaba, dijo:
   —Billie, ¿por qué no cantas esa canción tan sexy que te ha hecho famosa? La de los cadáveres desnudos que se balancean en los árboles...
     Huelga decir que no la interpreté.
    Pero otra noche, en la Calle 52, terminé la actuación con Strange Fruit y me encaminé, como de costumbre, al lavabo. Siempre hago lo mismo. Cantarla me afecta tanto que me pongo mala. Me deja sin fuerzas.
    Entró una mujer en el lavabo de señoras del Downbeat Club y me encontró desquiciada de tanto llorar. Yo había salido corriendo del escenario, con escalofríos, desdichada y feliz al mismo tiempo. La mujer me miró y se le humedecieron los ojos.
    —Dios mío —dijo—, en mi vida oí algo tan hermoso. En la sala se podía oír volar una mosca.
    Hace unos meses, en un club de Miami llevaba dos semanas de funciones sin haberla interpretado una sola vez. No estaba de humor para que me fastidiaran con las escenas que siempre se montaban cuando la cantaba en el Sur. No quería interpretar nada que no pudiera terminar. Pero una noche, después de que me la pidieran infinitas veces, accedí. Había un personaje muy particular que se presentó varias veces en el club, siempre para pedirme Strange Fruit y Gloomy Sunday. No sé para qué quería oír ninguna de las dos. A mí me parecía un tipo tenebroso. Pero finalmente decidí cantarlas como bis..
    Al llegar al último fraseo de la letra me salió la voz más fervorosa e intensa de los últimos meses y mi pianista interpretó en la misma forma que yo. Cuando dije «...para que el sol los pudra» y después de un punteado en el piano agregué «...para que el viento los azote», ataqué esas palabras con más fuerza que nunca.
    Estaba flagelando al público, pero los aplausos fueron los más resonantes que escuché en mi vida. Salí de escena, subí la escalera y me cambié de ropa; cuando bajé, seguían aplaudiendo.
No son muchos los cantantes que han intentado interpretar Strange Fruit. Yo nunca traté de desalentarlos, pero el público sí. Años después de mi actuación en el Café Society, Josh White apareció con su guitarra y la pechera de la camisa abierta hasta el ombligo, y la cantó. El público le gritó que no se metiera con esa canción."

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