EL MACONDO AFRICANO, de Javier Brandoli Manzano
De nuevo por Mozambique, me adentro en este libro contado por un periodista freelance, guía turístico, director de resort, fotógrafo y lo que haga falta para estar donde quiere estar. Que no es otro sitio que entre las historias de la gente comun africana, la original. El las transmite con esa nata de asombro ante lo incomprensible y lo inesperado, de ahi la referencia a Macondo del titulo. Para un occidental, este mundo tiene su magia particular. Y es cierto, aquel fue para mi uno de los viajes mas sorprendentes, mas duros también, y que no sabría muy bien como calificar. Siempre he tenido la sensación de que, para mis entendederas, Africa me supera. No termino de racionalizarla como América, Europa o Asia. Siempre sientes que algo se te escapa. Lo que mas me ha gustado de este libro es que el autor no llega, mira y se va. Eso es lo que hacemos la mayoria. No; Brandoli llega observa, ve algo que le gusta y se queda con todas sus consecuencias de trabajo, salud, amistad, seguridad personal y ocio. Y pasado su tiempo, se va. Eso es un viajero para mi, el resto somo turistas, que tampoco es tan malo despues de todo.
Hay un remedo de Aureliano Buendia en el capitulo que dedica a un Parque Transnacional, el de Gorongosa, con su filón de dolor y milagro. Algo que el autor intenta transmitir en su estilo con ciertas pinceladas concreta y expresivas.
Ya me gano su atención hablándome de Vilanculos y las Islas Bazaruto, uno de esos enclaves índicos memorables alejados de otros con mas renombre. Yo estuve por allí en años parecidos a los que el autor narra, y guardo muy buen recuerdo. La suerte que tengo con este libro es que el pasó mucho mas tiempo, conoció a mucha mas gente y me ha transmitido historias de pobreza, de negocios llevados entre negros y portugueses de cualquier manera, de las secuelas de la guerra civil tras la independencia, su recuerdo... Quien quiera ir por aquellas latitudes le será de mucho provecho: las playas son de postal, la gente muy tranquila aunque también muy pobre.
La segunda mitad del libro esta también dedicada a otros viajes por Sudáfrica, Namibia, Botsuana, Zimbabue y el mismo Mozambique. Viajes que se pueden fechar entre 2010 y 2015 y que se acogen a alguna singularidad percibida en la region.
El prologo es de Javier Reverte y he de decir que, habiéndole leído muchos libros, incluidos los de Africa, prefiero este de Brandoli por su cercanía en los problemas a los que se enfrenta, por estar mucho mas cerca de la población que el, por afinidad en la forma de ver esas situaciones del día a día con voluntad de quemar la mayoría de los barcos ante una retirada fácil a España. Incluso es tan generoso como para nombrar otros libros libros que le ayudaron a entender Africa, como cuando cita:
"No hice la revolucion para permanecer pobre"- ¿Lo dijo un político sudafricano, o un politico de la Transicion española? Fue uno africano, pero, con todo, qué bueno es leer... Cita que es parte de un capitulo dedicado a reflexiones sobre el sentido de la cooperacion internacional (es muy critico), la corrupcion y el ejemplo concreto de gente en la que si cree. Como él dice, eso solo se lo ha dado el ser director de un hotel donde confraterniza tanto con los turistas, ricos o con posibles al menos, como con sus empleados, invariablemente pobres y muy zarandeados por la vida.
No es que me parezca poco sincero Reverte, es que me lo parece mucho mas Brandoli al menos en este libro. El unico suyo en mis manos hasta ahora. Espero que haya mas.
A continuacion añado algunas fotos de Vilanculos y Maputo (Mozambique), escenarios frecuentes del libro.
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Pescadores y las Bazaruto al fondo |
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Idilico, nada saturado al menos por aquellos años. Vilanculos |
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La arena blanca de Vilanculos |
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Baobab. Los hay por todo lugar en esa costa |
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Las playas de Vilanculos. Un dhow se acerca a tierra |
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Cuando aquello no tira solo. Maputo |
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La comida nos llega a las puerta de la chapa, el nombre de los taxis (tipo nissan vanette), de la mano de las mas trabajadoras personas del pais |
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Recuerdos de la guerra civil |
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El taller de arreglos textiles no tiene paredes en una calle de Maputo. Algo que me sorprendio es que la arena se colaba por todas las calles |
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Seguramente esta barcaza, como el pais, vivo mejores tiempos. Vilanculos |
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La vida en la calle es una de las cosas mas atractivas de la capital mozambiqueña |
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Y ese pez puede esta en tu plato para la cena. Vilanculos |
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Me quede hipnotizado con este pescador frente al mar bravo que de vez en cuando lo regaba de agua salada. Ahi se mantenia sobre esa roca de superficie afilada como cuchillas |
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Me dedique un dia a recorrer la costa norte de Vilanculos con gran placer y tranquilidad |
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No recuerdo muy bien, pero en el traslado de Maputo a Vilanculos hay un momento en el que metes en una barca y cruzas un pequeño golfo. Ahi estoy, encantado siempre de que me dejen compartir estas cosas, sus cosas, su vida, con un tio al que de nada conocen y que tiene tanto por aprender |
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Un alto en el camino para comprar comida y matar el hambre de mediodia
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