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lunes, 26 de febrero de 2024

LEJOS DE EGIPTO, de Andre Aciman

LEJOS DE EGIPTO, de  Andre Aciman



Una curiosa y humorística historia de tres generaciones de judíos egipcios de origen sefardí contada un miembro joven, nacido en 1951, que lo ha visto y oido todo de ellos. No era difícil por cuanto les encantaban las reuniones familiares y rajar unos de otros sin pensárselo dos veces. Esencialmente, es eso. Pero como la gracia está en los detalles, vamos con ello: la historia de la familia paterna, que es la más extensa en todos los aspectos, va desde 1905 con Isaac, que llegó a Alejandría, hasta otoño de 1964 en que el gobierno confiscó los negocios del padre. El año 1965 marcharon los últimos que quedaban en aquella ciudad (con el sabor de las playas mediterráneas en todo momento) hasta Roma y, André Aciman con posterioridad, a EEUU. Una familia llegada desde Turquía en la que los 9 varones pierden 9 fortunas por un motivo u otro, siendo las que más recuerda el chico las nacionalizaciones de Nasser. Hay algunos saltos temporales en los que André visita a sus tías en París, ya muy ancianas, como un ejemplo de la diáspora de gente "bien" venida a menos.

El ladino era la forma de identificación familiar y de origen social. Hablarlo era como un rito. La gente de esta familia guardaba una estratificada jerarquía entre generaciones y entre sexos, lo cual no quita que cada uno sea recordado con una personalidad muy propia, incluso los criados árabes o nubios que trabajaban para ellos. Y es en esas relaciones entre ellos donde saltaban muchas sonrisas como lector de ellas, porque hay muchas peleas entre ellos, pero siempre son familia, los trapos sucios se quedaban entre cuatro paredes. Los hay más listos, como el tío Villy, que es todo un personaje, y otros que pierden la compostura muy pronto como le pasa a la madre de André frente a la familia de su padre; hay mucha ternura en esos recuerdos. Son una gente que se sentía especial y mejor que sus conciudadanos, lo que da ocasión a muchas frustraciones y situaciones equivocas. Por supuesto, Aciman las recuerda con la distancia que dan los años, y el cariño hacia unas personas a las que, ya muertas, se les puede perdonar. Es una mirada de adulto con las impresiones de un niño que por fin lo ha comprendido todo: a la abuela que se hartó del abuelo, del tío que se apuntó a defender a los aliados y al fascismo a la vez para ver de dónde sacaba tajada, de la familia amiga que cambia de religión para no cambiar de vida, de los amigos del colegio que le hacen la vida imposible por ser judío... 

Es una elegía de un tiempo que desapareció, el familiar y el de Alejandría, porque esa sociedad ya no existe. Tal vez otros lectores también resalten el doble hecho de que son familias judías de tradición muy cosmopolita por guardar la memoria de sus antepasados que han ido de aquí para allá en busca de una mejor vida (y no solo porque los echaran), pero solo un miembro, que recuerde del libro, quería ser enterrado en Israel. Y pese al hecho de que el nacionalismo árabe los miraba mal por ser judíos de los que esperaban un alineamiento con Israel, ellos para nada soñaban con el estado sionista. Es una familia que va allí donde se los acepta, simplemente, lo cual no implica una confianza ciega en la raza o la religión, más bien todo lo contrario como se leerá. El segundo hecho es que no aparecen extremismos musulmanes, ni islamistas fanáticos que les compliquen la vida. Los Hermanos Musulmanes no aparecen por ningún lado. Con la llegada de Nasser y las guerras con el recién constituido estado de Israel la xenofobia tiene tintes anticolonialistas: se pone en la diana a ingleses y franceses por la guerra del Canal de Suez. Y la guerra contra el sionismo es otro tanto. Pero estas son las reflexiones que me hago para comprender, simplemente, que el mundo de entonces y el de ahora se parecen muy poco pese a que les separan un escaso margen de tiempo en términos históricos. Cabe preguntarse con qué tiempo nos quedaríamos a vivir, si con el de Andre Aciman en Egipto o con el de ahora. Que cada uno elija.

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