LA PRESENCIA DE NAZIS EN LOS ORIGENES DE LA ALEMANIA ACTUAL. FRANQUISMO S.A., de Antonio Maestre
La presencia de jerarcas nazis como Hans Globke en el gobierno de la Alemania Occidental de Konrad Adenauer no fue una excepción. El canciller alemán situó al frente del Bundesnachrichtendienst (BND), los servicios secretos de Alemania Occidental, a Reinhard Gehlen (1902-1979), un alto cargo de la Wehrmacht en el Frente del Este durante la guerra contra la URSS ascendido al alto mando de la contrainteligencia. Fueron sus conocimientos al respecto los que le valieron un puesto de preeminencia para los EEUU, ya que logró ocultar los archivos de la Fremde Heere Ost (FHO) para ponerlos a disposición de la inteligencia militar y así evitar la cárcel. Tras lograr un acuerdo con los EEUU, Reinhard Gehlen salió de prisión y a través de la «Organización Gehlen» formó un equipo mercenario de inteligencia anticomunista que estuvo dando apoyo a la Bund Deutscher Jugend (BDJ), una estructura paramilitar formada por miembros de la Wehrmacht o las SS construida para luchar contra el comunismo y que contó con elementos del nazismo tan relevantes como Klaus Barbie. Sus actuaciones tras la Segunda Guerra Mundial en contra del comunismo llamaron la atención de Konrad Adenauer, que en 1956 transformó esa red de mercenarios en el Bundesnachrichtendienst, poniendo a Reinhard Gehlen a dirigirlo y conformando así el que es, a día hoy, el Servicio Federal de Inteligencia de Alemania.
La decisión de la administración Adenauer de situar a antiguos nazis al frente de los órganos más relevantes de la inteligencia de la Alemania Occidental tuvo implicaciones directas en el apoyo y la protección dados a la multitud de miembros del nazismo implicados directamente en el Holocausto huidos por todo el mundo. Las investigaciones de Bodo Hechelhammer, historiador alemán al mando del grupo de investigación y trabajo «Historia del BND», dedicado a estudiar los orígenes del servicio alemán de inteligencia, sacaron a la luz cómo el gobierno de Konrad Adenauer tuvo a sueldo a Walter Rauff, inventor de las cámaras de gas. Entre los años 1958 y 1962 cobró más de 70.000 marcos del Estado alemán y dietas por viajes de trabajo al servicio del BND.
El historiador Klaus-Dietmar Henke identificó cómo el BND eliminó archivos que mostraban la relación del servicio de inteligencia alemán con al menos 250 miembros del régimen nazi. En el año 2010 el diario Der Spiegel afirmó que por lo menos un 10 por 100 de los agentes del BND tenían vínculos con el nazismo. Entre los nombres que aportó destacaban dos, los de Johannes Clemens y Georg Wilimzig. Clemens fue miembro del Sicherheitsdienst des Reichsführers-SS (SD) y uno de los responsables directos de la matanza de las Fosas Ardeatinas, un fusilamiento masivo de 335 civiles en Roma en represalia por una acción partisana contra un batallón nazi. Por su parte, Georg Wilimzig fue miembro de la Gestapo y del Einsatzgruppen IV (escuadrones de la muerte) destinado en Polonia durante su invasión.
Todas estas relaciones de miembros del nazismo con las estructuras de la Alemania Occidental, que acabaron conformando las estructuras mismas de la Alemania que hoy conocemos, aconsejan tomar distancia al considerar el caso alemán como un ejemplo a seguir
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