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lunes, 26 de mayo de 2025

CONCEPCIÓN ARENAL, de Anna Caballé

CONCEPCIÓN ARENAL, de Anna Caballé


Hablar sobre lo mucho que aporta este libro sin extenderse me resulta difícil. Concepcion Arenal (1820-1893) es la reformadora social por excelencia de su siglo en España. Y de temas penitenciarios, en el mundo. Porque es muy curioso cómo la mejor pensadora del siglo XIX español tuvo una vida de sucesos vitales interesantes antes de ponerse a escribir, sin pausa, con más de 40 años, con una formación extraordinaria para su época y unas cuantas, no muchas, pero decisivas amistades con otras personas de gran valía intelectual. Fue precisamente en el siglo en que la historia de España tocó suelo, y de cuyos traumas creo que aun llevamos la marca. Aunque no parezca ese su objetivo, además de conocer todo lo posible a Arenal, el libro tiene algo de historia intelectual o transversal de nuestro país intentando flotar y no hundirse más en la ciénaga del absolutismo y las guerras carlistas. Por ejemplo, la amistad con la viuda de Espoz y Mina. La autora, pese a la talla intelectual de Arenal, parece haberle cogido la medida a todos los niveles, y se nota que se siente a gusto contándolo.

La biografía tiene sus virtudes: no la adula como una santa laica, ni tampoco calla sus defectos de carácter, no esconde su irritante sentimiento de superioridad, o su visión colonialista de las guerras en el Rif. Muy interesada en no recibir demasiadas atenciones y celosa de su privacidad, pero más celosa aun de que se la reconozca por lo que sabe que vale. Quejosa, pesimista, divorciada de las expresiones sentimentales aunque con ellas escriba. Moralista, a la espera del buenismo de la gente, hasta el punto de reconvenir siempre a todo el mundo por uno u otro motivo. Arenal busca un espacio social para las mujeres por su propia valía, y porque los hombres no son suficientes para acertar en el desarrollo social. Incluso mete su cuña propia en el tema del sacerdocio. Dentro de su puritanismo, sabremos que cosas la impulsan y que cosas la hunden, la desaniman a continuar favoreciendo a la sociedad a través de su acción. Fue una poeta mas voluntariosa que talentosa. La autora también señala dónde erraron otras biografías anteriores y por qué. Señala dónde encontró el dato que refuta ciertas afirmaciones y concluye con afirmaciones opuestas a otras mal fundadas. Es el caso de sus estrecheces económicas, su poca religiosidad, que fuera poco afectuosa, que no la afectará la muerte de su madre, etc. Eso es falso, y así la autora lo demuestra. Por ejemplo, apunta que se casara embarazada, aunque sin probarlo, más allá que por indicios. 

Otra línea que sigue la autora son las obras de Arenal: parece hacérselas leído todas, desde sus poemas incandescentes, o sus novelas primerizas y sin publicar hasta su bestseller Manual del visitador del pobre, cada uno con su contexto y su crítica. Según sigue su biografia y su linea de pensamiento, afloran libros como Cartas a los delincuentes, otro opúsculo pensado en la utilidades que necesita un colectivo encarcelado y olvidado de la sociedad. Después vinieron muchos más, como Carta a un obrero, llegando al más influyente en Europa: Estudios penitenciarios, pensado en la organización de las cárceles y la regeneración del condenado. Otro muy reconocido en su tiempo fue Ensayo sobre el derecho de gentes, en busca de una línea pacifista entre las naciones debido a la necesidad urgente de un derecho público internacional, positivo e inviolable. Fue amiga de los primeros krausistas, como Giner de los Rios. Pero siendo tan conocida en España, es de las que se siente muy sola en su vida: fue una mujer muy adelantada a su época, en la aplicación de sus ideas, y eso se paga con incomprensión y un carácter arisco.

Si una cosa queda clara de las ideas políticas que Arenal fue formulando en el erial patrio, es que ahora mismo está mujer no da la impresion de que sea acogida por las derechas. Tampoco tengo claro que por las izquierdas de su tiempo, pero creía en la sociedad y en sus instituciones para el bien común y universal, como persona íntegra, solidaria y preocupada por las personas: eso no la convierte en una privatizadora del bien común ni una clasista que piense que no todos tenemos opciones de llegar a lo más alto a través de la educación y la ayuda del estado si hace falta. Era una mujer que, como mujer vestida de hombre pero mujer siempre, sabía lo que cuesta hacerse oír, luchar desde más abajo que otros por su condición de género, y no igualarse por lo bajo para no buscarse problemas sino aguantar el tipo de ser quien es, una mujer más cultivada e inteligente que la mayoría de los hombres y mujeres en un mundo en el que eso sorprende. ¿Y por qué este tono político de la reseña? Porque, debido a sus inclinaciones sociales heredadas de su adorado padre, Concepción Arenal fue una mujer muy política, pero sin partido concreto aunque tirando a liberal si hemos de ver cómo eran los conservadores de su época. Su voz resuena 150 años después. Arenal se define más por tender puentes entre los extremos que tanto han definido España desde entonces: liberales y ultraconservadores, ciencia y Dios. Sus postulados, acerca de la igualdad social, del progreso de la mujer con independencia del hombre, de la madurez social para el buen funcionamiento del deseable sufragio universal, el obstáculo que supone la religión para la igualdad entre las personas... hacen llamativa su propuesta hoy dia. Tiene una fe absoluta en la razón antes que en el miedo o cualquier creencia, aunque la realidad de lo consiguió lo dejara en una razón utópica. Sabía que no era suficiente, ni practico, dejar la atención hacia los más débiles de la sociedad en manos del Estado, y su labor central fue animar a la sociedad civil hacia la beneficencia. Supongo que en el siglo XIX era absolutamente radical su ansia reformista, aunque no en la línea de Marx y Engels precisamente. 

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