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lunes, 8 de agosto de 2022

EL HEREJE, de Miguel Delibes

EL HEREJE, de Miguel Delibes


Tres reformistas de la primera mitad del siglo XVI se juntan en el interior un barco, mientras navega frente a las costas francesas, para examinar la fe de cada uno de ellos. Una cosa les une, y es que abjuran de la iglesia católica. Pero a partir de ahí, el capitán Berger habla como un neófito seguidor de Lutero, Salcedo es el representante vallisoletano del grupo reformista, más perro viejo, y Telleria es un sevillano calvinista cargado de dogmas. Un comienzo curioso.
Pero a partir de ahí se nos cuenta la vida de Salcedo, sus orígenes burgueses, su educación formal y sentimental, su acceso a la herencia familiar, el éxito social y empresarial, su boda, sus amistades y, desde estas, su rápida caída en desgracia.
Pero lo que realmente se nos cuenta está en lo que se esboza, en las graves cuestiones de conciencia para un hombre bueno de su época. ¿Bueno? No siempre, pero lo intenta. Es una historia de búsqueda de la verdad, de la felicidad, de aunar ambas cosas en la madurez. En realidad, algo propio mde cualquier epoca de la historia humana, pero no de cualquier edad humana. Es mas bien una historia de madurez, de dar muchas vueltas a las cosas, de haber aprendido hace tiempo que lo bueno a veces es enemigo de lo mejor. Creo que es una narración en la que el autor ficciona muchas cosas, pero no esa sensación de guerra perdida en la vida de un hombre que intenta ser íntegro y liberar su conciencia con la verdad. Voy avanzando en la lectura y voy percibiendo la pesadez de la vida con ese nivel tan alto de autoexigencia. Hay momentos de profunda sensación de fracaso. De que nada se gana en esta vida para un hombre de fe, de fe luterana al menos, si no es con la muerte.
Podría parecer un libro pesimista, y tal vez lo sea, pero al final queda un esbozo luminoso que da un respiro, aunque no un sentido, al final de Salcedo.
A destacar el logrado ambiente rural, las escenas de caza (cómo no!), la mucha información sobre vestidos y modas de la época, la consistencia de la Reforma y esa narración en tercera persona muy cercana a la conciencia de Salcedo, intentando comprenderle y compartir sus dilemas. Es posible que las cuestiones religiosas ahora nos resulten tediosas. A mí la primera parte del libro, en el barco, se me hizo, cuando menos, rara. Pero es lo que había en la época del siglo XVI, y de esta manera comprendemos al final del libro que todo lo que ocurre se debe no sólo a un sentimiento o un calenton, sino a una idea. Y es a ella a la que se aferra Salcedo hasta el último momento. Sin duda son cuestiones que debieron mover a Delibes en sus últimos años. Tal vez ideas de otra época, pero estas cosas van y vienen a lo largo de la historia. Y tal como se narran, creo que aguantan la lectura todavía sin que el libro se nos caiga de las manos. 

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