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jueves, 30 de mayo de 2024

OJOS AZULES, de Toni Morrison

OJOS AZULES, de Toni Morrison


Tenemos la descripción de la vida íntima de los miembros de una familia negra y pobre de Georgia, contada con sinceridad, descarnadamente. Escenas de sexo, de rabia, de miedo  parecen responder a la pregunta de qué es ser negro al sur de EEUU desde  las sensaciones y sentimientos antes que desde las ideas. También nos pregunta qué les espera a las mujeres negras desde la infancia a la vejez. Ellas se expresan a través de sus anhelos, sus frustraciones, y cierto humor a veces. Este es un buen ejemplo de una extraordinaria primera novela (para muchos la preferida de Morrison, una Premio Nobel de Literatura como pocas de buena), que no tuvo un buen reconocimiento cuando se publicó por primera vez en 1970.

El libro comienza con la narradora presentando a los personajes, es la historia juvenil de Claudia y la de su hermana Frieda y otras gentes de la comunidad, en primera persona. Su lugar en el panorama del barrio negro y pobre donde viven, Es Georgia, 1941. Y se nos plantea cómo se fraguó esa historia de tres niñas y un secreto abominable. Se desarrolla en 4 secciones tituladas como las estaciones del año. Pero todas las historias de los personajes se anclan en Pecola, una niña un tanto especial y no por lo bueno que tiene con su padre. 

Morrison utiliza la ironía cuando busca la palabra adecuada al describir cada situación, a veces rozando el humor. Minuciosas observaciones de los adultos, la pobreza que retuerce la vida de los negros hasta darles una apariencia de seres miserables.

Ptro aspecto es la violencia. Se describe cómo, entre los negros,  se desarrolla la hostilidad frente al mundo en general y contra el entorno cercano en particular. Un resentimiento que nace, entre la marginación y la pobreza, del miedo. Esta hostilidad se concreta en forma de envidia de estas niñas hacia otras, dejando a parte generalmente a los blancos. A veces se cuenta de forma un tanto exagerada y con dosis de humor. Ser negro, en estos personajes, es recibir un insulto social por parte de los demás, incluso de otros negros con tal de denigrar al prójimo, de manera que hasta utilizan el color de la piel para autolesionarse mentalmente, menospreciándose uno mismo.

Recrea con intensidad vidas sufridas de niñas y de adultas, situaciones polémicas. En la propia escala de la sociedad negra, los protagonistas son los que están abajo, los que completan su propia educación con bulos, habladurías y salas de cine. A veces parecen sumidos en una sociedad diseñada para hacerlos sufrir, y no solo por la mano del hombre  blanco. En cualquier caso, ser consciente de esto contribuye a sacar muchas veces lo peor. Parecen predestinados a pasarlo mal, y la vejez ya es solo el comienzo de la liberación. Hay muy pocas momentos de alegría. La autora analiza en profundidad, unos capítulos después de presentar a los personajes, los aspectos más traumáticos de sus vidas. Por ejemplo, hay un personaje llamado Cholly. Un tipo odioso, si, pero pasadas unas páginas, sabremos su historia y así podremos juzgar no de oídas o simple vista,  sino con conocimiento de la causa de su bestialidad, lo que lo hace más complicado. Así aprendemos como los hombres y mujeres negros nacen como cualquier humano pero queda irremediablemente deshumanizados por el sistema social de castas heredado de tiempos de la esclavitud en pleno siglo XX. A través de Cholly, leemos una de las mejores evocaciones del jazz que he leído. Y es que hay unas cuantas evocaciones de la orfandad, la sexualidad, la generosidad (Jimmy), el enamoramiento, etc. Tal vez sea esta una de las razones por las que la historia pasa de ser contada por Claudia, cuando habla de su familia y sus amigas, a la narradora omnisciente que nos desvela los secretos de Cholly y su familia. 

Tal vez, la crítica que le pongo al desarrollo de los personajes es que me resulta muy determinista, todo conduce a un destino previsible, aunque la autora se encarga muy bien de que sea interesante y conmovedor en todo momento. Pero visto en conjunto, parece que los personas no puedan ser otra cosa. Aunque vista la jugada a miles de km de allí, en mi cultura, debo rendirme a quien conoce mejor el tema que yo, evidentemente. 

Otro aspecto que me resulta muy evidente son las resonancias de Faulkner en la obra: una descarnada realidad, o cómo descubrir el alma de los personajes a través de su violenta carnalidad, sus situaciones desasosegantes. Parece ser que Morrison mantuvo una relación de admiración/recelo en torno a la obra del de Oxford.

Las últimas historias sobre estos personajes se centran en Pecola, la cual ha obtenido unos ojos azules de forma mágica, ojos azules de mujer blanca, lo que la separa de todo el mundo y la deja recluida en su casa y en la incomprensión de unos y el temor de otros. Porque ha adquirido una dimensión sobrenatural para la comunidad negra, ha adquirido un rasgo de blanca en su fea cara negra que las ha superado a todas las mujeres negras solo por eso, o así lo entiende la comunidad. Y ahora todas recelan de ella. De que haya sido bendecida con algo hermoso que no le es propio, como si lo es que perdiera a su hijo recién nacido por culpa de un hechizo mágico de sus amigas envidiosas. Esos ojos azules se perciben desde los otros con la ambivalencia de una belleza fuera de lo común, pero también una traición a los de su clase. Algo que Pecola pidió como un cambio radical de su funesta suerte pero que nunca logrará disfrutar. Y en el epílogo, la autora se hace una pregunta más profunda: ¿quién convenció a Pecola de la fealdad de su vida para querer algo tan drástico? ¿Quien la puso al límite? "...la dañina interiorización de determinadas premisas de inmutable inferioridad originadas en una mirada externa." Nos cuenta cómo profundizó en el alma de los personajes desde 1962 hasta su publicación en 1970, de los fallos en la estructura que ella ve y cómo influyó en muchos lectores para que no captaran el mensaje total que Morrison buscaba. La autora se estira y nos cuenta la génesis de esta obra, los años en que fue escrita como el momento crucial de EEUU por los derechos civiles, y el momento en que sitúa la novela, también crucial como fue 1941. Pero lo que no cuenta, y si hace Neske Beks, es que para Pecola se inspiró en una compañera de colegio. Explica el comienzo, su esfuerzo por trasladar la oralidad de una conversación entre negros, el punto de vista de unas niñas incapaces de asumir lo grotesco y brutal con sus palabras, pero que lo asumen en su incapacidad de expresarlo. Nota de la casa, lo personal tiene un fuerte influjo desde lo social, y viceversa. Nada es privado del todo, todo lo que se hace público tiene un origen desde la privacidad de las personas. En todo momento Morrison busca con su lenguaje que nuestra distancia con la cultura negra sea la menor posible, que mantengamos la distancia más corta posible con la sensibilidad de los personajes. 

Todo un misterioso final para esta novelesca y densa historia en los arrabales negros de una chica que ha interiorizado el mensaje de que es inferior por ser negra, y la dura realidad a la que se enfrenta por querer ser blanca, dejando de lado que su verdadera condicion no es para sentirse minusvalorada sino orgullosa.

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