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martes, 23 de enero de 2024

¿ACASO MOLESTA EL RUIDO QUE RETUMBA EN MI SESERA?, de Steve Tyler

¿ACASO MOLESTA EL RUIDO QUE RETUMBA EN MI SESERA?, de Steve Tyler 


Le tenía muchas ganas a la vida del cantante de Aerosmith. Y tome su autobiografía (con ayuda de David Dalton) con varias ideas preconcebidas sobre él: un tipo excesivo, artificial, producto de la mercadotecnia de los 80-90, un vocalista privilegiado, una cabeza corroída por las drogas, andrógino, promiscuo, etc. Uno de los chicos malos-malos del rock'n'roll. Y no iba muy desacertado en una primera impresión sobre Steve Tyler. Asi nos lo han vendido. Montar tu personaje es de lo primero que te enseñan en primero de R'n'r. Pero, ¿como se define Tyler, como se ve el mismo? Se dice controlador, obsesivo, un eterno adolescente, un muermo cuando esta sobrio, disparado como un cohete en estado ebrio, miedoso para las armas pero no para las drogas... tanto que en la gira de 1983 debieron contratar a un psiquiatra que los mantuviera cuerdos. Hasta el cuarto disco, como con Joe Perry, lo de este hombre es el paradigma del sexo, drogas y rock'n'roll. Se acredita mucho mérito del grupo, acaso compartido con Perry. También varias acusaciones porque solo se le señala a él como foco de los males del grupo (drogas), cuando el resto, que no se expone como él, hace lo mismo igualmente.Y es que Tyler, en este libro, es muy suyo: su versión en grado narcisista. Solo le pedía que fuera entretenida, y lo es en grado superior.

Pero voy a profundizar algo más. Ya en los primeros capítulos del libro, salvo alguna fumada (hay párrafos del libro en los que no me he enterado de nada, lo juro), sorprenden algunas cosas: es 50% italiano, su apellido real es Tallarico, y tiene un 25% de sangre ucraniana. Por lo que cuenta un abuelo salió por patas de Ucrania cuando los alemanes se cepillaron al resto de la familia (calculo que fue durante la primera Guerra Mundial). Pero el se siente italiano. recuerda con gratitud las lecturas con su madre, los paseos por unos bosques de New Hampshire a las afuera de la urbanización vacacional que poseía su familia. Por allí pululaban otros dos futuros miembros de la banda, Perry y Hamilton. Muchas ganas de comerse el mundo, ser reconocido, ganar mucha pasta, tener mujeres a todas horas, dejar huella fuera de su barrio, y muchas dudas sobre qué pasos dar en el mundo de la música más allá de los típicos bolos en los garitos del lugar o en sus círculos de Yonkers (NY). Esa vocación musical la tuvo clara en los grupos anteriores a Aerosmith. Sus aficiones a tocar la batería y consumir drogas también le vienen de la adolescencia. El periodo de formación es bastante típico: muchas horas de tocar en donde les dejaran hacen al músico y lo que vendrá, aunque durante mucho tiempo, como le pasó a Tyler, no viera claro que aquello en lo que metía tanto tiempo e ilusión sirviera para algo. Es muy característico de él esa mitomanía por los grandes de su época: los Stones, los Kinks, Joplin, los Yardbirds y muchos otros a los que se llevó el viento. Los Beatles!!!! Se ha mirado en todos ellos. Aqui Tyler desborda pasión por los comienzos.

Muy pronto vendrían Perry y amigos a invitarle a cantar en su grupo. Se fueron a la ciudad, alquilaron un piso barato en Boston para todos, robaron comida, salieron de noche y se pusieron a componer como locos todos colocados. De ahí vinieron clásicos como Dream On. Mucho trabajo, los primeros roces, drogas en aumento y sexo, mucho sexo incluso Love in a elevator. El resto es historia. Y la parte de la historia es la que tiene unos picos de famoseo, de historias hilarantes, y otras no tanto, que se suceden casi sin dar tiempo al descanso.

Tyler habla muy bien de algunos discos. Defiende los cuatro primeros como si lo necesitaran, son muy buenos. Luego se detiene en unos mas que en otros. De Get a grip, apenas habla, para mi fue un pelotazo un tanto adolescente. Casi nada de Pump, y eso que los músicos que conozco lo ponen muy bien. Pero si se detiene en Nine lives, que me encanta. también en otros posteriores que me interesan menos. Se cuenta el origen de canciones como Mama Kin'. Y es que Tyler habla de muchos temas: de la banda y sus problemas internos (Tyler y Perry eran los gemelos tóxicos), de como le devoró el consumo de drogas, de los problemas en sus matrimonios, pero sobre todo de su pasión por la música. Sus influencias (Jagger, Joplin), su admiración por algunos músicos, su forma de tocar la batería, y las letras: le encanta escribir letras, se lo toma muy en serio, incluso cuenta un caso de cómo hace para cantarlas con sus peculiares notas vocales. La gente que los vetó de teloneros, como Queen. La amistad con otros músicos como Robert Plant o Slash, o las manías de ciertos elementos como Axl Rose. Y su amor/odio hacia Perry. Porque, y siempre en su versión, Tyler tendrá todos los defectos que se quiera, y tal vez ninguno quiera tenerlo de yerno, pero lo cierto es que rezuma música, destila música, por lo que habla mucho de música. Y como cuñado lúdico debe dar mucho juego.

La vida del grupo es longeva, pero con altibajos: en un calenton de Tyler, expulsó a Perry en los 80; regresó. A comienzos de siglo fue el resto quien quiso echar a Tyler por las drogas. Los roces los achaca a un manager manipulador y a, como en el caso de Yoko Ono, la maledicente pareja de Perry. Por cierto, que Perry es el duro de la banda: otra buena actuación.

Las muchas paginas dedicadas a sus momentos drogado son una aventura en si misma, llena de anecdotas rocambolescas, como las veces que le detiene la policia por ejemplo a la salida de un concierto, su experiencia el el legendario Woodstock, las peleas con su mujer rodando juntos por el asfalto de un parking... no se en USA, pero en Gran Bretaña o España la prensa sensacionalista los hubiera adorado. En mayor o menor grado, Tyler esta apuntado a los siete pecados capitales, mas alguno de provincias. Uno acaba con la sensación de tener un curso de parafarmacia psicotrópica metido en el bolsillo, tanto se habla de drogas (calcula unos 20 millones de dólares gastados). Lo curioso es la sensación vivificante que transmite, siendo un tio tan voluptuoso y sensual, cuando regresa a la sobriedad y pasa 12 años limpio. Ahi los olores, los sabores, el tacto de la vida normal, de la naturaleza, de la vida que despreció en sus comienzos alcanza una rara naturalidad, una sensación de estabilidad y vida real. Es la época en que nos puede hablar de como era un día de gira con concierto ante 20.000 personas durante ese periodo. También de cómo llegaron los dolores físicos que le metieron en las drogas para tratarlos, la famosa epidemia de opiáceos.

La conclusión de este libro es que a Steve Tyler le encanta rajar, sin cortarse cuando lo hace, sin circunloquios, con memoria selectiva, algo que le hace sentirse bien como las drogas. Ya lo dice el, es su esfuerzo terapéutico y con ayudas. Para mi es de esos músicos, pocos, que juegan en una liga estratosférica, esa que te lleva a la final de la Superbowl o a poner música a la nueva estrategia comercial de Coca-Cola por todo el mundo. Mucha mercadotecnia para triunfar, pero también talento para estirar el chicle. Seguro que hay quienes no los soportan. Da igual, en la música popular contemporánea ya son imprescindibles, pero en el resto de temas Tyler me ha dado un poco de pena. Hay cosas que no acaban bien por mucha pasta que acumules. Pertenece a una época en que se les perdonaba todo, vivan por encima de lo que la salud les permitía y eso se paga, la naturaleza no perdona. Ellos eran la música del momento: sexo, drogas y rock'n'roll disparatadamente loco.

El libro se publicó en 2011. Como era de temer, si uno busca información desde entonces acerca de Tyler o Aerosmith, tiene para otro libro más.


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