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martes, 13 de octubre de 2020

TESTADUREZ ALEMANA. PRISIONERA DE STALIN Y HITLER, de Marguerette Buber-Neumann

TESTADUREZ ALEMANA. PRISIONERA DE STALIN Y HITLER, de Marguerette Buber-Neumann


En esta empresa de esclavas se encontraban, no obstante, algunas mujeres que trabajaban con todas las fuerzas de que disponían. No me refiero a las delincuentes comunes, que estaban ya desacreditadas por su actitud servil ante las SS y su celo en el trabajo, sino a algunas políticas. Así, por ejemplo, la comunista alemana Maria Wiedmeier, que antes de 1933 había ocupado un cargo preeminente en el Partido Comunista alemán y que había pasado los últimos diez años en prisiones y campos de concentración. Su función en el complejo industrial consistía en suministrar a las sastrerías los elementos necesarios para la costura. Era la detenida instructora de una cuadrilla de unas veinte mujeres, y tenía que vigilar las existencias y proveer continuamente desde el almacén de todo lo que faltara en la nave industrial. Además de esto, al final de cada turno de trabajo tenía que contar los uniformes terminados y transportarlos en una vagoneta. Era plenamente consciente de la importancia de su labor y no toleraba a su cuadrilla ningún descuido. Trabajaba para las SS con exactitud prusiana. El jefe de cuadrilla de las SS dijo en una ocasión:

—Si no tuviera a la Wiedmeier, el taller de sastrería no funcionaría.

Por su rendimiento, la influencia que tenía era tan grande que el jefe de las SS Graf accedía a todos sus deseos, cuando se trataba de cubrir puestos en las sastrerías. Para él no había duda alguna de que la comunista Maria Wiedmeier estaba tan interesada como él mismo en el suministro oportuno de nuevos uniformes de las SS. Como era lógico, este puesto proporcionaba a la prisionera Wiedmeier muchas ventajas personales, pues mientras vigilaba sus valiosas existencias tenía derecho a utilizarlas en su propio provecho. En una ocasión se le planteó la cuestión de si en su calidad de comunista podría responder de servir con tal devoción a las SS y de someter de esta forma a las detenidas que estaban a sus órdenes. Ella contestó:

—Sólo soy una persona que tiene unos deberes y que debe trabajar.

A las rusas y ucranianas de la cuadrilla de materiales les dio su dirección para cuando estuvieran en libertad: «Maria Wiedmeier, Comité Central del Partido Comunista en Alemania».

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