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sábado, 14 de octubre de 2023

EL DIRECTOR, de David Jimenez

EL DIRECTOR, de David Jiménez


El anterior libro que había leído de David Jiménez estaba basado en los niños perdidos en la miseria de algunas ciudades asiáticas donde él mismo había sido corresponsal durante unos años, era Hijos del monzón (2007). Un tiempo en el que se sintió realizado y cómodo, como viene a decir en el presente libro. Me gustó, y cuando fue nombrado director de El Mundo fue una sorpresa, porque no me imaginaba a ningún director de un periódico de tal importancia con tal sensibilidad social. Como que sonaba raro.
Y raro fue que aguantara, pero no por lo que me podía imaginar. De hecho, hay que leer este libro como una denuncia real y concreta sobre lo que pasa en el periodismo español, en este caso ejemplificado en El Mundo, periódico donde empezó a los 23 años de becario. Si uno lee el curriculum de Jiménez hasta su defenestración, después de acabar este libro, te das cuenta que le gusta su profesión. Es una buena hoja de servicios, incluido un paquete bomba que le enviaron al periódico. Podría haber tocado el tema de la corrupción ética en otro rotativo, podría haber contado historias miserables de otra gente que no fuera la del PP de entonces (años 2015-2016), pero él habla de lo que conoce: presiones de políticos del PP y de empresarios para favorecerlos en las informaciones o, al menos, que no les perjudicara. Que no salieran a la luz noticias contrarias a sus intereses pero si de interés nacional. Parece que la gota que colmó el vaso de ese combo político/empresarial fue la noticia que obligó a dimitir al ministro Soria durante el des-gobierno del PP de Rajoy (mientras escribo esto, encausan también al Fernández Díaz, ministro de interior. Como si fuera de lo más natural...). Acabó buscando en Milán a los dueños del periódico para encontrar, al menos en ellos, un respaldo, pero hay en toda esta historia el nombre de un tipo que lo mismo que lo encumbró lo echó. Y que lo enjuició para que no escribiera este libro, pero por suerte para nosotros, que lo tenemos en las librerías, perdió. Un libro que deberíamos leer o saber concretamente de qué va: nos guste o no, a nadie le gusta que le mientan o le traten de estúpido como viene siendo habitual en periódicos, tertulias, telediarios... 

El libro está escrito como un thriller de suspicacias, mentiras ocultas, falsedades de la gente, de los que ya tiraron la toalla hace tiempo por distintos motivos, y varios ERES (despidos) con los que es imposible sacar adelante un periódico con un mínimo de calidad. Creo que Jiménez traslada al lector un montón de momentos tensos a la hora de actuar frente a las presiones dentro y fuera del periódico. Cómo equilibrar el buen nombre del periódico con gente a la que solo le importa la cuenta de resultados a final de año, o los puestos de trabajo de profesionales frente a los empresarios que hoy están y mañana no pero se han ido con un buen fajo de billetes en el bolsillo, mientras dejan a un montón de gente en la cuneta... Cómo equilibrar todo eso de una forma ética y poder seguir llamándose cada mañana periodista. El tenía una visión clara de cómo monetizar la información: digitalizar el periódico. No pudo. Pone el ejemplo de una periodista extranjera que vino a trabajar, y cuando aportó ideas para mejorar, acabó fuera también. No se lo podía creer. Casos dentro y fuera de la redacción.

Cierras el libro y ya sabes por qué, en España, no existe la democracia. Falta una pieza fundamental, o peor: nos la roban todos los días a cambio de material podrido. No es que no se pueda conocer la verdad, no es que sea relativa, o no objetiva, todo eso son excusas porque la realidad es que hay gente que se encarga de escamotearla y de que perdamos la esperanza de conocerla. Hay gente que solo trabaja para eso, y esta colocada muy arriba. El problema tiene nombre y apellidos, aunque en este libro muchos tengan solo apodos por motivos evidentes. Ese es un problema de la democracia española. No tenemos una democracia real que no sea la de echar pestes en la barra del bar a la hora del telediario, porque es algo más profundo y sistémico. Me da que Jiménez se jugó el futuro profesional y su reputación (no es tan fácil ir contra el sistema como estar solo ante el peligro, no todos somos un remedo de Gary Cooper). Y para nada dice que esto sea solo y exclusivamente un problema del PP/El Mundo, pero es lo que le tocó vivir.
Un libro importante, insoslayable aunque nos rompa la burbuja del aparente bienestar. Dada la posibilidad de más tribulaciones en los juzgados, muchos nombres de la profesión aparecen con motes, pero solo me queda la duda de saber si la persona a la que acudía a ver en Milán era Berlusconi, porque eso lo explicaría todo en El Mundo y en el mamoneo entre políticos y empresarios por extorsionar a los periodistas, gente con el estómago bien agradecido. Aunque tampoco es que sea necesario saberlo, tal y como funciona el mundo...

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