TERRORISMO DE ESTADO. LEÓN TROTSKY, de Joshua Rubenstein
"Cuando los bolcheviques consolidaron su poder en Rusia, las medidas represivas que impusieron incomodaron a muchos antiguos aliados de Europa occidental, entre los cuales se encontraban Rosa Luxemburgo y Karl Kautsky. Luxemburgo y Trotsky habían compartido en una ocasión cierto odio hacia la insistencia de Lenin en la formación de un partido disciplinado y centralizado. Ahora, en 1918, ella comprendió hasta dónde se estaban apoderando de Rusia las tácticas de Lenin. «Sin elecciones generales —escribió—, sin libertad de prensa y de reunión sin restricciones, sin una libre batalla de opinión, la vida agoniza en todas las instituciones públicas, se convierte en una mera apariencia, en la que solo la burocracia prevalece como elemento activo […] La vida pública desaparece paulatinamente; solo gobierna una docena escasa de dirigentes del partido extremadamente enérgicos y enormemente idealistas […] En el fondo de esto reside el régimen de una camarilla; una dictadura, es verdad, pero no la del proletariado, sino la de un puñado de políticos». Karl Kautsky también intervino. En 1918 y 1919 publicó dos panfletos,La dictadura del proletariado y Terrorismo y comunismo. Como veterano socialista que era, Kautsky mantenía su fe en la democracia. Se burlaba de la dictadura de Lenin diciendo que no era más que un monopolio del poder en manos de un único partido político. Sin el apoyo de la mayoría, que tenía derecho a expresar su voluntad política, ningún movimiento político podía imponer el socialismo a una población que no lo quisiera. La tentativa no podía desembocar sino en una dictadura manifiesta que tendría que recurrir a la fuerza y la intimidación, el terror, para aferrarse al poder y moldear la sociedad a su antojo. Kautsky tocó una fibra sensible. Tanto Lenin como Trotsky respondieron con panfletos. Este último no se estremeció. En Terrorismo y comunismo (un título copiado del de Kautsky), Trotsky hacía algo más que defender el uso de la fuerza durante una guerra civil; sostenía que esos métodos eran necesarios para crear el socialismo. «Quien desea el fin no puede rechazar los medios», sostenía. Sí, los rojos y los blancos se enzarzaron ambos en la violencia para alcanzar sus objetivos, pero lo que los bolcheviques tenían en mente estaba tan esencialmente encaminado al beneficiode todos que el uso de la coerción estaba justificado, mientras que los métodos similares empleados por los reaccionarios, que no beneficiaban más que a una relativa minoría, merecían ser condenados. «Una revolución —afirmaba— no se decide mediante votación […] La represión [es] el medio necesario para quebrar la voluntad del bando opositor». Trotsky nunca se retractó de estas ideas, ni siquiera cuando formaba parte de una oposición perseguida y se convirtió en blanco principal de la ira de Stalin."
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