NACEDERO DEL RIO BEDOUZE
Hoy traigo a este blog un poco de mitología vasca, que en el transcurso de los siglos ha quedado desleída por la influencia de otras culturas, como no podía ser menos. Caminando hacia el nacedero de Bedouze, muy fácil de recorrer, las autoridades de este vallecito francés han colocado espaciadamente carteles que te introducen en el tema y sirven para ambientar un poco más el entorno, boscoso, húmedo y cerrado. En nuestro caso fue una tarde de sábado solitaria. Y como sabemos, las leyendas animan el imaginario de un pueblo y plantean temas desde los orígenes de cualquier lengua hasta la actualidad
Mari es la “hechicera o maga de los cuatro reinos”, y se la asocia a cuevas, cumbres y a ciertos animales simbólicos (toro, macho cabrío). En cualquier momento, según relatan las leyendas, te puede echar un maleficio, y siempre me ha parecido que en esto era voluble y caprichosa con sus amistades.
Por tanto, Mari reside en el interior de la tierra, y por eso nuestra visita al nacedero de Bedouze es una forma de interiorizar lo que debían sentir hace siglos los vascos ante los misterios de la tierra. El nacedero, en ese aspecto, no defrauda. Mari es la diosa de la fertilidad, de las lluvias, de las cosechas, del fuego. En eso se le emparenta a otras divinidades de origen indoeuropèo.
Una de las representaciones de Mari suele descubrirnosla a la entrada de una cueva, peinando sus largos cabellos con un peine de oro en una mano y sosteniendo el espejo de plata en que se mira en la otra mano. Otras veces, está junto al fuego de la cocina. El despistado que la escucha cantar, se siente atraído hasta el lugar y ella va.... ¡y se lo zampa!
Mari se mueve en los relatos entre la realidad y la ficción, entre la lógica y la fantasía, entre lo consciente y lo inconsciente. Los hombres pueden obtener su amistad, pero ella supone el umbral a un mundo oscuro que nosotros no podemos dominar en realidad. Hasta que ese mismo mundo oscuro nos supera y nos trae alguna desgracia
Mari se mueve en los relatos entre la realidad y la ficción, entre la lógica y la fantasía, entre lo consciente y lo inconsciente. Los hombres pueden obtener su amistad, pero ella supone el umbral a un mundo oscuro que nosotros no podemos dominar en realidad. Hasta que ese mismo mundo oscuro nos supera y nos trae alguna desgracia
Otros ilustres del olimpo vasco son Maju, un varón que va a verla los viernes, y Zugaar, una sierpe con cuyo ceñidor mágico deja embarazadas a las princesas. Los hijos de Mari, Atarrabi y Mikelats, ayudan a Mari a desatar feroces tempestades de piedra y granizo.
Las lamias son compañeras de Mari, una especie de ninfas, muy bellas hasta que les descubres piernas de animal (cabra, potro, etc). Un buen lugar para imaginarnoslas es el nacedero de Bedouze, pues habitan lugares como este. Aqui secuestran a los hombres de los que se enamoran.
En la creencia popular vasca, Mari es la jefa de lamias y sorgiñes. En otras palabras mas modernas, diriamos que tiene más esbirros que El Padrino. Siempre la encontraremos como una mujer bella, excitante, de la que no podrás apartar los ojos una vez las hayas visto, y a la que la memoria regresará una y otra vez hasta que puedas hablar con ella, hacerle sentir que no la puedes olvidar y entonces... ¡estarás atrapado para siempre!
Como la vida misma: ¿será ese el elemento incontrolable (incorregible), ilogico que Mari y sus lamias representan en la mitologia de los hombres vascos?
2 comentarios:
Aupa Gorka. He descubierto tu Blog La Tierra de Los Libros y me parece muy interesante.He estado viendo esta excursión que me ha parecido estupenda. Por cierto,me dijiste que vives en Berriozar por donde más o menos haber si algún día coincidimos. Ha seguir así
Un saludo.
Aupa Gorka. He encontrado tu página y me ha parecido muy interesante,menudo viajero estas hecho. Me dijiste que vives en Berriozar haber si algún día coincidimos. Un saludo.
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