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sábado, 19 de febrero de 2022

LA VIDA DURA, de Flann O'Brien

 LA BOCA POBRE, de Flann O'Brien

Libro este que deja un regusto extraño, como de humor corrosivo cosechado en su fácil lectura sobre un suelo de temas serios, crecidos estos en el sustrato mas profundo de la ironía con que el carácter peculiar de los irlandeses suele dejar como un rastro en su literatura.

La historia es sencilla: dos hermanos son acogidos en casa de un tio, Collopy, al que soportan sus opiniones y vida estrecha entre cuatro paredes. A este tio lo acompañan en casa la hija, Annie, y un sacerdote jesuita de origen centroeuropeo llamado Fahrt que viene de visita de vez en cuando. El hermano mayor es Manus, un chico listo que solo desea salir de la pobreza en que se ven (los han tenido que rescatar de la horfandad) y de la falta de salidas a sus frustraciones. Lo hace con ideas de negocio peregrinas y claramente estafadoras, pero aun es mas evidente que el irlandés medio, el de la calle, se lo toma en serio y cree que te puede hacer caminar por el alambre a traves de correspondencia de un lado a otro del rio Liffey.

Como aficionado a temas irlandeses, y dado que es un autor muy conocido en la isla pero no fuera de ella (la primera tirada se agoto en 48 horas), me da la sensación de que la historia de estos dos hermanos buscándose la vida en 1911 (en realidad solo Manus, porque el que cuenta la historia, Finbarr, busca sumarse al éxito de su hermano en cuanto este lo obtenga) es una sátira sobre las aspiraciones de los irlandeses con su vida, muy alejada de lo que en realidad están consiguiendo. Una pincelada de sordidez con Annie, un talento bastante simplón el de Collopy. Es, según dicen, el libro con el humor típico de O'Brien, en la linea del genero que ya cultivo Jonathan Swift. En cuanto a mi, me ha dejado mas perplejo por la forma de enfocar los temas y tópicos irlandeses (un tanto alcoholizados, santurrones, de mucho hablar y poco hacer) que por el presunto humor de la novela. Supongo que es algo cultural, o de la época, ya que La vida dura fue publicada en 1961, y escrita en dos meses.

El colmo del esperpento es la audiencia con el Papa como culminación de un viaje a Roma que les paga Manus, hecho todo un emprendedor, al sacerdote y a su tío, y en el que les acompaña también. Hay muchos diálogos, y en ellos hay mucha critica de la función social de la iglesia católica en Irlanda, además de otros mas causticos; en realidad, diatribas bizantinas entre Fahrt y Collopy, casi una burla de los temas. Por eso la culminación en Roma con ese dialogo absurdo con el Papa le deja a uno perplejo. 

Parece una novela más para irlandeses que para el resto, pero tal vez por ello retiene un halo de interés por esta gente tan peculiar y que agrada tanto. El relato fluye sin tropiezos, no se hace grotesca en las pequeñas miserias desplegadas por los protagonistas. Hay inventiva, sorpresa, tono de comedia pero también una cierta incoherencia la hora de aunar todas las partes en esta obra de menor de Flann O'Brien, uno de los seudónimos de Brian O'Nolan. Me ha dejado una sensación final agridulce: como de novela sin completar de pulir.

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