ALGO DE MI MISMO, de Rudyard Kipling
Con un estilo vivaz, repasa su vida con una primera etapa que va de Bombay (donde nace), a Lahore, donde se encontraban sus padres cuando tenia 16 años. Mientras, ha sido acogido por diferentes personas e instituciones, ha aprendido de los colegios y de la vida. Cada recuerdo de niño ha tenido sus circunstancias vivamente retenidas en la memoria y han tenido un significado en el desarrollo posterior de su vida.
Todo es muy anecdótico, algunas veces con trascendencia (como una lectora un conocido) otras sin trascendencia (como hacerse mason).
Su primer trabajo es como periodista a destajo, sahib muy ocupado por aprender entre los hindúes, musulmanes y otros autóctonos del subcontinente indio. Para cuando regresa a Inglaterra, además del oficio periodístico, lleva el gusanillo de la creación literaria. Transmite unas sensaciones confusas por la buena suerte que tiene para ir ganándose la vida con esto por la cuestión de si lo merecía o no. En cualquier caso, llegados a este temprano punto de su vida, comprendemos de dónde nacen esas nociones exóticas del mundo que están en sus relatos. Es la época de admiración y de aprender de muchos amigos escritores en Londres. De grandes viajes por el imperio británico, es decir, por casi todo el mundo. La época de quedarse con los detalles de lo que vive y experimenta, de explicar el origen de algunos de sus cuentos.
Tampoco se evitan opiniones sobre cuestiones sociales de cada momento.
Se casó, se arruinó y se instalo en Nueva Inglaterra. Es así como un escritor de aventuras vive las suyas: algunas domésticas, como en EEUU, o en Inglaterra. Otras, en la guerra de los Boers, o criando un pequeño león en casa, o conociendo al famoso Rhodes, etc. Y a caballo de estas historias, la génesis de alguno relatos famosos como El libro de la selva, o Kim de la India. Y junto a estas cosas del oficio un concepto esotérico, el Daimon, una especie de encarnación de la inspiración: como hacer que llegue y se quede en sus relatos.
Responde a las acusaciones de algunos críticos, a los que desprecia según sus motivaciones o acusaciones, como la de imperialista entre otras. Lo cuente todo o no, hay un aire de sinceridad en toda la narración. De hecho tiene algunas páginas dedicadas disculpar sus errores, bastantes más atacar los ajenos dentro del gremio, sin olvidar a los plagiadores de sus obras. Lo mismo que algunos párrafos sobre el servicio militar obligatorio o la idoneidad del pueblo judío. Vamos, que no le quedaron muchos charcos en los que pisar.
Me ha resultado, en definitiva, un pequeño acercamiento a alguien bastante exuberante en experiencias e ideas. Bien contado, ha sido sólo algo de el mismo, contado por si mismo. ya sabemos, afalta de una auditoria externa, jejeje. Para hacerse una idea de comienzo con este influyente escritor: no tiene el aire de inconclusa, pero parece ser que lo es.
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