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viernes, 11 de noviembre de 2016

ESCALADORES DE LA LIBERTAD



ESCALADORES DE LA LIBERTAD, de Bernadette McDonald

    Sin duda el alpinismo orienta nuestras vidas en diferente grado. Unas veces se emplea uno con pasion en las montañas, otras se abandona, y en medio quedan los dias azarosos de nuestras vidas que son requeridos por la familia, el trabajo, la enfermedad, obligaciones y también la desidia. A nivel social, resulta ser una vía de escape cuando las expectativas en la vida se ven seriamente limitadas. Para ciertas personas nacidas en un regimen totalitario, que no funciona y que no te permite expresarte, como lo era el comunismo polaco, el alpinismo lo era todo, incluso en competencia de tiempo con mujer e hijos, no ya digamos con el trabajo o el régimen estatal,. Y de como solventar esta papeleta con el máximo de ingenio y altas dosis de exigencia es de lo que va este libro.

La autora y Wielicki
    Cuenta con reconocidos premios literarios de montaña, de los más prestigiosos: American Alpine Club Literary Prize (USA, 2012); Premio Munday, Banff Mountain Festival (CANADÁ, 2012) y Premio Boardman Tasker, Kendal Mountain Festival (REINO UNIDO, 2011), 

De profesion, pintores de chimeneas industriales

    La historia de la edad de oro del himalayismo polaco empieza con los rescoldos de la II Guerra Mundial, cuando algunos chavales tienen que encontrar sentido a sus vidas porque no todo va a ser superviviencia tras la catastrofe. Empezando con la niñez de una escaladora tan traumatizada como Wanda Rutkiewicz, la nomina de portentos es bastante grande, tanto por el numero y los logros, como por la cantida de los que fueron cayendo en el oficio. La estrella mas brillante seria Jerzy Kukuczka por su empleo por conseguir la lista de 14 ochomiles antes que Messner, pero mi preferida (de los pocos que quedan vivos tambien) es sin duda Voytek Kurtyka. No es solo el hecho de que fueran al campo base de un ochomil y con gran osadia lo subieran, sino los obstáculos que debían superar desde casa, las vidas austeras que llevaban en sus ciudades de origen, el estilo tan salvaje y valiente con el que afrontaban una cima (invernales, vías inéditas, material justo), y el espíritu que animaba todo eso. De esos momentos en la historia de la humanidad en los que, de tantas apuestas a todo o nada como se hacen, se comprende mejor el espíritu humano. Y es que un buen libro de aventuras alpinas es siempre una gran historia humana. Este es un compendio de ellas, pero hay personajes que ya dan para un libro, e incluso este libro podría ser mas extenso. Pero con los años años 90 y la caída del régimen soviético, con los comunistas que tiran la toalla y empieza una nueva era con Solidaridad en el poder. También la importancia del grupo alpinista polaco fenece. Unos mueren en la montaña, otros se amoldan a los nuevos tiempos, y los esfuerzos de gente como Andrej Zawada van quedando en el museo.
Jerzy Kukuczka en la cima del Shisha Pangma, su pico de 8000m XIV.




    “Los escaladores del pasado llegaron a ser así de fuertes gracias a escalar en las montañas más altas, año tras año y durante meses seguidos. Y lograron eso a pesar de la agitación política y económica que existía entonces. Los escaladores polacos manipularon el sistema de corte comunista e hicieron que trabajara a su favor. Crearon una economía de mercado negro que financiaba su estilo de vida alpinístico. No gozaban de la misma calidad de viajes que otras expediciones. No había dinero para sherpas. Usaban camiones en lugar de aviones y no dependían de suministros extranjeros. Pero después de cada expedición, repartían el saldo de dinero que sobraba y regresaban a Polonia más ricos de lo que salieron”.
Voytek Kurtyka, Jerzy Kukuczka y Alex MacIntyre al Makalu 1981.

    Es una historia de motivación constante para alcanzar unas cotas de superacion que ha marcado época. El alpinismo bien contado es una historia humana sin precedentes con escenario en las grandes cordilleras de todos los continentes: Alaska, himalaya, Karakorum, India, Sudamérica... atracciones irresistibles para estos "zorros invernales" con hambre de ganarse lo que las autoridades polacas les negaban. A destacar en el libro algunos detalle:
     1-, Las historias personales de grandes escaladores de la época, autenticos titanes
  
   2-.La astucia para lograr salir de Polonia (nada facil en epoca comunista) y hacer negocio vendiendo material de escalada de buena calidad en el extranjero y comprando otros articulos que luego vendian en Polonia a buen precio por su escasez.

    3.- No se conforman con llegar a la cima, han de hacerlo con su sello mas personal, la escalada invernal o por nuevas vías, todo un reto de dificultad añadida

    Pocas veces nos encontramos con una comunidad de gente dispuesta a darlo todo por su libertad, por una de eleccion propia. Es un libro entretenido, y es una historia importante. No siempre ocurre.


Wanda Rutkiewicz al campamento base del K2.

    El relato es impresionante cuando Kukuczka se echa una mochila ligera a la espalda para mirar un poco como es el un ochomil y al final acaba en la cima... increible. O la travesía de Kurtyka en el Gasherbrum IV. Aquella gente era de otra pasta, una materia y un espíritu irrepetible: como no lo podemos ver ya, hay que leerlo. Apasionante.

    

    Llevaron el alpinismo al limite, y el 80% de ellos lo pagó con la vida, pero era su vida (impresiona como se lo tomaba la mujer de Kukuczka), Parece cierto lo que decían de ellos: “los polacos prefieren ser antes un héroe muerto que un perdedor vivo.” 

Wanda Rutkiewicz entra al K2 Campo Base en 1982.
    “La magia de la Edad de Oro pasó. Parece haberse esfumado junto a tantos escaladores magníficos. Pero su legado y la magia que crearon para dar lugar a dicho legado permanece bien alta en el aire frío y sin oxígeno de los picos más altos del mundo, inaccesible a quienes no quieren escalar a esa altitud, asumir esos riesgos y alcanzar el mismo tipo de grandeza. Pero está ahí, esperando a aquellos que la deseen”. 

"Era la conexión emocional que sentía con la sensación al paisaje de las montañas lo que más articulada su filosofía sobre la senda de la montaña. Para Voytek, en aquel paisaje que sugería la existencia de un alma, había una fuerza. "Esa fuerza impresionante invoca un deseo de formar parte de ese alma", escribiría. "Vivir el paisaje de montaña toca nuestro yo más profundo".

"A Voytek le motivaba lo que él denominaba 'clásica oposición de la imperiosa necesidad de conservar el pellejo y la necesidad de probar la mortalidad'. Para él la escalada era un modo complejo y único de vivir los entrelazados elementos del deporte, el arte y el misticismo. El éxito o el fracaso no dependían tanto de la fuerza bruta como de la inspiración. El reto consistió en gobernar esa inspiración. 'Surge y desaparece como el impulso de bailar y se mantiene tan misteriosa como el propio fenómeno de vivir', decía. Equiparaba la colección de cimas a una especie de materialismo profano en el que el escalador necesitara poseer las montañas más que aceptar (y ser aceptado) por sus misterios"


"Un atardecer en el campo base salió de la tienda a dar un paseo. Y a pensar. Su excursión solitaria se transformó en una experiencia insólita que influyó de manera profunda en su relación con la naturaleza. Mientras deambulaba, deteniéndose de vez en cuando a contemplar la inmensidad de la pared, tenía la intensa sensación de que el paisaje de montaña que le rodeaba era una especie de criatura viva. Pero al mismo tiempo tenía la apremiante sensación de que no había modo de acercarse a ella. 'Yo estaba cerquísima pero ella no me respondía', dijo. Era como si ese lugar especial estuviera tratando de hablarle, o tal vez ya lo hubiera hecho y él no se hubiera dado cuenta. No estaba seguro de que era lo cierto, pero el fenómeno, a pesar de lo frustrante que fue, transformó su escalada al Bandaka en un reto de gran intensidad espiritual.
Los tres escaladores estudiaron los intervalos de los desprendimientos de roca y hielo de la pared. Debatieron acerca de su estrategia y al final, tras una franca y difícil discusión entre Voytek y John sobre los riesgos que conllevaba y sus posibilidades de sobrevivir, decidieron meterse. Pasaron 6 días en la pared, la cual iba ganando verticalidad."

"Allí, altos sobre la arista entre ambas cumbres, Voytek tuvo una de las experiencias más etéreas de toda su trayectoria alpinistica. Estaban vivaqueando a unos 7600 metros y era temprano, alrededor de las 3 de la tarde. Jurek quería haber bajado unos cientos de metros más, pero Voytek estaba seguro de que allí tendrían problemas para montar la tienda, así que insistió en que se detuvieran temprano. 'La vista era tan increíble, tan fantástica, que era como si pudieras estar viendo el mundo entero', dijo. "Lo recuerdo como un delirio. Iba de un lado para otro incapaz de de de meterme en la tienda. Fue una experiencia fantástica, dotada de una rara calidad. Era profundamente espiritual. Claro que las montañas son siempre hermosas, pero eso era diferente".


ESCALADORES DE LA LIBERTAD, de Bernardette McDonald  Editorial Desnivel. Son 283 paginas con fotos editado en 2014 en España, y anteriormente en 2011

    

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