VIAJES POR ALASKA
"Dia tras dia, disfrutando de un tiempo magnifico, pareciamos flotar en una tierra de hadas y cada paisaje nuevo parecia sorprendernos con su hermosura y superar al anterior. Nunca me había sentido envuelto en un paisaje tan inefable"
john muir en su casa de Martinez, California |
"Me parece maravilloso que estas gentes, mal llamadas salvajes, le puedan hacer sentirse a uno en casa entre sus familias. Su educación, inteligencia y destreza en el uso de cualquier herramienta, me parecen muy superiores a la de la mayoria de nuestros trabajadores blancos no cualificados. No les he visto nunca maltratar a un niño, ni siquiera levantarles la voz. Las regañinas, tan detestables y extendidas en la civilización, son aquí totalmente desconocidas. Al contario, a los jovenes se les mima con cariño sin malcriarlos. Rara vez se oyen llantos."
Cuando Muir hace su primer viaje de los cuatro a Alaska, venia de una década de descubrimiento de Sierra Nevada en California, especialmente de Yosemite, destino turistico de la época que comenzaba a cobrar fuerza. Sus comparaciones entre Alaska y Yosemite son continuas en el libro. Describe los fiordos como el mismo valle de Yosemite surcado por antiguas lenguas de hielo que la formaron.
"En las montañas de California, a lo largo de la mayor parte del año, apenas si se percibe la presencia de la atmosfera, y la blanca, fina y eterea luz de la mañana alcanza los picos y los glaciares como pura esencia espiritual, la más impresionante de las manifestaciones terrenales de Dios. En Alaska, incluso el aire más despejado tiene siempre una sustancia apreciable..."
Muir y sus queridos arboles |
Navegando en el fiordo |
"Fui invitado tanto a las cenas como a las danzas, fui adoptado por la tribu stickeen y me dieron un nombre indio, Ancoutaban, que significa jefe adoptado. Me inclinaba a considerar este honor como de escaso valor práctico, pero el señor Vanderbilt y el señor Young, entre otros, me aseguraron que me supondría una gran protección mientras vajaba entre las distintas tribus del archipielago. A los viajeros sin nombre indio podian matarlos y robarlos sin que al que cometiera el delito se le pudiera achacar nada, siempre que el crimen se mantuviera en secreto para que no se enteraran los blancos. Pero, al ser adoptado por los stickeen, ningun miembro de otras tribus se atrevería a atacarme, pues sabian que los stickeen les harían responsables"
Es curiosa la respuesta de los indios a la predica del cristianismo, a la llegada de la civilizacion blanca: todo lo aceptan, a todo sucumben.
"Toda la vida del cañon parece desbocada, igual que los torrentes. En otoño llega la calma, como si el trabajo del año se hubiera acabado. El sol baña las paredes a través de un halo de bruma y hace florecer las ultimas gencianas y varas de oro; los bosques matorrales y praderas florecen de nuevo cuando sus hojas pasan al rojo y amarillo; también las rocas y los glaciares parecen florecer, como las plantas, bajo una suave luz dorada. Y asi continua la vida, con cambios que se suceden en sublime armonía, al ritmo de las hermosas estaciones y el clima"
"Toda la vida del cañon parece desbocada, igual que los torrentes. En otoño llega la calma, como si el trabajo del año se hubiera acabado. El sol baña las paredes a través de un halo de bruma y hace florecer las ultimas gencianas y varas de oro; los bosques matorrales y praderas florecen de nuevo cuando sus hojas pasan al rojo y amarillo; también las rocas y los glaciares parecen florecer, como las plantas, bajo una suave luz dorada. Y asi continua la vida, con cambios que se suceden en sublime armonía, al ritmo de las hermosas estaciones y el clima"
Alaska |
Glaciar Taku |
El estilo de la narración es llano, intenso y muy descriptivo, por lo que puede hacerse pesado o lento. Merece una lectura lenta, tranquila, sin nada que hacer con urgencia, y abandonada a la imaginacion de pueblos indios, los totems, las cimas nevadas y los campos de hielo anfractuosos. En una epoca de pocas fotos del lugar, y estas de poca calidad, Muir intenta fijar en la cabeza del lector parajes alaskeños con imaginacion y un fluido relato. Muir estuvo en otros lugares de Alaska como Barrow, mucho mas al norte, pero practicamente se centra en el sur, en la costa del canal de Lynn. Tiene unos 140 km de las entradas del río Chilkat sur hasta el estrecho de Chatham y el Stephens Pasaje. Tiene más de 610 m de profundidad, Lynn Canal es el más profundo fiordo en América del Norte y uno de los más profundos y más largos del mundo también. Es un escenario importante en la fiebre del oro de Klondike
"Estes donde estes, siempre parece que sea el mejor lugar de todos en ese momento, y tienes la sensacion de que quien no sea feliz alli, no podrá serlo en ningun lugar, ni de este mundo ni de otro. Las horas de mejor luz del dia las pasé tomando notas y dibujando bosquejos para retener mejor las maravillas de esta increible region."
Es un gran observador, juicioso en las circunstancias claras en las que se desarrolla un conflicto, como el caso en que un blanco ordena a los indios que corten el pedazo de totem tallado porque se lo quiere llevar, sin importarle el valor o a quien pertenece. (pg 69), o el del amigo misionero que le acompaña a la cima de una montaña y acaba con luxaciones en ambos hombros.
las distintas fases historicas del glaciar muir: efectos del cambio climatico |
Si algo destaca en la actitud de Muir es que busca el contacto total con aquello que ama. En al menos tres momentos se mete voluntariamente en situaciones que al final resultan comprometidas para su vida: al cruzar 2 glaciares y, al final del libro, cuando rema en canoa a traves de un pasillo de icebergs en una bahia, y se da cuenta que el pasillo se cierra, que los bloques de hielo se aprisionan entre ellos y chocan hasta crujir y él debe recular a toda velocidad antes de acabar crujido también. El relato que hace de la travesia de glaciares, campos de hielo tortuosos y peligrosos de atravesar, resquebrajados, es genial y altamente explosivo cuando llegan las dificultades y las cosas no salen como pensaba: avanzar a tientas, pasar la noche en el hielo, estar asustado por los lobos que escucha pero no ve, los puentes de hielo que franquea a horcajadas, la talla de escalones para superar resaltes, quedarse ciego por el brillo del sol (conjuntivitis),... en la mejor tradición de Jack London, pero mucho más comprometido con lo que hace. Porque también para Muir la exploracion es un gusto, pero además su profesion y vocación. Un unico pero: el libro acaba demasiado abruptamente.
Glaciar Muir |
"Era una delicia ver el amor simple y pueril que sentía Le CLaire por la naturaleza, conservado intacto a lo largo de toda una vida ardua en un entorno salvaje. Adoraba los paisajes abiertos, con sus lagos y ríos, sus plantas y animales. Le gustaban sobre todo los pajaros que anidaban cerca de su cabaña, estaba pendiente de los pollos y, cuando había tormentas, ayudaba a sus padres a alimentarlos y darles cobijo. Algunas especies eran tan confiadas que se posaban en su hombro y picoteaban las migas de su mano (...) Le Claire vio que yo sabia escuchar, y me contó muchas historias de sus aventuras con los indios, osos y lobos. Historias de nieve y de hambre, y de muchas acampadas en los bosques canadienses..."
Al final del libro, Muir queda maravillado con las auroras boreales |
El tercer viaje a Alaska de Muir en 1880 empezó en la bahía de Sum Dum, utilizando siempre como base Fort Wangrell. Después se casó e inició viajes por otros lugares del mundo: America del Sur, Africa, Australia,.... hasta que se presenta de nuevo en Alaska en 1890. Aquí el relato es a modo de diario, y el relato incluye ya a los primeros turistas en Alaska: turismo de masas bajando del crucero sin interesarse por lo que ven sino por comprar los abalorios de los indios fabricados solo para ellos como autenticas antiguedades (¿os suena?). Pero Muir se baja del barco y su vocacion exploradora nos hace sonreir en nuestra época tecnologica, porque para eso hay que valer. Sin miedo, sin desgaste aparente, disfrutando al máximo. En un mundo globalizado, estandarizado al máximo para evitar esforzarse en lo que no sea producir, en un mundo en el que se anestesian las dudas frente a la realidad envolvente, Muir es la actitud y la respuesta. Hay que leerlo, urgentemente. Creo que con calma, sin prisas, demorandose con él en las descripciones para saborear la naturaleza y sus valores, conocer ese medio para cuando vayamos nosotros también con igual respeto.
Fort Wrangell, Alaska |
"Disfruté muchísimo este pequeño viaje al interior. En mi memoria quedan preciosos recuerdos de sus inmensos panoramas, de sus mineros a lo largo de los afluentes del gran rio, atareados como topos y castores, de hombres jovenes que sueñan, que esperan hacerse ricos y regresar corriendo a su hogar para casarse con sus fieles prometidas, otros con la esperanza de cancelar la pesada hipoteca de su granja y mejorar las vidas de su padres inquietos, pero la mayoría, supongo, con ganas de encontrar oro suficiente para hacerse ricos el resto de sus vidas. Disfruté familiarizandome con los arboles, sobre todo con las hermosas piceas y abetos blancos, con los jardines floridos y las grandes praderas..."
Un enlace a un trozo del libro, el que relata las auroras boreales:
Un enlace a un trozo del libro, el que relata las auroras boreales:
VIAJES POR ALASKA, de John Muir, edicion del año 2004 en editorial Desnivel que se corresponde con el original de 1915. Unas 239 páginas sin fotos
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