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domingo, 12 de mayo de 2013

UN VAGABUNDO DE LOS MARES DEL SUR, de Bernard Moitessier.


    Hace un tiempo glosé el libro titulado Mar Remoto, un recuento de la Vendée Globé, la famosa carrera de regatas que se celebra cada 4 años, un esfuerzo tan relevante como subir ochomiles. La Champions League de la competición a vela. Describí una aventura muy sofisticada en los medios, pero muy simple en sus ambiciones, y si los competidores habían tenido una inspiración que les había llevado a seguir este estilo de vida, ese había sido Bernard Moitessier, el autor de hoy.
    ¿Quien es entonces Bernard Moitessier? Algo más que un navegante en solitario, mucho más que un marinero en apuros. Después de leer éste su primer libro, editado en 1960, sé que simboliza la libertad más amplia de este mundo, la autogestión de sus medios, el amor a un barco. No tuvo en esos momentos patrocinios comerciales, ni tarjetas de crédito  Puerto al que recalaba, trabajo que se buscaba para arreglos del barco (carenar, repintar, agregar nuevos instrumentos de navegación, etc). Tenía que rellenar la nevera para los próximos meses de travesía oceánica  Y el tiempo que trabajaba y se divertía en tierra, los meses de salarios y nuevos amigos (y amigas), eran como días tachados en el calendario hasta llegar al gran día, el que volvía a hacerse a la mar sin mirar atrás. Así pasó en las Islas Mauricio, en Durban, en Ciudad del Cabo.



    Si hoy nos damos una vuelta por un puerto deportivo, veremos barcos de todo pelaje: desde humildes cascarones a yates de lujo. Recuerdo el puerto de La Rochelle, en Francia, aquello era un auténtico bosque de mástiles balanceándose  Seguramente pensaremos que esto es un tema de ricos, que hace falta mucha pasta para estar amarrados en un lugar así. El Marie Therese II, el alazán de los mares de Bernard, era un barco construido por sí mismo, con unos planos bastante genéricos, y el entusiasmo, la capacidad de trabajo y el amor por la aventura que siempre caracterizó a este francés nacido en Vietnam. El dinero lo sacaba de trabajos humildes. Era otra época, mucho más simple que la actual en la que trámites y la complejidad del sistema social colabora a ahogar la iniciativa privada de libertad. Pero, leyendo este libro, no un asunto de dinero.

    Una de las cosas que marcan el libro es su amor hacia el barco, los desvelos por su conservación  Otra, la cantidad de maniobras y aspectos de la navegación que pueden resultar áridos y nada familiares para el lector de tierra adentro. Nos enteramos de la hermandad que se puede encontrar entre los marineros de distintos puertos, más allá de su nacionalidad.  Pasando por Sudáfrica, remontó desde el sur el Atlántico: Santa Elena, la Isla Ascensión  la de Fernando Noronha, la Isla de Trinidad, las Antillas... todo por avanzar en un mundo sin ataduras como las conocemos en nuestros días, buscando la armonía con su barco, con la naturaleza, rompiendo con ataduras que no le convencieran.


   Bernard nació en la Indochina francesa el año 1925 en una familia de negocios bien posicionada. Tras luchar contra los comunista en el 45 busca su propio camino en la vida y eso le llevó a a su primer barco, el Snark, que ya cita en este libro. Este se pierde y vuelve al mar con otro barco, el Marie Therese que naufraga en la isla de Juan Diego (océano Indico). Donde vuelve a trabajar y construirse el Marie Therese II que bota por fin en 1955. El caso es que vivir de esta manera es vivir colgado de la nada, y vuelve a Europa donde hace de visitador médico y vendedor de barcos sin mucha convicción. Es entonces cuando decide escribir Un vagabundo de los mares del sur con sus experiencias en el mar, y se convierte en un éxito. Es el año 1960. El éxito y el dinero traen aparejados su estatus como navegante de élite y los ingenieros navales y patrocinadores se acercan a él para echar a flote un nuevo tipo de embarcación construida con el aporte de la experiencia de Bernard: el mítico "Joshua". Con él hace una travesía de 126 días sin escalas en alta mar. Toda una proeza en su época. Y con él correrá otra mítica carrera, la Golden Globe Race de 1968, una loca carrera que iba a ganar hasta que su desprecio por ella le hace salirse de la ruta y mandarla a paseo siguiendo su propio camino, no el de la carrera. Pero esto ya pertenece a otros libros suyos.
tumba de bernard moitessier

    Bernard Moitessier era todo un carácter. Un hippy ante de los hippies, un inconformista, un espíritu libre sobre los mares. Un ejemplo muchas veces no imitable pero si admirable. Siempre una luz orientadora por su actitud positiva, inteligente y apasionada de la vida que eligió.

UN VAGAMUNDO DE LOS MARES DEL SUR, de Bernard Moitessier. Editorial Flamarion 1960. En España Editorial Juventud, SA, 1980, aunque yo poseo una tercera edicion de 2003
    

1 comentario:

Marité dijo...

Este espíritu aventurero que se consideraba sobre todo una característica masculina es remarcable y es compartido ya por mujeres que a su manera se lanzan también a la aventura...gracias por compartirlo.