LOS ULTIMOS ESPAÑOLES DE MAUTHAUSEN, de Carlos Hernandez de Miguel

Otro libro que reúne una de las páginas en la historia de España más negras, de esas por las que tantos en este país miran a otro lado, esos que se les llena la boca con el nombre de la nación, que se envuelven en su bandera. Este libro recuerda que hay momentos históricos en que unos españoles querrían borrar a otros españoles del país para sentir que, por fin, España es suya. En algunos momentos de nuestra historia común es lo que ha pasado. Uno de esos momentos es la postguerra, tras el 39. Este libro recoge lo que les paso a un número significativo de españoles como nosotros, tan españoles como los que les echaron de España. Gente que acabó en campos de concentración franceses, después trabajó gratis para ellos o enfilados en la Legión Extranjera. Y de estos, los que sobrevivieron, cuenta lo que les pasó a quienes acabaron en el campo de exterminio de Mauthausen-Gussen. Y de estos, los que sobrevivieron, los que continuaron en el exilio mientras duró la dictadura franquistas. El libro es casi enciclopédico. Para todo lo que trata, 575 páginas se me hacen pocas, pero muy acertadas. Intenta abarcar todos los aspectos que se nos ocurran. Esta elaborado con muchas lecturas, pero también con varios testimonios de los supervivientes que el autor pudo entrevistar. Hay mucho trabajo de documentación y de estructurar toda esta información haciendo un libro muy ameno, completo, a ratos tremendo, a veces emotivo. Me ha sorprendido, aunque el libro ya tuvo una primera edición en 2015, y no la conocía.
Llevo leyendo varios libros de esta época, concretamente me centro en las memorias de gente que sobrevivió en el exilio y se atrevió a dar a conocer su experiencia. Me parece un acto ultimo de justicia y rebeldía sobre la tumba del dictador y su gente que ya no lo tiene tan fácil. Es gente que ya ha muerto, y sus memorias no fueron nunca un bestseller. Algunos de esos nombres aparecen aquí, me son ya conocidos. Son gente que fue perdiendo a padres, hermanos y amigos conforme pasaban los meses desde 1939. Primero lo pasaron mal en un país que los repudiaba, Francia. Todavía no se ha contado pormenorizadamente el trato del gobierno francés a estos exiliados, gente que se sabía muerta si volvía. El autor cuenta cómo era esa correspondencia con España de esta gente, como se les distribuyó por la geografía francesa para trabajar gratis en granjas y obras militares y civiles. Algunos lo siguieron haciendo tras la ocupación alemana, pero hubo un momento en que las autoridades preguntaron a Franco que hacía con sus ciudadanos. Aquí hay una de las cosas que más me llamó la atención del libro: documenta cómo Franco dio largas sobre los españoles en el exilio. Los alemanes dieron un plazo de tiempo, el franquismo no contestó y cuando lo hizo, los españoles ya estaban en Mauthausen, sin que realmente a nuestro régimen le importara. Con el tema judío pasa algo parecido. Una cosa es lo que funcionarios españoles hicieron por su cuenta, y otra la desidia del franquismo, al que no le importó el destino de judíos españoles o de los sefardíes. ¿Cuando le importó? Cuando Hitler ya no iba a ganar la guerra. Ahí el chaquetero de Franco empezó a hacer gestos hacia los aliados cagado de miedo, como era comprensible por su actitud No beligerante, que no tiene nada ver con la neutralidad. Todo esto está documentado con fuentes escritas, y buenos razonamientos. El cainismo es la marca del español.
Además de los 11 capítulos, hay varios informes intercalados de bastante peso histórico: ahí se encuadran estos ajustes de cuentas con el franquismo, un régimen a la altura del nazismo mientras ambos convivieron. Otros informes hablan del origen de la solución final y el nacimiento de Mauthausen, su necesidad y el porqué de su ubicación. Cómo funcionaba, su dia a dia, su desarrollo conforme a las diferentes necesidades del régimen nazi, las revueltas internas, la posición del grupo de españoles dentro de Mauthausen y de sus campos satélites Gussen I, II y III. Se dan muchas anécdotas concretas, pero una cosa me ha quedado clara. Creo que he conocido unos 12 campos de este estilo en mis viajes: el primero fue uno pequeño Struthof-Natzweiler, Francia (le llaman de concentración pero ahi tambien se mataba gente expresamente y no solo de hambre), y el último en Karasjok, Noruega (apenas queda nada). Pues de todos estos, creo que es en Mauthausen es donde he encontrado mas sadismo a la hora de ejecutar a los presos. El libro lo cuenta. Hasta hace unos años Gussen no se visitaba, pero hará unos 10 años que sí. Gussen era el infierno dentro de esta central del sadismo. Era más grande que Mauthausen, aunque administrativamente dependía de él.
Hay otro informe dedicado al destino de las españolas exiliadas, que no estaban en Mauthausen sino en otros campos como Ravensbruck. Otro se titula la doble traición del camarada Stalin. El ultimo informe pone la lupa sobre la actuación de los aliados en la liberación del campo, con sus puntos oscuros: aquí no se libra ni Patton, cuyo grupo de ejércitos llegó primero. ¿Cómo fue esa liberación? No fue violenta, fue para increíble para los presos, que después se entregaron a comer como posesos, y a ajustes de cuentas entre ellos y con cualquier autoridad nazi que se les cruzara. Entre las fotos adjuntas las hay crudas también en este aspecto.
El libro toca dos aspectos espinosos: los españoles que colaboraron con los nazis dentro del campo, y el asunto de la sodomía. No son cosas para sacar pecho, pero están contadas.
Finalmente, y después de pasar tanto, que paso con el que vivió? Los hay que se quedaron a trabajar en la famosa cantera, pero por libre elección (increible). No podían regresar a España, por lo que la mayoría se trasladó a Francia. El gobierno francés al principio no los quería, pero la presión de muchos franceses de bien obligó al gobierno a aceptarlos.
Si yo estuviera en la piel de estos supervivientes, también me cagaria en la Transición, y en todos aquellos a los que les temblaba las piernas de miedo. Lo que pasó esta gente es indecible. Merecen un reconocimiento imposible de pagar. Menos mal que ya no tienen que leer los periódicos en el año 2025.
El otro libro que recojo en esta reseña es el libro grande de la foto. Se Mauthausen, esta en ingles y lo compre en el mismo lugar. Es una enciclopedia de datos e historias del campo a traves de imagenes. Su valor es recoger testimonios gráficos relacionados con su actividad: la vida de los presos, la ropa, documentos acreditativos, planos del lugar, fotos de supervivientes de todas las nacionalidades y sus historias... Un ejemplo: hay una foto de una etiqueta en la que está escrito algo así como "Gitanos, volveos a la India". Estaba unida a un objeto. Así lo cuenta el libro en la página 42: "La hostilidad hacia el pueblo romaní no termina con el nacionalsocialismo. La discriminación sigue siendo parte de la vida cotidiana de este segmento de la población, incluso después de 1945. La hostilidad alcanzó su punto culminante en 1995 con un ataque con bomba en Oberwart, en Burgenland. Cincuenta años después de que Michael Horvath, nacido en Oberwart, fuera liberado de Mauthausen, dos de sus nietos son asesinados por una bomba oculta mientras intentaban quitar el letrero racista que se le adjunta".
Da mucho que pensar todo esto que sigue pasando.
A continuación apunto algunas de las historias que refiere este otro libro mas grafico:
Desde 1940 Karl Bohmichen trabaja como médico en los campos de concentración de Barisenhausen, Flossenbürg, Neuengamme, Mauthausen y Easzow, a pesar de no haber iniciado sus estudios médicos. En 1945 es tomado prisionero por el Ejército Rojo. Después de su regreso a Alemania en 1955, completa su formación médica y se convierte en médico jefe en el sanatorio Hillersbach de Hessen. Nunca es procesado por sus acciones como médico de campo.
Johann Gogl, de 55 años, fue un guardia del campamento concentrado de Mauthausen y sus subcampos desde 1940 en adelante. Es responsable del asesinato de numerosos prisioneros. A pesar de la evidencia concreta de sus hechos, él vive sin problemas a solo 80 kilómetros de Mauthausenuuti Tras dos juicios, él es absuelto en 1972.
En la campaña electoral general de 1949, los principales partidos austriacos atraían los votos de los ex nacionalsocialistas, a quienes se les permite votar nuevamente por primera vez desde el final de la guerra. El conservador ÖVP (Partido Popular de Austria) publica un cartel que también hace uso de viejos clichés racistas.
La solicitud de un ex recluso de que se confirmara su pena de prisión sigue siendo rechazada a principios del decenio de 1990. Al final de la carta de respuesta, se invita al ex prisionero a visitar el Memorial de Mauthausen de forma gratuita en su próxima visita a Austria.
Quería ir a casa a cualquier precio tras la liberación. Me habían dado una bicicleta de la hermana Oswina. Conseguimos una segunda bicicleta de un soldado polaco-estadounidense.
Éramos tres. ¿Cómo andan tres personas en bicicleta? Nos pusimos en marcha de todos modos. Ahora esta, ahora la otra. Viajamos por 200 km, los tres en dos bicicletas. Pedimos comidas en el camino, la gente nos ofreció su comida.
De esta manera llegamos a la frontera austro-checa. También comimos en un restaurante. Preguntamos: ¿Cuánto debemos? En checo dijeron: "Lo consigues gratis, eres prisionero, no te quitaremos nada. Obtienes todo gratis. ¡Ve con Dios!"
Así que viajamos por Checoslovaquia, y por Praga, y también miramos alrededor de Viena, nos tomamos nuestro tiempo.
Después de cruzar la frontera polaca, besamos la tierra polaca como el Papa cuando visita un país. No sé si el Papa aprendió esto de nosotros, o nosotros del Papa.
En nuestro viaje hacia el este, tuvimos que defendernos de que nos confiscaran las tres bicicletas. Los rusos dijeron. "¡Entrega la bicicleta!" Dije: Vamos a ver a tu comandante. ¡Tenía un documento que decía que los soldados debían ayudarme! ¡Se suponía que no obstaculizarían mi viaje!
Nunca he hablado todavía del momento del sufrimiento en el campo de concentración: esto es algo de lo que no se habla, uno trata de olvidarlo a través del silencio!!! Solo durante el juicio de Eichmann en Jerusalén confirmé las imágenes con sí, así fue", escribe el sobreviviente del campo de concentración alemán Rupert Hymon al borde de su boceto. Rupert Hymon solo está convencido de hablar sobre su historia por el juicio de Adolf Eichmann. Lo hace para dar testimonio de los crímenes de los nacionalsocialistas.